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One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
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Twilight Moon :: Europa :: Inglaterra
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One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Sus pasos sonaban en las tranquilas calles de Londres apesar de ser una gran metrópolis no era tan bulliciosa como era New York o San Francisco pero era por mucho la ciudad más bella que el hubiera visto en sus más de cuatrocientos años de vida y no lo decía sólo por ser el nacido del Reino Unido.
Habían pasado pocos días desde que había hablado con esas chicas: Shana y Bárbara un adorable par de mujercitas una vampiro y una mujer Half....niña Half más bien pero de todas formas hubo algo en ellas que lo toco profundamente quizás fue el recuerdo de Alice y Nessy o quizás sólo era que tantos años de neutral al fin lo dejaron ver que sólo se mantenía alejado de los problema porque no había tomado tiempo de buscar algo que defender, más ahora había algo que proteger.
Estaba listo para ir a Volterra habia muchas cosas que hacer y muchas palancas que mover y muy poco tiempo para realizarlo todo más no le importaba mucho el estaba listo. Sus pasos lo llevaron a un viejo club, algo escondido del que escucho hablar una vez. Sonrió, si moriría pronto haría que su última noche en Londres valiera la pena.
Sus pasos lo encaminaron a entrar al lugar y esperar una noche divertida,, después de todo ¿El héroe no se merecía un premio?
Habían pasado pocos días desde que había hablado con esas chicas: Shana y Bárbara un adorable par de mujercitas una vampiro y una mujer Half....niña Half más bien pero de todas formas hubo algo en ellas que lo toco profundamente quizás fue el recuerdo de Alice y Nessy o quizás sólo era que tantos años de neutral al fin lo dejaron ver que sólo se mantenía alejado de los problema porque no había tomado tiempo de buscar algo que defender, más ahora había algo que proteger.
Estaba listo para ir a Volterra habia muchas cosas que hacer y muchas palancas que mover y muy poco tiempo para realizarlo todo más no le importaba mucho el estaba listo. Sus pasos lo llevaron a un viejo club, algo escondido del que escucho hablar una vez. Sonrió, si moriría pronto haría que su última noche en Londres valiera la pena.
Sus pasos lo encaminaron a entrar al lugar y esperar una noche divertida,, después de todo ¿El héroe no se merecía un premio?
Última edición por Robert Noback el Sáb Dic 08, 2012 2:26 am, editado 1 vez
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Era media noche y el turno de Nala apenas estaba por comenzar. La muchacha deambulaba por el camerino, con su antifaz y la escasa ropa para bailar puesta, esperando que la llamen para poder descargar la impotencia acumulada de estas ultimas semanas. Se acerca al aparador, mirando a la sensual y atrevida chica del espejo con una sonrisa, y se retoca el maquillaje.
El corsé, de detallado y negro encaje, levantando sus pechos y haciéndolos sumamente voluptuosos y provocativos, invitándote a recorrerlos con la lengua y perderte en ellos, le prohibiría la respiración a cualquier humana normal gracias a la opresión en su pecho y abdomen, más a la pequeña loba solo le dificultaba apenas la inhalacion provocando un leve rubor en sus mejillas por el esfuerzo que le da un tinte sexy. De esta forma, se retocó el rojo y seductor labial para luego salir del camerino a la barra.
En el gran cabaret estaba sonando música de burlesque, la cual te incita a ver a las hermosas muchachas y a beber una copa con una buena compañía, hombres no dejan de entrar al lugar y puede divisarse unas muchachas rondando de aquí para allá entre los clientes, contoneando las caderas sensualmente mientras que su cuerpo es cubierto con ínfima ropa.
Nala evaluó los clientes de aquella noche con disimulo. Nada sobresaliente por el momento, creyó. Tyler, el barman, le advirtió que en pocos momentos la presentarían y simplemente asintió bebiendo el Martini rápidamente y caminando tras bambalinas. En cuestión de minutos, una grave y sensual voz de hombre resonó en el antro. “Señoritas, señores…La felina nocturna...deleitense” pronunció el hombre mientras la música de streaptease comenzaba a sonar y Nala avanzaba con pasos sensuales , seguros en el escenario. Bailó sensualmente, contoneando las caderas y danzando en el caño, robándose más de una mirada y miles de silbidos.
Bajo la seguridad de su antifaz, bajó del escenario al terminar la canción y comenzó a caminar entre los clientes hasta la barra. Se sentó sobre ella con las piernas cruzadas sensualmente y se dispuso a ver la clientela con una sonrisa sensual característica en ella.
El corsé, de detallado y negro encaje, levantando sus pechos y haciéndolos sumamente voluptuosos y provocativos, invitándote a recorrerlos con la lengua y perderte en ellos, le prohibiría la respiración a cualquier humana normal gracias a la opresión en su pecho y abdomen, más a la pequeña loba solo le dificultaba apenas la inhalacion provocando un leve rubor en sus mejillas por el esfuerzo que le da un tinte sexy. De esta forma, se retocó el rojo y seductor labial para luego salir del camerino a la barra.
En el gran cabaret estaba sonando música de burlesque, la cual te incita a ver a las hermosas muchachas y a beber una copa con una buena compañía, hombres no dejan de entrar al lugar y puede divisarse unas muchachas rondando de aquí para allá entre los clientes, contoneando las caderas sensualmente mientras que su cuerpo es cubierto con ínfima ropa.
Nala evaluó los clientes de aquella noche con disimulo. Nada sobresaliente por el momento, creyó. Tyler, el barman, le advirtió que en pocos momentos la presentarían y simplemente asintió bebiendo el Martini rápidamente y caminando tras bambalinas. En cuestión de minutos, una grave y sensual voz de hombre resonó en el antro. “Señoritas, señores…La felina nocturna...deleitense” pronunció el hombre mientras la música de streaptease comenzaba a sonar y Nala avanzaba con pasos sensuales , seguros en el escenario. Bailó sensualmente, contoneando las caderas y danzando en el caño, robándose más de una mirada y miles de silbidos.
Bajo la seguridad de su antifaz, bajó del escenario al terminar la canción y comenzó a caminar entre los clientes hasta la barra. Se sentó sobre ella con las piernas cruzadas sensualmente y se dispuso a ver la clientela con una sonrisa sensual característica en ella.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Sus pasos por el lugar no hacían el más mínimo efecto, la música del lugar invadía todo y no permitía que otro ruido se escuchará si no era gritado o dicho al oído, era un mundo oscuro lleno de depravación, lujuria y excesos carnales que llevaban el alma de hombres y mujeres al punto más bajo del pecado....el se sentía como en casa
Camino entre la gente eludiendo ebrios que no podían mantenerse de pie, las bellas y perfectas balerinas que movían sus sensuales cuerpos en la danza de la lujuria que era ese lugar caminó campante con una sonrisa de lado a lado saludando a cuanta belleza se atravesará en su camino muchas de ellas se sorprendían al verlo pues el simple hecho de ser un vampiro lo volvía irresistiblemente atractivo. Sonrió y se sentó en una esquina algo apartado del resto de la clientela mientras bailarina tras bailarina iban a con el nubladas por su belleza y buscando dinero, un tipo atractivo y vestido como millonario era como Navidad en julio para ellas pues no debían soportar a algún gordo que escapaba de su esposa, el sonreía y las rechazaba una por una buscando a alguna que valiera la pena clavarle el colmillo al cuello.
Escucho como, el que pareciera ser el presentador o algo, anunciaba a una mujer "La felina nocturna" un nombre sugerente y atractivo sus ojos fueron a donde esa mujer había entrado a escena y sonrió al verla: una belleza sin igual.
Sus ojos la estudiaron por todo su sensual cuerpo, cada segundo del baile que hizo sobre el escenario cada movimiento de caderas era tan sugerente y sensual como el anterior si el fuera un humano sin duda tendría una erección en este momento de proporciones bíblicas eso sin dudarlo más por ser como era el esto no paso sólo la exitacion en su ser creció una pizca y lamió uno de sus labios con hambre como hacia mucho no sentía por una mujer humana.
Escucho la canción terminar y no despego sus ojos de ella viéndola siempre de reojo con falso desinterés debía moverse cauteloso si quería atrapar la y hacerse el interesado como los veinte tipos que la seguían como animales hambrientos no serviría para nada así que paciente espero a que ella quedará sola siendo sólo observada de lejos por múltiples hombres deseosos de ella.
-Disculpa....
Susurro al oído de una camarera que hacia ya poco tiempo tenía sentada en sus piernas suspirando cada vez que el decía una palabra entonces suavemente acaricio uno de sus muslos con su mano fría y muerta más ella sólo suspiró de placer ante la caricia del vampiro que lentamente susurro al oído: ve allá...paga un trago y dacelo de mi parte....
Ella se levantó, el acaricio ahora su parte posterior antes de darle una suave y juguetona nalgada haciéndola caminar entre suaves risas encaminada a cumplir la misión que el vampiro le dio.
Camino entre la gente eludiendo ebrios que no podían mantenerse de pie, las bellas y perfectas balerinas que movían sus sensuales cuerpos en la danza de la lujuria que era ese lugar caminó campante con una sonrisa de lado a lado saludando a cuanta belleza se atravesará en su camino muchas de ellas se sorprendían al verlo pues el simple hecho de ser un vampiro lo volvía irresistiblemente atractivo. Sonrió y se sentó en una esquina algo apartado del resto de la clientela mientras bailarina tras bailarina iban a con el nubladas por su belleza y buscando dinero, un tipo atractivo y vestido como millonario era como Navidad en julio para ellas pues no debían soportar a algún gordo que escapaba de su esposa, el sonreía y las rechazaba una por una buscando a alguna que valiera la pena clavarle el colmillo al cuello.
Escucho como, el que pareciera ser el presentador o algo, anunciaba a una mujer "La felina nocturna" un nombre sugerente y atractivo sus ojos fueron a donde esa mujer había entrado a escena y sonrió al verla: una belleza sin igual.
Sus ojos la estudiaron por todo su sensual cuerpo, cada segundo del baile que hizo sobre el escenario cada movimiento de caderas era tan sugerente y sensual como el anterior si el fuera un humano sin duda tendría una erección en este momento de proporciones bíblicas eso sin dudarlo más por ser como era el esto no paso sólo la exitacion en su ser creció una pizca y lamió uno de sus labios con hambre como hacia mucho no sentía por una mujer humana.
Escucho la canción terminar y no despego sus ojos de ella viéndola siempre de reojo con falso desinterés debía moverse cauteloso si quería atrapar la y hacerse el interesado como los veinte tipos que la seguían como animales hambrientos no serviría para nada así que paciente espero a que ella quedará sola siendo sólo observada de lejos por múltiples hombres deseosos de ella.
-Disculpa....
Susurro al oído de una camarera que hacia ya poco tiempo tenía sentada en sus piernas suspirando cada vez que el decía una palabra entonces suavemente acaricio uno de sus muslos con su mano fría y muerta más ella sólo suspiró de placer ante la caricia del vampiro que lentamente susurro al oído: ve allá...paga un trago y dacelo de mi parte....
Ella se levantó, el acaricio ahora su parte posterior antes de darle una suave y juguetona nalgada haciéndola caminar entre suaves risas encaminada a cumplir la misión que el vampiro le dio.
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Los hombres se le acercaban como los insectos a una radiante y hermosa luz, rodeándola con sonrisas que ellos deseaban hacer por sensuales y vulgares halagos que la hacían querer apartarlos de un puñetazo, mas ella los despachaba con sonrisas y palabras amables después de todo era la estrella del antro y debía ser amable. Más de uno quiso invitarle un trago, incluso intentaron llevarla a uno de los privados como si ella fuera una cualquiera, simplemente irritante. De igual forma, la muchacha estaba acostumbrada a tal trato y a responder como debía hacerlo en esas situaciones. Un simple vistazo a Tyler y el enviaba a los de seguridad para obligarlos a mantener distancia. ¿Qué puedo decir? Nala era la favorita del lugar, la mejor bailarina así como la más solicitada y mejor pagada. Claro que ella era tan solicitada porque, ademas de ser una bomba sensual, no iba a coquetear con cualquiera y casi no entraba a los privados. Que va, la chica tiene un estandarte alto.
Un extraño aroma comenzó a llegar a su delicada nariz, haciéndola arder de forma molesta, y la tensó un poco. Desde su conversión solo había sentido un par de aromas como ese, y uno de sus originantes había saltado a su yugular a incarle el diente para luego asesinar brutalmente a Mark, un chico de seguridad, quien había salido en su busca. El segundo había sido bastante amable e interesante, un artista callejero que había coqueteado con ella cuando iba sin el antifaz, obteniendo un coqueteo timido en respuesta.
No pudo evitar preguntarse como sería esta vez, si él ser la buscaría o simplemente ignoraría la presencia de la fémina. ¿La lastimaría como había hecho el asesino? ¿Coquetearía con ella? Bueno, aquello ultimo seguramente ocurra, al igual que con el asesino chulo. Siempre fue una chica atractiva y luego de la mordida, lo era un poco más.
Oyó a una muchacha pedir un trago a su derecha para luego llamarla con timidez. Con suma amabilidad volteó a verla y alzando una ceja cuando le dio el trago. -Disculpa linda, pero no me interesan las mujeres-intentó sonar amable y rió suavemente al oír que lo había enviado un muchacho. Lo señaló y Nala lo observó mientras agradecía el trago con una sonrisa, interesada.
Guapo, pensó mientras lo observaba sin disimulo alguno y una sonrisa sensual intencionada. Alzó el trago en su dirección en agradecimiento y dio un trago antes de observar a la chica. -Dile al guapo muchacho que muchas gracias por el trago...Y pregúntale si quiere acompañarme-Se muerde el labio en dirección al muchacho, mientras la chica camina a él.
Un extraño aroma comenzó a llegar a su delicada nariz, haciéndola arder de forma molesta, y la tensó un poco. Desde su conversión solo había sentido un par de aromas como ese, y uno de sus originantes había saltado a su yugular a incarle el diente para luego asesinar brutalmente a Mark, un chico de seguridad, quien había salido en su busca. El segundo había sido bastante amable e interesante, un artista callejero que había coqueteado con ella cuando iba sin el antifaz, obteniendo un coqueteo timido en respuesta.
No pudo evitar preguntarse como sería esta vez, si él ser la buscaría o simplemente ignoraría la presencia de la fémina. ¿La lastimaría como había hecho el asesino? ¿Coquetearía con ella? Bueno, aquello ultimo seguramente ocurra, al igual que con el asesino chulo. Siempre fue una chica atractiva y luego de la mordida, lo era un poco más.
Oyó a una muchacha pedir un trago a su derecha para luego llamarla con timidez. Con suma amabilidad volteó a verla y alzando una ceja cuando le dio el trago. -Disculpa linda, pero no me interesan las mujeres-intentó sonar amable y rió suavemente al oír que lo había enviado un muchacho. Lo señaló y Nala lo observó mientras agradecía el trago con una sonrisa, interesada.
