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Destino: Una eternidad
Twilight Moon :: Off Rol :: Galeria :: Fan Fiction
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Destino: Una eternidad
Chicos quiero compartir con ustedes uno de los mejores fics que he leido, si no es que el mejor (a mi parecer claro está)
Esta un final "Alternativo" de la saga, donde Bella nunca fue transformada ni tuvo a Renesmee, se casó con Edward pero fue siempre humana.
Espero les guste ^^.
DESTINO: UNA ETERNIDAD
Noventa años para una vida normal significan demasiado, para otra, atiborrada de cosas extraordinarias, es demasiado poco.
Para mí, la vida me ha significado apenas un instante.
Setenta y un años después de mi boda, el rostro insoportablemente hermoso de mi marido ha tenido apenas ningún cambio… o sí: es aún más bello que cuando lo conocí. Ciento setenta y cinco años atrapados en un físico de eternos diecisiete, como una flor de primavera interminable, en la cúspide de la hermosura y el amor de un poeta encerrado en un corazón que no ha latido en un tiempo aparentemente incontable.
Edward Cullen y yo nos amamos más que en un principio. ¿La razón? No creo conocerla, no sé si la comprenda, sólo sé que vivo en esa razón y esa realidad que a veces brilla con el color de la fantasía: sin igual, porque no he de vivirlo de nuevo, no al menos en esta vida, y si así lo fuera, sería nuevamente con él. Soy inmensamente feliz, aunque mi alegría se vería aún mejor condimentada con la sonrisa eterna de un chico que murió para pagar mi propia existencia.
Fue un dolor apenas soportable el haber perdido a Jacob Black, mi mejor amigo.
El odio que me corroía para Aro Vulturi, quien deseaba beber mi sangre, fueron sólo semejantes a su poder bruto. ¿Es que no valía el amor para él? ¿Es que no respetaba vidas ajenas? ¿Por qué tenía que ser yo la culpable de todo? Cuando Jacob se interpuso a su ataque, como un escudo en apariencia irrompible, pude ver cómo se desmoronaba su cuerpo, cual cristal de azúcar: a pedazos, luchando vanamente con sus musculosos brazos que, al lado de la fuerza de un vampiro antiguo, parecían de trapo viejo. Fue de las muy contadas ocasiones en que Jacob me pareció frágil.
Como yo lo era, como yo lo soy.
La nieve cae allá afuera. Mi familia, los Cullen están todos alrededor de mi cama, Alice y Edward junto a mí. Mi amado ángel con los ojos torturados, su cara desfigurada por un sentimiento que identifico como tristeza, una más allá de la comprensión humana. Alice, con su esbelta figura de bailarina, parece derrotada, como si sus zapatitos estuvieran rotos, como si no pudiera volver bailar en un largo tiempo. Esme me mira con angustia y Carlisle toma el hombro de su hijo: el claro ejemplo de amor paternal. Jasper y Rosalie me miran como si jamás me hubieran visto, como si no creyeran lo que pasa, y a Emmett parece que todas sus bromas y sonrisas hayan salido al invierno, allí, a congelarse.
Siento el hielo que recoge mis manos ahora apergaminadas, pero no es hielo, son las manos de Edward, me acunan y me estremezco, más por pasión y añoranza que por sensibilidad. Si hay algo que rehúso a abandonar son las dos manos gélidas de mi ángel, sus labios, su cabello…
Me estoy muriendo.
Parte 2
------------------------------------------------------------------------------------------
Ahora que mi vida concluye como la mortal que siempre he sido, me doy cuenta que no hice nunca una mala elección, viví en un cuento de hadas que resultó ser real: viajé por casi todo el mundo, hice una carrera en biología y una en filosofía, Edward hizo las mismas, sumando una en medicina, para cuidarme ahora que soy vieja.
Supe que hablaba enserio cuando me dijo que no importaban las arrugas que surcaran mi cara y mi cuerpo entero: siempre me amaría, aunque no creí que lo hiciera con más intensidad que el principio. Soy feliz, lo fui y en la eternidad lo seré. Conocí a un ser perfecto en la tierra, el ser perfecto me amó, el que cumplió sus promesas, uno que jamás me abandonó, que estuvo ahí para capturarme en sus brazos de acero cuando perdí a los demás seres que quise y los cuales rodearon mi vida. No creo que me hiciera falta el haber tenido un hijo, si no era de Edward ni era ahijado de Jacob. Así las leyes naturales humanas no funcionaban conmigo.
