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Stay the ride alive {Helene}
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Twilight Moon :: América :: Estados Unidos :: Las Vegas :: Casino
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Stay the ride alive {Helene}
Las piezas estaban en su lugar, todo sería más fácil de lo que parecía, el pelinegro se sonrió a sí mismo con ese cinismo tan característico de él. El hombre al frente de Alexander parecía aterrado, la mirada iba de un lado a otro de la habitación con nerviosismo, mientras rogaba a Dios que aquel hombre se marchase, repitiéndose que había sido muy mal llamarlo por su extensa racha de victorias. Como es natural en los casinos, se cambia de croupier luego de que una persona gana más de ocho manos consecutivas, en el caso del vampiro había sido así ¿Trampas? O quizás tan sólo una suerte del demonio. Desde luego que no, la suerte era para los débiles y él, en la mayoría de los casos, se hacía con la victoria gracias a su magnificencia. Sea como fuera, aquel hombre ya le estaba aburriendo así que se puso de pie y simplemente abandonó la cabina; la plática había sido entretenida, escuchar su corazón desbocado suponía una gran satisfacción.. pero aquel hombre era rubio. Y a Alexander no le gustaban los hombres rubios, por lo que ni siquiera sería atractivo verle gritar suplicando por su efímera vida.
Última edición por Alexander Dupont el Jue Feb 23, 2012 6:44 pm, editado 1 vez
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Había ido con Souta a Las Vegas, en Nevada. Él se había perdido por la ciudad haciendo yo-que-sé-qué, mientras tanto, yo me había ido por ahí a dar una vuelta. Al ser por la tarde-noche, las luces de la ciudad empezaban a encenderse y ya sí comenzaba a tener el aspecto que se conocía de Las Vegas.
Al cabo de un rato casinos, salas de juegos, bares, restaurantes, clubes y demás lugares de ocio estaban envueltos en luces de neon que se apagaban y encendían, o hacían formas en un circuito de luces.
En el cielo se veían focos móviles alumbrando y con símbolos para anunciar algún tipo de local desde el aire.
Como nunca había entrado en un casino, y mucho menos uno de Las Vegas, decidí entrar a uno que estaba cerca.
Una alfombra roja adornaba la entrada, como la de los Oscars. Dos hombres estaban en la entrada y me miraron con mala cara, haciendo una mueca y recorriendome con la mirada. Me pidieron el documento de identificación porque decían que era demasiado joven para entrar, pero tuvieron que tragarse sus palabras y dejarme cuando les enseñé uno de los DNIs falsos que llevaba. ¿Qué iba a decir que tenía 62 años? ¿O que tenía 17 humanos? Nah, mejor usar uno... o varios documentos de identidad falsos.
A pesar de que me dieron permiso me seguían mirando mal. Y entendí porqué cuando crucé las puertas.
Todos con trajes de etiqueta, zapatos italianos, trajes con americanas y las chicas con un aspecto inmejorable, vestidos que bien podían servir para una boda, peinados de peluquería que no pasaban desapercibidos y joyas ostentosas para marcar las diferencias entre la gente con dinero, y la gente con mucho más dinero del lugar. Sin embargo, yo llevaba unos jeans largos, unas botas cortas negras, una camisa blanca larga y simple y por encima una chaqueta negra, casi de adorno, porque no sentía el frío del lugar. Sin duda no era un vestuario acorde al entorno del casino.
Justo me acerqué a una mesa, captando las miradas de los presentes porque, aparte de mi vestuario, veían algo extraño en mi. Me apoyé un poco en el marco de la mesa para ver como iba el juego, aunque no iba a apostar nada. Justo en ese momento el croupier se fue y vino otro.
Un efluvio distinto captó mi atención. Quien jugaba era un vampiro. Permanecí en silencio, atenta a su juego.
Al cabo de un rato casinos, salas de juegos, bares, restaurantes, clubes y demás lugares de ocio estaban envueltos en luces de neon que se apagaban y encendían, o hacían formas en un circuito de luces.
En el cielo se veían focos móviles alumbrando y con símbolos para anunciar algún tipo de local desde el aire.
Como nunca había entrado en un casino, y mucho menos uno de Las Vegas, decidí entrar a uno que estaba cerca.
Una alfombra roja adornaba la entrada, como la de los Oscars. Dos hombres estaban en la entrada y me miraron con mala cara, haciendo una mueca y recorriendome con la mirada. Me pidieron el documento de identificación porque decían que era demasiado joven para entrar, pero tuvieron que tragarse sus palabras y dejarme cuando les enseñé uno de los DNIs falsos que llevaba. ¿Qué iba a decir que tenía 62 años? ¿O que tenía 17 humanos? Nah, mejor usar uno... o varios documentos de identidad falsos.
A pesar de que me dieron permiso me seguían mirando mal. Y entendí porqué cuando crucé las puertas.
Todos con trajes de etiqueta, zapatos italianos, trajes con americanas y las chicas con un aspecto inmejorable, vestidos que bien podían servir para una boda, peinados de peluquería que no pasaban desapercibidos y joyas ostentosas para marcar las diferencias entre la gente con dinero, y la gente con mucho más dinero del lugar. Sin embargo, yo llevaba unos jeans largos, unas botas cortas negras, una camisa blanca larga y simple y por encima una chaqueta negra, casi de adorno, porque no sentía el frío del lugar. Sin duda no era un vestuario acorde al entorno del casino.
Justo me acerqué a una mesa, captando las miradas de los presentes porque, aparte de mi vestuario, veían algo extraño en mi. Me apoyé un poco en el marco de la mesa para ver como iba el juego, aunque no iba a apostar nada. Justo en ese momento el croupier se fue y vino otro.
Un efluvio distinto captó mi atención. Quien jugaba era un vampiro. Permanecí en silencio, atenta a su juego.
Helene Harada- Mensajes : 1216
Localización : Tokyo, Japan
Re: Stay the ride alive {Helene}
Las Vegas; la Ciudad del Pecado, generalmente confundida con la Ciudad que Nunca Duerme; dónde puedes casarte con quien te dé la gana y que sea completamente inválido al día siguiente, o al menos eso había escuchado el pelinegro. Se imaginó a si mismo casándose con alguna zorra pelirroja y haciéndola suya mientras la desangraba en un sensual acto de pasión. Aquello sin embargo no pasaría, porque para eso necesitaba una habitación y desde luego dejarían registros. No le preocupaba que sus registros –renovados para la época- quedaran al descubierto, eso se podría solucionar con facilidad, pero ya se le había visto con sus socios y con ellos al descubierto se podría reducir la actividad económica en un 30%. Alexander no soportaba la idea de perder ingresos monetarios, era demasiado egoísta, demasiado avaro y no es que le faltara dinero pero le encantaba bañarse en él.
Caminó por los extensos pasillos hasta que salió del área del personal y gerencia, se encontró entonces de nuevo en el hall y se dirigía una vez más a la mesa en la que estaba jugando mucho antes que le llamasen; para su disgusto, habían colocado una nueva croupier, esta no era tan hermosa como la anterior y seguramente no sería ni el doble de pícara. Esta parecía una mojigata como cualquier otra, sin carácter ni ánimo de llamar la atención con su atractivo natural de fémina. Alexander se arregló la chaqueta del Tuxedo y se reacomodó el bonete, le gustaba aquel traje en especial; no era el típico negro sino de un color azul marino, el cual se puso de moda gracias a la influencia del galante Duque Windsor de Inglaterra.
Entonces cuando se disponía a jugar una vez más su delicado olfato detectó la esencia de uno de los suyos, uno desconocido, aquello le resultaba interesante. ¿Por qué se interesaba algún otro vampiro en aquel lugar? Y más importante aún ¿Sería acaso algún Vulturi que había descubierto su paradero? Aquello simplemente era imposible de saber de momento así que no abandonó la mesa, al contrario, y dio una breve mirada de reconocimiento hasta que destacó a una fémina. Alexander le miró, sonrió de forma lasciva y con descaro duplicó la apuesta. En ese momento pasó a su lado un camarero con unos tragos al cual pedía que dirigiese a la señorita unas palabras; “Hermosa forma de llamar la atención” era su recado.
Caminó por los extensos pasillos hasta que salió del área del personal y gerencia, se encontró entonces de nuevo en el hall y se dirigía una vez más a la mesa en la que estaba jugando mucho antes que le llamasen; para su disgusto, habían colocado una nueva croupier, esta no era tan hermosa como la anterior y seguramente no sería ni el doble de pícara. Esta parecía una mojigata como cualquier otra, sin carácter ni ánimo de llamar la atención con su atractivo natural de fémina. Alexander se arregló la chaqueta del Tuxedo y se reacomodó el bonete, le gustaba aquel traje en especial; no era el típico negro sino de un color azul marino, el cual se puso de moda gracias a la influencia del galante Duque Windsor de Inglaterra.