Guapo, pensó mientras lo observaba sin disimulo alguno y una sonrisa sensual intencionada. Alzó el trago en su dirección en agradecimiento y dio un trago antes de observar a la chica. -Dile al guapo muchacho que muchas gracias por el trago...Y pregúntale si quiere acompañarme-Se muerde el labio en dirección al muchacho, mientras la chica camina a él.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Observo a su pequeña emisaria dar paso a paso lugar a su plan, más eso no era todo lo que tenía planeado busco con la mirada y llamo a un grupo de bailarinas, una incluso estaba por ir a un baile privado con un anciano que se veía de buen dinero más ninguna resistió la tentación de ir con el atractivo vampiro.
Cuando tres de las más bellas y perfectas de ellas estaban a su alrededor comenzó a sonreír y les invito un trago a cada una, sin siquiera voltear a ver hacia donde la sensual Nala estaba recibiendo su trago, un cazador debía planear antes de aventurarse a la cacería y el tenía un plan uno muy específico que le daría la conquista de la fémina de una manera o de otra.
Mientras el conversaba con las sensuales (aunque sin llegarle en lo más mínimo a su presa: Nala) bailarinas, la pequeña mensajera que había enviado a entregarle el trago regreso, algo cohibida al ver su nueva compañía más el sólo sonrió y la sentó en sus piernas suspirando a su oído suavemente.
-Dimelo todo...
Su voz era suave, sensual perfectamente irresistible ella sólo tembló suavemente de la excitación que el le provoco con esas simples palabra y comenzó a acariciar su pecho suavemente con una mano mientras le susurraba la respuesta de Nala lejos de enojarse sólo volteó en dirección a la mujer tan perfecta y tan sensual sentada con sus finas piernas cruzadas sobre la barra, susurro suavemente:
-Déjenme sólo...
Ellas suspiraron de tristeza y una incluso lloro un poco mientras el no perdía de vista los bellos ojos de Nala de su visión lentamente alzo una de sus manos, más específicamente alzo su dedo índice haciendo una suave seña de que ella se acercara a el mientras con su otra mano alzaba un trago en señal a ella invitándola a acercarse y brindar con el.
Su sonrisa no se borró ni por un segundo, hacia poco tiempo que se había concentrado en los aromas que invadian el lugar, entre los muchos aromas dominaba el aroma a alcohol y un fuerte aroma a sudor más entre todas esas fétidas pestes un olor llamo su atención era inconfundible: un licántropo.
El sabía bien que era ella, debía ser idiota para no notarlo desde que la vio bailar más el gustaba del peligo, ¿gustarle? No...¡lo amaba! Era su modus vivendi desde su transformación en inmortal y a quien engañar seducir una mujer lobo era la cosa más peligrosa que podía hace es decir literalmente le coqueteaba a la muerte más sensual y atrayente del mundo desde siempre.
Y simplemente no planeaba irse de ese antro sin esa mujer o al menos un recuerdo de ella.
Cuando tres de las más bellas y perfectas de ellas estaban a su alrededor comenzó a sonreír y les invito un trago a cada una, sin siquiera voltear a ver hacia donde la sensual Nala estaba recibiendo su trago, un cazador debía planear antes de aventurarse a la cacería y el tenía un plan uno muy específico que le daría la conquista de la fémina de una manera o de otra.
Mientras el conversaba con las sensuales (aunque sin llegarle en lo más mínimo a su presa: Nala) bailarinas, la pequeña mensajera que había enviado a entregarle el trago regreso, algo cohibida al ver su nueva compañía más el sólo sonrió y la sentó en sus piernas suspirando a su oído suavemente.
-Dimelo todo...
Su voz era suave, sensual perfectamente irresistible ella sólo tembló suavemente de la excitación que el le provoco con esas simples palabra y comenzó a acariciar su pecho suavemente con una mano mientras le susurraba la respuesta de Nala lejos de enojarse sólo volteó en dirección a la mujer tan perfecta y tan sensual sentada con sus finas piernas cruzadas sobre la barra, susurro suavemente:
-Déjenme sólo...
Ellas suspiraron de tristeza y una incluso lloro un poco mientras el no perdía de vista los bellos ojos de Nala de su visión lentamente alzo una de sus manos, más específicamente alzo su dedo índice haciendo una suave seña de que ella se acercara a el mientras con su otra mano alzaba un trago en señal a ella invitándola a acercarse y brindar con el.
Su sonrisa no se borró ni por un segundo, hacia poco tiempo que se había concentrado en los aromas que invadian el lugar, entre los muchos aromas dominaba el aroma a alcohol y un fuerte aroma a sudor más entre todas esas fétidas pestes un olor llamo su atención era inconfundible: un licántropo.
El sabía bien que era ella, debía ser idiota para no notarlo desde que la vio bailar más el gustaba del peligo, ¿gustarle? No...¡lo amaba! Era su modus vivendi desde su transformación en inmortal y a quien engañar seducir una mujer lobo era la cosa más peligrosa que podía hace es decir literalmente le coqueteaba a la muerte más sensual y atrayente del mundo desde siempre.
Y simplemente no planeaba irse de ese antro sin esa mujer o al menos un recuerdo de ella.
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
El trago no había sido la mejor movida que había visto en sus cuatro años de bailarina,de hecho, era una de las más básicas y gastadas. A ser sincera, Nala no tenía idea de porqué había aceptado el trago. Le habían ofrecido más de siete hasta el momento y ella había aceptado el del chulo más grande en el Club. Notó como las muchachas lo rodeaban y el las seducía mientras no le dirigía la mirada, cada vez restaba más puntos. Así no llegaría lejos, pensó aunque en realidad, había algo que le interesaba de él y le indicaba aventura y una noche muy interesante.
Olfateó sin siquiera aparentarlo y notó que la chica que le había enviado el trago, olía a vampiro aunque su corazón latía y la esencia era sumamente masculina. Miró al muchacho una vez mas y confirmó sus sospechas. El era el originario de tal aroma y la verdad no le asombraba ahora, luego de haber aceptado su trago, comenzando a entender un poco el porqué lo aceptó al igual que el porqué las bailarinas se arremolinaban a su alrededor. Un encantador vampiro, irresistible para un humano. Si bien debía admitir que tenía su encanto, Nala no era conocida por caer a los pies de un chico guapo. No, todo lo contrario. Si quieres a Nala, mi querido amigo, tendrás que esforzarte e impresionarla al menos que a ella le intereses tu. ¿Era este el caso?
Sin dejar de verlo, la loba deslizó el dedo sensualmente por su muslo, acariciando apenas el porta-ligas de encaje que llevaba combinado con el corset, balanceando apenas una pierna en el aire. La sensualidad irradiando por sus poros al notar como su mirada se cruza con la del muchacho y como este la llama. Se muerde el labio y, con la ayuda de dos fornidos muchachos a los recompensa con un beso más largo de lo usual en la mejilla, baja de la barra comenzando a caminar en dirección a él.
Con un andar sensual por naturaleza y un par de chulos cruzándose en su camino, a los cuales despachó con pesadez y amabilidad, llegó donde el muchacho. Sus tacones de aguja le hacían la figura más apetecible aun, elevando su perfecto y redondo trasero, al igual que el fino corset. Sonrió al estar frente a él.
-Gracias por el trago-pronunció mirandolo a los ojos, aun cuando su aroma era bastante invasor, con gusto.-¿Brindamos?-Se muerde el labio de forma inconsciente.
Olfateó sin siquiera aparentarlo y notó que la chica que le había enviado el trago, olía a vampiro aunque su corazón latía y la esencia era sumamente masculina. Miró al muchacho una vez mas y confirmó sus sospechas. El era el originario de tal aroma y la verdad no le asombraba ahora, luego de haber aceptado su trago, comenzando a entender un poco el porqué lo aceptó al igual que el porqué las bailarinas se arremolinaban a su alrededor. Un encantador vampiro, irresistible para un humano. Si bien debía admitir que tenía su encanto, Nala no era conocida por caer a los pies de un chico guapo. No, todo lo contrario. Si quieres a Nala, mi querido amigo, tendrás que esforzarte e impresionarla al menos que a ella le intereses tu. ¿Era este el caso?
Sin dejar de verlo, la loba deslizó el dedo sensualmente por su muslo, acariciando apenas el porta-ligas de encaje que llevaba combinado con el corset, balanceando apenas una pierna en el aire. La sensualidad irradiando por sus poros al notar como su mirada se cruza con la del muchacho y como este la llama. Se muerde el labio y, con la ayuda de dos fornidos muchachos a los recompensa con un beso más largo de lo usual en la mejilla, baja de la barra comenzando a caminar en dirección a él.
Con un andar sensual por naturaleza y un par de chulos cruzándose en su camino, a los cuales despachó con pesadez y amabilidad, llegó donde el muchacho. Sus tacones de aguja le hacían la figura más apetecible aun, elevando su perfecto y redondo trasero, al igual que el fino corset. Sonrió al estar frente a él.
-Gracias por el trago-pronunció mirandolo a los ojos, aun cuando su aroma era bastante invasor, con gusto.-¿Brindamos?-Se muerde el labio de forma inconsciente.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Observo a la chica, no había dejado de hacerlo desde que su plan comenzó. Noto como dejo de sonreír por sólo unos instantes cuando vio el remolino de mujeres a su alrededor, eso seguro la había molestado y el sonrió esto funcionaba cada vez más, una vez que las chicas fueron despachadas de su alrededor la vio levantarse.
La vio despedirse de sus ayudantes con un regalo simplemente magnífico: un beso me la mejilla, el se sonrió imaginando se lo que sería un beso de semejante mujer, más no con un simple beso de mejilla, o claro que no el deseaba probar esos labios con lujuria y pasión mezcladas en una danza que aunque era más que prohibida era excitante hasta los límites de la palabra casi rozando el punto de la locura pasional.
La vio, estudiándola paso a paso ¿Como hacia para contener tanta sensualidad en ese corset? No lo sabía, pero sabía que le encantaba hacia tiempo no sentía semejante atracción por una mujer. Y dio claro con la repuesta que buscaba desde que la vio: ella era una cazadora.
Simplemente de verla descartar pretendientes a ser sus clientes se podía notar, ella era como el, una imagen de seductor nato, un virus pasional que invadía a quien le viera. El no podía permitir el enfrentamiento cazador vs cazador eso sólo traería problemas. Por eso cambio de plan, primero intento un ataque directo con el trago pero cambio rápido a ignorarla.
Una cazadora nata como ella se sentiría ofendida, eso la enojaría pero la motivaría a acercarse a el y averiguar más. Es decir como si el hecho de ser dos especies enemistadas desde sus inicios no bastara debía motivaron a querer cazarlo, volverse la presa de esa mujer: era más fácil ser una presa que atrapara a su cazadora que un cazador que atrapara a un cazador.
Ella se acerco lentamente a el, su cuerpo perfecto deslizandose lentamente por el suelo como un sueño simplemente perfecto en el que nadie quisiera despertar. Más simplemente le sonrió viéndola directo a los ojos después de haber memorizado cada trazo de su bello y sensual cuerpo en su mente, mientras que espera su llegada.
Cuando la tiene delante la mira, a los ojos observando como sus labios se movían suavemente ante cada palabra que ella decía el más fino y suave sonido ella dio, y el se sonrió era hermosa, era perfecta...y debía ser suya. Escucho como le agradeció el trago y le respondió asintiendo suavemente con educación.
-Por favor....sería un honor para mi brindar con usted
Alzo su copa de vino, pues había pedido el más caro (y sin saberlo único) vino de la casa, entonces tomo su mano suavemente con cierto descaro la halo levemente hacia el sentando la en una de sus piernas. El cuerpo del vampiro era frío, como el de sus congéneres, pero el tenía algo particular apesar de su frío era acogedor, como el frío de una mañana de otoño que antecede al suave invierno en el norte de Gales.
-Salud...
Susurro suavemente, cruzando su mano que sostiene su copa con el brazo de ella enredando los suavemente mientras no pierde el contacto con sus ojos en el más mínimo momento y choca su copa suavemente con ella, con la música de fondo perdiéndose en el vacío de sus mentes.
La vio despedirse de sus ayudantes con un regalo simplemente magnífico: un beso me la mejilla, el se sonrió imaginando se lo que sería un beso de semejante mujer, más no con un simple beso de mejilla, o claro que no el deseaba probar esos labios con lujuria y pasión mezcladas en una danza que aunque era más que prohibida era excitante hasta los límites de la palabra casi rozando el punto de la locura pasional.
La vio, estudiándola paso a paso ¿Como hacia para contener tanta sensualidad en ese corset? No lo sabía, pero sabía que le encantaba hacia tiempo no sentía semejante atracción por una mujer. Y dio claro con la repuesta que buscaba desde que la vio: ella era una cazadora.
Simplemente de verla descartar pretendientes a ser sus clientes se podía notar, ella era como el, una imagen de seductor nato, un virus pasional que invadía a quien le viera. El no podía permitir el enfrentamiento cazador vs cazador eso sólo traería problemas. Por eso cambio de plan, primero intento un ataque directo con el trago pero cambio rápido a ignorarla.
Una cazadora nata como ella se sentiría ofendida, eso la enojaría pero la motivaría a acercarse a el y averiguar más. Es decir como si el hecho de ser dos especies enemistadas desde sus inicios no bastara debía motivaron a querer cazarlo, volverse la presa de esa mujer: era más fácil ser una presa que atrapara a su cazadora que un cazador que atrapara a un cazador.
Ella se acerco lentamente a el, su cuerpo perfecto deslizandose lentamente por el suelo como un sueño simplemente perfecto en el que nadie quisiera despertar. Más simplemente le sonrió viéndola directo a los ojos después de haber memorizado cada trazo de su bello y sensual cuerpo en su mente, mientras que espera su llegada.
Cuando la tiene delante la mira, a los ojos observando como sus labios se movían suavemente ante cada palabra que ella decía el más fino y suave sonido ella dio, y el se sonrió era hermosa, era perfecta...y debía ser suya. Escucho como le agradeció el trago y le respondió asintiendo suavemente con educación.
-Por favor....sería un honor para mi brindar con usted
Alzo su copa de vino, pues había pedido el más caro (y sin saberlo único) vino de la casa, entonces tomo su mano suavemente con cierto descaro la halo levemente hacia el sentando la en una de sus piernas. El cuerpo del vampiro era frío, como el de sus congéneres, pero el tenía algo particular apesar de su frío era acogedor, como el frío de una mañana de otoño que antecede al suave invierno en el norte de Gales.
-Salud...
Susurro suavemente, cruzando su mano que sostiene su copa con el brazo de ella enredando los suavemente mientras no pierde el contacto con sus ojos en el más mínimo momento y choca su copa suavemente con ella, con la música de fondo perdiéndose en el vacío de sus mentes.
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Nala analizó cada movimiento del muchacho, cada mirada, cada innecesaria respiración y cada parpadeo, notando ciertas características del muchacho. Notó que era un claro estratega, uno de los buenos, al igual que notó su experiencia con las mujeres. Sin duda aquel vampiro era un casanova y las humanas corrían detrás de él como perritos falderos, a diferencia de ella por quien debería trabajar. Su lenguaje corporal era ínfimo, aunque abundante al mismo tiempo. La mirada del muchacho no la dejó ni un segundo y aquello no se le pasó, el la deseaba más de lo que demostraba y eso la enorgullecía. Su mirada, aunque descarada, era engatusante para cualquier ser y, de no ser por su tonalidad rojiza, sería también irresistible para ella.
