Historias de Bar (LIBRE)

Harto de escuchar las mismas historias de siempre en una noche, seguí trabajando. Había conseguido este trabajo - De bartender en el bar Toxic, un pequeño bar de Londres- poco tiempo de haberme mudado. No sabia que a las personas con problemas en la vida les gustara contar dichos problemas a simples cantineros: pero, ahí estaba yo, escuchando todo lo que la gente me podía decir. No te enamores nunca.... ¿Eres Nuevo acá?... ¿De donde es ese acento?

Y es así como continuaba mi día, escuchando historias de hombres y mujeres despechados, madres decepcionadas y solterones: no eran el tipo de historia por la que me vine a mudar acá, para inspirarme a inscribir, así que seguí trabajando, para esperar esa historia. Me serví un trago ¡Por la historia ideal! pensé, y continué mi horario

-Solo tú que conoces mi forma de sentir, mi forma de reír y hasta mi forma de llorar- Agitar el cabello mojado era una forma ideal para que su cabello quedara en el peinado ideal, debía admitir que decidir dejar a un lado la depresión y salir de fiesta era mucho más difícil de lo que se podría pensar. Entro lentamente a su closet eligiendo rápidamente unos jeans azules con una blusa holgada de color negro con algunos destellos dorados, algo sencillo para una noche de bar. La toalla cayó hasta sus pies y se cambio rápidamente del mismo modo término de maquillarse.
Después de conducir unos minutos decidió entrar a un pequeño bar que a pesar de no ser uno de los mejores de Londres se escuchaban buenos comentarios. Entro y noto como estaban distribuidas las mesas y que la mayoría de las personas iban acompañadas –Genial.- puso los ojos en blanco y decidió que lo mejor era ignorar las miradas de los hombres y dirigirse a la barra. –Un caballito de tequila, limón y sal por favor.- Sonrió al bartender rubio.

Seguía trabajando, en silencio. Vi a una chica entrar y venir directamente hacia la barra Allí esta esa sensación otra vez pensé ¿que demonios me pasa?. Siempre desde que era niño, o desde que puedo recordar, he sentido esta sensación, esta que me permite saber que quieren las personas, pero no me ocurre con todas las personas, solo con un grupo determinado; es como si supiera la decisión que tomaran, como como cuando veo quien quiere ser millonario y me doy cuenta de la opción que responderá el participante antes de que este mismo lo diga. Pues esto me paso con esta chica: sus ojos solo decían algo: Tequila. Así que se lo prepare antes de que incluso me lo pidiera.

–Un caballito de tequila, limón y sal por favor.- Me pidió. Inmediatamente se lo di, ya servido.

- Que lo disfrutes- Sonreí Genial, volví a acertar.

¿Tequila? Había pensado mucho lo que tomaría y esa era su mejor decisión, había demasiadas cosas o más bien recuerdos que tenía que olvidar, ahogar o todo lo que se relacionaba con eso. En cuanto el bartender le puso su bebida ella la bebió sin necesidad de probar la sal o el limón. Sintió como esa parte humana de su cuerpo hacia bien su trabajo, su garganta le ardió y no pudo evitar hacer una mueca pero eso no fue factor determinante para que no pidiera otra. –Me das otra igual por favor-

Suspiro un poco antes de girarse al notar que un hombre pasado de copas se acercaba a invitarla a bailar, ella educadamente se negó pero como cualquier otro borracho insistió de una forma salvaje, apretó su muñeca y ella rápidamente se puso de pie, no iba a permitir que la lastimara, seguía siendo más fuerte que un clásico humano pero no podía dañarlo frente a la mirada de todos.

Inmediatamente le serví el trago antes de que lo pidiera, de repente un hombre se le acercó, a invitarla a bailar, cosa que ella se negó entonces, el hombre trato de tomarla a la fuerza. En ese preciso instante salte hacia fuera de la barra y la puse de tras de mi una vez de haber alejado a el hombre, pero este se resistía.

-¿Que demonios te sucede, idiota? - traté de detenerlo pero seguía lanzando golpes, así que lo golpeé en la cara, tirándolo al piso, inconsciente. Me volví hacia la chica - ¿Estas bien?

Antes de que pensara una solución a lo que estaba pasando sus ojos vieron algo que nunca habría imaginado, el bartender había brincado la barra y ahora la defendía de aquel hombre pasado de copas. La morena tomo el brazo de él intentando tranquilizarlo pero no pudo lograr mucho, el rubio lanzo un puñetazo a la cara del alcohólico al ver que este no cedía a su insistencia, la morena puso ambas manos en forma de oración frente a su rostro en una mezcla de preocupación y sorpresa, jamás se le hubiera ocurrido que eso pasaría.

-Estoy bien! Perderás tu trabajo- susurro lo último, la adrenalina empezaba a causar su efecto, así que sin más tomo el siguiente trago que él había servido. Apoyo sus manos sobre los brazos de él, no quería perder el equilibro por causa de su torpeza.

Era una situación vergonzosa para la castaña, se sentía altamente apenada con el chico pero sabia a la vez que no tenía que disculparse más, el era un caballero y como tal había salido a su defensa. Los últimos meses o incluso años no se había relacionado con humanos, todo a su alrededor estaba muerto, quería pensar que en un futuro ellos podrían ser buenos amigos. Sonrió y asintió, quería otro trago y estaba decidida que sería la última porque no planeaba salir arrastrándose del lugar.

Vio sus nudillos –Siento tanto causarte molestias- Sonrió un poco mas tratando de parecer amistosa.

La morena tenia poco en la ciudad, puesto que unos meses atrás se había internado por cuenta propia en un psiquiátrico después de todo lo que había pasado, casi había muerto a manos de Alexander y sus ex asesinos, su vida no era fácil.
-No te preocupes.-
Sonrió de manera amable y volvió la mirada a la copa vacía, deslizo su dedo indice por la orilla de la superficie y le sonrió al mismo tiempo que lo escuchaba, asintió levemente antes de hablar.
-Si, creo que naciste para este trabajo.-

Sonreí.

-creo que nací para muchas cosas- bromeé- te sorprenderías.

La manera en la que la conversación fluía con esa chica era impresionante, estaba muy cómodo hablando con ella, se podría hablar con ella como si la conociera desde mi infancia. Era lo mas genial de este trabajo las chicas. pero ella era diferente a las chicas con las que había ligado desde que estaba aquí No es que hubiese estado ligando con esta chica pensé.

Se notaba que ella no era de esa clase de chicas. Aunque eso no me detenía a querer saber mas de ella.

- Oye, ya se acerca mi hora de irme pero deberías dar me tu numero - le dije- ya sabes, para que cuando necesites ve y  yo tenerte los tragos listos, o conseguirte un buen lugar o... si ese tipo de cosas - me encogí de hombros - ¿Que dices?