{#} Frederick G. Dupont {I.D}

Información Personal.

NombreCompleto:
Frederick Gaël Dupont

Apodo:
Fred y derivados.

Edad:
312 años reales. Aparentes 23.

Fecha de Nacimiento:
27 de diciembre.

Lugar de nacimiento:
Francia.

Ciudad actual:
Por aquí e por allá.

Ocupación/Trabajo:
Dueño de una cadena de bares. || Contrabando de humanos.

Raza:
Vampiro

Información Descriptiva:

[color=Gainsboro]~Descripción Psicológica:
Frederick es un joven que, debido a su pasado, ha enfrentado varios cambios de personalidad en las últimas décadas o siglos. Siendo un joven de una familia rica y de gran importancia en Francia, siempre le inculcaron el respeto y la moderación. Sus padres jamás lo dejaron demostrar sus verdaderos sentimientos a nadie, siempre debía de guardar la compostura, no berrinches, no dramas, no carcajadas, todo eso estuvo prohibido por completo para él. Tanta represión hizo que, al huir de su casa, él cambiara por completo. Al verse lleno de libertad y al ser convertido en un vampiro. Esto lo llevo a no sentir aprecio por casi nada, y poco a poco va sintiendo como su existencia es meramente eso. Ese vacío poco a poco lo consume, hasta llegar al grado de quedar abstracto en su propio mundo. Si le hablas y no responde, quizás se deba a ello.

Frederick no se suele decepcionar con la gente, simplemente no espera nada de nadie y así, si no actúan como tal vez lo haría él, no se decepciona. A simple vista, parece el típico chico duro, fuerte y borde que se mete con los demás por el simple hecho de ser diferentes o por siempre aburrimiento, pero mucho dejan que desear las primeras impresiones. Aquí llegamos a esa pequeña parte donde desvelamos a Frederick. Se podría decir que es un personaje más bien cómico, pero sólo existe una forma de describirle correctamente, y es la siguiente: está como una puta cabra. Así de sencillo. Su forma de ser agrada a otros como él y daña a la mayoría. Puede que por su inapropiado sarcasmo y despreocupada ironía. Tal vez por su eterna inmadurez y su torpeza en tratar a los demás. Mordaz, escaso de sutileza y arrogante. Su concepto sobre sí mismo es realmente alto, por no decir otra cosa. Hace lo que le apetece, cuando le apetece y donde le apetece. Su propia mente es un misterio que sólo él sería capaz de resolver, por el simple hecho de que posee una mente prodigiosa, dotada de inteligencia que sobrepasa a la media. Jugársela es difícil, chaval. Frederick es, básicamente, una mezcla de astucia e ingenio, que a veces puede resultar letal. En realidad, lo es. Sabe sacar provecho de todo y su humor es ilimitado. Aunque esté al borde de la muerte – lo que es algo irónico –, te soltará alguna estupidez y se las apañará en salvarse el cuello. Siempre lo consigue.

Ha conseguido ser temerario, hasta el punto de ser una persona respetada por muchos. ¿Se podía pedir más? Él consiguió ambas cosas, y le va muy bien por ahora. Su comportamiento infantil hace que sea un caprichoso en toda regla y, cuanto más valor tenga el objeto deseado, más lo quiere. No le llames ambicioso; considéralo una persona de pasiones. Y perder es algo que no tolera bajo ninguna circunstancia. Ganar es la ley. Sin embargo, va en contra de su política hacer algo que no le traiga beneficios, por lo que, si no es algo que despierte su interés, no moverá ni un solo músculo. Mentir forma parte de su naturaleza y mangonear a la gente es su fuerte. El maestro de la manipulación, se podría decir. ¿Sentimientos? Una vez los tuvo. Quién sabe si sigue teniéndolos. De ahí todos sus métodos poco frecuentes de socializar con los demás, hacer amigos no es lo suyo. Comprometerse menos. Aunque no todos tienen la paciencia suficiente de soportarle, a él, a sus manías y a sus hábitos y obsesiones. Ser su amigo es todo un reto. Se podría decir que está hecho de odio, rencor y... nada más. A pesar de todo eso, si se pone serio, lo hace de verdad. Si va a ayudar a alguien, lo hará sin segunda intención. Si eres capaz de descifrarle, el resto será pan comido.

Descripción Física:


Familia:

Padres:
•Christophe Bautipse

•IIsabil Tod

Hermano

Historia personal:
Frederick nació un 27 de diciembre, una fría noche en el corazón de Francia. En el seno de una familia adinerada y más que rota. Su padre era un exitoso político y su madre, sólo era una mujer que había logrado amarrarse al padre de Frederick. Desde niño, Fred creció con todos los lujos y comodidades que podía pedirle al mundo. Sin embargo, todo a un precio, ya que sus padres siempre le obligaron a comportarse de manera correcta en todo momento. Como niño no podía correr, no podía gritar o reírse cuando hubiera visitas o frente a los adultos. Le enseñaron cómo comportarse en cada situación y cómo responderle a un mayor de la manera más propia y correcta socialmente. Su infancia, no fue una infancia. Sólo decían que era eso. Todos esos años como un niño vivió encerrado en una gran jaula de oro con unos padres que ni le prestaban atención. Lo único que tenía era un gato al que por lo menos le podía dar cariño y a sus nanas, que con el tiempo se fueron retirando, porque él iba creciendo.