Algo en ella le gustó, la loba notó aquello por el brillo insistente en sus ojos y por como se lamió el colmillo. Lo tenía, era de ella y era un juguete garantizado para esa noche, ¿eso la haría perder su interes? Solo quedaba averiguarlo, aunque dudaba de ello. Su sonrisa era sumamente atractiva, sensual y le provocaban un deseo inconsciente que la incitaban a tomarlo por el cuello de la camisa y atraerlo a ella, degustando aquellos suaves labios que se le eran ofrecidos en bandeja de oro.
Regresó la vista a sus ojos y notó como aquellos le habían recorrido el cuerpo entero con deseo, como muchos otros ojos en el lugar, solo que estos ojos demostraban también una decisión que otros no contenían, como si la desafiaran. Sonrió internamente, ella amaba con su ser los desafíos y si el muchacho pensaba que este sería simple..estaba sumamente errado. El era suyo esta noche, su juguete, su entretenimiento, su desafío esta noche.
Alzó una ceja al sentir como la sentaba en una de sus piernas con total tranquilidad y una sonrisa escapó de sus labios, junto a una sensual mirada de provocación. Se había pasado y el lo sabía, ¿La estaba probando? Si, lo hacia. A diferencia de lo que el seguramente esperaría, deslizó con delicadeza la yema de los dedos desde su propia mandíbula por sobre su pecho y abdomen con naturalidad para luego acabar reposando la mano en su muslo "por estabilidad", siguiendo el juego de seducción comenzado.
Vio a la seguridad del antro destinada a ella acercarse y con una simple seña los hizo retirarse, asegurando con ella que todo estaba bien. Sonrió al muchacho, estremeciéndose apenas con el frio contraste aunque gustosa con el. Siempre había sido fan de las épocas frías. Enredó su brazo con el del muchacho sin perder su mirada
-Salud-Se llevó la copa a los labios, bebiendo un trago de aquel fino vino y haciendo que tal cosa se viera sensual cuando solo roza la copa con suma delicadeza. Un doble sentido, claramente.
-Tal parece que tiene confianza en lo que hace-Afirma mas que preguntar-Cuenteme, ¿le ha gustado el Show?-No se presenta, al menos que el lo pregunte, puesto que el antifaz ha sido por una razón. Sus labios se mueven con sensualidad extrema y los ojos no dejan los de él, casi, casi perdiendose en ellos.
Algo en ella le gustó, la loba notó aquello por el brillo insistente en sus ojos y por como se lamió el colmillo. Lo tenía, era de ella y era un juguete garantizado para esa noche, ¿eso la haría perder su interes? Solo quedaba averiguarlo, aunque dudaba de ello. Su sonrisa era sumamente atractiva, sensual y le provocaban un deseo inconsciente que la incitaban a tomarlo por el cuello de la camisa y atraerlo a ella, degustando aquellos suaves labios que se le eran ofrecidos en bandeja de oro.
Regresó la vista a sus ojos y notó como aquellos le habían recorrido el cuerpo entero con deseo, como muchos otros ojos en el lugar, solo que estos ojos demostraban también una decisión que otros no contenían, como si la desafiaran. Sonrió internamente, ella amaba con su ser los desafíos y si el muchacho pensaba que este sería simple..estaba sumamente errado. El era suyo esta noche, su juguete, su entretenimiento, su desafío esta noche.
Alzó una ceja al sentir como la sentaba en una de sus piernas con total tranquilidad y una sonrisa escapó de sus labios, junto a una sensual mirada de provocación. Se había pasado y el lo sabía, ¿La estaba probando? Si, lo hacia. A diferencia de lo que el seguramente esperaría, deslizó con delicadeza la yema de los dedos desde su propia mandíbula por sobre su pecho y abdomen con naturalidad para luego acabar reposando la mano en su muslo "por estabilidad", siguiendo el juego de seducción comenzado.
Vio a la seguridad del antro destinada a ella acercarse y con una simple seña los hizo retirarse, asegurando con ella que todo estaba bien. Sonrió al muchacho, estremeciéndose apenas con el frio contraste aunque gustosa con el. Siempre había sido fan de las épocas frías. Enredó su brazo con el del muchacho sin perder su mirada
-Salud-Se llevó la copa a los labios, bebiendo un trago de aquel fino vino y haciendo que tal cosa se viera sensual cuando solo roza la copa con suma delicadeza. Un doble sentido, claramente.
-Tal parece que tiene confianza en lo que hace-Afirma mas que preguntar-Cuenteme, ¿le ha gustado el Show?-No se presenta, al menos que el lo pregunte, puesto que el antifaz ha sido por una razón. Sus labios se mueven con sensualidad extrema y los ojos no dejan los de él, casi, casi perdiendose en ellos.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Simplemente perfecto. Así era como describía su plan, perfecto, era sencillo de ver ahora tenía a la joven sentada en sus piernas, sonriéndole. Pero no era por esto que sonreía, no, bueno, si, pero a la vez no era eso: había ganado.
Ella creía que la retaba, y era cierto, pero obviamente lo hacia por sus propios motivos, estudio su mirada y vio como descubría su plan más el sólo sonrió mentalmente, ella creía que lo tenía y eso es lo que el quería que ella pensará. Que ella tenía el control cuando el era el titiritero maligno tras el gran espectáculo que se volvería la pasional noche que ya tenía bien planeada para ambos, pero todo a su tiempo.
Ella hablo nuevamente, sonrió deleitando se con cada palabra que esa diosa de la noche le dedicaba. Su afirmación de la confianza lo hizo casi reír mentalmente, si, en definitiva la tenía encerrada en su siniestro y excitante juego de seducción.
Su pregunta lo hizo sonreírse sin dejar de ver a sus ojos ¿Gustado? Le había encantado, al punto de trazar todo un plan que minuto a minuto estaba planeado para llevarla a sus aposentos y hacerla implorar por su creador. Más no podía ser tan descarado, no de nuevo. Sonrió, había sonreído mucho esa noche y no parecía en lo más mínimo querer dejar de sonreír.
-Me a encantado....tu belleza es sin duda incomparable....
Susurro suavemente, un suave y sensual susurro mientras una de sus manos toma uno de sus muslos suavemente acariciandole con sus finos y fríos dedos, los cuales daban ligeras caricias a ella mientras la miraba a los ojos. Sus ojos eran tan sensuales como diferentes a lo que el veía comúnmente, tenía costumbre por las mujeres vampiro o por mujeres mortales, pero jamás por una mujer lobo era el máximo nivel de locura en una de sus conquistas desde que sedujo a esas damas Vulturi y esto lo emocionaba cada vez más.
Era hora de provocarla suavemente, extender su carnada pero que parecíera un poco de desesperación masculina por una mujer. Como todo buen cazador debía arrojar carnada que pareciera más bien una presa sólo así un cazador atrapaba a otro cazador fingiendo ser la presa y el lo estaba haciendo de maravilla.
-Daría casi cualquier cosa por verte danzar tan gracialmente de nuevo....
Susurro, esta vez a su oído, un suave, frío y sensual susurro a su oído generándole un ligero escalofrío al lóbulo. Su mano delineo el área de su muslo que tenía el ligero y el sonrió dejando un suave y un tanto descarado beso al lóbulo. La cacería estaba oficialmente declarada, y era hora desempeñarse y ver quien sería, al final de la noche la presa.....
Ella creía que la retaba, y era cierto, pero obviamente lo hacia por sus propios motivos, estudio su mirada y vio como descubría su plan más el sólo sonrió mentalmente, ella creía que lo tenía y eso es lo que el quería que ella pensará. Que ella tenía el control cuando el era el titiritero maligno tras el gran espectáculo que se volvería la pasional noche que ya tenía bien planeada para ambos, pero todo a su tiempo.
Ella hablo nuevamente, sonrió deleitando se con cada palabra que esa diosa de la noche le dedicaba. Su afirmación de la confianza lo hizo casi reír mentalmente, si, en definitiva la tenía encerrada en su siniestro y excitante juego de seducción.
Su pregunta lo hizo sonreírse sin dejar de ver a sus ojos ¿Gustado? Le había encantado, al punto de trazar todo un plan que minuto a minuto estaba planeado para llevarla a sus aposentos y hacerla implorar por su creador. Más no podía ser tan descarado, no de nuevo. Sonrió, había sonreído mucho esa noche y no parecía en lo más mínimo querer dejar de sonreír.
-Me a encantado....tu belleza es sin duda incomparable....
Susurro suavemente, un suave y sensual susurro mientras una de sus manos toma uno de sus muslos suavemente acariciandole con sus finos y fríos dedos, los cuales daban ligeras caricias a ella mientras la miraba a los ojos. Sus ojos eran tan sensuales como diferentes a lo que el veía comúnmente, tenía costumbre por las mujeres vampiro o por mujeres mortales, pero jamás por una mujer lobo era el máximo nivel de locura en una de sus conquistas desde que sedujo a esas damas Vulturi y esto lo emocionaba cada vez más.
Era hora de provocarla suavemente, extender su carnada pero que parecíera un poco de desesperación masculina por una mujer. Como todo buen cazador debía arrojar carnada que pareciera más bien una presa sólo así un cazador atrapaba a otro cazador fingiendo ser la presa y el lo estaba haciendo de maravilla.
-Daría casi cualquier cosa por verte danzar tan gracialmente de nuevo....
Susurro, esta vez a su oído, un suave, frío y sensual susurro a su oído generándole un ligero escalofrío al lóbulo. Su mano delineo el área de su muslo que tenía el ligero y el sonrió dejando un suave y un tanto descarado beso al lóbulo. La cacería estaba oficialmente declarada, y era hora desempeñarse y ver quien sería, al final de la noche la presa.....
Robert Noback- Mensajes : 411
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Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Las luces estaban en un constante titileo, intercalando la luz verde, negra,roja y blanca, creando un ambiente lo suficientemente ameno como para interactuar con los demás y la oscuridad te daba la habilidad para "hacer travesuras" sin notificar a quien es ajeno a esta relación. La mayoría de las bailarinas en aquél club, solían llevarse al cliente que más le gustase a los privados para una interacción más profunda e interesante, cobrandoles luego por los servicios como cualquier cabaret. La diferencia, y la razón por la cual Nala era la bailarina de mayor rango y sueldo, entre ellas y Nala es que ella no daba sus "servicios". Si ella iba a SU privado personal contigo, debías sentirte un rey puesto que ella te había elegido a ti. Pocos hombres habían logrado entrar al privado en los cuatro años que llevaba trabajando allí y a ninguno les había cobrado. Se había acostado con ellos por gusto propio, placer propio y no ajeno.Ella era...lo VIP del lugar, ella era inalcanzable, decían algunos.
Los halagos no lo harían llegar a ninguna parte ya ella sabía que,mientras usara el antifaz, era la más hermosa y sensual de todo el lugar. La pregunta había sido, simplemente, para testearlo y aprender un poco más sobre su lenguaje corporal. Todo en el gritaba "cazador",su naturaleza y su actitud para con ella, lo que la hacía querer entrar en el juego. Sus lentos pero estratégicos movimientos lo habían delatado.Nunca antes había sido participe de algo así, donde se enfrentaba a otro cazador nato, y le encantaba.
Oírlo expresar sus deseos de verla bailar nuevamente con ese suave y sensual tono, debía admitir, le habían hecho efecto. De por sí el hombre le atraía más de lo usual y aquél tonito...ahg, si descubría su punto débil estaría perdida y en sus colmillos.
Sintió su mano en en el muslo y casi, casi, tuvo ganas de reír; y lo hubiera hecho, de no ser por el suave escalofrío que le generaron las caricias gélidas que el le dedicaba.Sin dejar de ofrecerle una sonrisa ladina y sexy, chasqueó la lengua mientras le observaba divertida por el juego. Llevó con delicadeza y lentitud la mano hacía la del vampiro y la tomó, reposando en su propio muslo y frenando las caricias. ¿Creía que era fácil? Cuan equivocado estaba.
-Aquí me encuentras de martes a domingos, todas las noches y los viernes también por la tarde...Nos encantará recibir..-Un jadeo contenido, generado por aquel beso en el lóbulo, interrumpió su respiración y sus palabras-...te...-Terminó en algo así como un suspiro, casi planeado. Sonrió, re formulando sus movimientos a partir de aquella jugada, y, la mano que reposaba en el muslo del muchacho, subió un poco más en aquel viaje con destino "su entrepierna" de forma provocativa y acercándose cada vez más a destino.
Se inclinó hacia él, aumentando la misteriosa vista de sus pechos, mientras se acariciaba los labios con el borde superior de la copa y tocándolo apenas con la punta de la lengua, sin dejar de verlo a los ojos.
-Un interesante encuentro el nuestro, ¿no?-Sonrió luego de dejar que el vino se deslice lentamente por sus labios, apenas bebiendo un corto trago y reposando la copa en una mesita. La mano libre, fue llevada a su clavícula mientras hablaba.
-¿Qué te trajo por estos lares? y más importante...-se mordió el labio sensualmente, sin dejar de seguir los sutiles movimientos que se había pautado.-¿Qué te ha llevado a aventurarte a preguntar por mi companía?-
Los halagos no lo harían llegar a ninguna parte ya ella sabía que,mientras usara el antifaz, era la más hermosa y sensual de todo el lugar. La pregunta había sido, simplemente, para testearlo y aprender un poco más sobre su lenguaje corporal. Todo en el gritaba "cazador",su naturaleza y su actitud para con ella, lo que la hacía querer entrar en el juego. Sus lentos pero estratégicos movimientos lo habían delatado.Nunca antes había sido participe de algo así, donde se enfrentaba a otro cazador nato, y le encantaba.
Oírlo expresar sus deseos de verla bailar nuevamente con ese suave y sensual tono, debía admitir, le habían hecho efecto. De por sí el hombre le atraía más de lo usual y aquél tonito...ahg, si descubría su punto débil estaría perdida y en sus colmillos.
Sintió su mano en en el muslo y casi, casi, tuvo ganas de reír; y lo hubiera hecho, de no ser por el suave escalofrío que le generaron las caricias gélidas que el le dedicaba.Sin dejar de ofrecerle una sonrisa ladina y sexy, chasqueó la lengua mientras le observaba divertida por el juego. Llevó con delicadeza y lentitud la mano hacía la del vampiro y la tomó, reposando en su propio muslo y frenando las caricias. ¿Creía que era fácil? Cuan equivocado estaba.
-Aquí me encuentras de martes a domingos, todas las noches y los viernes también por la tarde...Nos encantará recibir..-Un jadeo contenido, generado por aquel beso en el lóbulo, interrumpió su respiración y sus palabras-...te...-Terminó en algo así como un suspiro, casi planeado. Sonrió, re formulando sus movimientos a partir de aquella jugada, y, la mano que reposaba en el muslo del muchacho, subió un poco más en aquel viaje con destino "su entrepierna" de forma provocativa y acercándose cada vez más a destino.