Entonces cuando se disponía a jugar una vez más su delicado olfato detectó la esencia de uno de los suyos, uno desconocido, aquello le resultaba interesante. ¿Por qué se interesaba algún otro vampiro en aquel lugar? Y más importante aún ¿Sería acaso algún Vulturi que había descubierto su paradero? Aquello simplemente era imposible de saber de momento así que no abandonó la mesa, al contrario, y dio una breve mirada de reconocimiento hasta que destacó a una fémina. Alexander le miró, sonrió de forma lasciva y con descaro duplicó la apuesta. En ese momento pasó a su lado un camarero con unos tragos al cual pedía que dirigiese a la señorita unas palabras; “Hermosa forma de llamar la atención” era su recado.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Apoyada en la mesa veía cómo se desarrollaba el juego. Algunos de los jugadores iban acompañados de jóvenes y bellas chicas que se acercaban demasiado. Supuse que serían acompañantes de las que estaban en el casino intentando sacar el dinero a todos los que vieran con suerte esa noche, mediante juegos placenteros y bebidas. Otros jugadores sí iban acompañados de sus esposas, los anillos de casados, la forma en la que se trataban y el apoyo de ambos eran gestos más cálidos que los de las jóvenes que se arrimaban a los jugadores suertudos en busca de algo.
Las fichas se apilaban en pequeños bloques, se subían las apuestas, veían las jugadas, las analizaban. A veces arriesgaban y perdían. Otros, simplemente, no arriesgaban demasiado.
El vampiro se acercó a la mesa al comienzo de la partida y se puso a jugar.
Metí mis manos en los bolsillos y miré cómo jugaban, sin moverme siquiera. Contemplé las fichas y a la croupier repartiendo las cartas.
Un camarero se me acercó y me dio un recado: "Hermosa forma de llamar la atención", de parte del vampiro. Alcé la vista hasta que me encontré con su mirada y asentí lentamente con suficiencia. Alcé las cejas y murmuré un "gracias" apenas audible.
Giré sobre mis pies y rodeé la mesa, pasando por detrás del vampiro jugador, susurrando algo que sólo él pudo oír.
-Tu también la llamas arruinando a los jugadores, incluso se ha cambiado de croupier... ¿Tanta suerte tienes?
Y seguí mi camino hasta quedarme en otro lado de la mesa, donde no interrumpiera el juego, pero siguiendolo.
Las fichas se apilaban en pequeños bloques, se subían las apuestas, veían las jugadas, las analizaban. A veces arriesgaban y perdían. Otros, simplemente, no arriesgaban demasiado.
El vampiro se acercó a la mesa al comienzo de la partida y se puso a jugar.
Metí mis manos en los bolsillos y miré cómo jugaban, sin moverme siquiera. Contemplé las fichas y a la croupier repartiendo las cartas.
Un camarero se me acercó y me dio un recado: "Hermosa forma de llamar la atención", de parte del vampiro. Alcé la vista hasta que me encontré con su mirada y asentí lentamente con suficiencia. Alcé las cejas y murmuré un "gracias" apenas audible.
Giré sobre mis pies y rodeé la mesa, pasando por detrás del vampiro jugador, susurrando algo que sólo él pudo oír.
-Tu también la llamas arruinando a los jugadores, incluso se ha cambiado de croupier... ¿Tanta suerte tienes?
Y seguí mi camino hasta quedarme en otro lado de la mesa, donde no interrumpiera el juego, pero siguiendolo.
Helene Harada- Mensajes : 1216
Localización : Tokyo, Japan
Re: Stay the ride alive {Helene}
El mesero competente se dedicó a lo suyo pero Alexander, que ya tenía por sospecha la identidad de la fémina, se imaginó que la chica le habría escuchado aún por encima del bullicio y la música de fondo. Hasta ahora la intachable suerte de aquel vampiro no había atraído a ninguna fémina, no había nadie que quisiera verse junto a aquel hombre de aspecto siniestro; atreactivo, de notable sex appeal y masculinidad, pero jodidamente siniestro. Algunas más valientes habían intentado acercarse ya pero desistieron en su empresa al encontrarse con la mirada nada simpática del mayor, que además estaba realmente ocupado aquella noche como para tontear con cualquier humana. Esperaba que la presencia de la fémina no interfiriera con los planes.
Bajó la mirada a la mesa para comprobar que todo estaba como tendría que estar y segundos más tardes alzó la vista de nuevo en cuanto percibió movimiento aquella muchacha. La castaña de procedencia desconocida que estaba cerca de él, era de cuerpo menudo, casi una niña por su desarrollo físico y seguramente no habría tenido más de 17 años cuando quedó estancada en la eternidad. Algún incompetente tendría que haberle hecho tal atrocidad a aquella chica, se dijo el vampiro aunque no estaba seguro de querer imaginarse que clase de ser inferior la había vuelvo uno de los suyos a tan temprana edad.
-La suerte es la determinación de los débiles, yo siempre gano ante los seres inferiores- dijo, aunque al parecer nadie se había percatado de sus palabras a parte de la vampiro- Lo demás, son sólo detalle de importancia menor ¿No crees?.
Aquella chica curiosa y, quizás estaba un poco adelantado a los hechos, pero le parecía astuta o algo por el estilo. ¿Sería virgen? Lo demás no era importancia, el pelinegro tenía tanta confianza en sí mismo que creía poder seducir cualquier mujer -e incluso hombre- que pudiera interesarle. A Alexander, sin embargo, le gustaban los retos ¿y qué mejor que un ser con todas las condiciones en contra para ser seducido por el mafioso? Hasta ahora nadie que se pudiera comparar con él en belleza se le había negado, todos habían sido míseros humanos, no solían interesarle los vampiros ni otras criaturas para esos menesteres.
-Si eres así todos los días, quizás sea interesante conocerte- masculló, mientras, por un pequeño error de cálculo perdía la mano. Aunque aquello ya no tenía importancia, pues tenía una nueva distracción.
Bajó la mirada a la mesa para comprobar que todo estaba como tendría que estar y segundos más tardes alzó la vista de nuevo en cuanto percibió movimiento aquella muchacha. La castaña de procedencia desconocida que estaba cerca de él, era de cuerpo menudo, casi una niña por su desarrollo físico y seguramente no habría tenido más de 17 años cuando quedó estancada en la eternidad. Algún incompetente tendría que haberle hecho tal atrocidad a aquella chica, se dijo el vampiro aunque no estaba seguro de querer imaginarse que clase de ser inferior la había vuelvo uno de los suyos a tan temprana edad.
-La suerte es la determinación de los débiles, yo siempre gano ante los seres inferiores- dijo, aunque al parecer nadie se había percatado de sus palabras a parte de la vampiro- Lo demás, son sólo detalle de importancia menor ¿No crees?.
Aquella chica curiosa y, quizás estaba un poco adelantado a los hechos, pero le parecía astuta o algo por el estilo. ¿Sería virgen? Lo demás no era importancia, el pelinegro tenía tanta confianza en sí mismo que creía poder seducir cualquier mujer -e incluso hombre- que pudiera interesarle. A Alexander, sin embargo, le gustaban los retos ¿y qué mejor que un ser con todas las condiciones en contra para ser seducido por el mafioso? Hasta ahora nadie que se pudiera comparar con él en belleza se le había negado, todos habían sido míseros humanos, no solían interesarle los vampiros ni otras criaturas para esos menesteres.
-Si eres así todos los días, quizás sea interesante conocerte- masculló, mientras, por un pequeño error de cálculo perdía la mano. Aunque aquello ya no tenía importancia, pues tenía una nueva distracción.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
No dije nada más sobre sus palabras, ni siquiera le respondí, hasta que por un pequeño error perdió. Sonreí de lado y miré como el croupier hacía lo suyo sobre la mesa de juego y el humano que había ganado tenía cara de victoria.
-¿Siempre ganas?
Pregunté con un deje de ironía porque un minuto antes presumía de no perder, y ahora había sido derrotado.
Crucé los brazos y seguí al juego. Cuando acabase la partida me iría a ver a los de la Ruleta o a cualquier otro grupo de jugadores.
A la siguiente ronda ya me había cansado del juego y recorrí de nuevo el camino hecho anteriormente, pasando por detrás del vampiro.
-O quizás no te interese conocerme.
Le dije y me fui a la zona donde estaban unos cuantos humanos jugando a otro tipo de juego de cartas, pero menos interesante que el anterior porque éste ya iba demasiado avanzado.
