El comienzo de una vida... [Hel y Souta]

Otro viaje de Souta fuera del país por sus negocios.
Sinceramente, los viajes fuera de Japón que hacía no me agradaban mucho porque estaba preocupada por si sucedía algo y, para qué engañarnos, también porque le echaba de menos. Esta vez iría a Malasia, en concreto a la capital, Kuala Lumpur.
Pero esta vez había una cosa distinta en este viaje: Iba yo con él. ¡Estaba tan contenta! Cuando acabase podríamos tener un rato juntos y eso me alegraba muchísimo. Aparte, Malasia era un país muy bonito para ver y podríamos aprovechar sus ratos libres.

Durante el viaje de avión Souta durmió un rato y yo, mientras, escuchaba música en el reproductor. Todo fue como en un viaje normal: llegada al aeropuerto, recogida de maletas -aunque no eran maletas enormes-, llegada al hotel y desempacar las cosas. El hotel en el que nos alojábamos era uno bastante lujoso de la capital desde donde teníamos una gran vista de las Torres Petronas y otros edificios del centro financiero que, iluminados, hacían las vistas más bonitas. Era de noche y aprovechamos para salir a dar una vuelta por la ciudad, cenar –sobre todo Souta- y divertirnos un rato hasta regresar al hotel para que él descansase un poquito. No necesitaba dormir lo que un humano para reponer fuerzas, claro, pero sí un poco.

A la mañana siguiente, y como otras veces, cuando me levanté su lado de la cama estaba vacío. Me vestí, recogí algunas cosas y fui dar una vuelta por la ciudad para comprar algunos recuerdos y, sobre todo, para ver monumentos de Kuala Lumpur.
Entrada la tarde me encaminé a la playa más cercana a la ciudad. Era una auténtica maravilla. Como esas playas paradisiacas que aparecen en las revistas que tienen pinta de estar photoshopeadas. Pero no. Ésta era real: arena blanca, palmeras, agua cristalina… ¿Cómo podía estar tan cerca de Kuala Lumpur y seguir así?
Me adentré un poco más evitando a un trío de turistas descalzos que paseaban por ahí.
Ahora sí, en esa parte de la playa no había nadie. Dejé mi mochila sobre la blanquecina arena y me quité la falda larga que llevaba quedando en la parte inferior del bikini y una camiseta. Ahora sí podía pasear por la orilla y mojarme las piernas un poco en total paz y tranquilidad, sin molestas.
Le mandé la dirección y algunas fotos a Souta por mensaje telefónico para que cuando acabase viniera conmigo a pasar tiempo en la playa. Estaba preciosa y no podía permitir que se la perdiese. Mientras paseaba, en lo que me fijé es que había una pequeña cabañita de madera, iluminada, medio oculta entre la frondosa vegetación y las palmeras, pero no notaba olores de nadie. ¿Qué hacía ahí? Ignoré la edificación y seguí paseando entre la arena y el mar.


Fotos:

Spoiler:

ya tenia esa carita otra vez. seh! esa carita de "ya te vas de nuevo y de seguro a ver viejas bichis". ey! esa parte de los negocios no la podía evitar. de alguna forma todos los mafiosos del planeta tienen la estúpida idea de que puedes concentrarte haciendo negocios mientras te embarran las nalgas en la cara. es en serio, todos te llevan a un bar donde las meseras cubren su cuerpo con todo el pudor del mundo con la ayuda de un hilo dental, si saben a que me refiero....... neh! lo importante era esa carita felina que veia entre preocupada y "llévame contigo que te tengo ganas".

no podia hacer nada contra esa carita y menos contra el par de bubbies y el trasero respingado, tuve que llevarla conmigo. le advertí que no podía violarme en el avión porque habia publico asi que me dejó dormir y comerme las galletas robadas al carrito de la azafata. llegamos al hotel y antes de subir al cuarto recogí una maletin que dejarian para mi en la recepción. no le dije nada a la leona porque era lo suficientemente astuta para saber que habia dentro y si no lo sabia, solo debia esperar a leer el periodico de mañana. como sea teniamos esa noche libre y saque a la leona para que conociera la ciudad. le dije que seria buena idea probar los elevadores de las torres petronas y no sé por qué pero creo que creyó que no tenía buenas intenciones y me dijo que no uwu porque podiamos traumar a los inocentes guardias y quien queria ver porno gratis, verdad? ey! a mi me gusta.... (?) luego fuimos a que cenara porque la verdad tenia mas antojos que una vieja con sindrome premenstrual y despues de no se cuantas ordenes y el estomago a punto de explotar nos divertimos un rato por ahi antes de que me convirtiera en berenjena y cayera de sueño.
Trabajo es trabajo y como le dije a la leona, a eso venía a Malasia asi que esa mañana la deje en la cama y no le tome fotos para que se levantara como otras veces, agarre el maletin que recogi en recepcion y sali minutos antes del amanecer. cuando ya estaba de regreso ya tenía un maletin menos, habia 5 mafiosos menos en Malasia, mensajes de la leona con fotos de una playa que conocía y algunas manchas de sangre bastante notorias sobre la camisa blanca, neh! le diría a la leona que era mermelada de fresa. me creería?