Se inclinó hacia él, aumentando la misteriosa vista de sus pechos, mientras se acariciaba los labios con el borde superior de la copa y tocándolo apenas con la punta de la lengua, sin dejar de verlo a los ojos.
-Un interesante encuentro el nuestro, ¿no?-Sonrió luego de dejar que el vino se deslice lentamente por sus labios, apenas bebiendo un corto trago y reposando la copa en una mesita. La mano libre, fue llevada a su clavícula mientras hablaba.
-¿Qué te trajo por estos lares? y más importante...-se mordió el labio sensualmente, sin dejar de seguir los sutiles movimientos que se había pautado.-¿Qué te ha llevado a aventurarte a preguntar por mi companía?-
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
El sabía que ella sabía que el intentaba conquistarla dejandose conquistar, el juego era cada vez más intenso, cada vez más profundo y personal. El sonrió adoro su tono, ella era excelente, casi...a su nivel. La suave caricia al muslo de la mujer fue frenada, eso lo vio venir desde el principio debía verse descarado, como un cazador bueno pero descarado que ella podría vencer sin ningún esfuerzo, quería que ella lo conquistara. Era divertido ser conquistado no sólo conquistar.
Escucho como ella le decía sus horarios ¿acaso lo invitaba a volver?. Sonrió. Ella lo quería devuelta, quería a su enemigo natural una vez más en su silla, seguro ella deseaba repetir esa noche tanto como el empezaba a desearlo. Aunque en el fondo el sabía que quizás no se repetiría, así que...debía aprovecharlo. Observo la génerosa vista de sus sensuales pechos que ella le ofrecía y agradeció a la deidad que fuese real por este momento, por esos escasos pero perfectos segundos.
Escucho sus preguntas, ¿porque se había aventurado? Era difícil no notarlo ella era perfecta, una loba sensual y al acecho más había otra cosa por la cual arriesgar su cuello de esta manera, una razón más simple y entendible así como complicada.
No sabía si decírcelo o no, es decir con eso podría tanto completar su deseo como ser juzgado por mentiroso pero pensó en orden y acomodo sus ideas: primero lo primero, segundo lo segundo.
-Soy de Gales....
Era cierto, su hogar era la ciudad de Tottenham no muy lejos y su futuro viaje a Volterra lo había llevado a Inglaterra a preparar las cosas que tenía en apartamento allí. Más el paso por la ciudad lo incito a una última noche de diversión, porque quizás sería la última.
-Vine de paso, estoy por tomar un avión...y tuve un presentimiento...
Esa era su respuesta a la primera pregunta que le había hecho, y siendo sincera pues era la verdad. No necesitaba mentir en esta situación sólo decir la simple verdad. Más pensó un poco antes de responder a su segunda pregunta ¿Sería lo correcto? ¿o sería una estupidez? Bueno el era listo y pensó en lo más lógico.
-El motivo porque me arriesgue por tu compañía....no es sólo porque vales más que el oro del mundo....
Sonrió suavemente, se acercó a su oído listo para liberar su verdad. Depósito un suave beso en su lóbulo una vez más mientras borraba su sonrisa lentamente, su rostro se oscureció un poco y dijo....
-Es porque.....voy a morir....
Escucho como ella le decía sus horarios ¿acaso lo invitaba a volver?. Sonrió. Ella lo quería devuelta, quería a su enemigo natural una vez más en su silla, seguro ella deseaba repetir esa noche tanto como el empezaba a desearlo. Aunque en el fondo el sabía que quizás no se repetiría, así que...debía aprovecharlo. Observo la génerosa vista de sus sensuales pechos que ella le ofrecía y agradeció a la deidad que fuese real por este momento, por esos escasos pero perfectos segundos.
Escucho sus preguntas, ¿porque se había aventurado? Era difícil no notarlo ella era perfecta, una loba sensual y al acecho más había otra cosa por la cual arriesgar su cuello de esta manera, una razón más simple y entendible así como complicada.
No sabía si decírcelo o no, es decir con eso podría tanto completar su deseo como ser juzgado por mentiroso pero pensó en orden y acomodo sus ideas: primero lo primero, segundo lo segundo.
-Soy de Gales....
Era cierto, su hogar era la ciudad de Tottenham no muy lejos y su futuro viaje a Volterra lo había llevado a Inglaterra a preparar las cosas que tenía en apartamento allí. Más el paso por la ciudad lo incito a una última noche de diversión, porque quizás sería la última.
-Vine de paso, estoy por tomar un avión...y tuve un presentimiento...
Esa era su respuesta a la primera pregunta que le había hecho, y siendo sincera pues era la verdad. No necesitaba mentir en esta situación sólo decir la simple verdad. Más pensó un poco antes de responder a su segunda pregunta ¿Sería lo correcto? ¿o sería una estupidez? Bueno el era listo y pensó en lo más lógico.
-El motivo porque me arriesgue por tu compañía....no es sólo porque vales más que el oro del mundo....
Sonrió suavemente, se acercó a su oído listo para liberar su verdad. Depósito un suave beso en su lóbulo una vez más mientras borraba su sonrisa lentamente, su rostro se oscureció un poco y dijo....
-Es porque.....voy a morir....
Robert Noback- Mensajes : 411
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Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Notó su sonrisa al segundo posterior a la pronunciación de sus horarios, los cuales había dicho básicamente para engatusarlo y hacerlo creer que ella estaba en medio de su red, posicionada para su ataque aunque la realidad estaba alejada de aquello o eso quería creer. La realidad era que el le atraía e interesaba tanto como ella a él y eso no le gustaba, se sentía vulnerable y poco experimentada.
El muchacho era un buen jugador, tenía trazado un plan y ante el más mínimo cambio podía re-formularlo sin mucho trabajo, carisma, experiencia y lo más importante. El muchacho estaba convencido de que Nala sería su presa esta noche. Aquello, era muy posible por dos motivos. Numero uno, el tenía más años y seguramente experiencia que la chica,y numero dos, Nala quería ser la presa de esta noche.
La muchacha no estaba acostumbrada a serlo y sería gratificante lograr su meta sin que el muchacho lo sospechara mientras ella actuaba como siempre, una cazadora nocturna. Realmente se habían equivocado al convertirla un lobo, ella era toda una felina desde los cinco años de edad. Sus movimientos, sus actitudes, la forma de engatusar a las personas con el sonido de su voz o una simple mirada, la forma en que se mordía el labio, un síntoma que era conocido por pocos como el de un cazador nato. Si, ella era una pantera en su interior.
"Tuve un presentimiento". Ah, cuantas veces había oído tal idiotez cuando resultaba que el hombre venía espiándola hacía días. Igualmente, en esta ocasión, sonó sincero y de alguna forma desesperado. Ella simplemente asintió con una sonrisita enigmática, aun oyendo sus palabras, y casi suelta un bufido al oír su piropo tan quemado.Vamos galán, tienes más que eso,pensó en su fuero interno. Notó como la cara le cambiaba y se ponía serio como no lo había visto en toda la noche luego de hacerla estremecer nuevamente con su, ya acostumbrado, beso en el lobulo.
La pequeña sonrisa ladina no se borro del rostro de la fémina al oír sus palabras, aunque sus ojos demostraron como sopesaba la idea de darle la mejor noche de su vida mientras fingia creer sus palabras o simplemente llevarlo al borde sin siquiera ir al privado y...dejarlo con las ganas. Si, lo estaba sopesando realmente,¿Cual le daría más diversión?
-Así que sería como....¿la ultima cena?- Mencionó aquel placer que se era concedido en la antigüedad a aquel que iba a ser ahorcado, preparando el mejor platillo del reino entero y permitiendole aquel privilegiado placer. Y, por supuesto, Nala se consideraba el mejor platillo del estado. ¿Ego? No, realidad. Luego de alguna que otra vampiresa, la loba era la más deseada en Reino unido según decían las malas lenguas.
Sonrió y se acercó nuevamente a él, rozando los labios con su oído tentadoramente-Olvidas un detalle...-susurró-Tu ya estás muerto..-Dijo con un macabro humor, puesto que el chico era un vampiro y técnicamente estaba muerto. Luego de pronunciar aquellas palabras, los endiabladamente rojos labios de la mujer, atraparon el lóbulo de su oreja y lo succionaron placenteramente mientras el filo de la lengua lo rozaban una vez.
Oficialmente, para ella, el juego había comenzado.
El muchacho era un buen jugador, tenía trazado un plan y ante el más mínimo cambio podía re-formularlo sin mucho trabajo, carisma, experiencia y lo más importante. El muchacho estaba convencido de que Nala sería su presa esta noche. Aquello, era muy posible por dos motivos. Numero uno, el tenía más años y seguramente experiencia que la chica,y numero dos, Nala quería ser la presa de esta noche.
La muchacha no estaba acostumbrada a serlo y sería gratificante lograr su meta sin que el muchacho lo sospechara mientras ella actuaba como siempre, una cazadora nocturna. Realmente se habían equivocado al convertirla un lobo, ella era toda una felina desde los cinco años de edad. Sus movimientos, sus actitudes, la forma de engatusar a las personas con el sonido de su voz o una simple mirada, la forma en que se mordía el labio, un síntoma que era conocido por pocos como el de un cazador nato. Si, ella era una pantera en su interior.
"Tuve un presentimiento". Ah, cuantas veces había oído tal idiotez cuando resultaba que el hombre venía espiándola hacía días. Igualmente, en esta ocasión, sonó sincero y de alguna forma desesperado. Ella simplemente asintió con una sonrisita enigmática, aun oyendo sus palabras, y casi suelta un bufido al oír su piropo tan quemado.Vamos galán, tienes más que eso,pensó en su fuero interno. Notó como la cara le cambiaba y se ponía serio como no lo había visto en toda la noche luego de hacerla estremecer nuevamente con su, ya acostumbrado, beso en el lobulo.
La pequeña sonrisa ladina no se borro del rostro de la fémina al oír sus palabras, aunque sus ojos demostraron como sopesaba la idea de darle la mejor noche de su vida mientras fingia creer sus palabras o simplemente llevarlo al borde sin siquiera ir al privado y...dejarlo con las ganas. Si, lo estaba sopesando realmente,¿Cual le daría más diversión?
-Así que sería como....¿la ultima cena?- Mencionó aquel placer que se era concedido en la antigüedad a aquel que iba a ser ahorcado, preparando el mejor platillo del reino entero y permitiendole aquel privilegiado placer. Y, por supuesto, Nala se consideraba el mejor platillo del estado. ¿Ego? No, realidad. Luego de alguna que otra vampiresa, la loba era la más deseada en Reino unido según decían las malas lenguas.
Sonrió y se acercó nuevamente a él, rozando los labios con su oído tentadoramente-Olvidas un detalle...-susurró-Tu ya estás muerto..-Dijo con un macabro humor, puesto que el chico era un vampiro y técnicamente estaba muerto. Luego de pronunciar aquellas palabras, los endiabladamente rojos labios de la mujer, atraparon el lóbulo de su oreja y lo succionaron placenteramente mientras el filo de la lengua lo rozaban una vez.
Oficialmente, para ella, el juego había comenzado.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Su sonrisa volvió, pero no era su sonrisa falsa de siempre, no era una sonrisa sensual, furtiva como la de un animal agazapado y listo para saltar sobre una presa que inocentemente cayo en su trampa el Alejo sus manos del cuerpo de la mujer recargando sus codos en la parte posterior de la silla mientras se acercaba a ella dejando su oído a merced de sus labios, ella había hecho lo mismo que el pero intentó hacerlo más hozado y el sintió gusto por ello.
-si te soy sincero....miento sobre casi todo....
Su voz era suave, tranquila fría y muerta pero con un tono tanto sensual como hipnótico el cual taladró en lo más profundo del ser de la loba que tenía sobre sus piernas, era hora de mover las piezas y el rey negro jamás había perdido una partida.
Jake.
-No fue un presentimiento lo que me trajo aquí....fue tu olor, eres una mezcla perfecta entre el aroma de la muerte y de la pasión pues engañas a mis sentidos con la peste de un ser que vive para asesinar a los míos pero a la vez emanas la dulce escéncia de la pasión desbocada que se que deseas tanto como yo
Su voz de volvía cada vez más profunda, más penetrante y más secretíva pero lejos de perder el encanto del inicio cada vez era mayor su pasión se volvía mayor a cada palabra, cada sílaba era como leña que alimentaba la pasión entre ambos seres al punto que casi era un fuego tangible que amenazaba con hacerlos a ambos arder.
Jake
-Y también mentí con ese ridículo piropo si quieres saber la verdad, si te considero más valiosa que eso no porque tu belleza sea la más grande si no porque la defiendes con orgullo, con pasión y deseo. Esas características de tu me han excitado desde que te vi bailar hace unos minutos y no dudo que sientas eso mismo al ver que no e caído en tu jueguito como tu no haz caído en el mío...soy muy listo para eso y tu muy lista para el mío
Su voz de agolpaba en su oído como un frío murmullo, un frío y pasional murmullo que daba una gélida sensación a su sensual cuerpo mientras con cada palabra sus dejaban el respaldo de la silla rodeándola lentamente no de manera agresiva si no como un amante a su pareja apretándola un poco más contra su cuerpo dándose el placer de sentir su corazón latir al ritmo de ese pasional juego....¿Juego? No esto ya no era un juego, eso implicaba que uno debía perder y el otro ganar y ninguno deseaba eso ya, era obvio se sentía en el aire. La cacería debía terminar y la pasión debía ser desbocada sin tapujos, sin juegos, sólo un pasional acto que liberara todo lo que ambos seres contenían desde tiempo atrás.
Jake
-Y si...soy ser medio muerto, un muerto en vida es obvio que lo sabes....pero mi existencia esta próxima a una encrucijada donde es casi un hecho que dejare de existir y si lo haré...no te llevare como trofeo, no te llevare como un simple recuerdo de una noche más de diversión. Te voy a llevar como la noche perfecta con la hembra perfecta, no por ser la belleza en su estado natural sin necesidad ser vampiro sin necesidad de nada, si no que cubres tu belleza sólo para darle una mayor emoción a este juego llamado pasión
Cada palabra era un milímetro más cerca de sus labios su frío aliento recorrió de su lóbulo a su pómulo de su pómulo a su mejilla no eran besos salvajes, mucho menos lujuriosos eran besos cargados de deseo. Un deseo casi animal por ella.
Jake
-Y créeme...Se que deseas lo mismo....la reina merece un rey....el rey merece una reina...dejemos el orgullo de lado y finjamos mañana que nunca a pasado....pero esta noche se mi reina y déjame ser tu rey....
Jake Mate.
-si te soy sincero....miento sobre casi todo....
Su voz era suave, tranquila fría y muerta pero con un tono tanto sensual como hipnótico el cual taladró en lo más profundo del ser de la loba que tenía sobre sus piernas, era hora de mover las piezas y el rey negro jamás había perdido una partida.
Jake.