Me estaba preguntando qué le veían de interesante a un casino. Muchas luces, muchos juegos y una pérdida de dinero. Haciendo unos cálculos se podía determinar el momento de la victoria, y aún así preferían jugársela.
-¿Siempre ganas?
Pregunté con un deje de ironía porque un minuto antes presumía de no perder, y ahora había sido derrotado.
Crucé los brazos y seguí al juego. Cuando acabase la partida me iría a ver a los de la Ruleta o a cualquier otro grupo de jugadores.
A la siguiente ronda ya me había cansado del juego y recorrí de nuevo el camino hecho anteriormente, pasando por detrás del vampiro.
-O quizás no te interese conocerme.
Le dije y me fui a la zona donde estaban unos cuantos humanos jugando a otro tipo de juego de cartas, pero menos interesante que el anterior porque éste ya iba demasiado avanzado.
Me estaba preguntando qué le veían de interesante a un casino. Muchas luces, muchos juegos y una pérdida de dinero. Haciendo unos cálculos se podía determinar el momento de la victoria, y aún así preferían jugársela.
Helene Harada- Mensajes : 1216
Localización : Tokyo, Japan
Re: Stay the ride alive {Helene}
-Como dije, siempre gano ante seres inferiores, si te consideras inferior, está fuera de mi jurisdicción- y cuando Alexander decía "buscar excusas" siempre las encontraba, buscando la manera de hacerlo coincidir con lo que en verdad estaba sucediendo.
Hizo una mueca simpática, torciendo los labios de medio lado mientras se encogía de hombros, restándole completa importancia a lo que alguna vez fue el juego, no siendo ya de su interés y habiéndose aburrido de aquel juego. Aunque su orgullo era tan grande que no podía aceptar aquel fallo, al menos frente a la fémina, por culpa propia y le atribuía a ella el factor distracción aunque esto no se alejaba en mucho de lo cierto. Aunque a decir verdad, ella también era un ser inferior a ojos del pelinegro, interesante pero inferior.
En ese entonces, recibió un mensaje de texto en su móvil. Lo revisó, miró al oeste, a unos ocho metros estaba la mesa de Black Jack y tras ella un compañero que daba instrucciones; al parecer se habría de abortar la misión y proceder en otro momento. El vampiro se excusó con los demás jugadores y se alejó unos pasos, lo suficiente para poder hablar en tono de voz audible para su interlocutor sin tener que molestar a los demás. A penas su compañero le atendió le espetó que eran todos incompetentes y sin esperar respuesta, sabiendo que la vampira estaría a la escucha aún no ese tema no le concerniera, colgó.
-Créeme que sí y ahora más que antes- dijo, mientras le seguía casi como si fueran amigos de toda la vida.
Hizo una mueca simpática, torciendo los labios de medio lado mientras se encogía de hombros, restándole completa importancia a lo que alguna vez fue el juego, no siendo ya de su interés y habiéndose aburrido de aquel juego. Aunque su orgullo era tan grande que no podía aceptar aquel fallo, al menos frente a la fémina, por culpa propia y le atribuía a ella el factor distracción aunque esto no se alejaba en mucho de lo cierto. Aunque a decir verdad, ella también era un ser inferior a ojos del pelinegro, interesante pero inferior.
En ese entonces, recibió un mensaje de texto en su móvil. Lo revisó, miró al oeste, a unos ocho metros estaba la mesa de Black Jack y tras ella un compañero que daba instrucciones; al parecer se habría de abortar la misión y proceder en otro momento. El vampiro se excusó con los demás jugadores y se alejó unos pasos, lo suficiente para poder hablar en tono de voz audible para su interlocutor sin tener que molestar a los demás. A penas su compañero le atendió le espetó que eran todos incompetentes y sin esperar respuesta, sabiendo que la vampira estaría a la escucha aún no ese tema no le concerniera, colgó.
-Créeme que sí y ahora más que antes- dijo, mientras le seguía casi como si fueran amigos de toda la vida.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Sonreí de lado cuando me dijo que si yo era inferior sería mi jurisdicción. No pude evitarlo, fue un gesto que salió solo. Así, como superioridad al ver que había recurrido a éso después que le dijera que si "siempre ganaba" con sarcasmo después que él perdiera tras decirlo.
-No he dicho que me considere inferior. Sólo que tú te has equivocado al usar el "siempre".
Era un creído. Rodé los ojos y fue cuando me fui a la otra mesa pero él me seguía. Tal vez quisiera unirse a la partida del otro grupo que casi estaba por terminar.
Contrarrestó mi respuesta de que no le interesaba conocerme; él dijo que sí, y ahora más que antes.
Hice un ruidito con la boca y me crucé de brazos, viendo cómo en la última tanda uno perdía todo al querer jugárselo a una mano que creía que era buena, pero el que estaba a su derecha sacó otra mejor y acabó ganando todo lo que había sobre la mesa. Alegre y feliz abandonó su silla.
-¿Vas a jugar esta ronda?
Pregunté al vampiro sin mirarle, al ver que la mesa quedaba vacía de dos jugadores: el ganador que se había ido, y el derrotado que no tenía más para apostar. Sólo quedaban otros dos que habían decidido jugar otra ronda.
Me eché un mechón de pelo hacia atrás y volví a cruzar los brazos.
-Por cierto, ¿me dirás cómo te llamas... O tengo que seguir llamándote "vampiro"?
-No he dicho que me considere inferior. Sólo que tú te has equivocado al usar el "siempre".
Era un creído. Rodé los ojos y fue cuando me fui a la otra mesa pero él me seguía. Tal vez quisiera unirse a la partida del otro grupo que casi estaba por terminar.
Contrarrestó mi respuesta de que no le interesaba conocerme; él dijo que sí, y ahora más que antes.
Hice un ruidito con la boca y me crucé de brazos, viendo cómo en la última tanda uno perdía todo al querer jugárselo a una mano que creía que era buena, pero el que estaba a su derecha sacó otra mejor y acabó ganando todo lo que había sobre la mesa. Alegre y feliz abandonó su silla.
-¿Vas a jugar esta ronda?
Pregunté al vampiro sin mirarle, al ver que la mesa quedaba vacía de dos jugadores: el ganador que se había ido, y el derrotado que no tenía más para apostar. Sólo quedaban otros dos que habían decidido jugar otra ronda.
Me eché un mechón de pelo hacia atrás y volví a cruzar los brazos.
-Por cierto, ¿me dirás cómo te llamas... O tengo que seguir llamándote "vampiro"?
Helene Harada- Mensajes : 1216
Localización : Tokyo, Japan
Re: Stay the ride alive {Helene}
-Reitero, siempre que esté frente a seres de nivel inferior. Aunque ahora estás tú, que claramente eres un factor distractor. ¿No lo crees así?- su sonrisita de burla y lascivia no solía desaparecer nunca a menos que se tomara las cosas realmente enserio.
Se sintió una especie de acosador en cuanto comenzó a seguirla, aquella sensación no era desagradable del todo, quizás profería el asesinato en serie cuando los mafiosos con los que trabajaba dejasen de vivir; o lo haría cuando fuera, pues disponía de toda una eternidad para hacer todo lo que siempre había querido. Y lo mejor de todo era que no importaba cuántas veces lo hiciera, después de unas décadas resultaba divertido de nuevo.
-No, sólo vine a dar un recado a alguien- y dicho esto se acercó a uno de los jugadores que ya se estaba yendo y se despidió de él formalmente, dándole unas indicaciones vanales en código para luego volver su atención a la fémina-. Supongo que he de presentarme, Alexander Dupont, señorita.
Desconocía su nombre pero tampoco le hacía demasiada falta saberlo, la verdad tampoco lo recordaría a menos que fuese una noche lo suficientemente interesante, razón por la que siquiera se molestó en preguntarle su nombre.
Se sintió una especie de acosador en cuanto comenzó a seguirla, aquella sensación no era desagradable del todo, quizás profería el asesinato en serie cuando los mafiosos con los que trabajaba dejasen de vivir; o lo haría cuando fuera, pues disponía de toda una eternidad para hacer todo lo que siempre había querido. Y lo mejor de todo era que no importaba cuántas veces lo hiciera, después de unas décadas resultaba divertido de nuevo.
-No, sólo vine a dar un recado a alguien- y dicho esto se acercó a uno de los jugadores que ya se estaba yendo y se despidió de él formalmente, dándole unas indicaciones vanales en código para luego volver su atención a la fémina-. Supongo que he de presentarme, Alexander Dupont, señorita.
