Zess to Seze-hime (Selene A. Scott)

por **Zess Nakamura** Vie Ene 11, 2013 7:49 pm

Jackson se había perdido unos días por la petición del jefazo idiota y aprovechándose de esto decidió que no iba a perder la más mínima oportunidad para pasar su tiempo libre con su pequeña. Jackson y Zess nunca habían sido de quedarse en un solo lugar pero ahora que tenían una pequeña gran responsabilidad resultaba curioso e incluso divertido ver como ambos se las apañaban para permanecer más tiempo del que les hubiera gustado sin tener que salir de Londres. Ahora que el pelinegro no estaba era responsabilidad del asiático el cuidar de Selene pero en esta ocasión se la había llevado hasta Sidney gracias a la aerolínea privada de Aries C. A. (la compañía de publicidad con la cual ambos padres trabajaban).
Zess se estiró un poco y emitió un gemido mientras bostezaba, estaba descansado por primera vez en varios meses y amaba la sensación de querer seguir durmiendo. Ahora estaban caminando por el paseo marítimo en dirección a The Haven Inn, o al menos Zess, porque tenía a la chiquilla en brazos. Le miró a los ojos y se sintió embelesado por la belleza de su sonrisa, los bucles castaños y mejillas como porcelana.
Eres la más hermosa, Seze-hime.

por **Selene A. Scott** Sáb Ene 12, 2013 5:33 pm

Su mente captaba muchas cosas, pero no las comprendía del todo. Muchas cosas pasaban por su mentecita ávida y deseosa. Veía con sus ojos claros toda la inmensidad del cielo, del avión, de las cosas que había tenido la oportunidad de conocer, pero estaba totalmente feliz por que estaba con su papi. Sabía, que su papi era muy conocido, y que no podía estar con ella mucho tiempo, su mente infantil era lo que podía percibir, dentro de sus ideas, dentro de su forma de comprender el mundo.

Sabía que compartía su bonita forma de cantar con muchas chicas a las que con gusto hubiera hecho mucho mucho daño, en especial por la forma en como podían ver a su padre. Pero, su padre era de su papi, de nadie más. Y de ella. No de esas latosas chicas gritonas.

Cuando le preguntó en su forma particular a su padre, dónde iba a llevarla, pudo saber algo como "Sydney", al parecer quedaba bastante lejos, por que llevaba horas en el avión, viendo las formas de las nubes y riendo de todo lo apreciable a su alrededor.

La llevaba de paseo. Entre sus cosas favoritas estaba ser llevada por su papi en brazos, y así iba junto a él en la enorme calle, hasta que su padre le miro a los ojos. Su papi podía expresar muchas cosas, pero le gustaba lo que expresaban sus ojos.

-Seze hemosa...api...Seze queded muto a su api- le dijo con una enorme sonrisa, mientras le daba un besito en la nariz.

por **Zess Nakamura** Dom Ene 20, 2013 5:57 pm

Zess se dirigió hacia el hotel mientras caminaba bajo el sol de Australia que por cierto estaba por ocultarse y había traído consigo varias reservas de sangre pues lo híbridos como él debían alimentarse a diario. Nadie con conocimientos básicos sobre cualquier raza se atrevería a servir de postre para un híbrido pues a diferencia de los vampiros que podían soportar alrededor de una semana sin alimentarse, ellos necesitaban hacerlo a diario. Y desde luego una vez que comenzaban la carnicería nada los detenía a menos que se tranquilizaran para volver a su estado humanoide.
Se preguntó a sí mismo que hubiera pasado si hacía unos meses un conejo salvaje llamado Sr. Bigotes no hubiera atacado la bota de su pantalón. Zess sonrió enternecido ante la imagen de Jackson tomando el conejo de sus manos luego de haber ido por la calle gritando el nombre del conejo. Él y Scott nunca se habrían conocido pero en el peor de los casos Selene estaría ahora muriendo de Sed o expuesta a los Vulturi. Aunque eso de convivir con híbridos no fuera precisamente lo más seguro de todo, para nadie, y no precisamente por los capas rojas... aunque mientras estuviera con Scott, nada le pasaría a Seze. A decir verdad Zess estaba nervioso pero confiaba en que la sangre al alimentarse no le volviera completamente bestia.
Yo también te amo mi vida.
Ambos entraron a los que parecía ser un hotel bastante lujoso y un botones se encargó de llevar la maleta a la habitación prereservada en la que iban a quedarse. Todos en el vestíbulo parecían saber quién era Zess por lo que le trataron con cortesía y mucha más hospitalidad. Él solamente sonrió a sus anfitriones y luego beso la frente de su hija.
¿Quieres comer algo o prefieres descansar del vuelo?

