Conociendo a mi familia adoptiva – Helena Dumort.

No sabía porque volvía a casa de mis padres adoptivos; Deborah Devour y Eiven Dumort. Supongo que quería arreglar las cosas con mi madre, aunque después de aceptar contra mi voluntad que me casará con el brujo Axl no me sentía para nada segura en esa casa. Sobre todo después de que Aleric tratase de cenarme y de la promesa que había hecho a Irena, con quien vivía ahora. Aunque supongo que si estaba Deb no habría roto la promesa, aunque eso no podía afirmarlo aún.

Terminé de fumarme un cigarro a la entrada de la casa, necesitaba calmarme. Aunque solo terminé maldiciendo para mi misma el aún no ser fotosensible. Como humana que era no sabía como defenderme y mucho menos podía competir en fuerza con mi madre, menos con los dos híbridos que ya conocía... Mi tío y mi padre... Aunque mi tío ya no me preocupaba tanto ya que estaba en el clan de Robert, mi protector, pero no podía decir lo mismo de mi padre. Robert me había dicho que eran de temer e Irena que eran bastante peligrosos.

Dí una última calada a mi cigarro y después de apagarlo abrí la puerta con mi llave. Supuse que Deb no intentaría encerrarme de nuevo como la última vez que la visité. Sobre todo porque ahora se suponía que vivía con mi prometido, aunque de nuevo, esa idea no terminaba gustándome. Me habían informado de que tenía otra tía, hermana de mi padre, pero eso tampoco me tranquilizaba. Solo esperaba que fuera amable como Aleric en un principio. Debí haberme quedado con Aleric como quería en un principio mi madre, pero ahora creo que estaba enamorada de Irena...

Entré a la casa caminando tranquilamente, aunque en parte me sentía mal por merodear por ahí sabiendo al peligro que me enfrentaba... Me dirigí a la sala y me quede sentada en el sofá cuando una leve depresión me forzó a quedarme sollozando un poco. Mi nueva vida de no ser por Irena sería incluso peor que la antigua. Al menos antes no me afectaba el que no tuviera que obedecer todo lo que me decían ya que ese era mi papel, pero ahora ya había probado la desobediencia y comprendido que mis acciones podían tener malas consecuencias. Y Así con un último seguí sollozando tratando de tranquilizarme mientras esperaba que apareciera alguien que si me escuchara.

Estaba en... ¿casa? Era raro decirle éso a mi nuevo lugar, ya que no había llegado hace demasiado tiempo y todavía no me acostumbraba a toda la vida nueva, y a la gran hospitalidad de Ale. Eiven... Él era otra cosa. No me llevaba tan bien con él desde todo el problema que hubo con los humanos. Hice una mueca de asco, mientras me peinaba mi pelo rojo y sedoso. Humanos... Que cosas extrañas. No me agradaban, a pesar de que la brujita humana del otro día me había demostrado que no todos son iguales. Hice otra mueca. Sí, creo que todos son iguales, excepto los brujos.

Me quedé pensativa, casi mirando hacia la nada, cuando escuché a alguien en la sala. Fruncí el ceño. Si hubiera sido Ale, hubiera venido directamente a verme. Y si hubiese sido Eiven... Al menos hubiese avisado que estaba acá.

Bajé las escaleras lentamente, con el ceño fruncido y los dientes afuera, lista para atacar si era necesario. Olí sangre humana. Sonreí de costado.
Al entrar en la sala, la vi ahí. Una morocha que tenía aspecto bastante malo.
- ¿Quién se supone que eres? - Pregunté, mirándola de arriba a abajo-. ¿Y qué se supones que haces en mi casa? - Me agazapé ligeramente, casi imperceptible, preparándome para atacar, por las dudas.

Pude sentir como siempre que alguien bajaba las esclareas, quería hablar con Deb, pero a la vez no estaba segura de que si quería esa persona fuese ella. Aun así, me limpie unas lágrimas que habían corrido en mi rostro antes de que entrara en la sala. No quería que me vieran así. Y tras unos segundos pude contemplar a una mujer que no era Deb... Tampoco era Isis, la única amiga que conocía de ella. Podía tratarse de la hermana de Eiven, aunque no estaba segura y sus palabras me hicieron pensar que era una allanadora. Bien sabía que en esa casa yo era la única humana a la que se le permitía entrar con cierta tranquilidad, así que lo más seguro era que la mujer ante mi no era humana.