Desconocía su nombre pero tampoco le hacía demasiada falta saberlo, la verdad tampoco lo recordaría a menos que fuese una noche lo suficientemente interesante, razón por la que siquiera se molestó en preguntarle su nombre.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
-¿Factor distractor? ¿Yo? Vaya, yo no pensé que te distraía.
Comenté mientras le miraba fulminándolo con la mirada por su sonrisa lasciva.
Empezó a seguirme y me giré con mala cara para que parase.
-No me sigas, haz lo que tengas que hacer y a mí déjame.
Al parecer dejó de seguirme y se dirigió hacia uno de los jugadores que allí estaban. Iba a darle un recado a alguien, por lo visto. Le dijo algo al tipo y luego se giró para decirme su nombre. Se llamaba Alexander Dupont. El apellido me era conocido.
-¿Familia de Mae Dupont?
Pregunté con curiosidad. Tal vez era hermano de la chica que vi en Tokyo paseando.
Apoyé una mano en mi hombro y volví a mirar alrededor. La gente pasaba y nos miraba, otros no porque estaban demasiado centrados en los juegos y las máquinas del casino. Pero incluso los guardias dirigían sus miradas sospechosas hacia nosotros. Seguramente les había llegado la noticia de que un chico ganaba demasiado, y por si acaso hacía trampas, nos vigilaban desde la distancia.
Off: Perdón por el retraso, ya te dije que mi imaginación me abandonó xD
Comenté mientras le miraba fulminándolo con la mirada por su sonrisa lasciva.
Empezó a seguirme y me giré con mala cara para que parase.
-No me sigas, haz lo que tengas que hacer y a mí déjame.
Al parecer dejó de seguirme y se dirigió hacia uno de los jugadores que allí estaban. Iba a darle un recado a alguien, por lo visto. Le dijo algo al tipo y luego se giró para decirme su nombre. Se llamaba Alexander Dupont. El apellido me era conocido.
-¿Familia de Mae Dupont?
Pregunté con curiosidad. Tal vez era hermano de la chica que vi en Tokyo paseando.
Apoyé una mano en mi hombro y volví a mirar alrededor. La gente pasaba y nos miraba, otros no porque estaban demasiado centrados en los juegos y las máquinas del casino. Pero incluso los guardias dirigían sus miradas sospechosas hacia nosotros. Seguramente les había llegado la noticia de que un chico ganaba demasiado, y por si acaso hacía trampas, nos vigilaban desde la distancia.
Off: Perdón por el retraso, ya te dije que mi imaginación me abandonó xD
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
La mirada de aquella fémina, claramente ocasionada por su perfecta y retorcida sonrisa no podía regocijarle más, razón por la cual profirió una leve risa, cosa que pasaba pocas veces en un año. Aquella chica definitivamente le caía bien pero no era lo suficientemente inocente para "encantarle" cosa que hasta ahora no sucedía con el Dupont, hasta ahora nadie le había hecho suspirar y realmente dudaba que eso llegase a pasar en algún momento. Después de todo no estaba capacitado para sentir amor, nunca fue así, se repitió a sí mismo pero al fin de cuentas, ¿quién sabía lo que deparaba el destino?
-Ah, Mae, Mae, tal parece que mi pequeña Mae hizo amigos- respondió con júbilo más un toque de sarcasmo que avivó su mirada-. Mi hermanita menor, en efecto. He de admitir que si conoces a mi hermana entonces el placer es mío, moidmoiselle.
Entonces la expresión burlona de Alexander se deshizo como por obra de arte y una expresión de completa seriedad se apoderó de sus facciones, el vampiro miró mal a uno de los guardias de seguridad que se acercó al percibir la mirada hostil. Y mientras el tiempo parecía detenerse para todos los humanos en aquel recinto, ya el hombre estaba dándose la vuelta para volver a su lugar y reportar a base que el perímetro era seguro.
-¿No te parecen molestos estos tipos?- preguntó mientras aquella sonrisita cínica se apoderaba de sus labios nuevamente.
-Ah, Mae, Mae, tal parece que mi pequeña Mae hizo amigos- respondió con júbilo más un toque de sarcasmo que avivó su mirada-. Mi hermanita menor, en efecto. He de admitir que si conoces a mi hermana entonces el placer es mío, moidmoiselle.
Entonces la expresión burlona de Alexander se deshizo como por obra de arte y una expresión de completa seriedad se apoderó de sus facciones, el vampiro miró mal a uno de los guardias de seguridad que se acercó al percibir la mirada hostil. Y mientras el tiempo parecía detenerse para todos los humanos en aquel recinto, ya el hombre estaba dándose la vuelta para volver a su lugar y reportar a base que el perímetro era seguro.
-¿No te parecen molestos estos tipos?- preguntó mientras aquella sonrisita cínica se apoderaba de sus labios nuevamente.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
En efecto era el hermano de Mae. No conocía mucho a su hermana, pero la había visto algunas veces. Pareció agradarle que la hubiese conocido. Sonreí un poco y en un momento él cambió su semblante. Me giré para ver a un guardia de seguridad que venía todo decidido a hablar con nosotros, pero a mitad de camino su rostro cambió y se dio la vuelta a decir que todo estaba en orden. Volteé la cabeza hacia Alexander y pude ver porqué se había ido ese hombre. Estaba serio, y esa cara había asustado al guardia.
Al instante siguiente volvió a retomar su característica sonrisa cínica preguntándome si no eran molestos.
Asentí dándole la razón. No me agradaba nada que la gente nos mirase de esa forma entre curiosidad y miedo. Era raro, pero era lo que despertábamos en los humanos, esa sensación de que éramos peligrosos pero no encontraban la razón.
Cuando el guardia volvió a su puesto la gente dejó de mirarnos así al ver que todo parecía estar en orden. Me hacia un sitio de sillones, cojines y taburetes, apartado de todo un poco y ahí me senté, después de pedir que me trajeran algo de beber que vi en una carta sobre la mesa. Ese sitio no se hacía interesante. Era como los imaginaba, aunque fueran de Las Vegas. La gente de este lugar estaba obsesionada con el juego, pensé al ver, dos mesas a mi derecha, que había 3 tipos echando una partida de cartas apostando comida.
Al instante siguiente volvió a retomar su característica sonrisa cínica preguntándome si no eran molestos.
Asentí dándole la razón. No me agradaba nada que la gente nos mirase de esa forma entre curiosidad y miedo. Era raro, pero era lo que despertábamos en los humanos, esa sensación de que éramos peligrosos pero no encontraban la razón.
Cuando el guardia volvió a su puesto la gente dejó de mirarnos así al ver que todo parecía estar en orden. Me hacia un sitio de sillones, cojines y taburetes, apartado de todo un poco y ahí me senté, después de pedir que me trajeran algo de beber que vi en una carta sobre la mesa. Ese sitio no se hacía interesante. Era como los imaginaba, aunque fueran de Las Vegas. La gente de este lugar estaba obsesionada con el juego, pensé al ver, dos mesas a mi derecha, que había 3 tipos echando una partida de cartas apostando comida.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Alexander evaluó la situación con peripecia, teniendo en cuenta a todos los guardias y viendo los posibles ángulos, escapes, cualquier cosa que pudiera servir en caso de emergencia. Y aún no creyó posible que aquellos hombres fueran a dar problemas luego de haber usado su influencia sobre aquel tipo, el cual tenía pinta de ser el comandante del escuadrón. La chica de acuerdo con él y Alexander siempre solía tener la razón así que no esperó respuesta diferente, por otro lado, Alexander nunca creía estar errado y allí estaba su mayor falla. No por eso dejaba de ser sensual, varonil y encantador, muy a su modo pero encantador.
-Son tan escandalosos, creen que pueden hacer lo que quieran sin que haya mayores consecuencias. Estos humanos, jamás me sorprenderá lo tontos que pueden llegar a ser y es que, no saben nada de la vida y el fin patético que les aguarda- habló como si el nunca hubiera sido humano en su vida-. En fin, siento pena por ellos y sus miserables vidas pero de algo tenían que servir ¿No es así?.
Y mientras pronunciaba estas últimas palabras miró a la chica con una sonrisa maliciosa y doble intencionada; haciendo referencia a que simplemente eran comida y nada más que eso; desde luego, después de ser un vampiro asesino después de más 300 años dejaba de importarte demasiado el hecho de haber sido mortal alguna vez. Ahora era poderoso, eternamente joven y muy adinerado ¿qué más podía pedir? Las chicas ya solían venir por sí solas y aquello era algo bastante gratificante. No le hacía falta nada, nada excepto una amante fija, cosa que nunca pasaría, después de todo él era un Dupont y de los más mujeriegos.