por **Selene A. Scott** Miér Feb 06, 2013 10:42 am

El sitio al que la había llevado su papi era muy bonito. Le gustaba demasiado, además podía ver que estaba muy decorado. Su papi no la soltaba en ningún momento, y saber que la quería, la ponía a saltar en sus brazos, lo cuál no hubiera sido conveniente si su padre no fuera fuerte, pero sabía que lo era.

Pasaban y muchas mujeres miraban a su papi, las odiaba. Su papi Zess era de su papi Jackson, que no se acercaran a él, o harían enojar a Seze. Los hombres no le representaban problema, pero si veía a alguno interesado en su papi, le gruñía en señal de posesión. Sus papis se pertenecían y le pertenecían a ella, era demasiado celosa y era un de las cosas que no le importaban.

Finalmente, al entrar al elevador,su papi le pregunto si quería comer o descansar. Le miro con sus enormes ojos azules, mientras pensaba lo que deseaba hacer en un gesto que parecía un puchero. Tenía hambre.

-Seze tene hambe- su estomaguito le pedía comida, aunque un biberón lleno de sangre también sería delicioso. Estaba hambrienta, meditándolo de forma más profunda.

El viaje le había fascinado, le había dado mucha energía, pero también le había hecho no desear dormir, si no comer. Tenía demasiada hambre, como los niños en crecimiento.

por **Zess Nakamura** Dom Feb 10, 2013 11:13 am

Aveces Zess se sorprendía del alto sentido de propiedad que tenía Selene sobre ellos, lo cuál notó en la mirada recelosa que ella parecía dirigir en dirección a todas las mujeres. Aquello más que un problema para Zess se volvía una súbita diversión, le hacía gracia tan solo pensar que ella podía realmente gruñir a una persona como si fuera un cachorro. El solo imaginar a su hija gruñendo a una groupie le daban ganas de comérsela a besos por lo linda que era. Bueno al menos eso a él le parecía tierno.
Está bien, iremos a comer entonces.
De alguna forma agradecía que la niña hubiera elegido la comida antes que la cama porque a él le rugía la panzita constantemente debido a la energía que gastaba controlando por completo su Don, lo cuál no era precisamente necesario a menos que quisiera alejar a Jackson y a su hija. Malditos dones activos 24/7 aunque por otro lado podría ser una buena ventaja en el futuro. Lo bueno era que estando tan cerca de él la barrera psíquica no le afectaba en absoluto y podía dar rienda suelta a su don, excepto por el viaje que no podía darse el lujo de mantenerlo activo o todos los viajeros acabarían vomitando o desmayándose.
Al llegar al comedor principal tomó una mesa alejada y revisó el menú. Pidió dos filetes de pollo marinados en piña y dos merengadas de melocotón con fresas, una en envase pequeño y otra en envase extra-grande. Miró a la niña pensando que seguramente le encantaría el platillo ya que aunque Jackson estuviera convencido de que era pequeña y debía comer poco, Zess sabía bien que los halfblood solían comer más de lo que un niño con su apariencia lo hacía. Él lo sabía perfectamente por experiencia, habiendo sido él un HalfBlood hasta su primera cacería; siendo su madre una preciosa híbrida y su padre un halfblood.
Sabes, Seze-him... A tu edad era más como tú que como soy yo ahora.

por **Selene A. Scott** Vie Mar 01, 2013 7:38 am

Le había gustado el lugar que su papi había elegido para comer. Había demasiada gente, pero por suerte ninguna quería apoderarse de su papi, así que no se vio en la necesidad de gruñir, mostrando un gesto sonriente y feliz.
Su papi pidió carne con piña, la piña le gustaba pero la carne...nunca la había probado. Lo que le llamo la atención, y despertó su sentido del olfato fue la merengada de melocotón con fresas. No podía quitarle la vista de encima y su primer impulso era comérsela, pero su papi Scott le había dicho que la cosa salada y no querida que era "comida" iba primero y después era la cosa deliciosa y dulce, que se conocía como "poste".