-No fue un presentimiento lo que me trajo aquí....fue tu olor, eres una mezcla perfecta entre el aroma de la muerte y de la pasión pues engañas a mis sentidos con la peste de un ser que vive para asesinar a los míos pero a la vez emanas la dulce escéncia de la pasión desbocada que se que deseas tanto como yo
Su voz de volvía cada vez más profunda, más penetrante y más secretíva pero lejos de perder el encanto del inicio cada vez era mayor su pasión se volvía mayor a cada palabra, cada sílaba era como leña que alimentaba la pasión entre ambos seres al punto que casi era un fuego tangible que amenazaba con hacerlos a ambos arder.
Jake
-Y también mentí con ese ridículo piropo si quieres saber la verdad, si te considero más valiosa que eso no porque tu belleza sea la más grande si no porque la defiendes con orgullo, con pasión y deseo. Esas características de tu me han excitado desde que te vi bailar hace unos minutos y no dudo que sientas eso mismo al ver que no e caído en tu jueguito como tu no haz caído en el mío...soy muy listo para eso y tu muy lista para el mío
Su voz de agolpaba en su oído como un frío murmullo, un frío y pasional murmullo que daba una gélida sensación a su sensual cuerpo mientras con cada palabra sus dejaban el respaldo de la silla rodeándola lentamente no de manera agresiva si no como un amante a su pareja apretándola un poco más contra su cuerpo dándose el placer de sentir su corazón latir al ritmo de ese pasional juego....¿Juego? No esto ya no era un juego, eso implicaba que uno debía perder y el otro ganar y ninguno deseaba eso ya, era obvio se sentía en el aire. La cacería debía terminar y la pasión debía ser desbocada sin tapujos, sin juegos, sólo un pasional acto que liberara todo lo que ambos seres contenían desde tiempo atrás.
Jake
-Y si...soy ser medio muerto, un muerto en vida es obvio que lo sabes....pero mi existencia esta próxima a una encrucijada donde es casi un hecho que dejare de existir y si lo haré...no te llevare como trofeo, no te llevare como un simple recuerdo de una noche más de diversión. Te voy a llevar como la noche perfecta con la hembra perfecta, no por ser la belleza en su estado natural sin necesidad ser vampiro sin necesidad de nada, si no que cubres tu belleza sólo para darle una mayor emoción a este juego llamado pasión
Cada palabra era un milímetro más cerca de sus labios su frío aliento recorrió de su lóbulo a su pómulo de su pómulo a su mejilla no eran besos salvajes, mucho menos lujuriosos eran besos cargados de deseo. Un deseo casi animal por ella.
Jake
-Y créeme...Se que deseas lo mismo....la reina merece un rey....el rey merece una reina...dejemos el orgullo de lado y finjamos mañana que nunca a pasado....pero esta noche se mi reina y déjame ser tu rey....
Jake Mate.
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Su voz, su voz hipnotica, sensual y seductora era un real deleite para sus refinados oídos. Sus palabras, sus promesas tacitas y sus intenciones declaradas tan sólidamente, la hacían perderse entre ellas mientras su corazón repiqueteaba como el de un niño al ver el dulce más grande y sabroso jamas probado. El peligro, el peligro era cautivante, más no podía darle todo el merito del placer bajo el cual estaba siendo sometida la loba. No, las palabras del vampiro le ofrecían un pacer incalculable a su ser, una sensación gratificante de plenitud, y su prohibidamente gélido tacto hacía despertar sensaciones que jamás había creído que su cuerpo guardase dentro.
Sus palabras alimentaban segundo a segundo aquella llama en su interior, que había comenzado simplemente como una chispa de interes hacia lo desconocido, hacia el peligro, hacia lo que esta mal. Aquello era lo que había movido su vida, hacer lo que estaba mal y la gratificante sensación de no dar explicaciones, dejándose llevar por el deseo, la pasión y sus instinto aventurero.
Una sonrisa apareció en sus labios mientras oía las palabras del vampiro. Sí, ambos habían planeado el mismo juego, con el mismo resultado y el mismo objeto de codicia. Estaba orgullosa de si misma, no podía haber elegido una presa mejor al ser que poseía el regazo sobre el que estaba sentada. El reconocimiento de aquello, de su habilidad mutua, la hizo sentirse mejor de alguna forma, no era la única suicida en esta historia. Esperen, ¿historia?
Sus brazos rodeándola, como dos amantes perdidos en su travesía prohibida, proporcionaban un calor diferente a su cuerpo, a su ser, un calor ajeno, extraño y envidiable. Un estremecimiento recorrió nuevamente su cuerpo, sintiendo el aire gélido rozar su piel, con la excitación llameando su piel.
Aquello había dejado de ser una cazaría, no interesaba quien era la presa, quien ganaba o perdía. No, aquí no había perdedor alguno. Ambos sabían lo que querían. Lujuria. Pasión. Deseo. Las llamas del infierno explorando sus cuerpos. Liberar aquellas sensaciones sin pensar en mas que unir sus cuerpos en una danza infinitamente gratificante.
Sus palabras, de ser una humana y una diferente a la que había sido seis lunas llenas atrás, la habían enamorado, la habían hecho derretirse sin duda alguna. Pero, al contrario, Nala deseaba lo contrario. Nala deseaba la pasión desbocada que sus palabras le incitaban, Nala deseaba su deseo. Nala ansiaba aquel juego sin ganador ni perdedor en que su alma se conectaría con la del muchacho sin sentimientos de cariño. Nala lo quería a el, al vampiro que la estaba haciendo perder los estribos de la decencia mental.
Su mente gritaba que se alejase, pero las palabras y sensaciones que le propinaba con cada caricia y cada beso, gritaban "Echatele al cuello sin piedad".
Su pecho subía y bajaba levemente más rápido de lo usual, con anticipación. Abrió sus ojos lentamente, observando al parlante, obviamente notando la cercanía de sus labios al pasar cada beso en dirección a la boca de la fémina.
Tomó una decisión. Sin decir palabra alguna, se levantó de sus piernas y tomó su mano, caminando por entre la gente sin prestarle siquiera una mirada a los estúpidos humanos que solo molestaban. Caminó a paso seguro y levemente rápido en dirección a los privados. Al llegar a la puerta, una puerta azul obscuro y místico que nadie que no fuera la muchacha y su compañía había cruzado, sacó una llave de su escote y abrió. Lo hizo pasar y pasó, cerrando tras ella, para luego mirarlo a los ojos con lujuria.
No habló, no tenía palabras que pronunciar. Todo era mejor dicho con actos. Se acercó a el, llevando una mano a su cuello, y lo besó. Sus labios atraparon los del muchacho en una danza sumamente pasional e interminable, acercándose a su cuerpo hasta rozarlo,sin tomar toda la iniciativa y dándole el pie a la negación aunque tenía el presentimiento de que eso no pasaría. El quería esto tanto como ella, el estaba ardiendo tanto como ella. Lo sabía y eso le apasionaba.
Sus palabras alimentaban segundo a segundo aquella llama en su interior, que había comenzado simplemente como una chispa de interes hacia lo desconocido, hacia el peligro, hacia lo que esta mal. Aquello era lo que había movido su vida, hacer lo que estaba mal y la gratificante sensación de no dar explicaciones, dejándose llevar por el deseo, la pasión y sus instinto aventurero.
Una sonrisa apareció en sus labios mientras oía las palabras del vampiro. Sí, ambos habían planeado el mismo juego, con el mismo resultado y el mismo objeto de codicia. Estaba orgullosa de si misma, no podía haber elegido una presa mejor al ser que poseía el regazo sobre el que estaba sentada. El reconocimiento de aquello, de su habilidad mutua, la hizo sentirse mejor de alguna forma, no era la única suicida en esta historia. Esperen, ¿historia?
Sus brazos rodeándola, como dos amantes perdidos en su travesía prohibida, proporcionaban un calor diferente a su cuerpo, a su ser, un calor ajeno, extraño y envidiable. Un estremecimiento recorrió nuevamente su cuerpo, sintiendo el aire gélido rozar su piel, con la excitación llameando su piel.
Aquello había dejado de ser una cazaría, no interesaba quien era la presa, quien ganaba o perdía. No, aquí no había perdedor alguno. Ambos sabían lo que querían. Lujuria. Pasión. Deseo. Las llamas del infierno explorando sus cuerpos. Liberar aquellas sensaciones sin pensar en mas que unir sus cuerpos en una danza infinitamente gratificante.
Sus palabras, de ser una humana y una diferente a la que había sido seis lunas llenas atrás, la habían enamorado, la habían hecho derretirse sin duda alguna. Pero, al contrario, Nala deseaba lo contrario. Nala deseaba la pasión desbocada que sus palabras le incitaban, Nala deseaba su deseo. Nala ansiaba aquel juego sin ganador ni perdedor en que su alma se conectaría con la del muchacho sin sentimientos de cariño. Nala lo quería a el, al vampiro que la estaba haciendo perder los estribos de la decencia mental.
Su mente gritaba que se alejase, pero las palabras y sensaciones que le propinaba con cada caricia y cada beso, gritaban "Echatele al cuello sin piedad".
Su pecho subía y bajaba levemente más rápido de lo usual, con anticipación. Abrió sus ojos lentamente, observando al parlante, obviamente notando la cercanía de sus labios al pasar cada beso en dirección a la boca de la fémina.
Tomó una decisión. Sin decir palabra alguna, se levantó de sus piernas y tomó su mano, caminando por entre la gente sin prestarle siquiera una mirada a los estúpidos humanos que solo molestaban. Caminó a paso seguro y levemente rápido en dirección a los privados. Al llegar a la puerta, una puerta azul obscuro y místico que nadie que no fuera la muchacha y su compañía había cruzado, sacó una llave de su escote y abrió. Lo hizo pasar y pasó, cerrando tras ella, para luego mirarlo a los ojos con lujuria.
No habló, no tenía palabras que pronunciar. Todo era mejor dicho con actos. Se acercó a el, llevando una mano a su cuello, y lo besó. Sus labios atraparon los del muchacho en una danza sumamente pasional e interminable, acercándose a su cuerpo hasta rozarlo,sin tomar toda la iniciativa y dándole el pie a la negación aunque tenía el presentimiento de que eso no pasaría. El quería esto tanto como ella, el estaba ardiendo tanto como ella. Lo sabía y eso le apasionaba.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Sintió como ella se levantaba, ni por un segundo dudo de lo que sucedería pero en el momento que tomo su mano sonrió para sus adentros ¿Lo había logrado? Ella continuo caminando entre todos los míseros mortales que había allí esa noche, incluso algunas de las jóvenes que trabajan allí le hablaban, le preguntaban pero ella seguía firme jalándolo de la mano.
Se sentía un campeón, es decir había conquistado muchas mujeres antes pero una Femme fatale como esa, una mujer tan poderosa, firme e inteligente y más aún una hija de la Luja sus cazadores naturales desde....¡prácticamente siempre!
Llegaron a una puerta, el no tuvo que pensar mucho para saber de que se trataba: su privado. Sonrió. Valla que esto era cada vez mejor, noto como saco una llave de ese sensual escote, y abría la puerta se adentraron en el lugar y cuando se dio la vuelta ella lo tomo del cuello y lo beso con la pasión que había estado conteniendo por las últimas horas.
El no fue lento ni perezoso la beso con la misma pasión contenido, con un deseo sin tapujos ni mentiras. Cada beso se volvía más pasional, lujurioso y cálido que el anterior y sus labios parecían no querer separarse en lo más mínimo, casi deseosos de fundirse los unos con los otros y no separarse para nada. Sintió como la parte trasera de sus piernas tocaban lo que parecía ser un sofá, se tiró hacia atrás separándose de sus besos y roídamente sacando sus manos de su cuello.
Se sentó en el sofá, viendo hacia arriba donde ella estaba, sus ojos se encontraron con los de ella, no necesitan decir una sola palabra sólo la toma de las manos y la jala con algo de fuerza sentando la en sus piernas, a un humano normal le hubiera dolido pero a ella seguro fue sólo un pequeño sacudón. La sentó en sus piernas, justo sobre el y la miro con deleite, con fácinacion estudio cada facción de su rostro memorizando lo para su inmortalidad.
La tomo de los costados acercándola a el y volviendo a unir sus labios, cerro sus ojos suavemente dejándose llevar por la pasión que hacia ese habitación arder cada vez más. Sus besos eran salvajes, sus colmillos ocultos rogaban por salir pero el sabía que no era conveniente no con esta mujer.
Miles de palabras pasaron por su mente, pero todas y cada una parecían sobrar en esta situación. Es decir ¿Porque arruinar ese perfecto momento con palabras? No había necesidad, esa era una hembra como pocas había y el estaba dispuesto a darle la mejor noche de su vida, sabía que podía y no sólo eso....lo iba a hacer.
Se sentía un campeón, es decir había conquistado muchas mujeres antes pero una Femme fatale como esa, una mujer tan poderosa, firme e inteligente y más aún una hija de la Luja sus cazadores naturales desde....¡prácticamente siempre!
Llegaron a una puerta, el no tuvo que pensar mucho para saber de que se trataba: su privado. Sonrió. Valla que esto era cada vez mejor, noto como saco una llave de ese sensual escote, y abría la puerta se adentraron en el lugar y cuando se dio la vuelta ella lo tomo del cuello y lo beso con la pasión que había estado conteniendo por las últimas horas.
El no fue lento ni perezoso la beso con la misma pasión contenido, con un deseo sin tapujos ni mentiras. Cada beso se volvía más pasional, lujurioso y cálido que el anterior y sus labios parecían no querer separarse en lo más mínimo, casi deseosos de fundirse los unos con los otros y no separarse para nada. Sintió como la parte trasera de sus piernas tocaban lo que parecía ser un sofá, se tiró hacia atrás separándose de sus besos y roídamente sacando sus manos de su cuello.
Se sentó en el sofá, viendo hacia arriba donde ella estaba, sus ojos se encontraron con los de ella, no necesitan decir una sola palabra sólo la toma de las manos y la jala con algo de fuerza sentando la en sus piernas, a un humano normal le hubiera dolido pero a ella seguro fue sólo un pequeño sacudón. La sentó en sus piernas, justo sobre el y la miro con deleite, con fácinacion estudio cada facción de su rostro memorizando lo para su inmortalidad.
La tomo de los costados acercándola a el y volviendo a unir sus labios, cerro sus ojos suavemente dejándose llevar por la pasión que hacia ese habitación arder cada vez más. Sus besos eran salvajes, sus colmillos ocultos rogaban por salir pero el sabía que no era conveniente no con esta mujer.
Miles de palabras pasaron por su mente, pero todas y cada una parecían sobrar en esta situación. Es decir ¿Porque arruinar ese perfecto momento con palabras? No había necesidad, esa era una hembra como pocas había y el estaba dispuesto a darle la mejor noche de su vida, sabía que podía y no sólo eso....lo iba a hacer.
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
¿Estaba pasando? Joder que estaba pasando y como le gustaba. Todo en su interior se sacudió con la pasión que el muchacho implementó al beso, el deseo parecía interminable y sumamente potenciado. No era como los humanos con los que se había acostado o besado,no, él tenía una chispa mucho más ardiente a pesar de su fría condición. Los humanos solían ser lentos, tranquilos y pausados, el vampiro que besaba no. Él se entregaba tanto como ella, siendo realmente lo que es y no midiendo su fuerza como seguramente el también hacía con sus amantes.