-Son tan escandalosos, creen que pueden hacer lo que quieran sin que haya mayores consecuencias. Estos humanos, jamás me sorprenderá lo tontos que pueden llegar a ser y es que, no saben nada de la vida y el fin patético que les aguarda- habló como si el nunca hubiera sido humano en su vida-. En fin, siento pena por ellos y sus miserables vidas pero de algo tenían que servir ¿No es así?.
Y mientras pronunciaba estas últimas palabras miró a la chica con una sonrisa maliciosa y doble intencionada; haciendo referencia a que simplemente eran comida y nada más que eso; desde luego, después de ser un vampiro asesino después de más 300 años dejaba de importarte demasiado el hecho de haber sido mortal alguna vez. Ahora era poderoso, eternamente joven y muy adinerado ¿qué más podía pedir? Las chicas ya solían venir por sí solas y aquello era algo bastante gratificante. No le hacía falta nada, nada excepto una amante fija, cosa que nunca pasaría, después de todo él era un Dupont y de los más mujeriegos.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Las palabras de Alex me hicieron mirarle con atención desde donde estaba y negar fervientemente con la cabeza. En éso sí que no estaba de acuerdo.
-¿Acaso no recuerdas que tú también fuiste humano? Te incluyes en el grupo de "tontos que no saben nada de la vida ni del fin patético que les aguarda". Porque tú tampoco esperabas ser un vampiro.
Reproché en tono que sólo pudiera oírme Alexander. La mayoría de los vampiros creían que los humanos sólo servían como alimento y una vez que llegaban a la inmortalidad creían que podían hacer lo que quisieran con ellos sólo por ser más fuertes.
Apoyé los brazos en la mesa cuando el camarero trajo lo que había pedido. Cuando se fue, empecé a mover el líquido con el limón que había sobre la copa y luego me lo llevé a la boca para chuparlo y probar el ácido con el sabor de la bebida. De fondo se oían las máquinas y a la gente gritar cuando ganaba dinero.
-Los únicos que son patéticos son los vampiros que se creen superiores y van por ahí como si no hubiera nadie más fuerte que ellos. Ésos suelen ser los más débiles porque siempre están buscando enfrentamientos, y siempre hay alguien que es más fuerte.
Le recriminé cuando acabé de chupar el limón, también en un tono bajo para que los humanos no se enterasen. Aunque me hubiera apostado algo a que si lo gritaba y no incluía la frase "regalo dinero", nadie me haría caso porque estaban demasiado centrados en lo suyo.
-¿Acaso no recuerdas que tú también fuiste humano? Te incluyes en el grupo de "tontos que no saben nada de la vida ni del fin patético que les aguarda". Porque tú tampoco esperabas ser un vampiro.
Reproché en tono que sólo pudiera oírme Alexander. La mayoría de los vampiros creían que los humanos sólo servían como alimento y una vez que llegaban a la inmortalidad creían que podían hacer lo que quisieran con ellos sólo por ser más fuertes.
Apoyé los brazos en la mesa cuando el camarero trajo lo que había pedido. Cuando se fue, empecé a mover el líquido con el limón que había sobre la copa y luego me lo llevé a la boca para chuparlo y probar el ácido con el sabor de la bebida. De fondo se oían las máquinas y a la gente gritar cuando ganaba dinero.
-Los únicos que son patéticos son los vampiros que se creen superiores y van por ahí como si no hubiera nadie más fuerte que ellos. Ésos suelen ser los más débiles porque siempre están buscando enfrentamientos, y siempre hay alguien que es más fuerte.
Le recriminé cuando acabé de chupar el limón, también en un tono bajo para que los humanos no se enterasen. Aunque me hubiera apostado algo a que si lo gritaba y no incluía la frase "regalo dinero", nadie me haría caso porque estaban demasiado centrados en lo suyo.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Una risotada salió del pecho de Alexander sin que éste pudiera si quiera evitarlo, rió sin parar y de haber sido humano incluso hubiera llorado de la risa. Entonces fue capaz de contenerse y bufar mientras le miraba burlón, como si hubiera dicho algo que careciese de cualquier sentido, y desde luego para él era así. No había otra cosa peor para el pelinegro que un vampiro que se compadecía de los humanos, aquel sentimiento efímero de bondad era total carente en él y así como sentía desprecio por aquellos que sintiesen lástima por sí mismos también era en casos como éste. Aunque incluso cuando humano, Alexander había sido un hijo de puta con todas las letras y siempre se preocuparía únicamente por lo suyo, como era natural en los Dupont. La vida humana estaba del todo muy sobre evaluada últimamente, no comprendía el motivo por el cual aquella fémina de cuerpo menudo y cabellos tan exquisitos quisiera protegerlos.
-Mon cherie, ese tiempo pasó hace mucho... ya no queda ni un leve resquicio de humanidad en este cuerpo- dijo con vehemencia para luego sonreír de lado nuevamente-. De hecho, nunca lo hubo. De hecho, ahora que lo mencionas, me encanta esto y si hubiera tenido la oportunidad de saberlo, me hubiera hecho con ello.
Y con esa facilidad podía decir Alexander que les despreciaba a todos, así admitía que él siempre había sido el mismo; un poco inexperto al principio quizás, como todos en las vida, y jamás imaginó que los humanos se dejasen engañar con tal facilidad. ¿Ataques de animales? Eso ya no le compraba, antes quizás pues no sabía nada y creía que todo era una legenda, pero ahora, ahora las cosas eran mucho mejores. Alexander tomó de la bandeja de algún mozo que llevaba tragos una vaso con tequila, era fuerte y cuando pasaba por su garganta al calentarse era parecida a la sensación que daba la sangre a su temperatura normal; le ayudaba el ansia, la sed e incluso el enojo, un truco que había aprendido de un compañero de armas cuando aún residía en su Francia natal.
-¿Enfrentamientos?- mira de un lado a otro como si se refiriese de alguien más, una clara burla a lo que había dicho-. No gracias, disfruto la tranquilidad de lo añejo y odio los alborotos.
-Mon cherie, ese tiempo pasó hace mucho... ya no queda ni un leve resquicio de humanidad en este cuerpo- dijo con vehemencia para luego sonreír de lado nuevamente-. De hecho, nunca lo hubo. De hecho, ahora que lo mencionas, me encanta esto y si hubiera tenido la oportunidad de saberlo, me hubiera hecho con ello.
Y con esa facilidad podía decir Alexander que les despreciaba a todos, así admitía que él siempre había sido el mismo; un poco inexperto al principio quizás, como todos en las vida, y jamás imaginó que los humanos se dejasen engañar con tal facilidad. ¿Ataques de animales? Eso ya no le compraba, antes quizás pues no sabía nada y creía que todo era una legenda, pero ahora, ahora las cosas eran mucho mejores. Alexander tomó de la bandeja de algún mozo que llevaba tragos una vaso con tequila, era fuerte y cuando pasaba por su garganta al calentarse era parecida a la sensación que daba la sangre a su temperatura normal; le ayudaba el ansia, la sed e incluso el enojo, un truco que había aprendido de un compañero de armas cuando aún residía en su Francia natal.
-¿Enfrentamientos?- mira de un lado a otro como si se refiriese de alguien más, una clara burla a lo que había dicho-. No gracias, disfruto la tranquilidad de lo añejo y odio los alborotos.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Ese tipo empezaba a ponerme nerviosa. Era tan... ¿presumido? ¿vanidoso? Y otros tantos calificativos más centrados en su ego.
Presumía de no tener ningún atisbo de humanidad, de haberlo perdido incluso cunado aún no era un vampiro. ¿Es que acaso se odiaba a sí mismo por ser humano cuando lo era? No tenía ni idea, pero al parecer, el tipo era un engreído de cuidado y bastante arrogante.
Se rió como si hubiese contado algún chiste o hubiese dicho una tontería, y me apostaba algo a que pensaba lo último. Le encantaba ser vampiro.
Ante lo que dije de los vampiros que se pasaban el día buscando enfrentamientos, me respondió que a él no le gustaba el alboroto y que pasaba del tema. Algo de éso me pareció bien, aunque me extrañó que con semejante nivel de arrogancia no hubiera tenido pelas con otros vampiros.
-¿Cómo puedes odiar a los humanos si tú has sido uno? Mae me contó que matásteis a vuestros padres. ¿Por qué?
La curiosidad me invadió respecto a ese tema. Mae me había dicho que había sido en una discusión, antes de ser convertidos en vampiros. Hice girar la copa de mi bebida con suavidad en la mesa mientras hablaba con el muchacho, esperando una respuesta.
