Sarah Roux Scarbarough

Sarah es una mujer con muchas actitudes sin que tenga problemas de personalidad, su forma de actuar depende de con quién se encuentre en el momento. Ante los desconocidos y dependiendo de las primeras impresiones, apariencias y todo lo que vea puede ser amable, sociable, buscar hacer nuevas amistades y crear fiestas o bien, puede ser sería, tal vez algo indiferente, recelosa y desconfiada aunque bueno, todas esas cualidades las puede combinar de una forma inimaginable cuando conoce a alguien. En un punto donde tenga más confianza y con sus amigos y familia es divertida y risueña, una mujer que ama reír por sobre todas las cosas y pasarla bien; algunas veces puede parecer que no ha superado ciertas actitudes adolescentes por lo que pueden llamarla inmadura e infantil, lo cierto es que no suele importarle lo que los demás piensen de ella a menos que las opiniones vengan de alguien que ella considera importante. Normalmente procura siempre mantener un equilibrio, aunque muchas veces es una tarea difícil al tener un elevado grado de impulsividad dejando que sus emociones dirijan sus acciones, creando conflictos y peleas sin razón o simplemente por diversión, le gusta el ajetreo, que siempre haya algo que hacer. Amante de la adrenalina, odia todo lo que la lleve a una vida monótona, por ello si no está haciendo amistades o entreteniéndose con algo "sano", probablemente podrán encontrarla buscando problemas hasta llegar al punto en que algunas personas podrían considerar que tiene un "instinto suicida", y de hecho puede que sea cierto pero le gusta estar probando sus capacidades y ponerse a prueba a sí misma. A veces suele ser algo vengativa y rencorosa si la situación lo amerita; pocas veces da segundas oportunidades, sólo cuando cree que la persona en verdad lo merece, de lo contrario no le importara cuanto le pidan. Pero aún con todo ello, sigue siendo una Roux: sexy, divertida, impulsiva y provocadora.

Su rostro es de facciones delicadas y definidas, su nariz es recta y redondeada en la punta, sus ojos son color azul claro con matices grises que suelen confundir, sus labios suaves mantienen un tono rosa/rojizo. Su cabello natural es castaño claro, aunque algunas veces prefiere llevarlo oscuro y otras más rubio, es largo y con pequeñas ondas pero si le apetece simplemente lo alisa o todo lo contrario. Su cuerpo es delgado y atlético, con curvas suaves pero definidas sin desentonar con sus demás facciones. Mide aproximadamente 1,73cm de altura y su piel es blanca, no le gusta broncearse. Le gusta usar todo tipo de ropa, desde el conjunto más hippie hasta el más glam y fashionista. Es realmente atractiva a la vista, sexy cuando se lo propone y agresiva dependiendo del impulso.

Sarah nació un 25 de Octubre, siendo la hija menor de entre 2 hermanos hombres más. Tuvo de las mejores infancias que se haya podido imaginar, sus padres le daban lo que pedía y sus hermanos siempre estaban ahí para cuidarla, eso claro, hasta el momento en que cada uno decidió irse a vivir fuera de casa, razón por la cuál aprendió a no depender de nadie y conseguir todas las cosas que quisiese por sí misma. Siempre se mantuvo en contacto con humanos más que con vampiros, razón por la cual aprendió tantas de sus cualidades en lo que respecta a la personalidad. De pequeña era más bien hiperactiva por lo que siempre en vacaciones y días libres buscaba algo nuevo que aprender, de ahí que ahora con el paso de los años sepa un poco de supervivencia, de deportes como el tennis y culturas como la capoeira, tocar instrumentos como la guitarra y el piano aunque no lo haga seguido y cuando lo haga probablemente no haya nadie que la vea, de todo un poco.
En su adolescencia fue más consciente de lo que realmente era capaz y comenzó a desarrollar su poder, entrenando para mantener el control del mismo aunque algunas veces pasara como una persona piromana al ser siempre vista con un mechero o una caja de fósforos a cualquier parte donde iba. Como la mayoría de jóvenes tuvo su época de sexo, alcohol y rock n' roll, y parece que aún ha decidido no dejarla de lado, o por lo menos no del todo. Siempre se mantuvo rodeada de sus amigos más cercanos hasta el día en que al igual que sus hermanos lo habían hecho tiempo atrás, decidió irse de casa al cumplir la mayoría de edad aparentemente en ese entonces, había decidido que era hora de comenzar a vivir su vida de forma aún más independiente de la que llevaba. Se podía decir que había llevado una vida normal siempre, había conseguido muchos amigos y amigas en la escuela, salido a fiestas, tenido mucha diversión, por lo que no le fue difícil simplemente irse a viajar por el mundo para conocer un poco más sobre todas aquellas cosas de las que escuchaba manteniendo un ritmo de viaje constante, conociendo lugares, haciendo amigos nuevos y aprendiendo un poco más de las cosas a su alrededor, sobre todo en aquello que llama su "otro mundo".
En aquel otro mundo Sarah conoció todo aquello que nunca se imaginó, aunque aún era algo pequeña en ese entonces aprendió a defenderse de aquellos recuerdos que aprendió a no sentir más. Con el pasar de los años se ganó el cariño, amor y confianza de unos cuantos, unos cuantos a los que ella consideró la mejor etapa de su vida hasta el momento, tanto así que casi se logra hacer que Sarah decidiera vivir y compartir su vida hasta la eternidad con él, pero sus miedos a fallar y a no lograr las expectativas, su impulsividad y sus decisiones fuera de control hicieron que no pudiera aceptar vivir en matrimonio de forma que las cosas comenzaron a cambiar tanto y su mundo empezó a desboronarse poco a poco en migajas que decidió hacer una de las cosas que aprendió se le daba mejor que otras, huir. Huir y dejar todo atrás.
Han pasado muchos años desde entonces, Sarah ha cambiado de hogar miles de veces para evadir los momentos de un pasado que no pretende recordar, porque aún si fue el más feliz que tuvo se ha decidido a dejar a todos aquellos fantasmas atrás, por más que su interior se estremezca con cada atisbo de reconocimiento; quiere ponerse a prueba y saber cuánto tiempo más puede durar ignorando todo, o simplemente preparándose para formar algo nuevo, algo que pueda hacerla tan feliz como lo fue hace años. Sarah Roux Scarbarough simplemente decidió empezar, empezar de nuevo, o simplemente retroceder y vivir en un recuerdo confuso.