Siento venir los últimos latidos de mi ya cansado corazón, pero antes de que me ganen una última carrera, tomaré el tiempo para despedirme:
-Gracias a todos por lo que han hecho por mí. Carlisle, Esme: fueron literalmente mis padres ahora que no tuve más a los míos, aunque no creo que todos los días puedan tener a un hijo más viejo que ustedes… físicamente –Esme parecía a punto de llorar, Carlisle ahora tomó la mano de ella –Emmett, jamás dejes de sonreír, fuiste mi dulce en los momentos de tomar agrio –pero él no pudo sonreír como yo hubiera querido -, Alice… hermana ¿serás tan amable de utilizar nuevamente ese vestido que se te ve tan precioso? Contagia tu positivismo, baila al ritmo de la música de tu corazón siempre –ella me abrazó con delicadeza, si algo odiaba de ser vieja, era que me trataban con más pulcritud que en mi adolescencia -, Jasper sin tu ayuda jamás hubiera logrado un cuidado ni actitud poderosas, nunca sueltes la mano de Alice –él sólo me miró, pero hubo un brillo en sus ojos ambarinos -, Rosalie… ¿te he dicho que siempre envidié tu belleza? Pero no esa –le dije inmediatamente cuando frunció el ceño -, te envidié ambas, tu hermosura se expande a un interior increíble.
Aún me faltaba el amor de mi vida, no sabría qué decirle, su cara en estos momentos parecía tan arrugada como la mía.
-No, Edward, así no van las cosas, amor, siempre estaré contigo, te cuidaré –y le sonrío
Él aprieta mi mano, y el último latido de mi corazón hace un anuncio estrepitoso:
-Te amo, Edward Anthony Masen Cullen
Lo último que vi fue su rostro, el rostro de un ángel caído.
…
---------------------------------------------------------------------------------------
Parte 3
…
¿Qué hago aquí?
Tengo manos pero no las siento, tengo pies pero no camino ¿Dónde estoy? Mis ojos pesan, y mi boca es muda. Mi sistema nervioso reacciona… comienzo a caminar, abro mis ojos. Allá, al fondo, hay una luz, a mi lado, hay nada. Es como un prado. En la luz está mi objetivo, pero no sé que haya allá. Levanto mis manos, pero no son mis manos.
Son las de Isabella Cullen cuando tenía 17 años, la etapa más feliz de su vida.
Mis pies, desnudos, atraviesan este campo magnífico y no se dañan. Veo algo. Apresuro mis pasos, ese algo no es algo, es alguien, y corre hacia mí. Me abraza: es Charlie, papá, a su lado, Reneé y Phil ¡Cuánto me alegro de verlos otra vez! Pero me hacen señas para continuar. Muchas personas que pasaron por mi vida me sonríen desde varios lugares, y todos terminan señalándome seguir adelante, como si yo pudiera sin tener a Edward a mi lado. Es como volver a morir, no tenerlo tomando mi mano.
-¡Bella! –me grita alguien
Pero si es Jacob…
-¡Jake! –corro y lo abrazo, comenzamos a llorar –te he extrañado, Jake… tantos años ¡tantos!
-Sí, y yo aburriéndome por acá, ¿A quién más puedo molestar que no seas tú y tu estatura de gnomo? –se ríe –Vamos, caminemos un rato, tienes que ir conmigo a tu destino…
-Jacob, sin Edward no hay destino, no para mí.
- Bella, hay cosas por las cuales debes siempre seguir, nadie sabe los giros que da la vida… bueno, la eternidad –me toma la mano más fuertemente, atrás las personas de mi vida nos siguen -. Tienes que ser fuerte, Edward siempre va a estar contigo.
-Pero…
Me hace un gesto para que al fin pueda cerrar mi boca, ya casi en la luz había una puerta, dorada, hermosa, y una figura delgada pero de una altura perfecta, su piel, blanca ¿Acaso me olvidé de alguien por saludar?
-¡Hey, tú, sanguijuela! –grita Jacob de modo anímico
¿Sanguijuela? ¿No ese era el lenguaje para…?
Si había llorado mucho en el trayecto de ese prado del paraíso, no se compararon a las lágrimas que derramé de felicidad… Allí estaba, aún más perfecto que nunca: aunque su piel no brillara más en la luz como los diamantes, mi corazón, que hasta el momento no había notado, volvió a latir. Jacob soltó mi mano, y supe que era hora de correr hacia mi destino.