Presumía de no tener ningún atisbo de humanidad, de haberlo perdido incluso cunado aún no era un vampiro. ¿Es que acaso se odiaba a sí mismo por ser humano cuando lo era? No tenía ni idea, pero al parecer, el tipo era un engreído de cuidado y bastante arrogante.
Se rió como si hubiese contado algún chiste o hubiese dicho una tontería, y me apostaba algo a que pensaba lo último. Le encantaba ser vampiro.
Ante lo que dije de los vampiros que se pasaban el día buscando enfrentamientos, me respondió que a él no le gustaba el alboroto y que pasaba del tema. Algo de éso me pareció bien, aunque me extrañó que con semejante nivel de arrogancia no hubiera tenido pelas con otros vampiros.
-¿Cómo puedes odiar a los humanos si tú has sido uno? Mae me contó que matásteis a vuestros padres. ¿Por qué?
La curiosidad me invadió respecto a ese tema. Mae me había dicho que había sido en una discusión, antes de ser convertidos en vampiros. Hice girar la copa de mi bebida con suavidad en la mesa mientras hablaba con el muchacho, esperando una respuesta.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Alexander bebió y sintió el alcohol calentarse en su estómago, en mejor ocasión le hubiera gustado invitar a la fémina a tomar algo un poco más sustancial pero quizás ya hubiera mejores oportunidades en un futuro por lo que aquello no siguió en su mente y lo dejó pasar. El de traje azul pareció sumergirse durante unos segundos en algunos vagos recuerdos, resquicios de lo que alguna vez fue una vida noble y plena, como hijo de un hombre de mucho dinero, un empresario que en antaño eran diferenciados por otro nombre que en ese preciso momento no recordaba. Rió mientras negaba rotundamente con un movimiento de cabeza, en una actitud bastante divertida como si toda la conversación se hubiese volteado para su completo disfrute personal, sonrió airoso y casi con sadismo en cuanto respondió.
-Ay pequeña, como se ve que no entiendes. La comida no se odia, se ama al igual que los padres que te la sirven... Pero ellos, já, ¡Ellos eran una molestia para Mae!- de sus labios se desprendió una nueva risa más corta y menos sonora, como si quisiera ocultarla-. ¿Cuál otra razón habría para eliminarlos?
Y con seguridad podía decir que no importaba cuanto ellos se hubiesen esforzado porque aún si Mae hubiera querido tenerlos vivos, quizás el mismo Alexander los hubiera matado, y era que la codicia de éste hombre cuando se trataba de dinero era infinita; sin embargo nadie que no fuera mafioso había muerto de nuevo en brazos del pelinegro. No obstante él aseguraba desconocer las concretas razones de Mae o para el caso no las recordaba, tampoco era como si le interesara, al fin y al cabo la policía había archivado aquello como un robo y nada más.
-Ay pequeña, como se ve que no entiendes. La comida no se odia, se ama al igual que los padres que te la sirven... Pero ellos, já, ¡Ellos eran una molestia para Mae!- de sus labios se desprendió una nueva risa más corta y menos sonora, como si quisiera ocultarla-. ¿Cuál otra razón habría para eliminarlos?
Y con seguridad podía decir que no importaba cuanto ellos se hubiesen esforzado porque aún si Mae hubiera querido tenerlos vivos, quizás el mismo Alexander los hubiera matado, y era que la codicia de éste hombre cuando se trataba de dinero era infinita; sin embargo nadie que no fuera mafioso había muerto de nuevo en brazos del pelinegro. No obstante él aseguraba desconocer las concretas razones de Mae o para el caso no las recordaba, tampoco era como si le interesara, al fin y al cabo la policía había archivado aquello como un robo y nada más.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
El vampiro parecía divertirse con estos temas y aparte de no tener atisbos de bondad ni siquiera hacia sus padres. Según él, Mae, su hermana, los había matado porque eran una molestia para ella. ¿Tan malos eran sus padres para que los matasen? Según me había explicado ella, habían armado una coartada y habían hecho que pareciera un robo.
-No es que no entienda, es que yo, aunque haya sido convertida, tengo algo de humanidad o intento no ser una asesina por el simple hecho de ser más fuerte. Yo no elegí esta vida, pero puedo elegir vivirla como yo quiera. Y yo no veo a los humanos como comida. Al menos... No hace falta matarlos.
Me acabé mi bebida y me levanté para quedar frente a él.
-¿Tan malas personas eran para que los odiaseis tanto? ¿Tanto odio teníais acumulado para matar a vuestros propios padres?
Quise saber. Me despertaba curiosidad el hecho de que hubieran asesinado a sus progenitores y aun así fueran tan fríos.
Ese chico conseguía alterarme porque le veía tan absolutamente vanidoso y una persona que parecía una roca, no parecía sentir nada.
-No es que no entienda, es que yo, aunque haya sido convertida, tengo algo de humanidad o intento no ser una asesina por el simple hecho de ser más fuerte. Yo no elegí esta vida, pero puedo elegir vivirla como yo quiera. Y yo no veo a los humanos como comida. Al menos... No hace falta matarlos.
Me acabé mi bebida y me levanté para quedar frente a él.
-¿Tan malas personas eran para que los odiaseis tanto? ¿Tanto odio teníais acumulado para matar a vuestros propios padres?
Quise saber. Me despertaba curiosidad el hecho de que hubieran asesinado a sus progenitores y aun así fueran tan fríos.
Ese chico conseguía alterarme porque le veía tan absolutamente vanidoso y una persona que parecía una roca, no parecía sentir nada.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
-Siempre fui más fuerte, de una forma u otra encontré la forma de ganar... pero ser fuerte no me volvió un asesino; de hecho para mi no es más que la supervivencia del más apto, al menos no los torturo como...- se detuvo como si se diera cuenta de algo, puso una mano arqueada flanqueando su boca, tal como una persona a punto de decir un secreto en el oído de otro y acercó a penas unos centímetros-. Oh, espera, si los torturo... les hago llorar y suplicar por su vida.
El Dupont rió una vez más, aquella noche en definitivamente sería fuera de serie e interesante; una risa cargada de la más implacable crueldad se escuchó en el recinto pero nadie prestaba demasiada atención y junto con sus palabras su saliva parecía vuelta hiel, la realidad no estaba lejos, la ponzoña ya era suficientemente mala pero a su modo de ver, dejar humanos vivos para que se volvieran neófitos era incluso mucho peor que la situación actual. Alexander vió a la vampira menuda y mientras ella parecía encararlo con preguntas que a su modo de ver eran confusas el dejó de lado su máscara de sadismo para pintar una expresión completamente vacía; los gélidos dedos del pelinegro recorrían ahora la mejilla de la chica cuyo nombre desconocía aún.
-No los odiaba, mon cheri. El odio es un sentimiento... yo no sentía nada por ellos- ahora su voz parecía ahogarse entre sus propias palabras.
Entonces tuvo un ligero atisbo de confusión, como si de un momento a otro no hubiera sido consciente de sus palabras y ahora volvía a la realidad, apartando la mano del rostro de la fémina como si hubiese hecho algo de naturaleza imperdonable. Alexander se tensó mientras daba dos pasos atrás y su mirada perdida cobraba vida sobre los ojos de la fémina, el pelinegro se disculpó con la chica por medio de una leve reverencia. De repente sentía un inmenso ardor en la garganta y completa sequedad en sus labios, de súbito robó una botella entera de tequila de un mesonero y se la empinó sin importar nada de lo demás. ¿Qué había sido aquello?
El Dupont rió una vez más, aquella noche en definitivamente sería fuera de serie e interesante; una risa cargada de la más implacable crueldad se escuchó en el recinto pero nadie prestaba demasiada atención y junto con sus palabras su saliva parecía vuelta hiel, la realidad no estaba lejos, la ponzoña ya era suficientemente mala pero a su modo de ver, dejar humanos vivos para que se volvieran neófitos era incluso mucho peor que la situación actual. Alexander vió a la vampira menuda y mientras ella parecía encararlo con preguntas que a su modo de ver eran confusas el dejó de lado su máscara de sadismo para pintar una expresión completamente vacía; los gélidos dedos del pelinegro recorrían ahora la mejilla de la chica cuyo nombre desconocía aún.
-No los odiaba, mon cheri. El odio es un sentimiento... yo no sentía nada por ellos- ahora su voz parecía ahogarse entre sus propias palabras.