deje el coche a metros de la playa pero me fije que había dejado un águila del desierto en el asiento del copiloto. le quité el silenciador y la guarde debajo del asiento. y como si siguiera el rastro de galletas recien hechas segui el aroma dulcecito de mi leona hasta la playa.

no eres una galleta pero te ves deliciosa en bikini -w-

Paseando por la playa con el agua cubriéndome hasta las rodillas miraba al horizonte donde el mar se perdía. Fui un momento hacia donde tenía la bolsa, me quité la camiseta y saqué la cámara. Volví al mar y dediqué mi atención en conseguir sacar las mejores fotos. Aunque, por muy concentrada que estuviera el olor de Souta hizo que me olvidase de las fotos y corriera a él. ¡¡Había venido!! Me puse muy contenta al verlo y casi salté sobre mi marido, rodeando su cuerpo con mis brazos y riendo por lo que había dicho de la galleta. Él también se veía delicioso, pero justo cuando se lo iba a decir miré la sangre que llevaba en la camisa.
-¿Y esto? ¿Estás bien?
Pregunté mirando a mi koi con un deje de preocupación, aunque se le veía perfectamente. Esas manchas en su camisa sólo eran evidencias de su trabajo y por suerte no era suya, la sangre. Me preocupaba que pudieran hacerle algo.

-¿Qué has estado haciendo?
Pregunté mientras le miraba de forma curiosa. Cuando habíamos llegado al hotel había recogido una maleta en la recepción y supuse que era un arma que usaría para cumplir sus obligaciones en este país. ¿Quién había sido la víctima esta vez?
Pero dejé el tema. Ahora se había acabado el trabajo, estaba conmigo y debíamos relajarnos en la playa y aprovechar el tiempo juntos. Me puse de puntillas, apoyé mis manos en su pecho y le dejé un beso en los labios.
-¿Quieres bañarte?
Señalé el mar con la cabeza y sonreí. Al momento me aparté de él y le hice una foto antes de apagar la cámara y dejarla en el bolso con mi ropa. ¡Había salido muy guapo!
Me acerqué un poco a la orilla y esperé a que él viniera.

ya, no pude evitarlo cuando la galletita digo la leona en bikini se acerco toda sexymente leonezca como solo ella lo era. me di cuenta que iba a decir algo, seguramente para contestar el halago que le dije pero oh! santas mermeladas de fresa! tenía que ver la sangre en la camisa. me miro con eso que dicen es preocupacion y pregunto si estaba bien a lo que asentí cuando me quitaba el saco, ya me sentía pedazo de carne en parrilla. entonces recordé lo que se supone iba a ser la explicación. "di mermelada de fresa! di mermelada de fresa!"

ya sabes trabajo es el trabajo. el niño Souta jugaba con los niños malos, que se portaron muy mal, asi que darles una leccion porque si no, al niño Souta no le darian sus estrellitas de buen comportamiento en la frente. ya sabes esas estrellitas indefensas de 50mil por cabeza. y fueron 5! asi que ya sabes lo bien que se porto el niño Souta. hasta me manche del rellenito jugoso de los niños malos. -w-

ya no me dio tiempo de reirme como niño bueno (muajajajjajajajajjaajajjajajajajjajajajjajajajajajajajjajajajajjaajjajajajja!!!!!!!) porque me dio un besito y señalo el mar preguntando si queria bañarme. en serio? solo bañarme? lo preguntare una vez mas........ SOLO BAÑARME?!!!! le daria más que baño -w- pero hizo algo que pagaria caro, muy caro. saco una foto y se alejó de ahi despues de la travesura. decidi que no se quedaria así y tiré el saco en la arena y corrí tras ella con feas, MUY FEAS intenciones de aventarle contra el agua junto conmigo. MUAJAJJAJAJA!

galletita remojada!!!

fue un tacleo digno de la NFL, que digo la NFL, digno de un guerrero bárbaro o cosa parecida. el pelo de la leona ya no estaba tan aleonado como siempre, ahora era gatita mojada........ eso me recordo.......... camisetas.......... mojadas................... rawrrrrr! eso le iba bien a mi leona -w-!!!!!