Edward Cullen, me sonreía de modo sublime y abría los brazos para mí.
-Creo que se me olvidó darte tu corazón –dijo después de un largo beso
-Edward ¿Cómo llegaste? –dije perpleja
-Tus teorías sobre mi alma siempre fueron correctas, corrí más fuerte que nunca, todo por cumplir mi promesa: jamás separarme de ti.
-¿Quiere decir que te destruiste? ¿Y Alice, Emmett, Carlisle…?
-“Destruir” no es la palabra correcta, simplemente vine a reunirme contigo, lo que respecta a mi familia, Alice me aseguró que pronto se nos uniría con Jasper. Carlisle dice que un poco tarde, pues tú conoces lo mucho que ama su profesión al igual que Esme. Emmett jura que no te librarás por mucho tiempo de él, y Rosalie lo confirmó –se me iluminaron los ojos, mi familia… -, pero aún tienen mucho qué hacer en sus vidas, así que quizá pasen unos siglos antes de verlos de nuevo. No te preocupes: el tiempo puede tardar, pero no detenerse.
Lo abracé nuevamente ¿Ese era mi destino? Si no era ese ¿Qué hacíamos Edward y yo en el paraíso junto a la gente que amábamos? Sus preciosos ojos, ahora de color verde intenso como la esmeralda, me indicaron que estaba frente al Edward de 1918, siempre sería joven, al igual que yo. Ahora mi mano se vio cubierta por la mano de Edward, cálida y no más gélida, y caminamos junto hacia la eternidad, donde yacía nuestro destino.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Lo escribio una gran amiga mia, Corazón. Disfrutenlo, les juro que lloré cuando lo lei
Esta un final "Alternativo" de la saga, donde Bella nunca fue transformada ni tuvo a Renesmee, se casó con Edward pero fue siempre humana.
Espero les guste ^^.
DESTINO: UNA ETERNIDAD
Noventa años para una vida normal significan demasiado, para otra, atiborrada de cosas extraordinarias, es demasiado poco.
Para mí, la vida me ha significado apenas un instante.
Setenta y un años después de mi boda, el rostro insoportablemente hermoso de mi marido ha tenido apenas ningún cambio… o sí: es aún más bello que cuando lo conocí. Ciento setenta y cinco años atrapados en un físico de eternos diecisiete, como una flor de primavera interminable, en la cúspide de la hermosura y el amor de un poeta encerrado en un corazón que no ha latido en un tiempo aparentemente incontable.
Edward Cullen y yo nos amamos más que en un principio. ¿La razón? No creo conocerla, no sé si la comprenda, sólo sé que vivo en esa razón y esa realidad que a veces brilla con el color de la fantasía: sin igual, porque no he de vivirlo de nuevo, no al menos en esta vida, y si así lo fuera, sería nuevamente con él. Soy inmensamente feliz, aunque mi alegría se vería aún mejor condimentada con la sonrisa eterna de un chico que murió para pagar mi propia existencia.
Fue un dolor apenas soportable el haber perdido a Jacob Black, mi mejor amigo.
El odio que me corroía para Aro Vulturi, quien deseaba beber mi sangre, fueron sólo semejantes a su poder bruto. ¿Es que no valía el amor para él? ¿Es que no respetaba vidas ajenas? ¿Por qué tenía que ser yo la culpable de todo? Cuando Jacob se interpuso a su ataque, como un escudo en apariencia irrompible, pude ver cómo se desmoronaba su cuerpo, cual cristal de azúcar: a pedazos, luchando vanamente con sus musculosos brazos que, al lado de la fuerza de un vampiro antiguo, parecían de trapo viejo. Fue de las muy contadas ocasiones en que Jacob me pareció frágil.
Como yo lo era, como yo lo soy.
La nieve cae allá afuera. Mi familia, los Cullen están todos alrededor de mi cama, Alice y Edward junto a mí. Mi amado ángel con los ojos torturados, su cara desfigurada por un sentimiento que identifico como tristeza, una más allá de la comprensión humana. Alice, con su esbelta figura de bailarina, parece derrotada, como si sus zapatitos estuvieran rotos, como si no pudiera volver bailar en un largo tiempo. Esme me mira con angustia y Carlisle toma el hombro de su hijo: el claro ejemplo de amor paternal. Jasper y Rosalie me miran como si jamás me hubieran visto, como si no creyeran lo que pasa, y a Emmett parece que todas sus bromas y sonrisas hayan salido al invierno, allí, a congelarse.