Entonces tuvo un ligero atisbo de confusión, como si de un momento a otro no hubiera sido consciente de sus palabras y ahora volvía a la realidad, apartando la mano del rostro de la fémina como si hubiese hecho algo de naturaleza imperdonable. Alexander se tensó mientras daba dos pasos atrás y su mirada perdida cobraba vida sobre los ojos de la fémina, el pelinegro se disculpó con la chica por medio de una leve reverencia. De repente sentía un inmenso ardor en la garganta y completa sequedad en sus labios, de súbito robó una botella entera de tequila de un mesonero y se la empinó sin importar nada de lo demás. ¿Qué había sido aquello?
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Aparté la cara cuando se acercó hasta quedar a centímetros de mí. No me gustaba que ocupasen mi espacio para nada, y puse una mueca de repulsión por lo que había dicho de haberlos torturado.
Soltó una risotada fría pero gracias al juego la gente no parecío escucharla, y si la escucharon pensarían, perfectamente, que era algo ambiental del recinto.
Le aparté la mano cuando pasó sus dedos fríos por mi mejilla, mientras decía que él no sentía nada por ellos, ni siquiera odio.
Justo cuando le iba a recriminar pasó algo que no entendí. Pareció haber cambiado el chip completamente. ¿Qué le pasaba? Era muy raro. De repente estaba como si hubiera reaccionado de algo, como si hubiera despertado de una hipnosis, tal vez. Ni idea. Hizo una leve reverencia y ya sólo pude verle beber sin poder explicarme qué había pasado en ese momento por su cabeza. ¿Estaría bien? Le seguí para poder confirmarlo.
Me senté a su lado en la barra y le miré atentamente, estudiando sus reacciones.
-¿Qué te pasa?
Quise saber, con un leve tono de voz, porque me había dejado sorprendida su reacción.
Soltó una risotada fría pero gracias al juego la gente no parecío escucharla, y si la escucharon pensarían, perfectamente, que era algo ambiental del recinto.
Le aparté la mano cuando pasó sus dedos fríos por mi mejilla, mientras decía que él no sentía nada por ellos, ni siquiera odio.
Justo cuando le iba a recriminar pasó algo que no entendí. Pareció haber cambiado el chip completamente. ¿Qué le pasaba? Era muy raro. De repente estaba como si hubiera reaccionado de algo, como si hubiera despertado de una hipnosis, tal vez. Ni idea. Hizo una leve reverencia y ya sólo pude verle beber sin poder explicarme qué había pasado en ese momento por su cabeza. ¿Estaría bien? Le seguí para poder confirmarlo.
Me senté a su lado en la barra y le miré atentamente, estudiando sus reacciones.
-¿Qué te pasa?
Quise saber, con un leve tono de voz, porque me había dejado sorprendida su reacción.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Aquel rostro de repulsión en la fémina, era esa la mirada que él había tenido cuando vio aquella escena; lo poco que recordaba de su humanidad estaba muy ligado a sus padres. Podía recordar casi a perfección como había visto el cabello de su madre bañado en sangre, suelto sobre sus pechos y escondiendo un corpiño aún más empapado. También rememoró el lino blanco de su padre tornarse rojo mientras la herida se acrecentaba... y allí estaba Mae, con una expresión que jamás había esperado ver ante aquella situación. Se quedó helado, casi pálido por unos segundos y luego recordó que debían hacer algo con los cuerpos. Debía callar, o Mae sería presa, a la merced de bastardos sin escrúpulos; las manos sucias de aquellos hombres sobre los muslos blancos como leche de la pelirroja. Ese recuerdo y aquella sensación horripilante que estremeció su cuerpo ligeramente en aquel momento, cuando imaginó lo que pudiera pasar con su hermana, le volvía a tomar desprevenido. Violada, asesinada, mutilada... No, Alexander la iba a proteger, inventarían una excusa y saldrían adelante.
-Nada- respondió lacónico mientras la ira se agolpaba repentinamente en su mirada durante segundos, entonces pareció recordar su posición y dejando la botella a un lado recuperó su sonrisita burlona-. Nada en absoluto, cara mía.
La mirada de Alexander, tras mostrar conmoción, había recuperado su típica actitud. Aquellos ojos rojos, cubiertos por lentillas de azul sofocante, cobraban vida nuevamente, saltando hilarantes y divertidos ante cualquier situación. El pelinegro se volteó sobre el banco y recostó su costado contra la barra, mientras colocaba la mano justo sobre la superficie y comenzó a tamborilear, ansioso, como si esperara a que algo sucediese.
-¿Cómo dijiste que te llamabas?
-Nada- respondió lacónico mientras la ira se agolpaba repentinamente en su mirada durante segundos, entonces pareció recordar su posición y dejando la botella a un lado recuperó su sonrisita burlona-. Nada en absoluto, cara mía.
La mirada de Alexander, tras mostrar conmoción, había recuperado su típica actitud. Aquellos ojos rojos, cubiertos por lentillas de azul sofocante, cobraban vida nuevamente, saltando hilarantes y divertidos ante cualquier situación. El pelinegro se volteó sobre el banco y recostó su costado contra la barra, mientras colocaba la mano justo sobre la superficie y comenzó a tamborilear, ansioso, como si esperara a que algo sucediese.
-¿Cómo dijiste que te llamabas?
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Después de parecer ensimismado con no-sé-qué pareció volver a la realidad diciendo lo típico que se decía siempre, que no le pasaba nada. Le miré con sospecha y me encogí de hombros cerrando por un segundo mis ojos azules y luego sentándome en un taburete. Pedí algo de tomar, no le di importancia a qué y me lo trajeron.
Él se quedó frente a mi, con un costado apoyado en la barra y tamborileaba los dedos como ansioso. Preguntó mi nombre y le miré, porque estaba jugando con el adorno que ponían en la copa.
-Helene. Me llamo Helene.
La segunda vez que pronuncié mi nombre lo hice algo más despacio para que captase la entonación con la que tenía que decirlo para llamarme, porque al ser una variante extraña la gente no sabía pronunciarlo bien y acababa teniendo que pronunciarlo como si de un nombre japonés se tratase y tuviera que decir los kanjis del nombre para poder pronunciarlo correctamente. Pues algo parecido ocurría con mi nombre.
Sabía que siendo un vampiro lo captaría a la primera. Pero para asegurarme.
Me tomé mi bebida de un trago y giré luego la copa haciendo tintinear los cubitos de hielo.
-¿Te apetece hacer algo más interesante que estar hablando en la barra de un casino?
Pregunté para ver qué podía hacer divertido en ese lugar antes de irme de nuevo a mi hotel.
Él se quedó frente a mi, con un costado apoyado en la barra y tamborileaba los dedos como ansioso. Preguntó mi nombre y le miré, porque estaba jugando con el adorno que ponían en la copa.
-Helene. Me llamo Helene.
La segunda vez que pronuncié mi nombre lo hice algo más despacio para que captase la entonación con la que tenía que decirlo para llamarme, porque al ser una variante extraña la gente no sabía pronunciarlo bien y acababa teniendo que pronunciarlo como si de un nombre japonés se tratase y tuviera que decir los kanjis del nombre para poder pronunciarlo correctamente. Pues algo parecido ocurría con mi nombre.
Sabía que siendo un vampiro lo captaría a la primera. Pero para asegurarme.
Me tomé mi bebida de un trago y giré luego la copa haciendo tintinear los cubitos de hielo.
-¿Te apetece hacer algo más interesante que estar hablando en la barra de un casino?
Pregunté para ver qué podía hacer divertido en ese lugar antes de irme de nuevo a mi hotel.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
-Helene -repitió mientras sonreía pícaramente-. Suena como... Selene.
La chica había captado su total atención al decir aquel nombre, que relacionó de forma automática con la diosa de la Luna en varias mitologías. Cualquier humano insignificante o vampiro que conociera a Alexander, o hubiese ido a su casa en Alemania, habría notado muy probablemente que su biblioteca estaba repleta por la clase de libros que hablaba de incontables mitos y leyendas. Y como si de adornar el pastel se tratase, tenía toda cantidad de libros vampíricos, desde Abraham Stoker hasta Vampiros Sureños, mejor conocida como True Blood. Le encantaba True Blood, Eric había sido para él una clase de, como se diría, ¿ídolo? Y en cambio sentía lástima por Bill y su nada original existencia imaginaria. Pero si en dado momento quería burlarse de un vampiro realmente lastimero sólo tenía que ir a Forks, Edward Cullen ya era popular por su pequeña y patética historia de amor. Sonrío de medio lado al pensar en aquello, enamorarse de un ser inferior, como si eso fuera posible... como si la sola idea fuera concebible. No, Alexander nunca se iba a enamorar de un humano, los humanos eran seres inferiores, traidores de la peor calaña y sobretodo, era débiles; el amor volvía a un vampiro débil y no había punto de discusión en ello. Su mano por fin cesó con el tamborileo cuando escuchó a la fémina hablar de nuevo. La pregunta zumbó en sus oídos y asintió levemente mientras sonreía con autosuficiencia e hinchado de orgullo.
