Despues del funeral

por **Anaïs Kournikov** Mar Feb 12, 2013 11:43 am

Recuerdo del primer mensaje :

Ya habia pasado algun tiempo que ella no habia vuelto a pisar aquel lugar, despues del funeral de su hermano, era su hermano mellizo su confidente, todo; ahora él estaba muerto. Tras el funeral de su hermano se habia metido tanto en sus estudios que habia dejado de lado su vida social, no salía con ningún hombre, tanto que muchos la tacharon de rara. Se había sacado dos carreras pero le faltaba algo, no sabía muy bien qué era buscaba pero no encontraba. No salía de la casa de su tía, estaba con sus pociones y magia pero siempre se ausentaba mentalmente, recordando a su padre. Una noche tuvo una pesadilla, su padre moría ella se despertó sobresaltada y gritando, cubierta de sudor cuando se calmo se volvio a dormir...

Una noche de tormenta, el telefono sonó y era para darle la trágica noticia de que su padre acababa de morir, y que su jefe se haría cargo de todos los gastos del funeral y que estaria en el cementerio familiar, escuchando que en un par de horas un coche iria a recogerla ya que con la tormenta era bastante peligroso ir. Aun le parecia muy raro lo que estaba haciendo su jefe, su padre jamas hablaba de él y de lo poco que hablaba era para decir que era muy buena persona. Estaba furiosa ya que a causa de eso su hermano estaba muerto y ahora su padre. Tomo una mochila y metio algunas cosas y puso rumbo al Castillo cuando la recogieron.

Se sento en el asiento de detrás estaba pensando en todo lo que habia sucedido, no le gustaba nada ir a los funerales y aun menos las tormentas. Los rayos se veían en el lugar y la tormenta retumbaba por todo el lugar. Cerro los ojos pensando mientras que una pequeña lágrima caía por sus mejillas. Solo vio al jefe de su padre una vez, en el funeral de su hermano, en ese momento se sintió atraida por él pero al ser una niña y estar su padre no pudo hablar con él ni conocerlo mas a fondo, ahora iba a volverlo a ver, despues de todo ese tiempo, en otro funeral...

La lluvia no escampaba y llego a ese enorme castillo, cerro los ojos y respiro profundamente. Salio del coche con unos vaqueros y un jersey negro, uno de los mayordomos la estaba esperando alli con un paraguas y la escolto hacia el cementerio. Estaba callada, en silencio aun no se creía que su padre estaba muerto. En el cementerio no habia nadie, al ver las tumbas de sus padres y de su hermano, cayo de rodillas llorando.

Cuando estaba empezando se puso en pie y se contuvo en silencio escuchando todo lo que decía cuando termino se quedo allí durante un rato viendo como la tierra caía sobre el ataud de su padre. Cuando todo termino estaba alli mirando la tumba de sus seres queridos ahora estaba sola, otro sirviente llego y le dijo que el señor la esperaba en el interior del castillo, queria hablar con ella. Eso le sorprendio a ella, muy pocas veces lo habia visto y aun menos habia hablado con él. Asintio y siguio al sirviente que le escoltaba, entrando en el lugar sus zapatos resonaba por aquel oscuro pasillo, llegando a un enorme salon. Al entrar se quedo alucinada, era tan grande como la casa de su tia. Se sentó y se puso a esperar en silencio, estaba nerviosa, no comprendia por qué estaba tan nerviosa, se levantaba y empezaba a andar por el lugar, era como si tuviera su primera cita...Bueno, eso es lo que sentía , se fue al balcon y se puso a mirar en el exterior pensando y en silemcio dejando escapar pequeños suspiros.

-Calmate...Anaïs.

por **Dimitri Van Selt** Miér Oct 08, 2014 9:49 am

Era una lástima que para que ocurriera lo que estaba pasando en ese momento mi gran sirviente y confidente tuviera que fallecer, pero el asi lo habia decido pensando que podía evitar que su amada hija y yo tuviéramos algo que ver cuando desde el primer momento el supo que hubo una conexión entre los dos que indudablemente la llevaría a ella a mi cama, por eso en la muerte de su hijo evito a toda costa que se quedara a solas conmigo

Ahora ella estaba sobre mi cuerpo mis manos masajeaban sus enormes senos quedando de cierta forma mis dedos jugando sensualmente contra sus grandes pezones mientras mi virilidad descansaba contra sus muslos pues esta aun dormía plácidamente

La besaba intensamente saboreando sin descanso sus deliciosos labios que eran simplemente muy ricos y deliciosos, en eso escucho sus palabras y se rió por eso - no me dan miedo, de hecho me encanta que los tengas así de grandes dice antes de continuar besándola

Despues del funeral

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