Casting de Heidi

La obscuridad de la noche cada vez caía más, en el cielo se podían ver las estrellas cada vez más, las nubes comenzaban a desplazarse asía la izquierda, el viento soplaba fuerte; si una noche más que se podía ver desde el balcón de una habitación del castillo, un día más había pasado, me encantaba mi labor en la guardia, pero eso de tener que soportar las babosadas de los humanos ingenuos me causaba dolor de cabeza por así decirlo.

Mi libro del mes "5 horas con Mario" no cansaba de leerlo y volverlo a leer. "Estaba cansada de tanto besar, siempre la misma rutina, primero del lado izquierdo, luego del lado derecho, daba el beso al aire para que la persona sintiera su estallido pero jamás su efusión" Mi frase favorita. Databa de una mujer con grandes atributos, que cualquiera podía seguir, una mujer llena de virtudes, pero con el mismo número de defectos.

Me levante de la silla, el balcón seguía abierto, tome el libro lo cerré lo coloque en una mesa y lo mire detenidamente "Sentir el estallido pero no su efusión" reí entre dientes -"Efusión" ¡claro! como si eso importara- mire asía arriba haciendo una cara de burla, tratando de que mis pestañas rozaran con mi parpado, cruce mis brazos poniéndolos debajo de mis pechos, mirando el cielo, mi vestido se movía a tal ritmo que podía decir que estaba bailando al compás del viento. Me dirigí al barandal del balcón recargando mis codos en el, mi mente volaba, había pasado toda una eternidad sirviendo a la guardia y no me quejaba, me encantaba, pero seguía pensado en mi "familia". Yo siempre había sido hermosa, quizá era vanidosa pero tenía que reconocerlo, mis hermanos siempre decían "Heidi que bonita eres, quiero una novia como tu" y como no iba ser así siempre había tenido la piel blanca como la nieve, unos atributos bien formados, un rostro delicado, una anatomía muy delgada, lo único que había cambiado era mi color de ojos, aquel verde piscina, había tornado a un rojo carmín.

-Y es por ti que el corazón se manifiesta la vida no sería una fiesta si no contara yo contigo- Deje de pensar para ponerme a tararear una canción que me gustaba, apenas y se escuchaba mi voz, puse un pie detrás del otro apoyándome solo en uno mirando mis zapatillas "Que buen gusto" pensé mientras admiraba su color coral, era una vanidosa prepotente eso ni quien me lo discutiera.