Diario de Dany

Ese día empezó mal
Usualmente despierto a las 6, me visto, desayuno en silencio rodeada de sirvientes, luego paso a la sala de estudio, aparece mi profesor particular el cual me da clases por 5 horas ,se va, paso al comedor y me alimento en silencio nuevamente rodeada de sirvientes ,voy a la sala de estar ,leo por 2 horas en soledad, paso a la sala de música, ensayo con el violonchelo 3 horas, voy al comedor y meriendo en silencio con mi comitiva de sirvientes que me miran como injiero esa comida que nunca le he hallado gracia, voy a mi cuarto , me baño y alisto para ver a mi abuela a las 9,paso al comedor, por enésima vez los sirvientes en silente compañía observan ;me siento junto a mi abuela y comemos sin mirarnos ;al terminar indica que me acueste y se retira a su alcoba, obedezco en silencio, voy a mi habitación ,me visto para dormir y acostada cierro los ojos imaginando lo invariable del día siguiente.
Ese día empezó mal. Me desperté a las 6, me vestí, pero no desayune por que la noche anterior la comida había estado mas detestable que de costumbre y logró descomponerme. Fui a la sala de estudio y espere pero el profesor no apareció ;igualmente me quede ahí por que mi rutina es estar en esa sala a esa hora.25 minutos mas tarde la esposa del profesor llamo para decir que estaba enfermo y no vendría a darme clases. La sirvienta que me lo dijo es nueva y algo amable por eso me aconsejo que aprovechara las horas libres. Afuera llovía así que empecé a andar por la casa. Conocía casi todos los rincones ecepto uno que me intrigaba: la habitación de mi madre. Nunca tenia tiempo para arriesgarme a ir pero hoy podía investigar por unas horas, por eso tome la llave y entre. No había diferencia con los otros cuartos igual de ordenado y bien amoblado. Los efectos personales de mi madre se parecían a los míos por lo que no merecían mas que una ojeada rápida pero un cuaderno que estaba bajo la almohada llamo mi atención. Era una especie de agenda llena de anotaciones, horarios y citas. Deduje que era el itinerario que usaba mi madre cuando era cantante de opera; Casi llegando al final del cuaderno todas las presentaciones eran sobre escenarios italianos. La ultima anotación se refería a una función privada; dado que estaba remarcada y con un pequeño comentario (en el encabezado tenia escrito con signos de admiración un ¡¡por fin!!) parecía que ella lo esperaba con ansias. La función iba a ser en el castillo Voltury en Volterra. Luego de eso solo seguían hojas en blanco;
Mi abuela me había dicho que mamá tenía una extraordinaria carrera hasta que por desgracia quedo embarazada y tuvo que abandonarla. De mi padre no decía mucho; cuando tuve la osadía de preguntar por el me dijo que era un demonio que había destruido la vida de mi madre; un ser maligno que tan solo me había engendrado. El odio que emano esa vez de su boca me basto para que nunca más preguntara al respecto.
Cerré el cuaderno y mire el vacío entendí que esa fue la ultima vez que mi madre hizo una presentación.
En Volterra en el castillo Voltury; el nombre me fascino aunque no sabia porque.
Salí de la habitación todavía pensando en Italia, específicamente en Volterra para ser exacta. Al bajar las escaleras me encontré con el reloj que marcaba las 11:17 y sentí mi estomago vacío que reclamaba algo de alimento, aunque este fuera la horrible comida que me suelen dar. Fui a la cocina y vi 5 personas que con seguridad estaban preparando mi almuerzo. No me atrevía a ir y pedirles algo por lo que me quede en la puerta mirándolos; en eso vi que la sirvienta nueva iba al comedor con los utensilios para la mesa. Fui tras ella para pedirle si podía darme por lo menos agua, para mitigar el hambre. Al parecer no vio que la seguía por lo que al darse vuelta para poner la mesa se encontró con mi imagen y soltó lo que traía en la mano. La había asustado sin querer y en su torpeza por disculparse ante mi, por su natural reacción no miraba lo que hacia; a medida que levantaba una cosa me pedía perdón por lo que había tirado y por esa actitud no vio que agarraba la copa por su borde roto. De inmediato se hizo una herida en la palma y la sangre broto rápidamente.