– Victoria Devour... Hija adoptiva de Deobrah y Eiven – Dije algo insegura ya que bien podía estarle dando información a la persona equivocada, aunque si ella decía que era su casa probablemente la dejaban quedarse y era efectivamente mi tía. – Vine a ver a mis padres, aunque supongo que no están en casa – Volví a hablar, tratando de que mis palabras salieran con más seguridad. Pensé entonces en marcharme recordando la promesa que le hice a Irena, pero tenía curiosidad por saber quien era la nueva integrante de la casa.

Me levanté del sofá para mirarle de frente. Sus palabras y el hecho de haber sido criada por una vampiresa me hicieron entender que la mujer estaba siendo hostil, así que no me moví un paso de donde estaba ya que no quería provocarla. – ¿Y usted es...? – Pregunté recordando mis modales y quién podría ser la mujer con la que hablaba.

Hice una mueca al escuchar que era la hija adoptiva de mi hermanito mayor. Así que ésta era la humana, ¿eh? La estudié ligeramente, mirándola de arriba a abajo, dejando ver mi desprecio hacia los humanos.
- Así que eres tú... - Dije, algo ida, entrando completamente a la sala y dirigiéndome hacia el sofá, recordando algunas conversaciones que tuve con ambos hermanos... Y algunas peleas-. No, no están en casa, ninguno de los dos ni tampoco Aleric - Dije mirando al resto de la sala.

- Yo - Me presenté, poniéndome un dedo en el pecho, y con la otra mano acomodándome el pelo-, soy Helena. La hermana de Aleric y de Eiven. Sería tu... Tu... Tía - Finalicé la oración contemplándola, con una mueca extraña. Era rara, como toda humana.

Me senté en el sillón y me crucé de piernas, volví a correrme el pelo de la cara y la seguí observando. Había rastros de lágrimas en su rostro. ¿Debería preguntarle qué le pasó? Simplemente, no sabía cómo actuar frente a ella.
- ¿Estás bien? - Pregunté, algo distante. Supongo que esa pregunta era la correcta que debía hacer.

Y si, efectivamente era mi tía...

Note su mirada de desprecio hacía mi, normalmente no me habría afectado viniendo de un extraño. Aunque en si lo era, pero era parte de mi familia. No sabía que tenía en mi contra, pero trate de no mostrarle lo que sentía. La vi sentarse en el sofá donde yo estaba sentada y entonces se presento y comenzó a hablar... Si sentí miedo al saber que Deborah no estaba en casa y no pude evitar sentirme culpable al estar rompiendo la sorpresa.

Suspiré cuando Helena terminó de hablar. Si era mi tía, pero definitivamente no era como los varones Dumort que ya había conocido. Eiven nunca me miro con despreció y Aleric, bueno a estas alturas de la presentación ya me estaba abrazando. Me preguntó si me encontraba bien al final y dude en responderle al principio. Me senté al otro extremo del sofá, algo alejada de ella. Sabía que era híbrida gracias a Deborah y había prometido que iba a tener cuidado. Me pregunté si sabía lo de la boda con Axl... Mire hacía otro lado al pensar en eso y luego asentí al escucharla pensando que tampoco iría a importarle lo que tuviera que decir.

– Es un placer conocerla, tía Helena – Dije cordialmente para luego suspirar y bajar la mirada – Si, estoy bien... Gracias por preguntar – Volví a hablar para responder a su pregunta y trate de forzar una leve sonrisa al mirarla. No sabía que más decir, la verdad lo más lógico que podía hacer entonces era retirarme, pero debía admitir que extrañaba un poco esa casa.

La observé detenidamente cuando se sentó en el sofá. Yo estaba sentada muy erguida, y comencé a acariciar mi cabello con suavidad.

- Lo... mismo digo - Dije mirándola, y luego mirando hacia el centro de la sala. Sabía que tenía que ser 'buena', al menos éso había dicho y pensado, porque era alguien que quería mi hermano, pero tampoco podía pretender que estaba encantada de todo lo que había pasado con el asunto de los humanos. Sinceramente, era algo que no podía creer. Y bueno, ni hablar de la traición de mi hermano a nosotros, a la familia, a mí.

