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L'enfant en héritage / Abandonado
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Twilight Moon :: Europa :: Francia :: Paris
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L'enfant en héritage / Abandonado
por Uriel S. Cansbell Sáb Sep 14, 2013 3:39 pm
-¡Con un demonio! Maldito aparato de Lucifer ¿que esperas para comenzar a sonar?
El aparato estaba frente a mi, podía sentir el peso metálico de sus engranajes estúpidamente livianos entre mis manos. ¿Qué había sucedido con la iglesia? ¿En qué momento habían dejado filtrar la tecnología del demonio en nuestra sociedad? Muy muy mal, se pudrirían todos en el infierno por permitir semejantes atrocidades pero la caja de imágenes en el cuarto de hotel había dicho claramente que la música se escucharía en mejor calidad. Moví mis dedos sobre el vidrio, el fondo blanco del iPod no sé cuál casi derretía mis ojos pero al menos ya había comenzado a sonar. Parecía música de ascensor, moví mi cabeza al ritmo que marcaba la melodía, parecía hecha también con tecnología de satanás pero al menos era entretenida.
Cuando la tonada terminó, no volvió a sonar nada diferente, tan sólo se repitió y así sucesivamente hasta que las barritas a un lado de la pantalla se acabaron y el aparato se apagó. Extraño. No le di más importancia y lo metí nuevamente en la caja, echándolo al interior de la bolsa de la compra. Stark tendría que guiarme por los senderos de la oscuridad tecnológica, mientras tanto al menos ya había aprendido los nombres algunos inventos de la era moderna y, claro, me había comprado montones de ropa. Aunque rara, esta era mucho más fresca y cómoda. Caminaba por las calles parisinas cubriendo mis rasgos asiáticos con unos lentes, me gustaban los lentes ya que Stark los usaba de vez en cuando para cubrirse del sol. Era una tarde especialmente nublada pero (curiosamente) tanto tiempo dormido me había dejado cierta sensibilidad en los ojos. Las damas de la sociedad moderna parecían las cortesanas de mi época y parecían tener una mayor independencia. ¿Acaso ya no respetaban a los hombres? Muy malo aquello, irían también al infierno por desobedecer al señor Jesucristo. Dejé caer mi cuerpo sobre el pasto de lo que parecía ser el parque infantil de una plaza poco concurrida, cerré mis ojos y dejé que el sueño me venciera.
El aparato estaba frente a mi, podía sentir el peso metálico de sus engranajes estúpidamente livianos entre mis manos. ¿Qué había sucedido con la iglesia? ¿En qué momento habían dejado filtrar la tecnología del demonio en nuestra sociedad? Muy muy mal, se pudrirían todos en el infierno por permitir semejantes atrocidades pero la caja de imágenes en el cuarto de hotel había dicho claramente que la música se escucharía en mejor calidad. Moví mis dedos sobre el vidrio, el fondo blanco del iPod no sé cuál casi derretía mis ojos pero al menos ya había comenzado a sonar. Parecía música de ascensor, moví mi cabeza al ritmo que marcaba la melodía, parecía hecha también con tecnología de satanás pero al menos era entretenida.
Cuando la tonada terminó, no volvió a sonar nada diferente, tan sólo se repitió y así sucesivamente hasta que las barritas a un lado de la pantalla se acabaron y el aparato se apagó. Extraño. No le di más importancia y lo metí nuevamente en la caja, echándolo al interior de la bolsa de la compra. Stark tendría que guiarme por los senderos de la oscuridad tecnológica, mientras tanto al menos ya había aprendido los nombres algunos inventos de la era moderna y, claro, me había comprado montones de ropa. Aunque rara, esta era mucho más fresca y cómoda. Caminaba por las calles parisinas cubriendo mis rasgos asiáticos con unos lentes, me gustaban los lentes ya que Stark los usaba de vez en cuando para cubrirse del sol. Era una tarde especialmente nublada pero (curiosamente) tanto tiempo dormido me había dejado cierta sensibilidad en los ojos. Las damas de la sociedad moderna parecían las cortesanas de mi época y parecían tener una mayor independencia. ¿Acaso ya no respetaban a los hombres? Muy malo aquello, irían también al infierno por desobedecer al señor Jesucristo. Dejé caer mi cuerpo sobre el pasto de lo que parecía ser el parque infantil de una plaza poco concurrida, cerré mis ojos y dejé que el sueño me venciera.