Por primera vez en mi vida sentí el aroma comestible más delicioso de todas las comidas que había probado. Nunca me había aficionado el comer. Lo veía como algo necesario pero no existía algún alimento que disfrutara. La comida por lo general me parecía desabrida, sin gusto o en el mejor de los casos pasable.
Todo mi cuerpo entro en una convulsión inesperada; apreté los dientes en un acto de desesperación; tenía hambre y por extraño que me sonara yo tenía hambre de sangre. Quería sangre y todo mi ser anhelaba alimentarse de eso. Mi cerebro no razono para nada: me tomo un segundo agarrar la mano de la joven y llevármela a la boca. Mordí la herida presionando el brazo para liberar mas sangre. La sensación divina de aquel líquido es difícil de explicar: era simplemente delicioso y por eso quería más y más, todo cuanto pudiera sacar de aquel envase. Casi había terminado cuando la voz de mi abuela me llamo a la realidad. Solté a la chica y me sorprendí al ver lo que había hecho: homicidio y para mejorar la carátula, me alimente de la victima. Mi vestido antes blanco ahora presentaba manchas indelebles de mis actos. La cara de mi abuela no tenía nombre; era una mezcla de asco y terror. Se acerco con furia claramente para darme una bofetada pero de inmediato se detuvo. Obviamente recordó que no podía tocarme. Me ordeno que me fuera a mi cuarto con un tono marcado por el odio. Corrí con lagrimas en los ojos escaleras arriba; oí que mi abuela le ordeno a Luca el chofer que se encargara del comedor y le avisara a los sirvientes que no merodearan por la casa hasta la hora de la cena.
Encerrada en mi cuarto llore hasta mas no poder; no entendía lo que había hecho o mas bien el por que. Tampoco podía creer lo que había pasado; no me cabía en la cabeza la morbosa situación que protagonice. Me había alimentado de una persona y para colmo lo había disfrutado ¿Cómo pude hacer lo que hice? ¡¿sangre?!¿Cómo podía aquello haberme parecido tan deleitable y apetitoso a la vez? ¿Enloquecí de repente?.

Siguió peor
Estuve en mi alcoba hasta la hora de la cena, pensando y sintiéndome culpable por mis acciones que no tenían ninguna justificación coherente. Me quite la ropa manchada y me bañe fregando con violencia cada fracción de mi piel. Media hora antes de la cena me aliste para encontrarme con mi abuela en el comedor. Baje y ella estaba sentada a la mesa; me uní a la cena en silencio mientras toda nuestra comitiva de sirvientes nos miraban. No necesite oler la comida para saber que estaba desabrida; fruncí el ceño y de inmediato recordé la delicia que había probado al mediodía. Me golpee mentalmente al pensar en aquello: no podía llamarlo delicia, era inmoral. Tenía que comer lo del plato pero ahora me resultaba casi doloroso imaginar esos sabores sin gusto en mi boca. No, no podía injerir eso. Mire a los sirvientes y por primera vez pensé que podrían serme útiles; para evitar comer podría intentar hablar con mi abuela de alguna cosa y con la presencia de toda esa gente ella obligadamente tendría que responder por una cuestión de educación. Pensé rápido algún tema; al instante la palabra Voltury sonó en mi cabeza. Eso era perfecto
La mire de soslayo y prepare mi voz para irrumpir nuestra silente cena
_ ¿Quiénes son los Voltury?
Detuvo todo su cuerpo al oír mis palabras. Me miro mecánicamente y dijo con los dientes ceñidos como si contuviera un gruñido:
_ ¿Qué dijiste?