Siento el hielo que recoge mis manos ahora apergaminadas, pero no es hielo, son las manos de Edward, me acunan y me estremezco, más por pasión y añoranza que por sensibilidad. Si hay algo que rehúso a abandonar son las dos manos gélidas de mi ángel, sus labios, su cabello…
Me estoy muriendo.
Parte 2
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Ahora que mi vida concluye como la mortal que siempre he sido, me doy cuenta que no hice nunca una mala elección, viví en un cuento de hadas que resultó ser real: viajé por casi todo el mundo, hice una carrera en biología y una en filosofía, Edward hizo las mismas, sumando una en medicina, para cuidarme ahora que soy vieja.
Supe que hablaba enserio cuando me dijo que no importaban las arrugas que surcaran mi cara y mi cuerpo entero: siempre me amaría, aunque no creí que lo hiciera con más intensidad que el principio. Soy feliz, lo fui y en la eternidad lo seré. Conocí a un ser perfecto en la tierra, el ser perfecto me amó, el que cumplió sus promesas, uno que jamás me abandonó, que estuvo ahí para capturarme en sus brazos de acero cuando perdí a los demás seres que quise y los cuales rodearon mi vida. No creo que me hiciera falta el haber tenido un hijo, si no era de Edward ni era ahijado de Jacob. Así las leyes naturales humanas no funcionaban conmigo.
Siento venir los últimos latidos de mi ya cansado corazón, pero antes de que me ganen una última carrera, tomaré el tiempo para despedirme:
-Gracias a todos por lo que han hecho por mí. Carlisle, Esme: fueron literalmente mis padres ahora que no tuve más a los míos, aunque no creo que todos los días puedan tener a un hijo más viejo que ustedes… físicamente –Esme parecía a punto de llorar, Carlisle ahora tomó la mano de ella –Emmett, jamás dejes de sonreír, fuiste mi dulce en los momentos de tomar agrio –pero él no pudo sonreír como yo hubiera querido -, Alice… hermana ¿serás tan amable de utilizar nuevamente ese vestido que se te ve tan precioso? Contagia tu positivismo, baila al ritmo de la música de tu corazón siempre –ella me abrazó con delicadeza, si algo odiaba de ser vieja, era que me trataban con más pulcritud que en mi adolescencia -, Jasper sin tu ayuda jamás hubiera logrado un cuidado ni actitud poderosas, nunca sueltes la mano de Alice –él sólo me miró, pero hubo un brillo en sus ojos ambarinos -, Rosalie… ¿te he dicho que siempre envidié tu belleza? Pero no esa –le dije inmediatamente cuando frunció el ceño -, te envidié ambas, tu hermosura se expande a un interior increíble.
Aún me faltaba el amor de mi vida, no sabría qué decirle, su cara en estos momentos parecía tan arrugada como la mía.
-No, Edward, así no van las cosas, amor, siempre estaré contigo, te cuidaré –y le sonrío
Él aprieta mi mano, y el último latido de mi corazón hace un anuncio estrepitoso:
-Te amo, Edward Anthony Masen Cullen
Lo último que vi fue su rostro, el rostro de un ángel caído.
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Parte 3
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¿Qué hago aquí?
Tengo manos pero no las siento, tengo pies pero no camino ¿Dónde estoy? Mis ojos pesan, y mi boca es muda. Mi sistema nervioso reacciona… comienzo a caminar, abro mis ojos. Allá, al fondo, hay una luz, a mi lado, hay nada. Es como un prado. En la luz está mi objetivo, pero no sé que haya allá. Levanto mis manos, pero no son mis manos.
Son las de Isabella Cullen cuando tenía 17 años, la etapa más feliz de su vida.
Mis pies, desnudos, atraviesan este campo magnífico y no se dañan. Veo algo. Apresuro mis pasos, ese algo no es algo, es alguien, y corre hacia mí. Me abraza: es Charlie, papá, a su lado, Reneé y Phil ¡Cuánto me alegro de verlos otra vez! Pero me hacen señas para continuar. Muchas personas que pasaron por mi vida me sonríen desde varios lugares, y todos terminan señalándome seguir adelante, como si yo pudiera sin tener a Edward a mi lado. Es como volver a morir, no tenerlo tomando mi mano.