Me agradeció por haberle preguntado... Era extraño. Ningún humano nunca me dijo 'gracias', a menos que esperaran algo a cambio (y siempre terminaban muertos). Era una sensación rara.
- No te preocupes, supongo que es lo que tenía que decir - Dije encogiéndome de hombros.
La miré, no sabía qué podía decirle... Suponía que debía aclararle que no tenía nada en contra de ella específicamente. Supongo que Ale pensaría que es lo correcto, pero, ¿cuándo hice yo lo correcto?

Era amable o al menos intentaba serlo, aunque aún no tenía como saber si era solo por ser su sobrina o quería comerme. Quizás era lo primero, pero aún así debía escuchar a Irena. Los híbridos eran peligrosos y solo hasta ahora ella no me había atacado. “Supongo que es lo que tenía que decir”... Me sonaba a que tenía el mismo problema de Eiven con los humanos. Si, intentaba ser buena conmigo porque era su sobrina... Sonreí levemente al pensar eso, aunque no me hacía sentir del todo seguro.

– ¿Cómo han estado mis padres? – Pregunté como solía preguntar a Aleric cada vez que lo veía. Más que extrañar a Eiven extrañaba a Deb, aunque la última vez que la vi a ella no me alegró para nada. Seguía siendo mi madre... Y a pesar de que a Irena no le gustará, Eiven seguía siendo mi padre y a él si que no lo veía hace mucho. En realidad tenía mis dudas al respecto, los híbridos solo parecían peligrosos cuando bebían sangre, así que suponía que si no la provocaba estaría bien.

– Espero que no estén enojados conmigo... – Dije haciendo referencia a todo el asunto de mi supuesta boda y el hecho de que me fui a vivir con Axl, aunque ya no me estaba quedando con él y estaba seguro de que mi madre ya lo sabía. Me preguntaba si mi tía también trataría de encerrarme en casa con todo el asunto... No me gustaba desobedecer a mi madre, pero simplemente encontraba injusto que me casaran con un brujo que intentó matarme y ni si quiera tomarán en cuenta mi opinión.

Me encogí de hombros frente a la pregunta de sus padres.
- La verdad - Dije, volviendo mi vista hacia ella y analizándola. ¿En algún momento podría llegar a sentir ese... 'cariño' hacia lo humanos de lo que tengo he escuchado? Sinceramente era algo imposible de creer para mí, pero, ¿quién sabe? Ella es la única humana 'real' (la brujita no cuenta) con la que he estado hablando y compartiendo un rato sin querer comerla, bah, sin intentar comerla. Ya éso era demasiado extraño-, es que no llegué hace mucho a la ciudad, y solo he visto a Eiven una vez - Recordé-. Lo cierto es que paso mucho tiempo afuera, ya sabes... Haciendo... Mis cosas - Miré hacia arriba. Creo que no era necesario decirle que 'mataba humanos para alimentarme', aunque también salía a divertirme. Hacía muchas cosas fuera-. Trato de estar aquí cuando no hay gente. La casa silenciosa me gusta más.

La miré, algo extrañada.
- ¿Por qué estarían enojados contigo? ¿Qué has hecho? - Pregunté confusa. Lo cierto es que al llegar apenas hace unos días atrás, no tuve tiempo de saber las novedades de 'la familia' así que claramente estaba desinformada de todo.

¿Por qué seguía ahí? Sentada y charlando con una híbrida como si fuera una humana cualquiera... No me gustaba darle motivos a Irena para preocuparse, pero era inevitable que lo hiciera, después de todo ella sabía el pasado que había tenido con mi madre. Me preguntaba si los hermanos híbridos también lo sabían, suponía que no por como actuaban conmigo, pero no estaba segura...

Baje la mirada y me encogí también de hombros al escuchar su pregunta y que no sabía nada de mis padres. No sabía si hablar con ella el asunto de la boda, aún no se lo mencionaba a nadie más que a mi prometido y a mi madre y claro... Ninguno me había escuchado. Suspire y trate con excito de no volver a sollozar. – Deb quiere que me case con alguien que no quiero y lo sabe... – Dije algo insegura. No sabía quienes sabían y quienes no sabían de mi compromiso con el brujo. – Aunque no se si Eiven ya esta enterado, hace mucho que no lo veo – Dije nuevamente probablemente esperando en vano que mi padre adoptivo se pusiera de mi lado.

