Meeting the king [Cayus]

por **Irena Vasileva** Jue Feb 28, 2013 7:59 am

Habían tiempos difíciles y tiempos fáciles para Irena (O sea yo). Los tiempos fáciles habían sido aquellos en los cuáles saber de mi existencia por parte de los Vulturi hubiera causado mi muerte inmediata junto con la de mis padres a pesar de no ser un niño inmortal pero mantenerme oculta no había sido precisamente muy difícil. Luego llegaron los tiempos difíciles en los que no tenía que ocultarme porque ya no tenía nada en absoluto qué perder, y sí, es que yo tenía complejo de emo.

Y hablando de cortarse las venas, hoy había obtenido un gran botín de un híbrido débil al cuál había conseguido envenenar con mi propia sangre, la cuál en estos casos resultaba verdaderamente útil, con todo aún no lograba obtener la fuerza suficiente para matarlo y tampoco era como si me interesara hacerlo. Había permanecido a su lado las semanas suficientes para darme cuenta que no sabía nada de nada con respecto al híbrido que mató a mis padres pero esperaba con todo mi ser que le hubiera matado ya.

Me encontraba ahora en Volterra, mi compañero Dexter (un halfblood como yo) era solamente un poco más nuevo que yo en todo esto aunque a decir verdad resultaba escalofriante. Tenía aquella mirada salvaje que decía "voy a pegarte a una pared y tomarte por la fuerza" pero aunque era sumamente guapo jamás me hubiera acostado con él; no considerando su mal aliento. Así que sí, si quería conmigo tendría que tomarme por la fuerza. La buena noticia: yo era mucho más peligrosa de lo que podría aparentar.

Dexter y yo entramos a la par en el castillo llevando con nosotros un gran bulto a rastras. Un híbrido medio inconsciente dentro de una gran bolsa de lona, aunque no era lo suficiente fuerte para resistir mi veneno aún tenía más resistencia de la fuerza que mi compañero o yo pudiéramos aplicar a su cuerpo. En resumen, necesitábamos ayuda de vampiros más fuertes para acabar con él, y los otros miembros de nuestro clan se encontraban muy lejos ya.
-¡Mi Lord!- exclame con júbilo cuando entré al lobby y vi únicamente a uno de los Reyes Vulturi-. Irena Vasileva os trae una ofrenda por vuestro excelente trabajo como soberanos regentes de nuestro glorioso mundo paranormal.

por Invitado Jue Feb 28, 2013 9:01 pm

Por las mañanas ,cuando el Sol fastidiaba con su luminosa interrumpcion, me gustaba recibir el día paseandome por las mazmorras para deleitar mis oídos con la suplicas de seres que por su irreparable osadía habían violado las simples reglas que Aro había promulgado para nuestro mundo y que como consecuencia debían ser eliminados de nuestro plano.Aun quedaban sobras rumanas que se arrastraban por las losas de piedra fria para besar los lustrosos zapatos de indole referentemente cara, y asi intentar hacerme ver que sus suplicas tenian todo el arrepentimiento que sus besos inmortales podían soportar perdiendo toda dignidad posible.No habia perdon por la traicion a un rey ,serian torturados a sangre fría y sin piedad.Aun no tenia contemplada la tortura sin que Aro o Marcis interferieran, la guardia debía aprender a reafirmar nuestra autoridad a base de ejemplos ,como lo eran los deficientes rumanos.Habiamos ganado la batalla y si se atrevían a volver a desafiar nuestra autoridad tenia como cometido desobeder a Aro, y ejercer el puño de la autoridad sin piedad, como el sargento militar que podía ser, mandaría tropas y los haría sufrir,como ahora lo veía en los ojos suplicantes del vampiro rubio traidor del que me tuve que jalar con sutileza para seguir mi rutina matutina.
REGLAS, reglas tan básicas que su simpleza en muchas ocasiones me daban náuseas, en un sentido figurado claro está, ya suficiente tenia con tener que soportar a Gina en recepción del tour turístico como para querer comportarme como ahora lo hacian mi alimento. Pensando en Gina dentro de mi amplia memoria me di cuenta que habia cambiado de rostro durante los siglos, recordándome que siempre me gustaba remplazarla con otra simple humana cuando bajo los colmillos de los de la guardia o de los propios ,su sangre era drenada hasta dejar los cuerpos de las féminas secos ,extinguiendo así su existencia. Me preguntaba que rostro tendría Ginna esta vez.
Portaba mi capa con su distintivo color que le daba un rango superior a mi majestuosa presencia, desplazandome hacia el la planta baja del castillo para supervisar las labores de los que tenia por subordinados,alzando la barbilla mientras parecía que flotaba con cada paso elegante que daba. Al bajar las escaleras de mármol blanco me percate que los murmullos que desde arriba podía escuchar con mi agudo oído no me habían traicionado, preguntandome como iba a castigar a la guardián por haber dejado infiltrar a dos de los que mi nariz me decía que eran halfblood, raza que por su desconocimiento no debía permanecer en nuestro mundo. Termine de devorar los escalones hasta encontrarme con dos figuras al pie del lobby y una criatura envuelta en una lona, posando mis manos una sobre otra no presentando ningún gesto de simpatía por la insolencia que las dos figuras presentaban al haberse atrevido a infiltrar el castillo de la máxima autoridad dentro del reino vampírico.Podia encargarme solo,después tendría tiempo de expulsar de los labios de Alec o Jane el porque no había nadie vigilando que no ocurrieran acontecimientos como el dado.
De alguna manera me habia dado entre diversión y resignacion el hecho de que la fémina me reconociera como su 'Lord' .Observe la lona identificando el aroma que prosedia de esta.Me acerque a ellos desafiante esperando la reverencia a la que estaba acostumbrado antes de dirigir palabra a alguno de los dos. Tome la lona de donde la estaban reteniendo y a magistrales movimientos convine a deshacer la prisión simulada del hibrido liberandolo atontado, mis obres sanguinarios esta vez se posaron en la mujer enderezando mi cuerpo a manera elegante y cautivadora, dedicándole una sonrisa fulminante y maligna que se habia dibujado desde la comisura de mis perfectos labios.
-¿qué es todo esto?-le dije aun esperando su reverencia .