-¡Bella! –me grita alguien
Pero si es Jacob…
-¡Jake! –corro y lo abrazo, comenzamos a llorar –te he extrañado, Jake… tantos años ¡tantos!
-Sí, y yo aburriéndome por acá, ¿A quién más puedo molestar que no seas tú y tu estatura de gnomo? –se ríe –Vamos, caminemos un rato, tienes que ir conmigo a tu destino…
-Jacob, sin Edward no hay destino, no para mí.
- Bella, hay cosas por las cuales debes siempre seguir, nadie sabe los giros que da la vida… bueno, la eternidad –me toma la mano más fuertemente, atrás las personas de mi vida nos siguen -. Tienes que ser fuerte, Edward siempre va a estar contigo.
-Pero…
Me hace un gesto para que al fin pueda cerrar mi boca, ya casi en la luz había una puerta, dorada, hermosa, y una figura delgada pero de una altura perfecta, su piel, blanca ¿Acaso me olvidé de alguien por saludar?
-¡Hey, tú, sanguijuela! –grita Jacob de modo anímico
¿Sanguijuela? ¿No ese era el lenguaje para…?
Si había llorado mucho en el trayecto de ese prado del paraíso, no se compararon a las lágrimas que derramé de felicidad… Allí estaba, aún más perfecto que nunca: aunque su piel no brillara más en la luz como los diamantes, mi corazón, que hasta el momento no había notado, volvió a latir. Jacob soltó mi mano, y supe que era hora de correr hacia mi destino.
Edward Cullen, me sonreía de modo sublime y abría los brazos para mí.
-Creo que se me olvidó darte tu corazón –dijo después de un largo beso
-Edward ¿Cómo llegaste? –dije perpleja
-Tus teorías sobre mi alma siempre fueron correctas, corrí más fuerte que nunca, todo por cumplir mi promesa: jamás separarme de ti.
-¿Quiere decir que te destruiste? ¿Y Alice, Emmett, Carlisle…?
-“Destruir” no es la palabra correcta, simplemente vine a reunirme contigo, lo que respecta a mi familia, Alice me aseguró que pronto se nos uniría con Jasper. Carlisle dice que un poco tarde, pues tú conoces lo mucho que ama su profesión al igual que Esme. Emmett jura que no te librarás por mucho tiempo de él, y Rosalie lo confirmó –se me iluminaron los ojos, mi familia… -, pero aún tienen mucho qué hacer en sus vidas, así que quizá pasen unos siglos antes de verlos de nuevo. No te preocupes: el tiempo puede tardar, pero no detenerse.
Lo abracé nuevamente ¿Ese era mi destino? Si no era ese ¿Qué hacíamos Edward y yo en el paraíso junto a la gente que amábamos? Sus preciosos ojos, ahora de color verde intenso como la esmeralda, me indicaron que estaba frente al Edward de 1918, siempre sería joven, al igual que yo. Ahora mi mano se vio cubierta por la mano de Edward, cálida y no más gélida, y caminamos junto hacia la eternidad, donde yacía nuestro destino.
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Lo escribio una gran amiga mia, Corazón. Disfrutenlo, les juro que lloré cuando lo lei
Invitado- Invitado
Re: Destino: Una eternidad
Lo sé
Y lo peor es que lo mandó a un concurso...y no gano >.<
Y lo peor es que lo mandó a un concurso...y no gano >.<
Invitado- Invitado
Re: Destino: Una eternidad
*-* Esta HER-MO-SI-SI-MO lloré y lloré *-* precioso, no tengo palabras.
Invitado- Invitado
Re: Destino: Una eternidad
En verdad es hermoso, a mi me hizo llorar a amres y creanme que son raras las cosas que me hacen llorar solo las que me llgan profundamente xD.
Invitado- Invitado
Re: Destino: Una eternidad
Es simplemente HERMOSO! wow! que final tan ahahaha se me salieron las lagrimas . Ese concurso fue el de 15a20???
Invitado- Invitado
Re: Destino: Una eternidad
Ya lo suponia yo, jaja sii ese concurso fue un verdadero fraude. El cuento que gano primer lugar estaba del asco! waaa por esa razon prometi no volver a comprarla.
Porque igual yo mande mi cuento y tampoco gane =(
Porque igual yo mande mi cuento y tampoco gane =(
Invitado- Invitado
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