En su adolescencia no hubo mucho cambio. Fue todo lo mismo, vivía encerrado y aburrido. Quería hacer otras cosas, cosas que personas de su clase alta no hacían. Y eso que decían que los franceses ricos eran los mejor que la tenían y en realidad, tenían razón. No pasaba hambre ni frío, ni se enfermaba como los demás y si se enfermaba tenia los mejores doctores a su disposición. Quizás eran los beneficios de ser el único rico de una familia poderosa y rica de Francia.

Pero, todo eso cambio con la Revolución Francesa. Las personas de poder tenían que caer y estaban siendo decapitados. La familia rápido recogió todas sus cosas y se fueron a la gran casa de campo que tenían, huyendo de la ciudad y buscando seguridad. La cual no encontraron. Casi nunca visitaban la casa de campo, por eso no habían notado que alguien o mejor dicho, algo vivía ahí. Se instalaron sin complicaciones y manteniéndose bajo el radar de los rebeldes, que los estaban buscando.

No pasaron ni dos semanas, para que su vida tomara otro giro. El chico salió a pasear por el bosque, sin permiso de sus padres. No quería saber de ellos. La locura de estar viviendo sólo ellos tres y alguno que otro empleado, era horrible. Necesitaba respirar, alejarse de ellos y desear que desaparecieran. Su deseo se cumplió, pues cuando volvió a la gran casa, una de las puertas estaba abierta. Lo primero que cruzo su cabeza, fue huir. Los rebeldes por fin los habían encontrado, pero había algo raro en el ambiente. No todo estaba destrozado, sólo algunas cosas. Como si la persona que entro, deseara mantener todo como estaba. Siguió caminando de manera sigilosa, para encontrarse con los cuerpos de sus padres. Totalmente drenados de sangre y sin algún signo de vida. Sintió una gran libertad, al ver sus ojos sin vida. Se sintió…alegre. Pero, la alegría se le esfumo, al darse cuenta que no estaba completamente sólo. Lo único que recuerda, fue haberse girado y encontrarse con una hermosa rubia de ojos ¿rojos? Sí, rojos. Y lo último que recuerda, fue el dolor que se impulso por todo su cuerpo, cuando la rubia se le abalanzó encima y le mordió en el cuello. Para luego quedar totalmente inconsciente.

No supo muy bien, cuanto tiempo estuvo inconsciente. Pero, cuando se levantó, estaba sobre su cama, totalmente desvestido y sintiendo una sed insaciable. Algo que nunca había sentido. De pronto, la rubia apareció y comenzó a hablarle con tranquilidad. Explicándole todo con paciencia y tranquilidad. Y diciéndole que era un vampiro, al principio no le creyó, pero luego no tuvo de otra. Ella muy claro le dijo que lo había pensado matar, pero al ver como peleaba para sobrevivir, decidió convertirlo en lo que es ella. Poco a poco la rubia le fue enseñando todo lo que sabía al chico. Y su tiempo de separarse llego. No estuvieron ni menos de dos semanas juntos. Todo había ocurrido tan rápido y todavía la Revolución Francesa, seguía en pie.

Luego de separarse de la rubia, conoció a otra persona. Alexander Dupont, el que se convirtió en su mejor amigo y compartían muchas cosas en común, como que los dos eran vampiros y franceses, ricos…en realidad, compartían todo en común. Excepto, que Alexander tenía una hermana y Fred no tenía a nadie. Los años y años siguieron pasando, y los dos vampiros se hicieran más unidos. Tanto que Frederick decidió cambiar su apellido al de Alexander.

Frederick creo sus propios negocios a través de los años y manteniéndose bastante tranquilo. O sea, metiéndose en problemas con cuanto vampiro hubiera e intentando mantenerse viva, con los cambios de los años. También, con el pequeño interés de encontrar a la rubia que lo convirtió.

Información Extra.
Gustos:
• Las mujeres. Con una fuerte preferencia hacia las rubias.
• La playa, los bosques y los lagos.
• Los filmes viejos y la poesía.
• Los comic books.
• Que le intenten matar con una estaca. Lo encuentra divertido.
• Las buenas piernas en las mujeres.
• Las bromas pesadas.
• Su trabajo, le encanta estar en poder.

Odios:
• Las iglesias.
• Recordar a sus padres.
• Que le den detalles de la Revolución Francesa, que son falsos.
• Perder o no tener el poder.
• Sentirse como una hada, o sea, brillar.
• El color magenta, lo detesta.
• Mujeres inmaduras o inútiles.
• Gente con poca inteligencia, idiota o morona.

Manías:
• Rascar su cuello, cuando algo le incomoda.
• Guardar silencio y apretar la mandíbula, cuando se enoja de verdad.
• Chasquear la lengua, cuando algo no le gusta.
• Morderse el labio inferior y guiñar, cuando esta coqueteando.

Hobbies:
• Caminar por la playa o el bosque.
• Visitar el lago y quizás ahogar a una que otra persona en el.
• Escribir poesía y tocar la guitarra.
• Matar gente por diversión, sólo a veces –si claro–.

Datos extra:
• Es zurdo.
• Le gustan mucho los gatos, por eso tiene uno y por molestar a Alexander.
• Le gusta analizar a las personas.