Así que, tomando lentamente los cubiertos, puesto que sus meses de edad no le permitían más que tomarlos de esa forma, apenas estaba aprendiendo a usarlos, movió la cosa dulce para no verla y tomo su plato, mirando a su papi, siendo que no era posible imaginarse a su papi Zess, tan alto y tan fuerte, siendo tan pequeño y frágil como ella.

-¿E vedad api era omo Seze?- le miro sorprendida con sus enormes ojos color azul, sin soltar la cuchara de metal que agarraba con fuerza, al punto de sentir que ésta se ponía ligeramente cálida, pero no tan rápido por su propia naturaleza.-Ero api es gande, fuete, muculoto y exy....y Seze etad pequena, y...-hizo una pausa para mirarse a los lados, para después regresar la vista a su papi.-...y tuavetita. No parete a api...- corto su filete con dificultad, pero con necesidad de hacerlo ella misma. Miro a su papi, preguntándose como él había sido semejante a ella.

por **Zess Nakamura** Lun Mar 04, 2013 4:55 pm

Zess sintiendo su panza gruñir nuevamente mientras esperaban por la comida se golpeó es estómago y habló con él, como si con ello pretendiera apaciguarle pero el maldito seguía daño rima. ¡El domador había perdido la batalla pero no la guerra! Observó a su niña que no tenía caras de querer probar el pollo por lo que explicó la importancia de comer lo salado primero y lo dulce después. Para quitar la tentación de la vista de la pequeña le dijo al mesero que trajera los postres luego, como premio por comer primero del filete.
Itadakimasu!
A los poco segundos sus manos volaron sobre las de ella, para ayudarla a tomar los cubiertos en indicarle como debía empezar a cortar, poniendo él la presión justa que ella pudiera cortarlo en trozos pequeños, dejándola luego a su merced aunque vigilando de cerca por si necesitaba ayuda. Zess abía que no lo iba a comer completo ya que de por sí el trozo era grande pero se sabía también que era un glotón de primera y no le molestaba en absoluto comerse las sobras.
Oh, es que yo era chiquito y suave como tú, cuando cumplí 20 años me volví grande y fuerte como soy ahora. Tú también vas a crecer Seze-hime y serás muy hermosa.
Zess tomó el cuenco de arroz que acompañaba el filete y alzándolo comenzó a comer despreocupado, algunos de los comensales le miraban como si fuera un marciano por alzar el plato de la mesa pero él no estaba acostumbrado a las normas occidentales de la mesa después de todo nunca se olvidaban las raíces ¿cierto?

por **Selene A. Scott** Lun Mar 11, 2013 7:57 pm

Observaba a su papi Zess levantando el plato de arroz y le imitó, dejando la carne fea que no se dejaba cortar tan fácil; aunque no entendía por que miraban a su papi con tanto interés. Les vio con cara de puchero, puesto que no le gustaba que vieran demasiado a su papi. Sólo su papi Scott y ella podían verlo mucho tiempo, por que era suyo, suyo, suyo.

Era demasiado posesiva. No era algo que le importara, era la princesa de sus papis, y ellos eran sus papis. Comió igual que su papi, o bueno, trató de comer igual que su papi, puesto que era inevitable que de vez en cuando, suaves pedacitos de arroz terminaran en su babero, pero los removía haciendo una mueca a su parecer elegante, como veía que en ocasiones hacían las mujeres o sus papis. Ante todo, le gustaba comportarse como una damita, aunque no comprendía del todo por qué. Dobló de forma torpe su servilleta, pero de forma grácil con sus movimientos infantiles.