La temperatura subía cada vez más en aquel cuarto, el aroma a lujuria y deseo era palpable y evidente. El muchacho se soltó y cayó en el sillón negro de seda que se encontraba a mitad de la sala. La tomó de las manos y con un tirón fuerte, fuerza de la cual apenas tuvo un atisbo, la hizo sentarse a horcajadas justo sobre el. La observo, diría yo, casi con adoración y Nala, lejos de sentirse cohibida por ello, estudió su rostro mientras se mordía inconscientemente el labio inferior en un gesto de provocación y sensualidad infinita.
Analizó el rostro de aquel enemigo natural que había logrado que lo llevara al privado con claras intenciones de una noche de lujuria sin frenos, sin tapujos ni debilidades, solo el deseo por el otro consumiéndolos desde el fondo.
Sintió su agarre por los costados, que la acercaban a él, y llevó las manos a la nuca del muchacho, enredando los dedos con su cabello, correspondiendo el beso con sumo deseo, cerrando los ojos lentamente y dejándose llevar por aquellas sensaciones que la incitaban a pegarse más y más a su frío cuerpo.
Aquél vampiro era salvaje, tan salvajemente excitante que el corazón de la muchacha comenzó a ser afectado por aquello latiendo mucho mas rápido y extasiado de lo usual. Sin pregunta o permiso alguno, intensificó el beso, sin poder controlar el deseo que los dominaba, el deseo de estar unidos de todas maneras posibles.
Lentamente, sus manos trazaron un camino de suaves roces por su cuello hacia su pecho, haciendo que sus dedos ardan, bajando por este mientras delineaba sus perfectos músculos sobre la camisa. Sus entrepiernas rozándose por encima de la ropa suavemente gracias a la posición en que ella estaba sentada sobre el, provocando más fuego en su interior.
Esta iba a ser la mejor noche de su vida, su salvajismo, su pasión, su dedicación y deseo se lo indicaban con un letrero luminoso. Y pensar que se había planteado la idea de dejarle con las ganas, tonta tonta Nala. Esta noche, la fémina iba a marcar ese cuerpo como propio, esa noche Nala iba a darle la mejor ultima cena de su existencia y quizás, solo quizás, eso lo alentaría a regresar vivo y repetirlo.
Había solo un lenguaje entre ellos, el lenguaje de la pasión.
La temperatura subía cada vez más en aquel cuarto, el aroma a lujuria y deseo era palpable y evidente. El muchacho se soltó y cayó en el sillón negro de seda que se encontraba a mitad de la sala. La tomó de las manos y con un tirón fuerte, fuerza de la cual apenas tuvo un atisbo, la hizo sentarse a horcajadas justo sobre el. La observo, diría yo, casi con adoración y Nala, lejos de sentirse cohibida por ello, estudió su rostro mientras se mordía inconscientemente el labio inferior en un gesto de provocación y sensualidad infinita.
Analizó el rostro de aquel enemigo natural que había logrado que lo llevara al privado con claras intenciones de una noche de lujuria sin frenos, sin tapujos ni debilidades, solo el deseo por el otro consumiéndolos desde el fondo.
Sintió su agarre por los costados, que la acercaban a él, y llevó las manos a la nuca del muchacho, enredando los dedos con su cabello, correspondiendo el beso con sumo deseo, cerrando los ojos lentamente y dejándose llevar por aquellas sensaciones que la incitaban a pegarse más y más a su frío cuerpo.
Aquél vampiro era salvaje, tan salvajemente excitante que el corazón de la muchacha comenzó a ser afectado por aquello latiendo mucho mas rápido y extasiado de lo usual. Sin pregunta o permiso alguno, intensificó el beso, sin poder controlar el deseo que los dominaba, el deseo de estar unidos de todas maneras posibles.
Lentamente, sus manos trazaron un camino de suaves roces por su cuello hacia su pecho, haciendo que sus dedos ardan, bajando por este mientras delineaba sus perfectos músculos sobre la camisa. Sus entrepiernas rozándose por encima de la ropa suavemente gracias a la posición en que ella estaba sentada sobre el, provocando más fuego en su interior.
Esta iba a ser la mejor noche de su vida, su salvajismo, su pasión, su dedicación y deseo se lo indicaban con un letrero luminoso. Y pensar que se había planteado la idea de dejarle con las ganas, tonta tonta Nala. Esta noche, la fémina iba a marcar ese cuerpo como propio, esa noche Nala iba a darle la mejor ultima cena de su existencia y quizás, solo quizás, eso lo alentaría a regresar vivo y repetirlo.
Había solo un lenguaje entre ellos, el lenguaje de la pasión.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Las palabras sobraban, ¿Quien las necesita? Nadie. No en este momento, esos labios hermosos, carnosos y sensuales sobre sus labios muertos lo invitaban a perderse en la pasión y en la lujuria por siempre era difícil saber como cayo en esa situación semejante mujer con semejante hombre, era casi una trama de película: La chica sensual que trabaja de bailarina conoce al sexy sujeto que le da la mejor noche de su vida.
Podía sonar pretencioso pero el sabía que podría hacerlo, es decir ¡Era el Robert Noback! La cosa más sexy desde el sexo mismo. Y no planeaba hacerle mal honor a su ego, no al contrario planeaba darle el mayor placer que ella jamás hubiera disfrutado es decir el juego del ratón y el cazador acabó, pero la batalla de egos había comenzado era hora de ver quien satisfacía al otro no importaba quien primero si no el lograrlo.
Sus labios encontraron los de ella con su gélida pasión, sus besos se volvían cada vez más lascivos y pasionales, sus lenguas se mezclaban intercambiando saliva en cada lamida mutua. Su mano acariciaba su cadera por su costado izquierdo, mientras su otra mano buscaba deshacerse de ese molesto Corset que aunque totalmente sensuales este momento le impedía ver a su Reina de la noche en toda su gloria y esplendor natural: debía desaparecer.
Encontró el amarre del Corset y con una maestría casi inhumana lo desamarro, rápidamente, amarre tras amarre cayo ante sus magistrales dedos ¿Había desamarrado de esos antes? Por favor si el había vivido durante la época victoriana, el hacia eso desde antes que fuera Mainstream.
Vio el Corset aflojar y juraría que sus cenos aumentaron un poco de tamaño. ¿Como podía ella contener tanta sensualidad dentro de un traje tan simple? Gran misterio, separo sus labios de los de ella permitiéndole respirar seguro estar sin esa prenda le facilito respira un poco más, sus labios no se detuvieron y atacaron su cuello, su garganta y su escote llenándola de gélidos y apasionados besos, junto con algunos mordicos que dejaban marcas rojizas en la sensualidad de su piel.
No le importó dejarle marcas, seguro se borrarían rápido por las características de su raza. Su piel era extraña, tenía una mezcla toxina de sabores, el sabor a Lobo le enfermaba pero era por mucho vencido por esa deliciosa escéncia, no era la lujuria ni mucho menos la pasión era el dulce trago de la muerte que ella emanada. Ella despedía muerte, desprecio a su raza y eso lo alentaba a no detenerse a seguir hasta las últimas consecuencias.
Siempre pensó que su muerte se daría en la próxima guerra, pero con esa mujer allí quizás preferiría que su vida terminara a manos de ella una luna llena....siempre y cuando no dejara de hacer lo que en ese momento hacían...
Podía sonar pretencioso pero el sabía que podría hacerlo, es decir ¡Era el Robert Noback! La cosa más sexy desde el sexo mismo. Y no planeaba hacerle mal honor a su ego, no al contrario planeaba darle el mayor placer que ella jamás hubiera disfrutado es decir el juego del ratón y el cazador acabó, pero la batalla de egos había comenzado era hora de ver quien satisfacía al otro no importaba quien primero si no el lograrlo.
Sus labios encontraron los de ella con su gélida pasión, sus besos se volvían cada vez más lascivos y pasionales, sus lenguas se mezclaban intercambiando saliva en cada lamida mutua. Su mano acariciaba su cadera por su costado izquierdo, mientras su otra mano buscaba deshacerse de ese molesto Corset que aunque totalmente sensuales este momento le impedía ver a su Reina de la noche en toda su gloria y esplendor natural: debía desaparecer.
Encontró el amarre del Corset y con una maestría casi inhumana lo desamarro, rápidamente, amarre tras amarre cayo ante sus magistrales dedos ¿Había desamarrado de esos antes? Por favor si el había vivido durante la época victoriana, el hacia eso desde antes que fuera Mainstream.
Vio el Corset aflojar y juraría que sus cenos aumentaron un poco de tamaño. ¿Como podía ella contener tanta sensualidad dentro de un traje tan simple? Gran misterio, separo sus labios de los de ella permitiéndole respirar seguro estar sin esa prenda le facilito respira un poco más, sus labios no se detuvieron y atacaron su cuello, su garganta y su escote llenándola de gélidos y apasionados besos, junto con algunos mordicos que dejaban marcas rojizas en la sensualidad de su piel.
No le importó dejarle marcas, seguro se borrarían rápido por las características de su raza. Su piel era extraña, tenía una mezcla toxina de sabores, el sabor a Lobo le enfermaba pero era por mucho vencido por esa deliciosa escéncia, no era la lujuria ni mucho menos la pasión era el dulce trago de la muerte que ella emanada. Ella despedía muerte, desprecio a su raza y eso lo alentaba a no detenerse a seguir hasta las últimas consecuencias.
Siempre pensó que su muerte se daría en la próxima guerra, pero con esa mujer allí quizás preferiría que su vida terminara a manos de ella una luna llena....siempre y cuando no dejara de hacer lo que en ese momento hacían...
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Deseo. Lujuria. Pasión. Fuego. Sexo. Todo aquello era firmemente palpable en la habitación que parecía arder más que el cuerpo de la muchacha misma que, de no ser por su guapo y frío acompañante, estaría sudando gracias a la temperatura, interna y externa. El aire era cada vez más denso y dificil de pasar, causando que su respiracion se vuelva agitada gracias además a su dificultad por el Corset del demonio. Aquellas prendas siempre habían sido hermosas, para quien no las usa. Si dios existía, cosa que Nala no creía, sabía cuanto odiaba esas cosas pero a la vez no dejaba de usarlas. Le daba placer como la miraban cuando llevaba uno, siempre con deseo.
Bueno, no es por agrandar el ego, pero siempre la miraban con deseo, tuviera un Corset o una sudadera deportiva. Aquello era una chispa alentadora para su bajo ego y autoestima que le prohibían verse claramente a pesar de cuanto ego fingiera tener.
Sintió como su opresor era removido y su cuerpo liberado, dejando que sus pechos ahora recuperen su voluptuosa forma natural, mucho mas hermoso sin aquel material cubriéndolo. Agradeció que el muchacho se separara de sus labios y la dejara respirar, pero antes de tener siquiera un segundo, su cuello fue atacado provocandole un pequeño gemido con las mordidas.
Su punto débil siempre había sido el cuello, aún cuando el vampiro la mordió, ella se excitó hasta que el dolor de la ponzoña se hizo presente, borrando cualquier placer existente. Irónico para una mujer lobo, que le gustara que le muerdan el cuello siendo su enemigo natural el ser con el que estaba a punto de pasar la mejor noche de su vida, con el peligro a la vuelta de la esquina. Una mordida, clavándole los colmillos durante suficiente tiempo, y no podía moverse por horas del dolor.
Dejó caer la cabeza hacia atrás, dándole acceso total a su cuello, disfrutando de aquellas atenciones que su boca le daban y mordiéndose el labio por ellas, conteniendo suaves jadeos que insistían en salir por sus labios. Sus manos continuaron viajando hasta la parte baja de su abdomen hasta llegar a los primeros botones de su camisa, la cual comenzó a desabrochar lentamente y acariciando la piel bajo la misma.
Su cuerpo era perfecto, literalmente, el de un dios griego. Su cabello rubio y suave al tacto, su perfecto pecho de adonis y abdomen marcado, sus fríos y provocativos labios que te incitaban a morderlos, a saborearlos. Su reconfortante fría piel, tan fría y tan ardiente a la vez.
Una mordida en un lugar determinado del cuello la obligó a gemir, con la respiracion dificultosa, mientras sacaba la camisa del muchacho y la arrojaba a un lado. Ese vampiro iba a ser su muerte, y que gratificante iba a ser aquella muerte mientras el siguiera haciendo maravillas con su cuello.
Bueno, no es por agrandar el ego, pero siempre la miraban con deseo, tuviera un Corset o una sudadera deportiva. Aquello era una chispa alentadora para su bajo ego y autoestima que le prohibían verse claramente a pesar de cuanto ego fingiera tener.
Sintió como su opresor era removido y su cuerpo liberado, dejando que sus pechos ahora recuperen su voluptuosa forma natural, mucho mas hermoso sin aquel material cubriéndolo. Agradeció que el muchacho se separara de sus labios y la dejara respirar, pero antes de tener siquiera un segundo, su cuello fue atacado provocandole un pequeño gemido con las mordidas.
Su punto débil siempre había sido el cuello, aún cuando el vampiro la mordió, ella se excitó hasta que el dolor de la ponzoña se hizo presente, borrando cualquier placer existente. Irónico para una mujer lobo, que le gustara que le muerdan el cuello siendo su enemigo natural el ser con el que estaba a punto de pasar la mejor noche de su vida, con el peligro a la vuelta de la esquina. Una mordida, clavándole los colmillos durante suficiente tiempo, y no podía moverse por horas del dolor.
Dejó caer la cabeza hacia atrás, dándole acceso total a su cuello, disfrutando de aquellas atenciones que su boca le daban y mordiéndose el labio por ellas, conteniendo suaves jadeos que insistían en salir por sus labios. Sus manos continuaron viajando hasta la parte baja de su abdomen hasta llegar a los primeros botones de su camisa, la cual comenzó a desabrochar lentamente y acariciando la piel bajo la misma.
Su cuerpo era perfecto, literalmente, el de un dios griego. Su cabello rubio y suave al tacto, su perfecto pecho de adonis y abdomen marcado, sus fríos y provocativos labios que te incitaban a morderlos, a saborearlos. Su reconfortante fría piel, tan fría y tan ardiente a la vez.
Una mordida en un lugar determinado del cuello la obligó a gemir, con la respiracion dificultosa, mientras sacaba la camisa del muchacho y la arrojaba a un lado. Ese vampiro iba a ser su muerte, y que gratificante iba a ser aquella muerte mientras el siguiera haciendo maravillas con su cuello.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Los besos y mordidas a su cuello comenzaron a volverse más rápidos, más profundos y casi salvajes. Sus dientes tomaban su piel y la mordían saboreando con pasión y lujuria que aumentaban cada vez más, con una de sus mano la tomo de la nuca jalandola más a el acortando la distancia entre sus cuerpos sintió como ella le quitaba su camisa y aprovecho esto para apegar más sus cuerpos gustoso.