por **Irena Vasileva** Miér Mar 06, 2013 4:18 pm

No me gustaba nada en absoluto pasar tiempo en el castillo pero mis cuchillas se me habían quedado en el motel que estaba muy lejos del punto de encuentro con la presa híbrida. De hecho no me gustaba en absoluto pasar tiempo en Italia pero había tenido que viajar a Cozzano por un trabajo que nada tenía que ver con el clan, me había encontrado allí con mi incompetente compañero antes de viajar a Volterra para atrapar al híbrido.

Sabíamos que iba a estar ahí de paso buscando al Vulturi que había matado a sus padres, teníamos espías en todos lados, y me había asegurado mil veces de que la maleta que llevaríamos desde Cozzano a Volterra estuviera más que preparada para que ése… ¡Grandísimo imbécil! Olvidó meter la maleta en el auto y no fue hasta haber atrapado al híbrido que me di cuenta de la falta del pervertido idiota. Pues bien ya no había mucho que pudiéramos hacer, el híbrido habría creado resistencia a mi veneno incluso antes de tener la oportunidad de ir a Cozzano por las armas.

Sentí pasos conocidos detrás de mi, sin embargo él se quedó a metros de distancia mientras mi compañero y yo nos presentábamos ante el rey. El vampiro detrás de nosotros era aquel que por afinidad política habría sido mi tío abuelo y que parecía de peor humor últimamente. No lo culpaba, al fin y al cabo yo estaría igual que él si hubieran matado a mi pareja. Pero yo nunca tendría pareja, nunca me habían gustado los compromisos.

Miré al suelo mientras realizaba una reverencia adecuada a su majestad Cayus, no necesitaba mucho para saber que se trataba de un grandísimo idiota con complejo de superioridad, pero era un idiota del que habríamos de cuidarnos así que era mejor guardar las distancias.
-Es un híbrido mi lord. Lo hemos capturado para vuestras majestades, pues sabemos bien la importancia que tiene para vosotros la completa erradicación de esta peligrosa raza, pero al ser seres de naturaleza inferior no hemos podido acabar con él.

Hablé incluso aún sin haberme enderezado y luego lo hice noté ya había algún guardia forzando a Dexter a hacer una reverencia a su lord, por lo cual yo no replique. Nadie mandaba al estúpido a dejar las armas, así que. Luego se escuchó un murmullo colectivo entre varios de los guardias que permanecían como estatuas a centímetros de las paredes.