No quise preguntarle por las cosas que hacía cuando estaba afuera. Sabía que hacían los híbridos al igual que los vampiros, solo que ellos me daban más miedo. Simplemente me quede ahí en silencio notando como mis ojos se volvían a poner llorosos pensando en que Irena aún no se enteraba de mi futuro compromiso cuando debía ella ser la primera en hacerlo. Sentí ganas de abrazar a la half y sin darme cuenta me había acercado un poco más a mi tía. Me sonrojé un poco al darme cuenta que tenía planeado abrazarla, aunque fue más por el hecho de querer estar con Irena de nuevo.

Asentí despacio escuchándola. Creí haber sentir algo de una boda, pero sinceramente no había prestado atención a los asuntos familiares. No me importaban desde hace muchos años. Muchos, muchos años.
Matrimonios arreglados, pensé. Era algo que en otras épocas se solía hacer, pero creía que actualmente no era algo normal. Bah, los tiempos cambias, algunas costumbres vuelven, y yo ya no entendía demasiado. No me interesaba enterarme.

Suponía que debía darle una palabra de aliento. Era su... tía, después de todo. Pensé en Eiven en una milésima de segundo. Mi hermano era demasiado humanista. Demasiado realmente para mi gusto. No creía que él sea capaz de obligarle a alguien que quiere hacer algo contra su voluntad.
- Debes hablar con Eiven - Le dije, mirándola-. Yo lo conozco bastante, y me parece raro que él esté enterado, nunca haría nada contra la voluntad de un ser querido.
Cuando vi que se acercó un poco hice una mueca. No de asco ni ferocidad, sino de extrañamiento. Nunca se había acercado así un humano, a menos no sin fines sexuales, y no sabía como iba a reaccionar. Por supuesto, no la iba a atacar, y tampoco tenía ganas, pero no sabía qué hacer para que ella se sintiera mejor.

No sabía como acercarme a ella y suponía que ya la debía estar aburriendo con mis problemas. Asentí al escucharla hablar sobre Eiven, no lo describía como al que yo conocía, pero sonreí levemente y en vez de abrazarla decidí posar una mano sobre una de ella. Suspiré y volví a hablar – No lo se, no crecí con él. Además quiere mucho a mi madre, no creo que se oponga a lo que ella quiere – Dije algo resignada.

– Tal vez no debí haber venido a hablar con ellos, no creo que me escuchen... Aleric quizás si, pero no se si Deb vaya a escucharle – Dije nuevamente, sonriendo al recordar a mi tío. Había intentado morderme una vez, pero al menos el si se preocupaba por mi. Entrelace mis dedos con los de mi tía como cuando hablaba con la half. Sabía que estaba en peligro con ella, pero se sentía bien hablar con alguien de la familia que si me escuchaba y aún no intentaba comerme.

– Bueno, supongo que te aburro con mis problemas... Mejor voy a... – Dude un poco en decir casa, ya que ese seguía siendo el lugar donde me críe, pero... – Casa – Dije terminando la frase algo triste, aunque aún no me levantaba del sofá, como si esperará que me retuviera por algún motivo x...

La miré extrañada cuando ella me tomó la mano. Reprimí el impulso de sacarle la mano y la miré de nuevo, escuchando lo que decía.
- Ale escucha a todo el mundo - Dije, casi riendo, pero sin llegar a una risa entera-, es muy bueno una vez que lo conoces.

Entrelazó los dedos con los míos y esta vez yo no puse cara extraña, sino que también lo hice con mis dedos y sonreí levemente. No era tan malo como pensaba. Tal vez era porque era de mi 'familia' o porque ya me estaba acostumbrando a su presencia.

Me dijo que mejor se iba a su casa y la miré haciendo una pequeña e imperceptible mueca. La incomodidad que me había generado al principio iba aflojando, dando paso a la tranquilidad y hasta el leve afecto, ya que nadie había hecho lo mismo que hizo ella.
- Si quieres puedes quedarte - Le dije, con una leve sonrisa-. O, bueno, creo que hoy no tengo demasiadas cosas que hacer, si quieres podemos... No sé - Pensé una milésima de segundo-, ir de compras... O algo que hacen las tías y sobrinas - Se me escapó una risa. No me había reído hasta ese momento, y siempre pensé, con mi egocentrismo, que mi risa era un sonido que alegraba cualquier ser vivo de al rededor.