Road Trip?(Alexander)

No estaba muy seguro de que hubiera sido el amor lo que le llevara allí pero estaba consciente de una cosa muy importante, sin duda tenía motivos para cuidar de Abraham Dupont. No es como si fueran los grandes amigos o hubiera tenido una relación envidiable. Aquel no dejaba de ser un híbrido, una criatura absolutamente desconocida y sin ninguna clase de conocimiento sobre sí mismo, para él no era más que el hijo bastardo de su hermana pero por su hermana le había cuidado por algún tiempo. Necesitaba recoger las piezas rotas. Lo cierto es que no tenía la menor idea del paradero de Mae y mucho menos del de Abraham, tan solo esperaba que no fuera demasiado tarde. Nunca se había molestado demasiado por los desconocidos pero una vez pasabas la barrera, encontrabas a un Alexander extremadamente cuidadoso y protector, preocupado únicamente por los suyos. Sea como fuera debía sacar provecho de los recursos que ahora disponía.
Alexander se preciaba de tener buenos contactos, entre ellos, algunos de los líderes de pequeños clanes vampíricos europeos y alguno que otro americanos; pues no todo giraba al rededor de los Cullens y compañía. De algún modo le gustaba pensar que las irlandesas tendrían algo, por más mínimo que fuera, en contra de la persecución de híbridos. Alguien, cuya identidad no iba a revelar, tenía una habilidad nata investigar los poderes y dones de algunos particulares. Su contacto le había hablado de Siohban, una bella irlandesa con un don bastante interesante, para su desgracia aún no era capaz de localizarla. Pas á pas, se dijo mientras tomaba un trago de vodka que llevaba en una cantimplora militar con la insignia de la Luftwaffe que llevaba a cada lugar.
-¿Uh?- se volvió hacia una chica y en segundos estaba frente a ella. Una mirada divertida recorrió el rostro de la castaña-. Deberías ser más cuidadosa- susurró apenas mientras deslizaba su pulgar sobre el labio inferior de la chica, un pequeño hilo de sangre que quedado allí por descuido, entonces llevó el pulgar a la boca y lo lamió con su típica sensualidad, sin dejar de ver a la fémina a los ojos con aquella mirada tan penetrante-. Hombre caucásico, pelirrojo, de unos 20 a 22 años, tipo O+ ¿Me equivoco?

No comprendi el significado de las palabras de Alexander hasta que llevo su mano a mi labio y probo la sangre que habia quedado en el sin dejar de mirarme, tenia esa sensualidad tan propia de el que me hizo negar divertida con la cabeza. Definitivamente un grave descuido, por suerte me habia topado con el. Le sonrei de lado divertida
-Eres bueno, muy bueno, aunque la verdad no le pregunte su edad- admiti divertida pues en efecto habia descrito a la perfeccion al chico que me acababa de "desayunar"- tendre mas cuidado a la proxima- le dije aun con mi sonrisa divertida- tu ya has bebido algo o no te dejan?- pregunte burlona pues desde que tenia pareja podia decirse que era mas..."mandilon".
-Y aun no contestas, Alex, que te trae por aqui?- le dije sonriente, algo me decia que despues de todo mi viaje no iba a ser tan aburrido y lleno de niñas mimadas como lo hubiera esperado. Quien sabe, capaz y le proponia a Alex que se cenara a una o dos de ellas que resultaban increiblemente molestas, pero que quizas le gustarian....Pero que estaba pensando! no podia matarlas, s eharia toda una investigacon sobre eso por ser niñas ricas, una verdadera lastima que algunas si que lo merecian, lamentablemente yo no me atreveria jamas a hacerlo, no mataba a gente conocida, me parecia un tanto...grosero, supongo.
Lo mire en espera de su respuesta para continuar platicando o algo, ya que realmente necesitaba de una platica decente que no incluyera marcas de ropa, maquillaje y tonterias de esas...