-¿Ques que Seze...seta mosa?- preguntó con toda la inocencia y dulzura que caracteriza a los niños, feliz de que su papi le considera hermosa. Ya sabía que era fea y bonita, por ejemplo bonita era su casa, feas...eran las fanáticas obsesivas de sus papis, que se hacían ganadoras a sus pucheros y en ocasiones, a las más atrevidas, les gruñía. No les pegaba o les enseñaba la lengua por que sus papis le habían dicho que eso era de niñas groseras, y ella...no era una niña grosera. Sin embargo, en algunas ocasiones, cuando sus papis no la veían o creía que no la veían, enseñaba su pequeña lengua rosa a esas atrevidas.

-¿Y Seze tena vete ados?-no sabía cuanto eran veinte años, pero se oían que eran cuando uno era grande, adulto y fuerte, así que cálculo que era mucho mucho tiempo.-¿Podque no los tene aoda?- preguntó con un ceño fruncido, pues no comprendía el tiempo que tardaría en hacerse grande.

por **Zess Nakamura** Vie Mar 22, 2013 11:56 am

Luego de masticar y tragar varias porciones de su comida sin siquiera sentirse aludido por las miradas observó lo que Seze-hime hacía y soltó una risita por lo bajo que casi le provoca botar su refresco por la nariz. Por suerte pudo controlar el efecto inmediato para luego atragantarse con el gas, comenzando a hipar de un momento a otro. ¡Cuánto odiaba tener hipo! pero vamos que valía la pena por ver a la pequeña Selene, era toda una cosita adorable. Zess ayudo a la pequeña a limpiarse de vez en cuando y tras deborar su carne que estaba deliciosa terminó de cortar la de ella, para poder dársela.
Claro que eres la cosa más hermosa que existe sobre la tierra, Seze.... boku no aisuru hime.
A él le encantaba ayudar a todos en todo lo que hacían, incluso si esto pudiera suponer un problema para su persona. Zess siempre había tenido la espina de la bondad atravesada en la columna, incluso a aquellos que se suponían sus detractores solía brindar ayuda. Desde que emprendió su empresa para beneficencia y caridad Zess supo que lo suyo era esto, el dar todo por el todo para que aquellos que por una situación de calle sobrevenida al menos tuvieran una mínima oportunidad para seguir adelante, así fuera a fuerza de pulmón. Y en cuanto él conoció a Jackson supo que él le ayudaría en la misión que se había fijado, resultando un maravilloso amor con un precioso fruto. Él híbrido se sintió feliz, más que eso se sintió orgulloso del hermoso mundo que había construído para muchos niños sin padres ni hogar, el hermoso mundo que podría ofrecerle a su pequeña Selene.
Desde luego, algún día cumplirás esa edad, para entonces serás muy fuerte y grande.
La pregunta de Selene agarró a Zess desprevenido pero en seguida inventó una escusa para ayudarse a sí mismo, en todo aquello.
Pues porque para crecer y tener 20 años debes comer por mucho tiempo, vamos se buena niña y come tu carne. Luego pediremos el postre que tanto quieres.
El asiático hablaba de forma cariñosa sin embargo su tono de voz categórico y la precisión de sus palabras no admitían discución alguna, tomando su tenedor para comenzar a darle lo que quedaba dio un largo trago a su bebida. Mientras Seze comía él se deleitaba con la esencia de deliciosa de todas las comidas, le abría aún más el apedido aquel olor mientras ansiaba el postre incluso más de lo que la misma Seze podría.

por **Selene A. Scott** Lun Abr 01, 2013 12:30 am

Era caprichosa, era cierto; como todo niño que tiene el amor desmedido de sus padres y es feliz con éste, pero también podía obedecer a su papi Zess, en especial por que representaba que le quería. Y vaya que los quería. Por eso, en el instante en que su papi le dijo que comiera su carne, lo hizo sin queja o puchero alguno.