Fue entonces cuando su tio político, un rubio que estaba buenísimo, se adelantó para acabar con el híbrido. Según tenía entendido el tío J. era un flojo de primera pero su don le era útil a los Vulturis.

por Invitado Mar Mar 19, 2013 7:10 pm

James nunca fue de mi agrado era un egocéntrico, holgazán, tramposo y estafador, que con la ventaja de ser vampiro se salía con las suyas cuando su turno de descanso lo aprovechaba en el pueblo, donde mas de una ocasión algún otro miembro de la guardia lo detenía de hacer alguna idiotez,sin embargo, era todo eso era compensado con su don: en sus manos se podían distinguir unas cavidades que con dientes afilados se abrían y cerraban como bocas hambrientas, su ponzoña podía ser dirigida a tales mandíbulas y así además de tener una principal donde era capaz de degustarse con el liquido vitalicio sus palmas eran sinónimo de destrucción. Él no tenia modales y apenas llevaba unos cuantos años perteneciendo al clan, no podía intervenir por mucho que fuera de la realeza era descubrimiento de Aro no mío, todo lo que aconteciera respecto al vampiro me tenia sin cuidado, no me interesaba en lo absoluto sino era en la guerra . El mas ocioso por fin había mostrado iniciativa, acercándose precisó acabar con el tributo que me habían ofrecido los forasteros, lo tomó por el cuello y dejo que sus manos trituraran su garganta chupando así su energía vital en rajadas torturosas, no comprendía el motivo de su acción, pero de inmediato chasquee los dedos y ordene se presentaran en la sala común donde unos tronos se posaban majestuosos al fondo de la galería. El cuerpo del hibrido era arrastrado por James y algunos lacayos les acercaron unas ostentosas sillas, los invite a tomar asiento pasando por alto las formalidades cuando yo hacia lo propio y dejaba mi maravilloso ser reposar en el trono que señalaba mi grandeza entre nuestro mundo.
Mire el cuerpo del hibrido sin expresión en mi rostro y con una mirada inquisitiva, ordene a todos abandonaran la galería a excepción del trío.
-He decidido perdonar la insolencia de haber infiltrado mi castillo, debido al suculento y acertado tributo que os han traído hasta mi majestuosa presencia- mencione estrechando mis manos frente a mi rostro, de ser traidores habría guardias afuera- ...al mencionar acerca de las razas- dije esta vez olfateandola con asco en un gesto que respaldaba mi desagrado-no sos la indicada para asegurarme que razas son las menos propicias a existir, dicidme entonces que os me darás a cambio para no meterte en una mazmorra de inmediato para una tortura próxima?...

por **Irena Vasileva** Dom Mar 24, 2013 12:40 pm

Bueno, otro se le había adelantado al tío J, ni modo, sabía bien que al desgraciado le encantaba romperle los cuellos a cualquiera que se metiera con él. O con Eva. Y desde la muerte de Eva él se había encontrado un poco.... mmm ... ¿cómo decir?... Aquel otro tipo parecía también fuerte ya que sus manos era definitivamente la cosa más repulsiva que había visto en años. Fruncí el ceño ligeramente porque ya no me gustaba el rumbo que estaba tomando la situación pero de todos modos continué tomando las órdenes del Vulturi.

Respiré profundo como si con ello pudiera encontrar un poco de paciencia o lo que fuera y me dejé guiar junto a Dexter a la sala de tronos. Aro y Marco no se encontraban por lo que supuse estarían haciendo planes de combate y qué se yo, eran todos unos imbéciles con ínfulas de majestuosidad. Aunque aquello no me detuvo de sonreír cortesmente, casi con timidez.
-Oh, mi Lord. Disculpe usted el malentendido pero no nos hemos infiltrado en absoluto. Nos han dejado entrar libremente por motivo de nuestro regalo- le miré con facciones inexpresivas aunque dentro de mi reía con diversión ya que, vamos...-. Mi señor, no debería usted hacer esas insinuaciones. Desde luego que un ser inferior como yo, no representa peligro alguno para su majestuosidad.

Odiaba la zalamería pero ya estaba en una situación muy jodida teniendo que entrar a un castillo lleno de Vulturis por mí misma como para tener que ganarme el desprecio justificado de alguno de los regentes. Hasta entonces Dexter no había dicho una sola palabra, se había limitado a protestar con gruñidos inocuos de un cascarrabias pero luego, ante la interrogante, él dio un paso adelante y sacó de su abrigo el sobre que parecía una carta. Oh, bueno. Al menos había venido preparado para cualquier desmadre. Dexter extendió el sobre hacia su Cayus y luego agregó: -Tenemos información que les podría resultar útil: he aquí el paradero de algunos hijos de la luna. Somos buenos informantes pero no servimos de nada estando muertos, disecados o encerrados.
-En efecto, mi compañero tiene razón mi Rey.
Fue entonces cuando sin esperar respuesta alguna y sembrando aquella semilla, nos retiramos siendo escoltados por mi tío.
#Partida abandonada por inactividad.

por **Jane Volturi** Sáb Ago 10, 2013 1:29 pm

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