Noche de fiesta-Harleen F. Queen XD

Magníficamente había conseguido todo el dinero necesario para darme una escapada a Alemania con mis amigas de la Universidad. Estábamos en el periodo de vacaciones, y no existían mejores vacaciones que morirse de hambre por andar de mochileras dando un tour por Europa. Claro, yo por la magia no la pasaba tan mal...pero me gustaba verlas sufrir. No, mentira, la verdad es que si conjuraba algo para hacerles el viaje más llevadero, hubieran sospechado de mí, sin mencionar que me usarían las desgraciadas para sus fines...como decía...ejem.

Esta había sido nuestra tercera parada...bueno, el tercer país que visitábamos, y estábamos necesitadas de diversión, así que una de mis amigas dulces y adoradas, santas, beatas, incapaz de ningún pensamiento impuro (si, cómo no) dijo que sería buena idea ir a comprobar la hospitalidad que nos tenían aguardadas los alemanes a las turistas hermosas e incautas. La idea simplemente nos resultó maravillosa, así que, haciendo uso de las pocas cosas buenas que traíamos en nuestras mega mochilas, pusimos todo nuestro empeño para lograr en tan sólo tres horas vernos, por lo menos dignas de hacerles competencia a las alemanas. Bueno, eso era sólo en caso de que no les hubieran enseñado a compartir como las niñas buenas.

Pudimos entrar por la linda ocurrencia de mi amiga de hacerle gestos coquetos al guardia, o por su escote de muerte. El punto era que estábamos adentro de uno de los famosos antros de Alemania. La música sonaba a todo lo que daba, había mucha gente...el ambiente tenía humo y el aroma de licor perfectamente impregnado en él. Justo lo que buscábamos. Nos buscamos un sitio como pudimos, y de inmediato comprobábamos que había merecido la pena arreglarse tanto.

Los chicos alemanes eran guapos, demasiado. Tanto que a pesar de lo poco cómoda que estaba con el vestido negro entallado en mi cuerpo, me movía entre ellos como si no pudiera detenerme. Por eso me fue tan repentino, darme cuenta que...ahí estaba.

La pude distinguir. Era imposible no distinguir a una de las suyas. Al parecer veníamos a lo mismo. Esperaba que no se diera cuenta...o que si se diera...bueno, supongo que era imposible no darse cuenta dada su condición de la bruja que la veía de forma casi estúpida, como si le hubiera dado una parálisis en ese momento o la hubieran petrificado.
Muchas preguntas venían a mi mente, entre ellas si venía a alimentarse. No la culpaba si escogía a cualquier chico...sinceramente, estaban bastante bien...malditas alemanas suertudas...pero no pude evitar que los escalofríos recorrieran mi columna.

Bendito momento de una de ellas de llegar. Se me fue el alma al suelo, cuando escucho lo de ser una bruja, pero creo que lo tomó como una reacción a mi comportamiento. Maldita, sólo se lo perdono por que está más ebria que una cuba, y por que...había aliviado el momento de tensión entre la vampiresa y yo.

La música estallaba y dañaba mis humanos tímpanos, nuestros cuerpos sudorosos se movían delante de su estruendo, y los chicos y chicas, buscábamos conocernos más a fondo, por lo menos esa noche. Yo había perdido la cuenta de cuantos tragos llevaba, bueno tampoco era que me importara mucho, pero todo se me fue abajo, cuando pude comprender por que la vampiresa estaba en estado de alerta.

Otro de los suyos. Vaya, la noche si que iba a ser una mejor fiesta de la que creí. Y al parecer, se había dado cuenta de nuestra visita a ese lugar. Dejé a mi amiga devorando a un chico alemán hasta sus anginas y me acerqué a la vampiresa.

-¿Lo has percibido, verdad?-dije suavemente, pero estaba segura que ella me había escuchado.

Al menos, trataba de ganarse mi confianza, y era bueno o preferible confiar en un vampiro que pensar en lo afilado de sus colmillos en tu cuello.

Esto no pintaba para nada bonito.¡Estúpido vampiro apuesto con dotes de seductor que vienen en su kit de cacería! y ¡estúpidas amigas mías que no saben decirle que no a un chico increíblemente apuesto!, y antes de terminar, ¡estúpido alcohol que les nubla la cabeza! No tenía la menor idea de como alejarlas sin terminar siendo yo el bocadillo de reemplazo o de exponer mis capacidades extracurriculares.

Suspiré desesperada, viendo a Harleen, viendo al semejante suyo, viendo a mis amigas seducirlo impulsadas por el alcohol y a él sonriendo por que los corderitos habían caído redonditas en sus encantos.

Solté una maldición en voz baja, y eso causó que el vampiro me mirara de forma curiosa, casi burlona. Sabía mi naturaleza, yo sabía la suya...y para mi mala suerte, no podía pararlo, al menos no solita.

-Harleen...¿cómo se quita a uno de los tuyos de en medio sin que toda la discoteca se dé cuenta que vuela por el aire?-si, estaba desesperada, y si deseaba que volara por los aires por arruinarme mi noche de disfrutar a los chicos alemanes ebrios, y por intentar convertir a mis amigas en un refrigerio nocturno. E iba a pagarlo.