Era suave para sus dientes, pero era salada. No le gustaban las cosas saladas, excepto quizás ese juguito rojo que en ocasiones tenía que beber. Era más rico que el chocolate, pese a que el chocolate era dulce. Miro a su papi comer, y pensando en el postre, se llevó torpemente lo que le quedaba en el tenedor. Le gustaba escuchar a su papi hablar en ese idioma extraño que empezaba a comprender. Lo hacía fluido y suave, de una forma que le hacía pensar en suave budín...o en esas bolitas de carne o chocolate dulces que en ocasiones comía. No sabía su nombre...o no se acordaba, pero era justo como veía las palabras de él.

Su papi le había ayudado a cortar su carne, estaba agradecida, pese a su testarudez de quererlo hacer solita. Terminó y vio a su papi con los ojos espectantes, pues sabía que cuando él lo pidiera vendría la cosita dulce que estaba esperando. Vaya, si tenía desesos de postre.

-¿Eoces...quecere como api cando coma muto? ¿Y tamen betare a api Yason?- se llevó la mano a la boquita, como siempre que hacía cuando deseaba saber algo y se moría de curiosidad, recordando cuando los veía, en ocasiones que ellos creían estar solitos. Le había preguntado a su nana y le había dicho que eso era besarse, que lo hacían las personas grandes cuando se querían mucho. Ella quería mucho a sus papis. Se preguntaba si era lo mismo.

Quizás no, por que en sus cuentos de princesas que su nana le leía, sabía por sus ilustraciones que besar era pegar sus labios, aunque ella no se imaginaba como podían hacer eso, si los labios no eran pegajosos. Su nana le había dicho que lo comprendería cuando fuera grande. ¿Qué era ser grande? ¿Era ser tan alta como su papi Zess? ¿O tan linda como su papi Scott? ¿O usar tacones como su nana? No lo sabía, pero iba a tener respuestas.

-E que ana ice que betar te ace cando pezonas te ama muto y ton gandes...etoces si Seze quece...¿betara a api Yason o a api Zess omo etos se betan?- miraba a su papi, y también al mesero, que había venido tras la orden de su papi.

por **Zess Nakamura** Vie Mayo 10, 2013 7:25 pm

La sencilla lógica de la niña hubiera resultado encantadora para cualquiera que lo escuchara o al menos eso pensaba su padre que conocía de su inocencia. Él simplemente sonrió encantado y buscó las palabras exactas para poder explicar a su hija porqué en el futuro no se besarían de la manera que él y Jacky lo hacían. Mientras tanto recibía el postre que traía uno de los meseros y su boca se hacia agua de un momento a otro.

Tras un silencio que pudo haber durado toda la eternidad mientras servía sus porciones a cada uno ambos pudieron por fin probar aquella delicia dulce. Aquello era la sensación más cercana a estar en las nubes de lo que alguno de los dos podría estar alguna vez. Era tan dulce, espumoso y húmedo... Entonces Zess cayó nuevamente en su realidad, recordando la pregunta.
-No debes preocuparte por eso, Seze-hime. Cuando llegue el momento besarás a alguien pero no será como nos besamos papá y yo. Será mucho más hermoso e intenso, mucho más cargado de amor...

El pelinegro desvió su mirada lejos de la pequeña castaña pensando en la aflicción de sus propias palabras. Si bien Zess y Jackson en algún punto se habían enamorado el uno del otro, esto no convencía del todo al asiático; él tenía en claro -o al menos creía-, que solamente él amaba realmente a Jackson. Le amaba como solamente podría amar a su pareja y no como podría amar a un amigo o un hermano. Le amaba de la forma más pura y real pero cuando lo besaba, no lo hacía con amor, lo hacía con deseo; pues para él era fácil controlar el deseo y no el amor.

El amor iba más allá de sus manos y si le besaba de este modo tan entregado a pesar de sus sentimientos, jamás se iba a poder librar de ellos. Y entonces al final del camino cuando Jackson cayera en cuenta de que lo suyo, la forma en la que vivían en día a día recordaba a la de cualquier pareja, sería mucho más difícil decir adiós. Ella si embargo tenía posibilidades de encontrar a alguien que la amara, alguien que asumiría un rol de pareja para ella.

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