Note que no había seleccionado una buena pregunta de conversación. Volvió a preguntar con más impaciencia que era lo que había dicho. Mi valentía se había esfumado casi por completo. Sentí el ardor en las mejillas, costumbre humillante que siempre me acompañaba en los peores momentos.
_ ¿de donde sacaste ese nombre?_ahora su voz era mas dura y su respiración frenética
Tartamudee recordando que de explicar de donde había sacado la palabra Voltury admitía de inmediato un acto de desobediencia: tenía prohibido entrar al cuarto de mi madre.
Se paro con violencia apretando visiblemente la mandíbula. Los sirvientes se retiraron a una velocidad admirable. Estaba sola ante mi enfurecida abuela. ¿Por qué quería saber sobre ellos? Fue su pregunta, que exigía una respuesta inmediata.
_te… tenia… curiosidad_ dije aterrada_ es que… mamá dio su ultima presentación frente a ellos y yo…solo quería saber quienes eran
Finalice en un tono casi inaudible. Mi abuela respiro con dificultad, se debatía entre la sorpresa y la furia.
_curiosidad?! Tu madre también sintió curiosidad por esa maldita familia y acabo arrepintiéndose!
¿queres saber quienes son los Voltury? son unos seres demoniacos desprovistos de alma que existen solo para matar y destruir. ! Son bestias sin otro interés que el asesinato brutal!
Hablaba con odio como si escupiera fuego. Baje la cabeza por que no podía sostenerle la mirada; ella hablaba con tanto rencor de esa familia pero parecía dirigir todo su odio a mi , como si yo fuera una representante de ellos. Se dio la vuelta dispuesta a irse pero aunque me había asustado un poco lo que había obtenido al hacerla hablar, considere que era mi oportunidad para preguntar
Respecto a mi ... anormal existencia.
Tengo 5 años y me veo de 10 desde que tengo 2. Pero ya no crezco. Los primeros tiempos crecía a una velocidad inexplicable pero ese proceso parece que se detuvo y quede estancada. Recuerdo cosas que se que las personas normales no pueden; como mi nacimiento. Fue la única vez que vi. a mi madre con vida. Momentos después ella agonizo dolorosamente por unos minutos y luego murió desangrada, dejando un recuerdo terrorífico de mi alumbramiento. Mi mente esta muy desarrollada para mi edad (tanto para la aparente como para la real) y el tema de mi contacto físico con otros quedo estrictamente prohibido luego de dejar en coma a una sirvienta que solo rozo mi piel. Este nuevo aspecto de la sangre solo empeoraba mi rareza y peligrosidad. Yo era diferente y sentía que esa diferencia era enteramente mala. Me sentía perdida. Necesitaba que alguien me explicara, que alguien me dijera por que yo era así.
_espera!.._se volvió levemente para mirarme de lado; mi cara ardía_ abuela… necesito,… necesito que me digas por que soy diferente. Se que sabes algo. No entiendo por que… ataque a esa chica , no fui conciente de lo que hacia_ hasta el momento hacia fuerza para no llorar pero al recordar el sabor, la incorrecta sensación agradable que me produjo me desespere y las lágrimas se me escaparon desordenadamente.
_abuela necesito que me ayudes! Siento que puedo lastimar sin proponérmelo , no quiero hacerle daño a nadie pero siento que puede volver a pasar. Por favor… estoy muy asustada!
Se giro completamente hacia mí y con la crueldad marcada en cada palabra dijo:
_no hay nada que yo pueda hacer por vos. Sos un engendro; mataste a tu madre y seguís matando. El asesinato esta en tus genes, sos una digna hija de tu padre.
Me odiaba; sospechaba que no me quería pero no imaginaba tanto rencor contra mí.
Antes de irse me dijo:
_no quiero volverte oír pronunciar ese nombre nunca mas; le jure a tu madre que te iba a proteger de esos demonios aunque fueras como ellos! voy a cumplir mi promesa hasta las ultimas consecuencias; prefiero verte muerta antes que cerca de esas bestias!