Él iba contándome la explicación de qué era lo que había pasado con su camisa, aunque con una versión infantil y graciosa. Sonreí antes de besarle al escuchar lo que tenía que contar. Había estado matando a cinco mafiosos para conseguir dinero y lo contaba como si nada hubiese pasado, la cosa más normal del mundo, claro.
Tenía una gran capacidad para restarle importancia a cualquier tipo de asunto. Era una cosa que me gustaba tanto… Cuando parecía que el problema era grande Souta acababa haciéndolo una tontería.

Acabé de sacarle la foto y casi al instante después de dejar la cámara en el suelo se abalanzó sobre mí en un movimiento de jugador de rugby. Salimos volando los dos y caímos en el agua con un sonoro splash. Saqué la cabeza del agua y me aparté el pelo, ahora completamente empapado, mientras me reía por lo que había hecho.
-¡Tonto! –Siempre le decía así ya, y ahora se lo había merecido.

Comencé a moverme y a nadar con movimientos tan sincronizados que parecía una sirena, pero con piernas. Agarré su mano y le atraje para que nadase conmigo un rato.
-Está muy bien el agua y ahora, que no hay nadie, se está mejor.
Comenté mientras me quedaba flotando boca-arriba a su lado mirando el cielo que estaba rosáceo por el paso de la tarde a noche. Acaricié su mano mientras la tuve entre las mías y le dejé algún que otro beso en su brazo una vez hube dejado de flotar. Sin poder evitarlo o esperar mucho más me abracé a él rodeando su cintura con mis brazos y apoyando mi cabeza en su torso en un gesto tierno. Era algo que me gustaba mucho, podía disfrutar mejor de ese tenue calor que desprendía –o al menos, más que yo, que no era difícil- y de su efluvio más cerca. Estuve así durante un ratito sin moverme siquiera.

-Te quiero… Y me gusta que me hayas traído contigo de viaje. Esto me encanta.
Con “esto” no supe bien si englobar el momento que estaba teniendo con él, los sitios que había podido ver en el viaje o todo, en general. Sólo estaba segura de encontrarme feliz. Le dejé un besito en el torso y luego siguieron otros muchos más recorriendo su pecho, cuello y boca.

No paraba de darle tiernos besos a Souta por su pecho, recorriendo la clavícula, cuello y también por la cara, intentando encontrarme con su boca, cosa que no tardó en pasar porque estaba dispuesto a corresponderme los besos y a abrazarme. Me encantaba que me abrazara, me sentía tan protegida…

Su comentario sobre dejarlo embarazado me hizo reír y después de llamarle “tonto”, de nuevo, volví a besar esos labios que tanto me gustaban. Con mis manos acariciaba su espalda, pero pronto las llevé a su rostro –acariciando, de camino, su torso- y le aparté el pelo, empapado, con delicadeza sin dejar de besarlo en ningún momento, entrelazando después mis dedos a la altura de su nuca.

El beso era lento al principio. Por suerte o por desgracia, era una chica mucho más tierna de lo que intentaba aparentar –y yo que me burlaba de mi bff por melosa, pero a veces llegaba a superarla en esas cosas-. Necesitaba sentir el cariño y la calidez que desprendía cuando me correspondía los besos que le daba.

Me sentía tan bien a su lado… Pero tampoco era de piedra y tener a Souta a escasos milímetros de mí, empapado, con la camisa -semitransparente ya- pegada a su torso y marcando su espalda, su pelo tan mojado que parecía salido de un anuncio de gel fijador… No tardé en subir la intensidad de ese beso poco a poco.

-Te amo. –Le recordé entre beso y beso atrayéndole un poco más hacia mí con una de mis manos entre su pelo mientras que con la otra bajaba por su cuerpo esta vez desabrochando la camisa aprovechando para acariciar su pecho y abdomen. ¿Cómo podía gustarme tanto ese hombre?