Última edición por Uriel S. Cansbell el Vie Dic 20, 2013 4:49 pm, editado 2 veces
Uriel S. Cansbell- Mensajes : 21
Re: L'enfant en héritage / Abandonado
por Kain Angelgrave Sáb Sep 14, 2013 6:56 pm
Nada había pasado, nada que sembrara dudas y aun así, si un cálido sentimiento, sentimiento bien merecido pero que asqueaba con cada tonada de el recuerdo de sus últimas noches en parís, extraña la ciudad que vio brillar, arder, revivir, brillar, y arder otra vez, aunque nada le traía mejores recuerdos que las ganancias que le pudo sacar a su ocupación por una banda peculiar que sin saberlos había llegado a ayudar, ideales de resistencia y libertad que siempre son la justificación para el héroe en las incontables que cruzaron sus secos dedos.
_Tonterías melancólicas y sueños de libertad del mártir... -se le escapo como un sorbo de información condimentado con burla.
Acatar negocios de día nunca es bueno para la cobertura del comerciante oscuro, pero necesario para aliviar sospechas. estrategia, estrategia, estrategia... mueves una pieza al frente y la otra la haces retroceder, hasta este juego iba y venía entre sus costumbres diarias. revisa nuevamente su reloj en busca de fallo en sus cálculos, nada de qué preocuparse, debería de estar cerca de su próximo contrato.
_Ruko... ¿no tengo que recordarte nuestra próxima cita? -siempre con un tono condescendiente que ocultaba una amenaza- apresúrate.
Su chofer asintió con la cabeza y se puso para interceptar la presa de su jefe. Pequeño hombre con una inocencia palpable en sus inseguras respuestas, pero al fin y al cabo útil y mientras durara bajo al servicio del comerciante, respetaba mucho y era servicial, debía serlo, se movía en silencio y rápido, debía hacerlo, temeroso aunque no entendía bien el porqué su jefe le hacía sentir así, debía sentirlo. Continuaron su silenciosa platica hasta llegar a un parque infantil algo desolado, por suerte, ahí recogerían el paquete si este se dejaba. Ruko se estaciono y al segundo de apagar el motor bajo con una sombrilla para cubrir del sol a su señor. Kain Angelgrave... nunca solía hacer estas incursiones bajo la luz de su mortal enemigo, pero negocios son negocios y luego de bajar de la limosina se acomodo la gabardina y reviso por ultima su reloj -Rodara la cabeza de alguien si me vendió la información equivocada- su mirada siempre fija en las manecillas al pronunciar estas palabras, comenzó a caminar, al estar frente de un joven que en su percepción era un poco desalineado, detuvo sus pasos.
_¿Me permite un segundo de su inmortalidad? -su mirada tras sus lentes oscuros se empezó a oscurecer.
_Tonterías melancólicas y sueños de libertad del mártir... -se le escapo como un sorbo de información condimentado con burla.
Acatar negocios de día nunca es bueno para la cobertura del comerciante oscuro, pero necesario para aliviar sospechas. estrategia, estrategia, estrategia... mueves una pieza al frente y la otra la haces retroceder, hasta este juego iba y venía entre sus costumbres diarias. revisa nuevamente su reloj en busca de fallo en sus cálculos, nada de qué preocuparse, debería de estar cerca de su próximo contrato.
_Ruko... ¿no tengo que recordarte nuestra próxima cita? -siempre con un tono condescendiente que ocultaba una amenaza- apresúrate.
Su chofer asintió con la cabeza y se puso para interceptar la presa de su jefe. Pequeño hombre con una inocencia palpable en sus inseguras respuestas, pero al fin y al cabo útil y mientras durara bajo al servicio del comerciante, respetaba mucho y era servicial, debía serlo, se movía en silencio y rápido, debía hacerlo, temeroso aunque no entendía bien el porqué su jefe le hacía sentir así, debía sentirlo. Continuaron su silenciosa platica hasta llegar a un parque infantil algo desolado, por suerte, ahí recogerían el paquete si este se dejaba. Ruko se estaciono y al segundo de apagar el motor bajo con una sombrilla para cubrir del sol a su señor. Kain Angelgrave... nunca solía hacer estas incursiones bajo la luz de su mortal enemigo, pero negocios son negocios y luego de bajar de la limosina se acomodo la gabardina y reviso por ultima su reloj -Rodara la cabeza de alguien si me vendió la información equivocada- su mirada siempre fija en las manecillas al pronunciar estas palabras, comenzó a caminar, al estar frente de un joven que en su percepción era un poco desalineado, detuvo sus pasos.
_¿Me permite un segundo de su inmortalidad? -su mirada tras sus lentes oscuros se empezó a oscurecer.