Sola en mi cuarto llore hasta dormirme; al despertar en la madrugada me sentía sin vida, como vacía: mi abuela me odiaba, mi madre estaba muerta y mi padre probablente era un monstruo. Yo no tenía a nadie; estaba sola, con una identidad terrorífica e incompleta de mi misma.

La decisión
Cuando el reloj marco las 5:30 fui al baño y me lave la cara que de tanto llorar había quedado maltrecha. La cabeza me ardía y estaba cansada. Me senté, cerré los ojos y trate de pensar en lo sucedido sin romper en llanto. Amargamente había logrado obtener algo de información sobre mis padres y el pasado. Había dolido oírlo, pero por lo menos ahora tenia una noción sobre mi misma: según mi abuela yo era un engendro; dijo que estaba en mis genes el homicidio y que era digna hija de mi padre, por lo que entendí que el también era un acecino. Rápidamente pensé en los Voltury; a ellos los llamo demonios aficionados a la matanza brutal. También me prohibió volver a nombrarlos; comento su promesa de mantenerme lejos de ellos aun cuando dijo que no había diferencias entre nosotros. Suspire suavemente recordando este ultimo dato; la sola posibilidad de que mi extraño caso no fuera el único en el mundo resultaba esperanzador.
Si no existían diferencias entra los Voltury y yo era por que debíamos ser similares en algún aspecto y para darse esa coincidencia debía de haber algún lazo que nos uniera. Abrí los ojos al deducir lo que mi abuela no se atrevió a contarme: mi padre era un Voltury. Eso explicaba el odio que ella expreso respecto a esa familia y en igual medida a mí. En mis venas corría la misma sangre de los que ella llamaba bestias sin alma.
El ruido del motor me saco de mis deducciones; me acerque a la ventana y vi que mi abuela subía al auto a la par que el chofer guardaba varias maletas en el baúl. Había olvidado que ella iba a viajar este fin de semana para visitar unos parientes en Canadá. Al terminar el chofer tomo su lugar y arranco el auto dirigiéndose al aeropuerto. Me quede mirando la calle a través del vidrio empañado. Si bien el viaje estaba planeado con anterioridad, sentía que con lo sucedido ella quería alejarse de mí. De nuevo la sensación de rechazo me golpeo mentalmente. Ahora sabia sin lugar a dudas que no era querida, que me odiaba y que lo único que representaba para ella era el cumplimiento de una promesa, o en otras palabras, una carga.
Siempre había sentido su mirada dura, demasiado despreciativa para ser mi abuela; ahora entendía esa actitud: ella no me veía a mí sino al engendro de un Voltury.
Volví a la cama en silencio, aturdida por los gritos en mi cabeza. Debía de existir una muy buena razón para que mamá pidiera como ultimo deseo que se me protegiera de la familia de mi padre; como mínimo debían ser peligrosos y con seguridad el no sabia, ni tenia que enterarse de mi existencia.
La lluvia afuera era fina y débil, pero podía oírla fuertemente en el silencio de mi habitación. Suspire, evaluando mi corta y extraña vida: solo era una niña muy peculiar, solitaria y silenciosa, con un pasado oscuro e impronunciable y con un futuro mas incierto todavía; no tenia a nadie en el presente ni lo tendría mas adelante. Soledad, miedo y silencio era lo único seguro para mi.
Odie descubrir esta miseria y decidí por eso, modificarla; por que sabia que cambiar mi destino no estaba en mis posibilidades pero tal vez podría retocar en algo, mi fin.