La mano que antes estaba en su pelo comenzó a bajar mientras que la otra subía, quedando ambas a la altura de sus hombros para hacer que la camisa cayese al mar, aunque la atrapé y la puse en una roca que teníamos al lado.
Volví a mirar a Souta y quedé como embobada durante un instante pero al reaccionar le dediqué una cálida sonrisa antes de rodear su cintura con mis brazos y recorrer su pecho y cuello a besos, dejándole pequeñas mordiditas buscando de nuevo el toque pasional, bajando un poco mis manos…

Esos besos por mi cuello y hombros me hacían estremecer notablemente. Sentía pequeñas oleadas de placer al contacto de sus labios con la piel de mi cuello. Estaba siendo un momento candente que aumentaba la pasión de ambos. Me pegué más a Souta buscando sentirlo más e incliné la cabeza para facilitarle que siguiera sus besos.

De pronto me quitó la parte de arriba del bikini, y sonreí de lado cuando dijo que se hacía de la forma indecente. Quedando abrazada a él me cargó en brazos, dejando mis piernas a los costados de él, y las enlacé en torno a su cintura, apoyando las manos en sus hombros.

-No sé… -Comenté con tono provocador-… ¿Qué piensa el señor Harada? ¿Le apetece pasar un buen rato?
Dije a la vez que recorría su cuello a besos y mordisquitos por todos lados. En uno de los mordisquitos que le daba hice que le saliera un hilito de su deliciosa sangre, y pasé la lengua suavemente para atrapar las gotas que iban por su cuello.

-Tiene una sangre muy deliciosa... Que puede hacer enloquecer a cualquiera…
Dije contra sus labios, aun degustando la sangre más rica que había probado. Acto seguido empecé a comerme su boca con ferocidad.  Deseaba a Souta, y lo deseaba mucho…  Con una de mis manos aparté su pelo de la cara, contemplándolo durante un momento y sin poder evitarlo sonreí. Estaba contenta de tener a Souta para mí, en este momento me sentía como en una nube, pero no me demoré tiempo y me lancé de nuevo a degustar sus labios con avidez, haciendo que su lengua jugase con la mía. Recorrí su cuerpo con las manos, sabiendo que Souta podía cargarme sin problemas y no me caería aunque soltase mis manos, las cuales aprovechaban para recorrer cada centímetro de su piel de forma lujuriosa.

Aprovechó que devoraba su piel con mis mordiditas y besos para decirme al oído que pensaba cosas muy malas… Ese susurro me encendió más aún de lo que ya estaba y provocó que mis mordiditas fueran más pasionales y deseosas de él.

De pronto me vi tumbada sobre la arena de la playa, en la orilla y Souta sobre mí. Su tono en la siguiente frase fue el de siempre, con un deje de humor en todo y reí un poco cuando dijo lo del primer heredero Harada. Ya lo habíamos hablado, no me sorprendía. Souta ya me había dicho en otras ocasiones que le hacía ilusión tener un bebé conmigo y yo, por supuesto, acepté desde el primer momento. Se podía intentar… Lo bueno es que si no salía en esta vez tendríamos que seguir intentándolo. Pensé con una sonrisita traviesa a la vez que él devoraba mi abdomen a besos e iba subiendo hasta mis pechos desnudos. En ese momento comencé a estremecerme un poco al notar sus labios en esas zonas tan sensibles.

Cuando se detuvo para decir la siguiente frase miré su rostro mientras sonreía como embobada y apartaba varios mechones de cabello de su cara, a tiempo que me decía que me amaba y sería su leona por siempre.

-Yo te amo más, y sí, estaré siempre contigo…

Levanté un poco la cabeza para juntar mis labios con los suyos mientras los nudos de mi bikini se iban aflojando. Mis manos se hicieron sitio una en su nuca enredando los dedos entre ese cabello que tanto me gustaba, y la otra recorría su espalda hasta llegar a su pantalón.

-Creo que todo esto sobra. ¿O no?

Sonreí de forma juguetona y desabroché el botón de su pantalón para empujarlo con ayuda de mi don, y quitárselo, llevándome también los bóxers. Dejé besos por su cuello, volviendo a dejar un pequeño punto de sangre para probar una deliciosa gota; besos por sus hombros y parte de su torso tan cálido para mí…  Mis manos seguían perdiéndose por abajo acariciando el miembro de Souta que estaba ya completamente desnudo y ….muy excitado. Subí los besos de nuevo recorriendo su cuello, la barbilla y me detuve un segundo.

-Te amo.

Susurré contra sus labios y dejé un beso en la comisura, volviéndome para degustar su boca con pasión.
No creo que hubiese palabras para demostrar lo mucho que quiero a Souta. Por mi mente pasó que si mi corazón latiese lo haría como caballo desbocado al sentir tan cerca a ese sensual hombre que era capaz de volverme loca.
En ningún momento dejé de masajear la hombría de mi marido, buscaba enloquecerlo más.