Kain Angelgrave- Mensajes : 8
Re: L'enfant en héritage / Abandonado
por Uriel S. Cansbell Lun Sep 16, 2013 6:36 pm
Había un prado salvaje, lleno de bichos por ahí, sangre y algunas cabezas regadas por todo el lugar. ¡Era tan hermoso! Allí estaba ella, una mujer de unos 64kilos, vestía de color ciruela y bailaba con la gracia de una orca en el agua sobre un estanque rojo; nada podría haber igualado su belleza. Me acerqué, corrí detrás de ella pero el pasillo se hacía cada vez más angosto mientras la mujer se convertía en un susurro lejano, una utopía inalcanzable en la mente de un hombre cuyo único resquicio de cordura era el tormento de un pasado imborrable... ¡Cairenn!
-¡Cairenn!- salté de mi sueño mientras mis ojos se abrían de golpe y miraba de un lado a otro, buscando al maldito Morzat el terrible. No estaba allí, debió escapar luego de darme aquella terrible y hermosa pesadilla. Un par piernas aparecieron en mi rango de visión, alcé la mirada, era un vejete que bien podía ser mi abuelo.
-Ahhh eres tú... ¡sí tú! ¡El maldito que mató a Spike!- no tenía ni la menor idea de quién era aquel hombre, pero de todos modos no tenía intenciones de saberlo-. ¡Vete antes de que te demande por matar a mi perro, cabrón!
¡Spikeeee! ¡Maldito cabrón! ¿Cómo se atrevía a hacerle eso a Spike? ... ¡Un momento! ¡Pero si yo nunca había tenido ningún perro! Me eché nuevamente al suelo, olvidando por completo la intervención del ciudadano ceniciento. Hacer amigos no era lo mío, ni las mascotas, por eso nunca había tenido una. Cerré mis ojos nuevamente mientras me rascaba una pompa sin importarme demasiado nada a mi alrededor. ¡Un momento! Me levanté de golpe como la momia que había visto en la caja de imágenes. Aquel hombre tenía un olor peculiar, me puse en pie en un parpadeo y me arrojé encima de él, como el híbrido civilizado que era, para olfatear su cuerpo.
-Tú, hueles a esa maldita mujer. ¡Entrega a la bruja y la vaca no morirá!
Me alejé del hombre que se juntaba con brujas, ellas no me agradaban en absoluto desde que me habían puesto a dormir como si fuera un perro rabioso. ¡Entendía lo de rabioso pero ¿lo de perro?! ¿PERRO? ¿En qué estaban pensando las mujeres del infierno cuando tuvieron la tierna idea de ponerme a soñar eternamente? ¿En dulces y regaliz? Creía que iba a despertarme algún día y les iba a agradeces por sus buenos actos. ¡NO! No, aquello no podía ser, ni con el perdón de nuestro señor Jesucristo y los 14 apóstoles o cuantos pirados fueran.
-¡Cairenn!- salté de mi sueño mientras mis ojos se abrían de golpe y miraba de un lado a otro, buscando al maldito Morzat el terrible. No estaba allí, debió escapar luego de darme aquella terrible y hermosa pesadilla. Un par piernas aparecieron en mi rango de visión, alcé la mirada, era un vejete que bien podía ser mi abuelo.
-Ahhh eres tú... ¡sí tú! ¡El maldito que mató a Spike!- no tenía ni la menor idea de quién era aquel hombre, pero de todos modos no tenía intenciones de saberlo-. ¡Vete antes de que te demande por matar a mi perro, cabrón!
¡Spikeeee! ¡Maldito cabrón! ¿Cómo se atrevía a hacerle eso a Spike? ... ¡Un momento! ¡Pero si yo nunca había tenido ningún perro! Me eché nuevamente al suelo, olvidando por completo la intervención del ciudadano ceniciento. Hacer amigos no era lo mío, ni las mascotas, por eso nunca había tenido una. Cerré mis ojos nuevamente mientras me rascaba una pompa sin importarme demasiado nada a mi alrededor. ¡Un momento! Me levanté de golpe como la momia que había visto en la caja de imágenes. Aquel hombre tenía un olor peculiar, me puse en pie en un parpadeo y me arrojé encima de él, como el híbrido civilizado que era, para olfatear su cuerpo.
-Tú, hueles a esa maldita mujer. ¡Entrega a la bruja y la vaca no morirá!
Me alejé del hombre que se juntaba con brujas, ellas no me agradaban en absoluto desde que me habían puesto a dormir como si fuera un perro rabioso. ¡Entendía lo de rabioso pero ¿lo de perro?! ¿PERRO? ¿En qué estaban pensando las mujeres del infierno cuando tuvieron la tierna idea de ponerme a soñar eternamente? ¿En dulces y regaliz? Creía que iba a despertarme algún día y les iba a agradeces por sus buenos actos. ¡NO! No, aquello no podía ser, ni con el perdón de nuestro señor Jesucristo y los 14 apóstoles o cuantos pirados fueran.
Uriel S. Cansbell- Mensajes : 21
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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