Mi abuela me condeno y escupió todo el rencor que guardaba hacia mi, negándome su ayuda y la verdad sobre mi misma; no tenia sentido permanecer junto a ella siendo yo una bestia sin remedio y ella una potencial victima de mi locura. Yo era extraña, un engendro sin probabilidades de redención que ni siquiera sabía el grado de peligrosidad del que estaba provista; no saber que clase de ser era y de lo que podía ser capaz me torturaba; necesitaba que alguien me explicara, que me dijera la verdad. Por eso lo decidí sin mirar la voluntad de mi madre, el odio de mi abuela y la teórica maldad de mi padre: iría con aquellos con los cuales no se notaban las diferencias de pecado; ellos me dirían lo que soy. Si tenia que morir luego de eso me iría a la tumba con una sonrisa.
Me levante rápido y fui a mi armario; me cambie y luego saque unos vestidos con sus respectivas medias y guantes mas unos pares de zapatos. Tome una maleta y lo guarde todo. Cuando la iba a cerrar pensé que debería llevarme algo de la alcoba de mi madre para recordarla. Subí sin que me vieran y decidí agarrar una cajita muy hermosa que había visto el día anterior. Volví a mi cuarto y por estar apurada me tropecé y se cayeron las cosas que traía en la mano. La caja se abrió soltando unos delicados frascos de perfume y un pequeño diario. No tenía tiempo para verlo todo así que leí lo que decía en una hoja a la mitad del cuaderno. Estaba en italiano y expresaba la gran admiración de mi madre por los Voltury y su determinación de formar parte de esa familia, costara lo que costara. Había un dibujo que se repetía en varias partes, parecía un símbolo o un escudo familiar. Debía ser de ellos. Guarde todo junto con el dinero que obtenía en cada cumpleaños por parte de mi abuela; era suficiente para el viaje y para sobornar a quien fuese necesario hasta llegar a Volterra. Por ultimo tome un capa y me la puse. Abrí el ventanal y lance la maleta a fuera. No podía irme sin mi amado violonchelo por lo que, aunque innecesario y pesado que podía resultar para el viaje, lo baje junto a mi deslizándome peligrosamente de la ventana al árbol. Una vez en el patio tome la maleta y la tire del otro lado del muro sabiendo que a esa hora no abría nadie en la calle. Trepe la alta muralla de mi hogar balanceándome con mi instrumento. Ya en la calle tome un taxi y pasados los 20 minutos estaba en el aeropuerto.
Nada me detendría. Iría por los Voltury.

clan...

habia ingresado casi sin proponermelo, sin haberlo buscado realmente...
solo queira saber sobre mi y mi rareza y acabe formando parte de un clan de seres sobrenaturales que solo aparecen en las historias de terror... pero estos eran reales y mucho mas terrorificos.
mi desarrollo en el clan volturi se dio de forma lenta, casi timida; se me instruyo en lo basico y luego de eso ya salia con el resto de los guardias por misiones que debian cumplirce a como de lugar, las cuales se alejan bastante de mi concepto de lo qeu es bueno y de lo qeu no lo es...
mi don mejoro con el tiempo y con la practica, pero aun su dominio esta lejos de pertenecerme del todo.
ahora me he enterado qeu las conecciones amables qeu tenia con los rumanos son del todo despreciadas por los miembrros de mi clan e incluso son castigables...
siento mucha pena por no poder acercarme a loire, a ian y a a takeshi, pues a los tres los aprendi a querer y resulta doloroso saber que no puedo acercarme a ellos sin ser una traidora...
desearia que las cosas fuesen diferente, que no existiera esta raya divisoria que me separa de la gente que aprendi sin mucho esfuerzo a querer y las otras personas a las que les debo mucho...
sobre todo me gustaria ser humana, o cuando menos normal... pero de toda la gente rara que he conocido, creo ser la que mas alejada esta de eso...
mi piel es la barrera que me aleja de todo el mundo; de cualquier contacto tanto malo como bueno...
me siento relegada de las muestras de afecto y me carcome el alma el saberme exiliada de cualquier capacidad de cercania...
por el momento me conformo con lo que tengo, qeu en comparacion con lo de antes a mejorado bastante...pero me gustaria poder creer qeu las cosas van a mejorar de verdad y en forma permanente, sin importar lo malo y turbio que luzca ahora...