Si nos dejan nos vamos a querer toda la vida (8) (Alexander)

La hermosa rubia había tenido la oportunidad de viajar a diversas partes del mundo pero ¿viajar a México? Por lo que había escuchado era un lugar lleno de cultura, tradiciones y personas que a demás de verse solamente como campesinos podía encontrarse con personas atractivas. No sabia a ciencia cierta que es lo que haría en aquel lugar, si le habían dicho que el clima no era lo mas indicado y bla bla bla mil cosas mas, pero al ser un vampiro no tenia que preocuparse mucho del clima, afortunadamente contaba con un collar que evitaba que el sol la friera como una papa francesa que en esta caso seria Rusa.
Larissa llego al caer la noche, una noche muy diferente a las de Rusia, allá la temperatura era bajo cero en esta epoca del año, sin embargo en Mexico rondaba aproximadamente en los 27 grados en la noche, era impresionante, justo como se lo habían contado. Ella vestía esa noche con un pequeño short color negro y una blusa azul de tirantes, sus tacones no podían faltar del mismo color de su blusa, no era la elegancia andando pero sin duda el lugar no merecía mas. Camino un par de minutos escuchando uno que otro comentario vulgar de borrachos que rondaban la zona, ella se limitaba a ignorarlos pues no tenia ganas de matar, aun no.
Sus pasos eran firmes y sus caminados la hacían parecer una mujer de gran mundo, una mujer de aquellas que las personas que la rodeaban ahorita solo podían ver en la televisión, nunca en persona pues no tenían tanta suerte. La luz de la luna fue su única compañera mientras pasaba por algunos callejones, callejones que estaban llenos de basura y toda clase de olores grotescos, todo se mezclaba en su sentido del olfato, una ondeada de aire llego a ella y pudo percibir un aroma diferente, un aroma que nunca había conocido era casi humano pero podía sentirse algo mas dulce, casi delicioso.

México, un lugar de leyendas y tradiciones, había recorrido el mundo entero o bueno si se le puede llamar todo el mundo a Europa y Asia pero nunca había pisado la tierra del nuevo continente hasta ese momento. Una oportunidad de viajar a esa tierra de encanto se había presentado ante el y siendo como era un viajero sin un lugar al cual llamar hogar, siempre disfrutaba de una buena aventura. Llego a la ciudad, acostumbrado al frio le choco un poco el calor latente en la noche pero no lo suficiente para querer dejar ese viaje.

Alexander una vez en la ciudad busco primero un lugar donde quedarse, tenia dinero eso nunca le falto desde la muerte de quien lo convirtió, es mujer le había dejado todo a el y el supo aprovechar toda esa fortuna a su favor, busco hasta dar con un buen lugar donde quedarse durante esa nueva travesía. Pago un mes por el momento y luego de dejar sus cosas cambio su atuendo por un pantalón negro de tela liviana, una camiseta gris simple junto a unas botas de escalada negras. Cuando estuvo satisfecho salió a recorrer la ciudad no sin atraer las miradas de algunas mujeres, pero por esa noche buscaba algo mas que una simple humana que convertir.

Su marcha era distinguida, tenia un aire de peligro obtenida luego de tantos años en fuerzas armadas, su aspecto era el de un soldado o un caza recompensas de los que rondan las calles buscando blancos para cobrar su dinero mal habido. La luna iluminando su paso era lo único que iba junto a el, su compañera en tantos viajes y tantas noches de bebidas justo como en ese momento que se encontraba bebiendo una copa mientras caminaba buscando pero sin suerte solo viendo humanas nada mas interesante. Marcho hasta llegar a unos callejones, cuando iba a girar y retornar sobre sus pasos un leve aroma llego a su nariz, era algo diferente, atrayente y venia de ese callejón oscuro, siendo como era el, no iba a dejar ir esa oportunidad adentrándose en el callejón buscando la fuente de ese aroma feminino.