-Tantas cosas que si las digo podrías abofetearme- comentó burlón, una sonrisa descarada impresa en sus labio, mientras se lamía el labio superior con perversidad.
La chica había captado su total atención al decir aquel nombre, que relacionó de forma automática con la diosa de la Luna en varias mitologías. Cualquier humano insignificante o vampiro que conociera a Alexander, o hubiese ido a su casa en Alemania, habría notado muy probablemente que su biblioteca estaba repleta por la clase de libros que hablaba de incontables mitos y leyendas. Y como si de adornar el pastel se tratase, tenía toda cantidad de libros vampíricos, desde Abraham Stoker hasta Vampiros Sureños, mejor conocida como True Blood. Le encantaba True Blood, Eric había sido para él una clase de, como se diría, ¿ídolo? Y en cambio sentía lástima por Bill y su nada original existencia imaginaria. Pero si en dado momento quería burlarse de un vampiro realmente lastimero sólo tenía que ir a Forks, Edward Cullen ya era popular por su pequeña y patética historia de amor. Sonrío de medio lado al pensar en aquello, enamorarse de un ser inferior, como si eso fuera posible... como si la sola idea fuera concebible. No, Alexander nunca se iba a enamorar de un humano, los humanos eran seres inferiores, traidores de la peor calaña y sobretodo, era débiles; el amor volvía a un vampiro débil y no había punto de discusión en ello. Su mano por fin cesó con el tamborileo cuando escuchó a la fémina hablar de nuevo. La pregunta zumbó en sus oídos y asintió levemente mientras sonreía con autosuficiencia e hinchado de orgullo.
-Tantas cosas que si las digo podrías abofetearme- comentó burlón, una sonrisa descarada impresa en sus labio, mientras se lamía el labio superior con perversidad.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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Re: Stay the ride alive {Helene}
-Sí, bueno... La diferencia de escribirlo con S ó H. Pero tampoco se pronuncian igual.
Le expliqué sin importarme si le importaba a él o no. Muchas veces había tenido que dar esa explicación porque mi nombre es griego, pronunciado en griego, y claro, al ser inglesa todos tomaban la variante inglesa "/Həleːn/" cuando me llamaban, excepto los miembros de mi familia, que sabían su pronunciación. ¡Y sonaba muy distinto en los dos idiomas!
La pronunciación en griego de mi nombre me parecía más bonita que la inglesa, o la francesa, como también me habían llamado, poniendo el acento en "He". ¡Qué horror! Simplemente eran distintas pronunciaciones, y en griego, mi nombre empezaba por "A". Como viajaba tanto, había escuchado llamarme de tantas formas distintas... ¿Cómo un sólo nombre daba lugar a tantas letras?
Pareció haberme prestado atención al escuchar mi nombre.
-Es griego, como Selene. Van relacionados. Helene significa "luz". Los griegos daban ese nombre a las antorchas y luces que usaban para ver en la noche.
Expliqué mientras seguía jugando con el adorno de mi copa.
Después le pregunté qué podíamos hacer, sin intención de que hubiera segundas. Pero pareció que él se había tomado la libertad de llevar mi pregunta al otro lado. Entrecerré los ojos y le fulminé con la mirada. Lo que más molestaba era esa cara de perversión que estaba poniendo.
Me levanté y me di la vuelta dispuesta a irme.
-Por supuesto que podría. Pero si no se te ocurre nada normal, me voy.
Le expliqué sin importarme si le importaba a él o no. Muchas veces había tenido que dar esa explicación porque mi nombre es griego, pronunciado en griego, y claro, al ser inglesa todos tomaban la variante inglesa "/Həleːn/" cuando me llamaban, excepto los miembros de mi familia, que sabían su pronunciación. ¡Y sonaba muy distinto en los dos idiomas!
La pronunciación en griego de mi nombre me parecía más bonita que la inglesa, o la francesa, como también me habían llamado, poniendo el acento en "He". ¡Qué horror! Simplemente eran distintas pronunciaciones, y en griego, mi nombre empezaba por "A". Como viajaba tanto, había escuchado llamarme de tantas formas distintas... ¿Cómo un sólo nombre daba lugar a tantas letras?
Pareció haberme prestado atención al escuchar mi nombre.
-Es griego, como Selene. Van relacionados. Helene significa "luz". Los griegos daban ese nombre a las antorchas y luces que usaban para ver en la noche.
Expliqué mientras seguía jugando con el adorno de mi copa.
Después le pregunté qué podíamos hacer, sin intención de que hubiera segundas. Pero pareció que él se había tomado la libertad de llevar mi pregunta al otro lado. Entrecerré los ojos y le fulminé con la mirada. Lo que más molestaba era esa cara de perversión que estaba poniendo.
Me levanté y me di la vuelta dispuesta a irme.
-Por supuesto que podría. Pero si no se te ocurre nada normal, me voy.
Helene Harada- Mensajes : 1216
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Re: Stay the ride alive {Helene}
Por un momento la expresión burlona en sus ojos se habían disipado por completo, ahora adoptaba la expresión de un ser que ha quedado fascinado con otro. El pelinegro se dejó llevar a un mar de recuerdos por medio de los cuales tuvo un ligero escalofrío, la mujer que su compañero le había vendido una vez, tan sólo recordar aquello se le hacía espeluznante; lo único bueno que había tenido de todo aquello era sorber de su elixir. De otro modo, la chica ni siquiera ofrecía buen sexo, demasiado tímida para sus gustos; le encantaban las mujeres que sabían lo que querían e iban por ello sin perder demasiado el tiempo, aquella chica en cambio esperaba a que las cosas le cayeran en las manos en vez de perseguirlas. Finalmente prorrumpió en una risita burlona mientras negaba la cabeza.
-Ustedes las mujeres son tan frágiles... aunque pensándolo bien debería decir delicadas- dijo aquello como si se sintiera orgulloso de no ser una mujer y desde luego se refería a la mueca en su rostro en respuesta al comentario.
Delicadas, parecía que se romperían si les tocaban demasiado, se asqueaban por nada y siempre se sentían inútiles cuando no hacían lo que querían pero se molestaban también cuando el hombre tomaba el mando de la situación. Aquello seguramente le resultaría irónico e incluso irritante si fuera él quien estuviese en la posición de hombre de la casa pero al mismo tiempo era chistoso verlo desde una perspectiva completamente ajena, como la suya. Con Mae en cambio no tenía ninguna clase de problemas ella cuidaba de sí misma perfectamente y eso me encantaba de tener una hermana competente. Se puso en pie caminando tras ella como todo un acosador, Alexander disfrutaba viendo a los demás molestos pero sobretodo sentía placer al ver una mujer enojada. Las facciones se volvían fieras y salvajes, mismas que solo se veían estando en la cama cuando eran de esas que tenían poca vergüenza.
-¿Sabes Helene? Tú y yo nos vamos a llevar muy bien- comentó burlón mientras la flanqueaba sin que su sonrisita descarada se desvaneciera-. Anda, cuéntame más cosas sobre Grecia, pareces saber algunas cositas de interés.
-Ustedes las mujeres son tan frágiles... aunque pensándolo bien debería decir delicadas- dijo aquello como si se sintiera orgulloso de no ser una mujer y desde luego se refería a la mueca en su rostro en respuesta al comentario.
Delicadas, parecía que se romperían si les tocaban demasiado, se asqueaban por nada y siempre se sentían inútiles cuando no hacían lo que querían pero se molestaban también cuando el hombre tomaba el mando de la situación. Aquello seguramente le resultaría irónico e incluso irritante si fuera él quien estuviese en la posición de hombre de la casa pero al mismo tiempo era chistoso verlo desde una perspectiva completamente ajena, como la suya. Con Mae en cambio no tenía ninguna clase de problemas ella cuidaba de sí misma perfectamente y eso me encantaba de tener una hermana competente. Se puso en pie caminando tras ella como todo un acosador, Alexander disfrutaba viendo a los demás molestos pero sobretodo sentía placer al ver una mujer enojada. Las facciones se volvían fieras y salvajes, mismas que solo se veían estando en la cama cuando eran de esas que tenían poca vergüenza.
-¿Sabes Helene? Tú y yo nos vamos a llevar muy bien- comentó burlón mientras la flanqueaba sin que su sonrisita descarada se desvaneciera-. Anda, cuéntame más cosas sobre Grecia, pareces saber algunas cositas de interés.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
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