Debo reconocer que los vampiros tienen dotes que los delatan. Esa patada, a mí me hubiera roto la mandíbula en miles de pedacitos. El vampiro se quedó solamente aturdido, gracias a los tacones...por ser armas mortales. Ingenuos si pensaban que sólo eran decoración.

Me acerqué, realmente estaba molesta. Las chispas que salían de mis manos tenían un brillante color azul. Había dejado a la discoteca con todos sin poder ver, pero no sería por mucho tiempo. También tendría que buscar como manipular las cosas para que nadie sospechara que esto había sido a consecuencia de un hechizo.

En un espacio que Harleen tenía libre aproveché para atinarle un regalito al vampiro. Era bastante buena en los hechizos de tortura, cortesía de mi tía Marlene, aunque no era muy adepta a usarlos, por que eso me hacía inclinarme en la balanza de las brujas traviesas, y de momento yo no quería inclinar la balanza hacía ningún lado.

-Eso fue una patada espectacular...pero se la merece...-el cabello se me había desordenado por el poder que corría por mi cuerpo, pero sabía que se volvería a acomodar perfectamente con un buen hechizo.-¿Qué pretendías al retar a una vampiresa y a una bruja?-eso era clara provocación, le pregunté mientras Harleen lo tenía de las solapas, sin posibilidades de escapar.

No sabía con exactitud que clase de hechizo había provocado que el vampiro de un momento a otro comenzara a retorcerse mientras lo sostenía con fuerza, fue entonces cuando gire a ver a Courtney y note como su cabello flotaba como una estatica que solo la magia podia comprender. Me concentre en no soltarlo notando como cada vez el vampiro continuaba retorciendose con dolor, por un momento agradecí no ser yo y supe que el poder de Courtney era tan fuerte que podría ser una amenaza incluso para mí, si seguía frencuentandola después de esto en ese momento me prometí no hacerla enojar nunca.

-Gracias, lo mismo digo de tu forma de darle su merecido...- concluida la primera oleada de golpes y hechizos y con una voz cansina saliendo de los labios rotos a causa de la patada del vampiro sólo se pudo escuchar algo parecido como una burla "No deberían meterse conmigo dulzuras." , una sonrisa burlona se dibujo en su rostro y tras mirarlo a los ojos pude notar en ellos ese colo negraceo delatador, el ser estaba sediento, dentro de algunas otras preocupaciones estaban los humanos al interior.

-Este no es lugar para beber, si te encuentras a alguien como yo o mi amiga , así que le voy a pedir de la manera más atenta se retire y no nos siga arruinando la velada.- contrario o lo que se creía yo era una persona que de primera instancia les daba la opción de hacer lo correcto antes de hacerles daño. Solía ser cortes antes de despeinar un solo cabello de mi rubia cabellera en combate, donde siempre era la vencedora. Claro que para un cazador de tal nivel de costumbre sería difícil alejarlo de los lugares que acostumbraba, sería absurdo no considerar el don de un vampiro, en cuanto me miro a los ojos pude sentir como influía sobre mi y de algún modo me comenzaban a dar ganas de soltarlo. debía ser fuerte realmente no quería pelear y exponer lo que era en un callejón donde algunos curiosos ya asomaban las cabezas. Debíamos dormirlo a golpees y llevarlo lejos de ahí.

Tenía que ver por el bienestar de las chicas, y además tenía que limpiar mi desastre como niña buena. O al menos, eso decía siempre Mariella, pero prefería la filosofía de Marlene. Entonces, se me ocurrió que lo único que podría hacerse era primero, asegurarme que todas estuvieran con sus litros de sangre en su lugar y segundo, crear una buena excusa. Así que con ayuda de mi magia, busqué los cables de electricidad de la discoteca, dañandólos de tal forma que los seres humanos que los vieran, pensarían que fue un corto circuito. Me aseguré de devolver la luz al lugar, y miré a Harleen.

-Dame quince minutos por favor, él durara aturdido todo lo que yo deseé-le pedí y me metí al lugar, desacomodando mi cabello un poco, y desordenando ligeramente mi blusa, al igual que corrí el labial que llevaba en los labios.

Cuando entré, la luz ya había vuelto y ellas me buscaban. Al verme, su reacción fue la que esperaba. Pensaron que yo había invertido muy bien el tiempo de oscuridad.

-Si, el tipo ese que te besaba el cuello...resultó más candente de lo que pensaba y yo...como buena amiga que soy...aproveché para decirte como era-patético inventar que me había besado y otras cosas con el vampiro, pero no deseaba tener preguntas.-Ahora, vengo a avisarles, que está nena continuará la fiesta en otro lado...si saben a lo que me refiero, comprenderán que nos vemos más tarde-no fue necesario dar explicaciones. Sus bromas y chistes sobre sexo con extraños fue más que suficiente para entender que se la habían tragado todita. Les lancé un beso, con toda la personalidad bitch que tengo y me salí, para encontrar a Harleen.

-Coartada lista...alguien tiene que hablar, y espero que diga algo convincente-dije ligeramente molesta, pues tendría que buscarme una buena forma de inventar una noche intensa y pasional con un vampiro. Pero igual, ya lo pensaría después.