En de jager werd de prooi / Libre para una persona

-Genial…- Dijo sarcásticamente la pelirroja al darse cuenta que al desayunar se había manchado un poco su vestido con la sangre de aquel hombre de metro noventa con ojos azules. –Amo Holanda.- Se lamio los labios y chasqueo los dedos para que Isch su asistente en cuestiones vampíricas se hiciera cargo del cuerpo, cualquier forma que utilizara a la pelirroja no le importaba en lo mas mínimo. En unas cuantas horas la chica ya se había arreglado de nuevo ahora con un palazzo seguido de color negro y unos tacones de aguja rojos. Caminaba lentamente por las calles tan liberales de Holanda, por ese día no tenía nada que hacer puesto que su junta de trabajo era hasta el día siguiente así que tenía que encontrar algo en lo que entretenerse porque esta vez no pensaba encerrarse en su suite como la última vez que había visitado Holanda.

La pelirroja nunca había aprobado la comida de McDonalds pero el helado era delicioso así que no perdería la oportunidad para probar un poco. Al entrar al lugar percibió la presencia de más vampiros los cuales ignoro, no tenia caso que les prestara atención. Después de recibir su helado se dispuso a abandonar el lugar pero algo le llamo la atención, una joven llevaba por collar una “V” era una Vulturi, alzo una ceja y sonrió de lado pues sabía que en todo lugar en el que se encontraba un Vulturi con un vampiro cualquiera siempre había acción y eso para la pelirroja implicaba un día mas entretenido que ir a tirarse a la cama de su hotel. Tomo asiento en una mesa de dos que estaba justo en el gran cristal con la “m” que representaba clásicamente esa cadena de restaurantes.

El olor del hibrido era evidente, cualquier vampiro lo distinguía a kilómetros de distancia y mucho más un Vulturi que era entrenado a diario para deshacerse de esos “sucia sangre” como los llamaban ellos. La pelirroja sabía el peligro en el que su hijo se veía en vuelto cada vez que un Vulturi lo merodeaba pero ella era lo suficientemente fuerte para protegerlo y mejor aun, tenía un clan que esperaba ansioso una guerra contra los Vulturi. La acción no tardo en desencadenarse en el lugar, el hibrido había decidido una forma muy estúpida de firmar su sentencia de muerte pero eso no significaba que no fuera divertido, la vampiresa casi podía disfrutar como cual niño disfruta su caricatura favorita.

Una cucharada de nieve hizo que sus sentidos se emocionaran. Todas las personas estaban asustadas y los Vulturi tenían muchos problemas, ahora tenían que acabar con todo un lugar lleno de testigos, el chico salió corriendo como era de esperarse y ninguno hizo por seguirlo, tenían que hacerse cargo primero de los testigos y además tenían a los mejores rastreadores de vampiros, era claro que sabían cómo dar con aquel chiquillo. Mae en un sexy contoneo de caderas camino hacia la salida, antes de que pudiera abandonar el lugar uno de los Vulturi intento atacarla usando sus clásicos dones por los cuales pertenecían a la guardia, pero no le funciono. Mae se detuvo con una sonrisa de medio lado –Le dices a Aro que Mae Dupont le manda saludos.- Abrió la puerta y salió del lugar para seguir el rastro del hibrido que la había llamado zanahoria.