La rubia aparto un mechón de su cabello que le estorbaba en la cara, estaba tan atraída por el aroma que no pudo darse cuenta que la fuente de ese aroma había retornado en el mismo callejón donde ella se encontraba, ambos chocaron y ella cayo al suelo, se sintió torpe, tanto que si fuese humana habría sentido como la sangre de su cuerpo provocaba que sus mejillas se sonrojaran e incluso desde que era humana no había pasado semejante torpeza o vergüenza.
-auch!- torció su muñeca y esta crujió, era claro que se había lastimado pero había acomodado ya su hueso, no era nada grabe que no se compusiera mas tarde, alzo la vista para ver al chico, sin embargo ella seguía en el suelo. -Bueno...- Aclaro su garganta y se puso de pie, sacudiendo su pequeño short, en cuanto dejo de concentrarse en su atuendo pudo ver con precisión al chico, era atractivo y alto, pero su aroma... su aroma era lo que mas le atraía a la rubia era un aroma dulce y tenue eso le recordaba a su ex, ese ex que tanto daño le había hecho. Sonrió un poco y le saco la vuelta, tenia que salir de ahí antes de que empezara algo que después no podría detener.
No tardo mucho en salir de aquel callejón, su velocidad seguía siendo a paso de humano pues había muchas personas en la siguiente calle y no quería ponerse en evidencia aparte que tenia la "esperanza" de que aquel aroma la siguiera. "Me tiene que seguir. ¿Me tiene que seguir? Rayos Larissa que estas pensando, tranquilizate solo es un olor delicioso nada mas, como si se tratara de cualquier humano insignificante." Se detuvo un momento y aspiro aire, necesitaba calmarse, ella se había caracterizado siempre por su auto control, por su astucia, por su frialdad en los negocios pero esta vez algo estaba pasando.

Seguía su marcha ajeno a su entorno solo siguiendo el aroma, tan absorto iba que termino chocando que la chica cayendo ambos al suelo, se sintió torpe como cuando era un niño distraído en las calles de su ciudad natal ya tantos años atrás, -diablos..-musito desde el suelo viendo que solo había lastimado un poco su brazo, algo sin mayor importancia, observo a la chica y escucho un sonido fuerte que provenía de su muñeca, *se lastimo* pensó mientras se levantaba notando que la chica aun estaba en el suelo, la iba a ayudar pero escucho su voz manteniendo la distancia entre ellos.

La recorrió con su mirada cuando ella se levanto, era muy hermosa, noto que estaba preocupada por su ropa lo cual le arranco una sonrisa pero supo contenerla manteniendo su semblante calmado y algo indiferente, el aroma de ella lo intrigaba y le gustaba, era diferente al resto, no podía evitar querer quedarse cerca de esa chica a pesar de ser una completa extraña, -estas bien..? – pregunto mirando su sonrisa antes que la chica saliera corriendo de ahí lo cual lo dejo descolocado por unos momentos.

Por un momento pensó en dejarla marchar, pero su curiosidad podía mas empezando a caminar a paso tranquilo por el callejón respirando el aire tibio buscando que su mente se despejara. Luego de haber caminado un rato notando que se había adentrado mucho sin percatarse salió una vez mas a la calle atrayendo de nuevo las miradas de todas, *por ahora solo me interesa una *siguió su marcha ignorando a todas logrando luego de unos momentos captar una vez mas el aroma de ella retomando su búsqueda pero esta vez con mas calma, era una mujer como las demás pero había algo que la volvía especial, diferente y lo averiguaría.

La rubia ya tenia sus buenos años y desde aquel híbrido no había encontrado a nadie mas que le provocara algo como para que sus sentidos se salieran de control y no se podía dar el lujo de que ahora llegara un hombre a provocarle tanto. Una vez mas aspiro aire y pudo sentir aquel aroma mas cerca por lo que se giro de golpe y lo vio a pocos metros de ella, todos los humanos a su alrededor vigilaban cada movimiento de ellos pues habían detectado fácilmente que eran extranjeros ademas de que eran extremadamente atractivos. -¿Se te ofrece algo?- Dijo en tono casi firme casi podía esconder por completo los nervios que le provocaba "Suficiente Larissa, ya estas grande dejate de estupideces" pensó y luego intento actuar como siempre lo hacia en circunstancias normales, en circunstancias donde no se estuviera derritiendo por ese aroma, un aroma que la invitaba a probar su sangre, sin duda lo mejor seria que dejara de respirar al fin que no lo necesitaba. -Estoy bien, no tienes que preocuparte.- dijo en tono suave y empezó a caminar a paso lento esperando que le siguiera el paso y a lo mejor podían charlar un poco antes de saltar a su cuello para probar solo un poco. A una distancia considerable había una pequeña plaza a media luz, una lampara prendía y apagaba era claro que se trataba de una falla eléctrica, Mexico si que tenia que hacer muchas mejoras. Al llegar a la pequeña plaza la chica se dirigio directamente al kiosko típicos en Mexico.