Sintió sus cenos voluptuosos y perfectos aplastarse contra su firme tórax, aula excitación no había hecho sus pezones endurecer el contraste con su cuerpo frío seguro si lo haría, sonrió suavemente dando mordiscos y besos fuertes aunque obvió sin usar sus colmillos para evitar usar su ponzoña.
-No te contengas...
Un suave susurro sobre su piel corto el silencio, dejo suaves besos sobre su piel roja e irritada de las pasionales y lujuriosas, la embriagadora escéncia a pasión y muerte se hacía cada vez más fuerte y agradecía no necesitar respirar puesto que el ambiente era tan fuert, tan pesado que seguro respirar sería casi imposible.
-Quiero....que grites por mi....
Era cierto cada palabra era cierta, el quería escucharla gritar, jadear y gemir de placer por lo que el hacia no por el deseo de controlarla, claro que no eso era burdo y ridículo, no, el deseaba escuchar sus gritos de placer porque para sus oídos eran la sinfonía de la pasión, la lujuria y la muerte mezclados en el cóctel más explosivo jamás existente.
Su excitación subía cada vez más volviéndose casi incontrolable debía contener sus ansias de liberar sus colmillos y saltarle encima a esa loba pero cada movimiento le hacia más difícil concentrarse. Pocas veces en sus cuatrocientos años había sentido ese nivel de pasión que nubla su generalmente sano juicio pero no podía quejarse ¡La adoraba! Esa sensación de locura y lujuria quemando bajo su piel fría era casi tan fuerte que creía que su piel se derritiria muy pronto.
Una de sus manos acaricio el fino borde de encaje de su ropa íntima la prenda que en ese momento era su mayor enemiga: era lo único que lo separaba de tener a esa bella diosa de la noche como fue traída al mundo en esa belleza natural y perfecta que era ella, con su mano libre dio un tirón cortando un costado y después repitió su acto con el costado opuesto, tomo la prenda y la dejo a su costado eso sería un lindo recuerdo después.
La vio a los ojos y la beso nuevamente el momento culmine donde su pasión sería unida con la de ella estaba cerca pero quería disfrutar cada toque...cada roze...
Sintió sus cenos voluptuosos y perfectos aplastarse contra su firme tórax, aula excitación no había hecho sus pezones endurecer el contraste con su cuerpo frío seguro si lo haría, sonrió suavemente dando mordiscos y besos fuertes aunque obvió sin usar sus colmillos para evitar usar su ponzoña.
-No te contengas...
Un suave susurro sobre su piel corto el silencio, dejo suaves besos sobre su piel roja e irritada de las pasionales y lujuriosas, la embriagadora escéncia a pasión y muerte se hacía cada vez más fuerte y agradecía no necesitar respirar puesto que el ambiente era tan fuert, tan pesado que seguro respirar sería casi imposible.
-Quiero....que grites por mi....
Era cierto cada palabra era cierta, el quería escucharla gritar, jadear y gemir de placer por lo que el hacia no por el deseo de controlarla, claro que no eso era burdo y ridículo, no, el deseaba escuchar sus gritos de placer porque para sus oídos eran la sinfonía de la pasión, la lujuria y la muerte mezclados en el cóctel más explosivo jamás existente.
Su excitación subía cada vez más volviéndose casi incontrolable debía contener sus ansias de liberar sus colmillos y saltarle encima a esa loba pero cada movimiento le hacia más difícil concentrarse. Pocas veces en sus cuatrocientos años había sentido ese nivel de pasión que nubla su generalmente sano juicio pero no podía quejarse ¡La adoraba! Esa sensación de locura y lujuria quemando bajo su piel fría era casi tan fuerte que creía que su piel se derritiria muy pronto.
Una de sus manos acaricio el fino borde de encaje de su ropa íntima la prenda que en ese momento era su mayor enemiga: era lo único que lo separaba de tener a esa bella diosa de la noche como fue traída al mundo en esa belleza natural y perfecta que era ella, con su mano libre dio un tirón cortando un costado y después repitió su acto con el costado opuesto, tomo la prenda y la dejo a su costado eso sería un lindo recuerdo después.
La vio a los ojos y la beso nuevamente el momento culmine donde su pasión sería unida con la de ella estaba cerca pero quería disfrutar cada toque...cada roze...
Robert Noback- Mensajes : 411
Localización : Depende ¿dónde me deseas?
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Las llamas bajaban desde su enrojecido cuello, desde el lugar donde el muchacho propinaba aquellas lujuriosas mordidas creando pequeñas explosiones, por su pecho y directo por su abdomen hasta la entrepierna, en forma de latigazos que la hacían humedecerse cada vez más. El frío contacto de sus pezones con el tórax del muchacho hizo que sus pezones ya erguidos se endurecieran al instante y la presión de ambos pechos, la hicieron jadear momentáneamente.
Las sensaciones estaban por dominarla, arrasando su auto-control y su decencia finamente reclutada en los cinco años de sexo duro y sin tapujos que llevaba desde los diecisiete años de edad. Jamás le había ocurrido algo igual y comenzaba a creer que, junto a él, descubriría el verdadero significado del orgasmo, de alcanzar el cielo con las manos una y otra vez.
Las sonrisas que el muchacho daba contra su piel le daban una sensación de orgullo que no había experimentado antes, más allá del bulto en la entrepierna de un hombre al verla. No, iba más lejos que ello. Se sentía digna, digna de ser deseada por la muerte encarnada por un vampiro.
Sus mordidas, cada vez más fuertes, la hicieron cerrar los ojos mientras seguía mordiéndose el labio. Oyó sus gratificantes palabras y se permitió dejar gemido en su oído, atrapando luego su lóbulo y succionandolo mientras lo acariciaba con la lengua.Ella estaba a su merced. El lo sabía.
Su entrepierna continuaba rozándose sobre la tela contra su pelvis mientras sus manos bajaban por el abdomen del muchacho, hasta llegar a botón de su pantalón. Con grácil habilidad desabrochó su cinturón y lo dejó a un costado para luego desabrochar su pantalón, sorprendida al oír la tela de sus húmedas bragas rasgarse, liberando el aroma a de su excitación.
Soltó una pequeña risita sin poder evitarlo, feliz de no ser la única que deseaba su unión, y atacó ahora ella el cuello del muchacho,luego de bajar sus pantalones y haciendo contacto directo con la mano derecha en su abultado bóxer acariciándolo y la izquierda en su nuca atrayendolo a ella.
Las bragas, si, ese iba a ser un problema del cual preocuparse luego cuando tenga que salir del privado. Pero siempre podía robarle los boxers. La idea la hizo sonriera. Rápidamente, comenzó a besar su cuello con deseo y lujuria. Atrapaba la carne entre los dientes, succionando y lamiéndola suavemente, mientras saboreaba el efluvio bajo la pestilencia a muerte, era hipnotizarte y excitante.
Peligroso y sexy, la mejor combinación existente.
Las sensaciones estaban por dominarla, arrasando su auto-control y su decencia finamente reclutada en los cinco años de sexo duro y sin tapujos que llevaba desde los diecisiete años de edad. Jamás le había ocurrido algo igual y comenzaba a creer que, junto a él, descubriría el verdadero significado del orgasmo, de alcanzar el cielo con las manos una y otra vez.
Las sonrisas que el muchacho daba contra su piel le daban una sensación de orgullo que no había experimentado antes, más allá del bulto en la entrepierna de un hombre al verla. No, iba más lejos que ello. Se sentía digna, digna de ser deseada por la muerte encarnada por un vampiro.
Sus mordidas, cada vez más fuertes, la hicieron cerrar los ojos mientras seguía mordiéndose el labio. Oyó sus gratificantes palabras y se permitió dejar gemido en su oído, atrapando luego su lóbulo y succionandolo mientras lo acariciaba con la lengua.Ella estaba a su merced. El lo sabía.
Su entrepierna continuaba rozándose sobre la tela contra su pelvis mientras sus manos bajaban por el abdomen del muchacho, hasta llegar a botón de su pantalón. Con grácil habilidad desabrochó su cinturón y lo dejó a un costado para luego desabrochar su pantalón, sorprendida al oír la tela de sus húmedas bragas rasgarse, liberando el aroma a de su excitación.
Soltó una pequeña risita sin poder evitarlo, feliz de no ser la única que deseaba su unión, y atacó ahora ella el cuello del muchacho,luego de bajar sus pantalones y haciendo contacto directo con la mano derecha en su abultado bóxer acariciándolo y la izquierda en su nuca atrayendolo a ella.
Las bragas, si, ese iba a ser un problema del cual preocuparse luego cuando tenga que salir del privado. Pero siempre podía robarle los boxers. La idea la hizo sonriera. Rápidamente, comenzó a besar su cuello con deseo y lujuria. Atrapaba la carne entre los dientes, succionando y lamiéndola suavemente, mientras saboreaba el efluvio bajo la pestilencia a muerte, era hipnotizarte y excitante.
Peligroso y sexy, la mejor combinación existente.
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Las caricias que ella otorgaba a su miembro se volvían cada vez más placenteras, eran la mezcla de su excitación con la experiencia de ella para esos actos. Valla que era buena, una diosa en el arte del placer físico y el se dedicaba a disfrutar lo que hacia y hacerla disfrutar, pero no sólo devolverle el placer, no si no devolvérselo diez veces más a ella.
Los besos a su cuello producían un suave y lascivo sonido que el podía comparar sólo con la perfecta afinación de una orquesta sinfónica, la mezcla de sus gemidos, jadeos, el lascivo sonido de sus besos se unían en una lujuriosa sinfonia llamada pasión. Con una mano la tomo de la cadera apretándola más contra el, la sensación de su cuerpo desnudo contra el le excito aún más si era posible.
Su mano libre viajo hacia su propio bóxer jalándolo un poco hacia abajo dejando su miembro salir, la masa de carne que era su virilidad emergió rápidamente chocando contra el vientre de esa mujer que por esa noche era suya, su tamaño era considerable algo de lo que el no se jactaba a voz alzada aunque por dentro siempre se había sentido orgulloso de su tamaño y en ese momento estába por demostrarle como lo usaba en toda su gloria.
Dejo de abrazarla, alojándola un poco pero sin separar sus cuerpos por completo, la vio a los ojos diciéndole sólo con la mirada lo que estaba por hacer. Con sus dos manos la tomo de la cadera, sentía sus manos frías arder contra su piel, ella estaba ardiendo de placer y el juraría que si no fuera vampiro el estaría en iguales condiciones, no perdió el contacto con sus ojos en ningún momento no necesitaba usar su don o sus encantos de inmortal en ese momento el estaba seguro que despedía tanta seducción como la que el encontraba en sus ojos.
Con lentos movimientos tanteó a su pareja, su miembro palpitaba de placer cada vez más anciano, casi desesperado por ser uno con ella cada movimiento era un roze sensual y profundo. Su glande choco aplastando suavemente su clítoris en un pequeño masaje y la jalo hacia el besándola nuevamente, sus besos antes eran pasionales pero esta vez eran animales, hambrientos, deseosos y lujuriosos más que los besos anteriores.
Si sus besos no eran suficientes, la acomodo firme sobre el, gracias a su fuerza no era difícil acomodarla a su gusto y sin previo aviso...lo hizo: un rápido desliz y el estaba en su interior. Detuvo un segundo sus besos, detuvo sus movimientos, se congeló. Una estatua fue el por casi diez segundos.
¿Qué era esto? ¿Qué era ese placer tan ardiente? Tan pasional, tan sucio, tan mórbido y tan...
-"¡Perfecta!"
Pensó el, sintió su sexo húmedo apretar su miembro era cálida, apretada, perfecta el placer que sentía en ella hacia ver como nada los cuatrocientos años de sexo desenfrenado que había vivido. Algo en esa mujer le estaba volviendo loco, ella despedía placer con sólo olerla, su peste de loba era totalmente bloqueada por la lujuria que despedía, y al momento de volverse uno con ella sintió un placer como ningún otro.
Se sentía completo, perfecto en es momento sintió que recuperaba una pizca de su humanidad: Ella....lo hacia sentir humano.
Los besos a su cuello producían un suave y lascivo sonido que el podía comparar sólo con la perfecta afinación de una orquesta sinfónica, la mezcla de sus gemidos, jadeos, el lascivo sonido de sus besos se unían en una lujuriosa sinfonia llamada pasión. Con una mano la tomo de la cadera apretándola más contra el, la sensación de su cuerpo desnudo contra el le excito aún más si era posible.
Su mano libre viajo hacia su propio bóxer jalándolo un poco hacia abajo dejando su miembro salir, la masa de carne que era su virilidad emergió rápidamente chocando contra el vientre de esa mujer que por esa noche era suya, su tamaño era considerable algo de lo que el no se jactaba a voz alzada aunque por dentro siempre se había sentido orgulloso de su tamaño y en ese momento estába por demostrarle como lo usaba en toda su gloria.
Dejo de abrazarla, alojándola un poco pero sin separar sus cuerpos por completo, la vio a los ojos diciéndole sólo con la mirada lo que estaba por hacer. Con sus dos manos la tomo de la cadera, sentía sus manos frías arder contra su piel, ella estaba ardiendo de placer y el juraría que si no fuera vampiro el estaría en iguales condiciones, no perdió el contacto con sus ojos en ningún momento no necesitaba usar su don o sus encantos de inmortal en ese momento el estaba seguro que despedía tanta seducción como la que el encontraba en sus ojos.
Con lentos movimientos tanteó a su pareja, su miembro palpitaba de placer cada vez más anciano, casi desesperado por ser uno con ella cada movimiento era un roze sensual y profundo. Su glande choco aplastando suavemente su clítoris en un pequeño masaje y la jalo hacia el besándola nuevamente, sus besos antes eran pasionales pero esta vez eran animales, hambrientos, deseosos y lujuriosos más que los besos anteriores.
Si sus besos no eran suficientes, la acomodo firme sobre el, gracias a su fuerza no era difícil acomodarla a su gusto y sin previo aviso...lo hizo: un rápido desliz y el estaba en su interior. Detuvo un segundo sus besos, detuvo sus movimientos, se congeló. Una estatua fue el por casi diez segundos.
¿Qué era esto? ¿Qué era ese placer tan ardiente? Tan pasional, tan sucio, tan mórbido y tan...
-"¡Perfecta!"
Pensó el, sintió su sexo húmedo apretar su miembro era cálida, apretada, perfecta el placer que sentía en ella hacia ver como nada los cuatrocientos años de sexo desenfrenado que había vivido. Algo en esa mujer le estaba volviendo loco, ella despedía placer con sólo olerla, su peste de loba era totalmente bloqueada por la lujuria que despedía, y al momento de volverse uno con ella sintió un placer como ningún otro.
Se sentía completo, perfecto en es momento sintió que recuperaba una pizca de su humanidad: Ella....lo hacia sentir humano.
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Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Acarició aquel gran bulto lentamente y con deseo, imaginando el momento en que aquello entraría en su cuerpo, mientras su excitación crecía cada vez más haciendo el aroma más denso. La respiración se tornaba sumamente dificultosa gracias a el aroma invasor de ambos, sumado a la humedad en su sexo y el deseo que liberaba aquel bulto, causando jadeos en vez de respiraciones.
