Una mujer despechada es mas peligrosa que cualquier Vampiro

Una mañana las cosas eran más extrañas, los sonidos eran agudos, mis ojos veían a grandes distancias sin necesidad de traer mis lentes de aumento puestos, todo parecía mejor, me había convertido en una mujer hermosa de la noche a la mañana, parecía que todos me veían con ojos de atracción hombres y mujeres por igual, yo no sabía que ocurría hasta que Salí al sol… mi piel ardía, me quemaba, empezaban a salir llagas en mis manos, cara, y cada parte de mi cuerpo expuesta al sol como si alguien estuviera poniendo fuego sobre estas partes. Apenas alcance a ponerme en las sombras mi cuerpo volvió a la normalidad, no entendía que pasaba, estaba muy aterrada… no sabía si eso duraría poco tiempo o de qué clase de enfermedad se trataba, lo único que sabía era que de ahora en adelante mi enemigo número uno seria el sol. No sabía cómo enfrentar la situación que me estaba pasando, no sabía si lo mejor era contárselo a alguien o si era bueno seguir ocultándome del sol y de las personas, saliendo solo por las noches, escapando por las sombras. Infinidad de veces intente reunir el valor para solo pararme ante el amanecer y dejar que las llamas del sol me consumieran, pero era demasiado cobarde para eso, no podía permitirme pasar por aquel dolor que había experimentado la primera mañana.

Lo que no sabía era que las cosas estaban por terminar muy pronto. Una noche vagaba por las calles sin un rumbo definido, algo llamo mi atención, se trataba de una pelea callejera en la que estaba involucrada mucha sangre… eso… eso fue como un ¡BUM! Para mis sentidos, mi garganta ardía, mis manos temblaban, yo me sentía débil, sentía mi boca mas reseca de lo normal, no había ni una sola gota de saliva. En cuestión de segundos yo me encontraba llena de sangre sentada en un callejón con la mirada perdida, no sabía lo que había ocurrido minutos antes lo único que sabía era que mi cuerpo se sentía fantástico. Una mujer de no más de un metro y setenta centímetros me veía con los ojos entrecerrados , yo me sentía mal con su mirada sobre mí, pude notar que mi ropa estaba bañada en sangre y no podía recordar nada, mi cuerpo no tenía ni una sola herida así que era más lógico que la sangre fuera de alguien más. –Vampiro- murmuro aquella mujer, mis ojos se abrieron a su máximo y no pude entender lo que intentaba decir esa mujer ¿Acaso no sabía que eso era una leyenda? Los vampiros no existían, era sumamente absurdo.

Después de una explicación acerca de cosas sobrenaturales y un tanto de estupideces, caí en cuenta que yo era un ser inmortal, un ser con dotes como ningún humano, un ser con belleza extrema, un ser con la capacidad de quitarle la vida a cualquiera en tan solo unos segundos, pero el castigo de ser un Vampiro radicaba en que era imposible caminar a la luz del día, estábamos condenados a caminar en la oscuridad, a vivir en las sombras. Después de esa noche Naurisha la mujer que me había encontrado en aquel callejón y yo nos hicimos amigas, nos veíamos cada noche y platicábamos de cosas que ella podía ver durante el día y yo no, sinceramente la envidiaba por ello. Una noche, cuando llegue a su casa ansiosa para hablar de lo que había pasado el día de hoy, encontré una nota que decía: “Se que sabrás como aprovechar la luz del día” esta nota se encontraba sobre un collar con un dije hermoso
En su habitación se encontraba ella pero se encontraba sin vida. Sin duda era el momento más difícil que había pasado pero eso me había hecho más fuerte, ahora podría seguir con mi eternidad, podía caminar a la luz de día en tanto no me quitara aquel collar que mi amiga me había regalado.

Mi vida parecía ir divertida, nunca me daba el tiempo de aburrirme, disfrutaba de cada cosa que se me presentara. Creí estar destinada a la soledad, hasta que lo conocí… era maravilloso, el hombre más perfecto que había conocido en mi vida, el era parecido a mí, era un hibrido. Iniciamos una relación al poco tiempo de conocernos, una relación que haría que yo perdiera la noción de todo lo que estaba a mí alrededor, vivía para él y solo para él.

Existe una frase muy famosa “Nada es para siempre”…. Una mañana el se había ido… espere días, semanas, meses, pero nunca volvió. Estaba furiosa, destrozada, desconsolada y con inmensa sed de venganza. Jure que ningún hombre volvería a causarme tanto daño y así fue cuando murió la inocente Larissa y nació la fuerte, la capaz de matar sin piedad, sin preocupación. Mi venganza sería algo que llevaría a cabo sin importar el tiempo. Con mi belleza fue fácil conseguirme los peones necesarios para crear mi propio clan, dándole alas a cualquier hombre consigues lo que muchos quisieran, consigues que caminen de rodillas por ti sin mayor problema. El único objetivo de mi clan seria acabar con cada uno de los Híbridos existentes, sacando un beneficio de ellos… no tarde mucho en comprender que algunos vampiros se volvían dependientes de la sangre de híbrido, así que empezó el trafico. Andrik se convirtió en su más fiel seguidor y amante, a través de el controlaba todo el negocio sin tener que meter ella las manos, prefería permanecer al margen, permanecer oculta y que nadie supiera la verdadera identidad de la jefa. Prefería seguir siendo la marionetista detrás del telón.