Viejo no era pero si había vivido muchas cosas en su vida como para que una mujer lograra descolocarlo como paso con ella, era otra como las demás, era verdad que su aroma lo sacaba un poco de control pero no por eso dejaría que sus instintos lo superaran. Mantuvo su paso tranquilo ignorando la mirada de las mujeres mexicanas que no dejaban de querer comerlo con los ojos, bostezo con molestia moviendo a penas su mano obligando a las mujeres a voltear controlando su sangre quedando un poco cansado por el numero de mujeres que era, *necesito mas practica *pensó caminando hacia donde capto el aroma de ella.
Cuando se acerco lo suficiente nuevos ojos los rodeaban pero no quería dejar ver su poder frente a ella, al menos aun no, -nada –menciono frio y neutro recuperando su actitud usual con todos, no iba a permitirse que una mujer lograra sacarlo de su control, -me alegra –menciono neutral mirando como de nuevo se marchaba volviendo una vez a seguirla aun sin saber bien porque lo hacia. Luego de caminar un rato vio como se detuvo en una plaza, la velocidad que ella llevaba le decía que no deseaba alejarse de el, *cuáles serán sus intenciones *se pregunto mirando la plaza a medio iluminar por una farola en mal estado. Camino hasta llegar a un kiosko donde la encontró pero permaneció en silencio mirándola de reojo esperando a ver su siguiente reacción.

La rubia no sabia si el encuentro con aquel chico afectaría su forma de ver los negocios, pues la alteraba mucho, ya ni podía respirar enfrente de él lo que significaba que tenía que reunir fuerzas de partes que no sabia para no lanzarse contra su cuello. El aguardaba ahí, muy callado y ella también, no es que tuvieran mucho de que hablar y ni podía entender la rubia porque era que lo había invitado a caminar con ella. –Larissa- susurro su nombre sin agregar algo mas a la conversación, la verdad es que ella siempre había sido muy callada y discreta, no le gustaba hablar de más, no le gustaba que supieran de su vida privada, decía lo básico o simplemente daba datos falsos.
Ahora se encontraba ahí, en México, en una plaza, en un kiosco con un desconocido, resoplo un poco y vio como un mechón de su cabello que estaba en su cara volaba con lo que ella hacia, recargo los codos en aquel barandal.

Spoiler:

Esos recuerdos para la rubia los tenía cada vez que por su cabeza pasaba la sola idea de volverse a enamorar, de volver a depositar su confianza en un hombre. No servían de nada las palabras, de todos modos aquel hibrido la había abandonado sin pensarlo dos veces, o eso pensaba ella. Ya pasados tres años y aun así no podía encontrar la explicación del porque la había dejado sin decir adiós, sin dejar una sola nota.
Suspiro un poco aun con la mirada perdida.

Se mantenía estoico mirando todo el lugar en silencio sin moverse de el costado de esa chica usando todas sus fuerzas para no atacarla y beber de ella maldiciendo en ese momento su don que lo volvía incluso mas sensible hacia la sangre de ella provocando que sus sentidos de a momentos se salieran de control pero por suerte tenia tanta experiencia gracias a la mujer que lo convirtió, le enseño como mantener bajo control esa necesidad de desgarrar su cuello y beber hasta saciarse. La observo cuando pronuncio su nombre pensando un momento en si valdría la pena dar su nombre real o solo dar algún anónimo, -Alexander –menciono neutro una vez cayendo en silencio notando que al igual que él la chica no era de muchas palabras algo que le agrado ya que no andaba de humor para una conversadora que le hiciera millón preguntas.

Por un momento alejo su atención de ella y miro alrededor en completo silencio, era su primera vez en México y aunque el viaje había empezado bastante aburrido y monótono, había encontrado algo de interés, una chica, una completa extraña de la cual solo el nombre conocía.

De repente se sintió de nuevo aquel humano que viajaba para olvidar el dolor de la guerra, el dolor de perder a sus padres, de quedar solo en el mundo, aquel que acepto ser parte de una raza antigua para escapar de su humanidad. Fijando sus ojos en un punto cualquiera en el cielo recordó los momentos que vivió con esa mujer, el siempre dijo que nunca la amo ni que la quiso, solo fue una persona que le enseño y a cambio le pago con su cuerpo que ella disfrutaba, pero no entendía aun a pesar de ya 3 años desde que obtuvo lo que le pertenecía porque esa mujer le dejo todo a su nombre, cada cosa que le pertenecía a ella quedo para el. Una mujer que siempre le dio razones para creer que solo era un objeto tal vez lo quería pero nunca fue capaz de decirlo, pero cualquiera que fuese la razón aprendió a solo disfrutar del momento por qué no se sabe cuando se acaba.

