Respirando un poco el aire de la gran ciudad (Aleric y Eiven)

Era bueno volver a estos lugares, pensaba mientras iba a toda velocidad con mi Ferrari nueva. Había estado demasiado tiempo de viaje y quería asentarme en un lugar. Bueno, si es que éso era posible para alguien como yo.
Ya me había alimentado bien antes de venir, había parado en un pueblito que nadie conoce el nombre y me alimenté muy bien.
Estacioné el auto en una calle algo desierta, encendí un cigarrillo y bajé del auto.
Sentí todas las miradas de los hombres puestas en mí. Tenía una pollera negra corta, botas largas de cuero y un corset negro con detalles en rojo. Una de mis prendas preferidas para andar.
Ya estaba alimentada, así que no me importaba en lo más mínimo que se acercaran a tratar de hablarme, pero siempre era un alago para mí ver todas esas miradas, desnudándome con los ojos. Y era más divertido aún ver como sus parejas los regañaban, o se sentían inseguras respecto a mí.

Caminé casi sin ver a dónde iba, distraída, fumando, me paré en una esquina cruzada de brazos, esperando reconocer a alguien, esperando que alguien me reconociera.

Paseaba por una de las calles principales de la ciudad de New York la verdad dudaba mucho de estar por ahi caminando ya que a mi no me gustaban asi en extremos las monopolis a lo mejor porque naci en una villa o algo por el estilo en fin, algo que si me llamo la atención fue un aroma muy peculiar sonreí pues sabia que era de mi pequeña hermana Helena, si pequeña mas no inocente ni fragil, en fin ... me le acerque murmurando a su oido- Buenas tardes tenga señorita ...- algo seductor mmm a lo mejor pero solo estaba probandola una prueba supongo que si mas no quería que me hiciera daño en fin, Helena y yo siempre congeniamos mucho no sabia si era por la pequeña diferencia de edad... que recuerdos aunque por dentro me moría por abrazarle, si, asi es... lo cursi se me salia solo con ella.

Apenas estuvo cerca cuando lo olí. Sonreí de costado. Mi hermano mayor, uno de los dos, pero el más querido, estaba cerca.
Me quedé donde estaba, esperándolo. Hacía años que no lo veía, y tenía ganas de tirarme encima de él y abrazarlo. Era extraño, ya que yo era todo lo contrario a 'demostradora de afecto', pero éso despertaba con él, con Aleric. Había aprendido a quererlo, y hubiera hecho cualquier cosa por él.
Cuando me habló, me mordí el labio antes de responderle.
Me volví ligeramente hacia él.
- Buenas tardes, noble caballero - Sonreí ampliamente y lo tomé de las manos. Supongo que éso iba a ser suficiente para que sepa lo que lo había echado de menos y que sí, su hermanita pequeña había vuelto.

Me encontraba divagando por la ciudad, sé que ultimamente me he vuelto muy reservado, más con Ale, pero así me he vuelto y quizás me a convertido así la ausencia de mi novia, ¿si cursi y qué? de burla mi hermano y nuestros amigos me llamán Cullen, a mi no me importa mucho... yo solo quiero a Deborah a mi lado conmigo, es todo.

Pero en fin, me encontraba paseando por las calles muerto de aburrimiento, quizás en la noche visitaria a Lena, la humana que se deja morder por mi, eso no lo sé depende mucho de mi animo

mientras caminaba pude distinguir a mi hermano a espaldas de alguien, mientras más me acercaba al lugar miraba que era Helena nuestra pequeña hermana, siempre sospeche que Ale y ella querían tener algo, por que bueno desde pequeños ellos convivían más, yo por mi parte me comportaba como el hermano mayor yendo me con mis amigos y así

me quede parado frente a ellos viendo la escena sin decir nada

Volví a sentir otro aroma familiar y asomé mi cabeza por el hombro de Al. Sí, era mi otro hermano mayor, Eiven. Hice una pequeña muca, que estaba entre ser mueca y una sonrisa forzada.
No es que no quiera a mi hermano. Lo quería, sí. Pero las cosas eran extrañas. No tenía tanta buena relación con él como con Aleric; hacía bastante que había pensado que era un traidor por todas las cosas que hacía y yo me iba enterando gracias a comentarios que, simplemente, llegan a mis oídos.

En fin, yo había vuelto, y hacía mucho tiempo que no lo veía. Tal vez luego haré de las mías, pero por ahora, en esta corta bienvenida, tenía que ser cortés. Bufé ligeramente al pensar en eso. Era mi hermano, y lo quería, por el simple hecho de ser mi hermano.

Le hice una seña con la mano para que se acercara, no creía que iba a hacer lo mismo que con Ale, pero, por lo menos, iba a sonreírle un poco.