-Me dejen o no, es algo que hago de todas formas de modo que la pregunta resulta indiferente- respondió con naturalidad mientras metía las manos en los bolsillos de su gabardina de cuero negro y sus ojos divertidos bailaban junto a los de Violet-. Las pelirrojas con proporciones exuberantes e hímenes intactos se han agotado en el menú el día de hoy, al parecer.
En la calle se veían varias mujeres, mujeres blancas en su mayoría, rubias, castañas, castañas con reflejos rojizos y pelirrojas, más pelirrojas que en otros lugares pero hasta ahora solamente había visto a pelirrojas viejas, gordas y encima de todo necesitadas de sexo. El día que encontrara una humana pelirroja como Ainoa, entonces se la follaría, pero estas no le gustaban en absoluto por lo que tenía planeado ir a visitar alguna escuela, con seguridad tendría todo un paraíso de jovencitas a su placer y disposición. La sola imagen le hacía estremecer de placer e hincharse de orgullo, aquella idea había sido espléndida.
-Oh, el ferviente deseo de armar una orgía- respondió con un leve deje de ironía y diversión sin ninguna intensión de hablar demasiado sobre sus planes verdaderos-. Elemental, preciosa, he venido por negocios.
Negocios con el aquelarre vampírico irlandés, le encantaba ser poco específico, daba espacios a lagunas legales sin tener la necesidad de mentir aunque teniendo siempre la ventaja de tener la confianza de todos. Alexander nunca mentía y si alguna vez lo hiciere sería por protegerse a sí mismo junto a sus pertenencias, era de hecho un vampiro de los pocos cuya palabra valía de algo, si te la daba no había forma en que te traicionara.

Alexander esbozó una sonrisa de orgullo sin darle importancia a la respuesta de esa pregunta, que paradójicamente resultaba retórica a su modo de ver, porque realmente no iba a explicarle la mecánica de la caza a aquella chiquilla principiante. No era necesario decirle que no había tenido suerte hasta ahora, se aseguró, de un modo u otro conseguiría su presa -bien fuera tarde o temprano- y desde luego no iba a fallar. Él nunca fallaba. Miró a la chiquilla, con sus ojos siempre sedientos de distracción -buscando alguien a quién importunar-, reflejando en ellos su superioridad frente a la diminuta criatura que tenía enfrente. Sonrió de medio lado tras escuchar "no me sorprendería que ese fuera tu fin principal aqui, en la tierra de las pelirrojas" y palmeó la cabeza de la criatura como si se tratara de un perrito bien entrenado mientras negaba.
-No necesito pelirrojas para divertirme un rato, mon petit- respondió mecánicamente, como si estuviera coqueteando con ella, aunque solamente con el fin de molestarla por su tono de burla. Y acto seguido dejó soltar un ronroneo "seductor" aunque luego se echó a reír-. El tipo de negocios en los que puedes salir devorada por algún sensual vampiro si haces las preguntas equivocadas-dijo indiferente, haciendo alusión a lo que él haría si seguía interrogándolo y comenzó a andar por donde iba-. Como quieras, solamente no molestes demasiado. Y no te voy a tomar de la mano como si fuera tu niñero así que tú verás si te pierdes.

-Hablas demasiado- interpeló.
Alexander no tenía ningún problema en la compañía femenina pero si debía escuchar los comentarios de la chiquilla cuando estos eran molestos prefería ir solo, sea como fuere siguió su ruta, lo primero sería verse con su contacto. Luego iría a los bosques en busca de las irlandesas, le hubiera agradado encontrar a Maggie, Maggie definitivamente hubiera tenido un encuentro grato con él y desde luego se habría sentido encantad pero dudaba ya encontrarlas. No si tenía que mantener un paso que la Halfblood pudiera seguir. Finalmente habría de cazar en los alrededores de una escuela secundaria. Le gustaban las niñas, oh, sí, le encantaban las niñas. ¿Pedófilo, quizás? No, definitivamente no. En sus tiempos era algo normal, en sus tiempos una chica de secundaria estaba casada y con hijos. Ahora con esto de las leyes de protección sí que era difícil mantener un hogar como los de antaño.

#Partida culminada.