Luego de esperar un rato se separo del kiosko empezando a caminar hacia la plaza, estar de pie a un lado de esa mujer al final provocaría que la mordiera sin remedio, por lo cual mejor se alejo hasta encontrar un banca justo bajo la farola dañada orientando sus ojos azules antes suaves desde que se convirtió se volvieron tan intensos que destellaban como faroles en medio de la oscuridad.

Había cosas que la rubia odiaba, como cualquier otra persona tenia gustos, manías, odios etc... Cosas que la hacían aveces salirse de control y no es que fuera excelente manteniendo el control, a decir verdad jamas había tenido que contener sus ganas de sangre y en estos momentos era una de esas veces que tenia que luchar contra todos sus sentidos. Para fortuna de ella el se alejo del kiosko buscando una banca, justo debajo de aquella lampara que antes fallaba y ahora también, podía seguir sintiendo su aroma y podía verlo a la perfección pues no necesitaba de la luz para ver en la oscuridad como cualquiera de su especie. Con facilidad subió al barandal del kiosko manteniendo el equilibrio como si tuviera años de practica cosa que cualquier equilibrista desearía. Ladeo la cabeza como si se tratara de un cachorro tratando de descifrar algo, todo esto observando aquel hombre musculoso que minutos antes le había hecho compañía. -Lindo nombre.- sonrió casi dulce, tomo una vez mas su collar jugando con el sin dejar de verle a los ojos, esperaba no incomodarlo de alguna forma como generalmente le decían. "Y si bebo solo un poco, luego podre ordenarle que lo olvide. Basta Larissa no vas hacer nada" dio un salto cayendo como si se tratara de un felino saltando de un árbol y camino lentamente hacia el contoneando sus caderas lentamente quería averiguar definitivamente que era lo que el tenia para descontrolarla tanto. Se puso frente a el y tomo su cabeza a la altura de su nuca para acercarlo a sus labios y besarlo lentamente como si tuviera miedo de dañarlo, como si con cualquier movimiento en falso el pudiera quebrarse, al terminar se quedo así sobre sus labios -Lo siento..- se alejo de golpe y abrió sus ojos a su capacidad máxima -Juro que normalmente no beso a un extraño es solo que tu... no se eres diferente- hablo rápido como si quisiera que el la escuchara rápido antes de que saliera corriendo o antes de que su cabeza generara ideas que no eran sobre ella.

A un lado del farol apoyo su espalda sobre la superficie de metal cruzando sus brazos sobre su pecho sin apartar la mirada de la mujer que se encontraba a varios metros de el pero aun asi podía captar su aroma y como la sangre de ella lo llamaba detestando su don en momentos como esos donde debia controlarse y no podia, -maldito don, cuando mas necesito control, mas me tientas -murmuro para si mismo cerrando sus ojos durante unos segundos tratando de mantener algo de control. Se mantuvo asi por unos momentos y cuando los abrio pudo observarla sobre el kiosco no logrando esconder una sonrisa con un aire de diversion y admiracion al ver lo que hacia causandole de nuevo una fuerte curiosidad. Logro escuchar sus palabras aflorando una sonrisa muy discreta sobre sus labios sin alejar la mirada de los ojos de ella pero sin moverse de su lugar esta vez forzando que ella viniera a el. Siguió con su mirada sus movimientos, el salto, el contoneo de sus caderas lo tentaban aun mas por ver la fuerza y belleza de la mujer. Al sentir su acción una leve sopresa pero correspondio al beso con la misma lentitud y cuidado a penas rozando su mejilla con las yemas de sus dedos antes que se alejara de nuevo la chica de el. -Tranquila...tu tambien eres diferente....nadie me habia causado...esta clase de descontrol... -murmuro antes de volver a besarla pegandola a su cuerpo durante unos momentos deslizando sus manos por la cabellera rubia de la bella mujer necesitando descubrir por que era tan especial....tan distinta a las demas. Mantuvo el beso por el espacio de varios minutos hasta que se alejo antes que su sed ganara sobre su resistencia. -Larissa...ven conmigo por favor -murmuro tomando su mano caminando esta vez hacia la zona del desierto, necesitaba estar a solas con ella y descubrir que le pasaba de una buena vez