Sintió como el muchacho se liberaba y gimió al ver la magnitud de su miembro, erecto y duro contra su abdomen. ¿Acaso eso entraría en ella? Era enorme y la anticipación hizo que su sexo se humedezca mas, totalmente lista para comprobar aquello. Nunca había sentido tanta excitación hasta el momento, la combinación de muerte, lujuria, desafío y deseo la volverían loca en cualquier momento, dominándola.
La excitación avanzó tres casilleros sobre su cuerpo en un simple movimiento en el cual el muchacho presionó aquél botón directo al placer, haciendo estallar una bomba en su entrepierna mientras ella se movía, repitiendo aquello una y otra vez.
Sus labios se mueven contra los del vampiro en una danza deseosa, sus ojos cerrados y las manos en su nuca con los dedos hundidos en su rubio cabello, mientras le atrae más a ella. Sin pregunta alguna, profundiza el beso en busca de su lengua, acariciándola con la propia, convirtiéndolo en un beso mucho más salvaje, pasional y deleitante. En un instante,el muchacho le arrancó un gemido al penetrarla completamente y detenerse allí dentro de ella, congelado.
Era perfecto, era más grande y placentero que a lo que ella estaba acostumbrada. Su frío toque envuelto con el ardiente sexo de ella, la hacían estremecerse placenteramente. Eran uno, eran uno en cuerpo y joder que le encantaba. Jadeante, lo miró a los ojos y notó el impacto."¿Hice algo mal?" se preguntó mentalmente.
-¿Está...todo...bien?-Murmuró entre jadeos, comenzando a montarlo lenta y placenteramente hasta acostumbrarse al tamaño, lo cual no fue dificil por lo excitada y dilatada que se encontraba para él. Comenzó a moverse más profundo y rápido, dirigiendo los labios a su cuello y mordiendolo suavemente mientras succiona y lame su carne. Era perfecto, era increíble, era placentero y no era la muerte. No, era mejor que la muerte. Era un vampiro, era SU vampiro por esta noche.
Enemigos mortales...amantes fascinantes...
Sintió como el muchacho se liberaba y gimió al ver la magnitud de su miembro, erecto y duro contra su abdomen. ¿Acaso eso entraría en ella? Era enorme y la anticipación hizo que su sexo se humedezca mas, totalmente lista para comprobar aquello. Nunca había sentido tanta excitación hasta el momento, la combinación de muerte, lujuria, desafío y deseo la volverían loca en cualquier momento, dominándola.
La excitación avanzó tres casilleros sobre su cuerpo en un simple movimiento en el cual el muchacho presionó aquél botón directo al placer, haciendo estallar una bomba en su entrepierna mientras ella se movía, repitiendo aquello una y otra vez.
Sus labios se mueven contra los del vampiro en una danza deseosa, sus ojos cerrados y las manos en su nuca con los dedos hundidos en su rubio cabello, mientras le atrae más a ella. Sin pregunta alguna, profundiza el beso en busca de su lengua, acariciándola con la propia, convirtiéndolo en un beso mucho más salvaje, pasional y deleitante. En un instante,el muchacho le arrancó un gemido al penetrarla completamente y detenerse allí dentro de ella, congelado.
Era perfecto, era más grande y placentero que a lo que ella estaba acostumbrada. Su frío toque envuelto con el ardiente sexo de ella, la hacían estremecerse placenteramente. Eran uno, eran uno en cuerpo y joder que le encantaba. Jadeante, lo miró a los ojos y notó el impacto."¿Hice algo mal?" se preguntó mentalmente.
-¿Está...todo...bien?-Murmuró entre jadeos, comenzando a montarlo lenta y placenteramente hasta acostumbrarse al tamaño, lo cual no fue dificil por lo excitada y dilatada que se encontraba para él. Comenzó a moverse más profundo y rápido, dirigiendo los labios a su cuello y mordiendolo suavemente mientras succiona y lame su carne. Era perfecto, era increíble, era placentero y no era la muerte. No, era mejor que la muerte. Era un vampiro, era SU vampiro por esta noche.
Enemigos mortales...amantes fascinantes...
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Los lentos movimientos que ella ejercía acariciaban su miembro lentamente, la calidez de su húmedo y suave sexo tocándole era cada vez más placentera al contrastre con su fría piel de vampiro, su piel muerta por una vez se sentía humana, ardiente de deseo, el deseo de la pasión y la lujuria que querían brotar fuera de su piel gritar y desafilar del placer que ella le provocaba.
Seguía sin moverse, estático, tranquilo, su rostro sereno con sus ojos cerrados suavemente, no respiraba no había necesidad. Esa sensación cálida lo tenía cubierto desde tiempo atrás y no quería, no, no sólo no quería, moriría si ese momento terminaba sin ser satisfecho explotaría espontáneamente seguramente. Entonces, sus pensamientos fueron invadidos por la suave voz de su amante nocturna.
-¿Está...todo...bien?-
El suave susurro de su apasionada y lujuriosa voz le hizo salir del trance en el que se encontraba, estudio un poco a su alrededor vio las luces que iluminaban el privado, el fuerte aroma a sexo que despedía su pareja, el sudor en el aire...y entonces la vio, sobre el, con el invadiendo su cuerpo. Sonrió. Era suya, por esa noche ella era suya, su reina,su mujer, su hembra....
Sus manos la tomaron de las caderas, con firmeza casi con fuerza deteniendo por unos segundos sus penetraciones que ella se auto generaba con sus movimientos, la detuvo de lleno y sin razón sólo para verla a los ojos....y sonreír.
-¿Qué si esta todo bien?....
Susurro suavemente, su voz de antes era nada en comparación, su tono era grave, excitado, un punto que hacia ver la lujuria como sólo un juego en comparación. La tenía sobre el, con su miembro profundamente introducido en ella.
-Esta....¡Excelente!
Su voz sonó casi como un grito, su excitación superaba su sed de sangre incluso cuando llevaba días sin alimentarse, lo que ya era decir mucho. Sus manos comenzaron a moverla fuertemente de arriba hacia abajo, su fuerza de vámpiro se impregno en cada penetración sabiendo eso les llevaría a ambos al límite, las penetraciones eran rápidas, profundas, salvajes y con una fuerza que a una humana normal la partirían a la mitad sin dudarlo.
Pero ella no era una mujer normal, era una Hija de la Luna, la muerte andante para su raza, esa raza original de lobos cazaban desde tiempos inmemoriales a los suyos y cuya mordida en fase era el único veneno realmente mortal para los suyos.
Ella es mi muerte....la mejor forma de morir
Seguía sin moverse, estático, tranquilo, su rostro sereno con sus ojos cerrados suavemente, no respiraba no había necesidad. Esa sensación cálida lo tenía cubierto desde tiempo atrás y no quería, no, no sólo no quería, moriría si ese momento terminaba sin ser satisfecho explotaría espontáneamente seguramente. Entonces, sus pensamientos fueron invadidos por la suave voz de su amante nocturna.
-¿Está...todo...bien?-
El suave susurro de su apasionada y lujuriosa voz le hizo salir del trance en el que se encontraba, estudio un poco a su alrededor vio las luces que iluminaban el privado, el fuerte aroma a sexo que despedía su pareja, el sudor en el aire...y entonces la vio, sobre el, con el invadiendo su cuerpo. Sonrió. Era suya, por esa noche ella era suya, su reina,su mujer, su hembra....
Sus manos la tomaron de las caderas, con firmeza casi con fuerza deteniendo por unos segundos sus penetraciones que ella se auto generaba con sus movimientos, la detuvo de lleno y sin razón sólo para verla a los ojos....y sonreír.
-¿Qué si esta todo bien?....
Susurro suavemente, su voz de antes era nada en comparación, su tono era grave, excitado, un punto que hacia ver la lujuria como sólo un juego en comparación. La tenía sobre el, con su miembro profundamente introducido en ella.
-Esta....¡Excelente!
Su voz sonó casi como un grito, su excitación superaba su sed de sangre incluso cuando llevaba días sin alimentarse, lo que ya era decir mucho. Sus manos comenzaron a moverla fuertemente de arriba hacia abajo, su fuerza de vámpiro se impregno en cada penetración sabiendo eso les llevaría a ambos al límite, las penetraciones eran rápidas, profundas, salvajes y con una fuerza que a una humana normal la partirían a la mitad sin dudarlo.
Pero ella no era una mujer normal, era una Hija de la Luna, la muerte andante para su raza, esa raza original de lobos cazaban desde tiempos inmemoriales a los suyos y cuya mordida en fase era el único veneno realmente mortal para los suyos.
Ella es mi muerte....la mejor forma de morir
Robert Noback- Mensajes : 411
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Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
Cuando él la obligó a detenerse, le observó confundida. ¿Estaba haciendo algo mal? El pánico la acogió en su morada, dominándola y llenándola de dudas. Desde los quince años, y aquel encuentro con su madre, su mente había sido atacada constantemente por inseguridades sobre su cuerpo y ella misma generando un constante miedo al rechazo.Quizás no le agradaba al vampiro, quizás era demasiado cálida para el, quizás no era lo suficientemente bella o quizás apestaba demasiado.
Las dudas llenaron su cabeza hasta que vio su sonrisa y le sonrió de vuelta.Oyó sus palabras y una sensación sumamente gratificante abordó su corazón, haciendo que lata un poco más rápido. Las fuertes penetraciones que el vampiro provocaba le arrancaron más de un fuerte gemido, llena de placer.
Adorando sentir la fricción de su gélido, duro, gran y erecto miembro dentro de ella, cálida y excitada, se movió al ritmo que el le imponía, provocando que sus senos rebotaran y chocaran entre si en cada embestida, olvidando que aquel agarre en las caderas le dejarían feas marcas. No le importaba, estaba siendo levada al cielo y de vuelta, o al infierno, quién sabe.
Sus manos, posicionadas en su nuca con anterioridad, se hundieron en su suave cabello, dándole pequeños tirones que no llegarían jamás a lastimarlo, sino que le excitarían más de ser posible. Sus labios se dirigieron a su oído, soltando suaves gemidos en el y pegando su pecho al tórax del muchacho, para luego rozar la punta de la lengua con su lóbulo.
-Me...Encantas-
Susurró sabiendo que por este ritmo llegaría pronto al orgasmo, un orgasmo como no había tenido antes, y succionó su lóbulo, atrapándolo con los labios y apenas los dientes, deleitándose con el sabor de su piel más allá de la peste vampirica.
Sexo, sin amor, enemigos mortales...Sonaba como un buen plan ¿Porqué hay algo que le molestaba?
Las dudas llenaron su cabeza hasta que vio su sonrisa y le sonrió de vuelta.Oyó sus palabras y una sensación sumamente gratificante abordó su corazón, haciendo que lata un poco más rápido. Las fuertes penetraciones que el vampiro provocaba le arrancaron más de un fuerte gemido, llena de placer.
Adorando sentir la fricción de su gélido, duro, gran y erecto miembro dentro de ella, cálida y excitada, se movió al ritmo que el le imponía, provocando que sus senos rebotaran y chocaran entre si en cada embestida, olvidando que aquel agarre en las caderas le dejarían feas marcas. No le importaba, estaba siendo levada al cielo y de vuelta, o al infierno, quién sabe.
Sus manos, posicionadas en su nuca con anterioridad, se hundieron en su suave cabello, dándole pequeños tirones que no llegarían jamás a lastimarlo, sino que le excitarían más de ser posible. Sus labios se dirigieron a su oído, soltando suaves gemidos en el y pegando su pecho al tórax del muchacho, para luego rozar la punta de la lengua con su lóbulo.
-Me...Encantas-
Susurró sabiendo que por este ritmo llegaría pronto al orgasmo, un orgasmo como no había tenido antes, y succionó su lóbulo, atrapándolo con los labios y apenas los dientes, deleitándose con el sabor de su piel más allá de la peste vampirica.
Sexo, sin amor, enemigos mortales...Sonaba como un buen plan ¿Porqué hay algo que le molestaba?
Nala R. Ingram- Mensajes : 180
Re: One last night in London (Nala R. Ingram) (+18)
El placer de su piel contra la de el mientras se frotaban tan íntimamente era simplemente asombro, la simple idea de que dos cuerpos pudieran estar creados tan perfectamente el uno para el otro parecía simplemente imposible pero así era, sus cuerpos estaban idealmente creados para congeniar en el arte de la pasión y su idioma el sexo.
Sus manos no soltaron su cadera ni un segundo, manteniendo un firme y fuerte agarre a su cuerpo, sus movimientos no frenaron ni un segundo, era un ser poseído por la pasión, el deseo, la lujuria todo mezclado en niveles que quemaban su fría piel por dentro de una manera que la humanidad hace cuatrocientos años perdida volvía un poco a su ser.
Sintió como el corazón de ella aceleraba su ya desbocado recorrido, su sangre corría cada vez más rápido, el cuerpo de su compañera estaba bañado en sudor manchando su propio cuerpo también, no le importo en lo mínimo incluso disfruto de eso, extrañaba el calor de una amante, el sudor cubriendo su cuerpo completo mientras sus pieles se unían en el punto más íntimo de sus seres.
Estaba próximo al orgasmo, nunca le había pasado tan rápido, pero era ella una fuente de calor como ninguna otra. Su miembro estaba tan firme como un diamante en una tormenta de hielo, pero ella le derretía con el calor de su cuerpo, todo el calor que el no tenía ella se lo daba en cada movimiento, sus cuerpos eran uno, matador y matador, presa y presa unidos en un sólo ser.
Aunque deseara evitarlo el momento culmine estaba cerca, ese momento en el que su humanidad volvería a el aunque fuera por sólo unos instantes, era irónico una amante no humana le devolvía su humanidad como ninguna mortal en esos cuatro siglos lo había hecho, pero quizás era eso...el dulce sabor de la muerte era lo que hacia su humanidad volver.
El miedo a morir en cualquier momento era la verdadera humanidad y en ese momento estaba sintiendo ese miedo a la muerte que era tan dulce como doloro, era perfecto, era terrible y hermoso a la vez.
Una bella forma de morir....
Sus manos no soltaron su cadera ni un segundo, manteniendo un firme y fuerte agarre a su cuerpo, sus movimientos no frenaron ni un segundo, era un ser poseído por la pasión, el deseo, la lujuria todo mezclado en niveles que quemaban su fría piel por dentro de una manera que la humanidad hace cuatrocientos años perdida volvía un poco a su ser.
Sintió como el corazón de ella aceleraba su ya desbocado recorrido, su sangre corría cada vez más rápido, el cuerpo de su compañera estaba bañado en sudor manchando su propio cuerpo también, no le importo en lo mínimo incluso disfruto de eso, extrañaba el calor de una amante, el sudor cubriendo su cuerpo completo mientras sus pieles se unían en el punto más íntimo de sus seres.
Estaba próximo al orgasmo, nunca le había pasado tan rápido, pero era ella una fuente de calor como ninguna otra. Su miembro estaba tan firme como un diamante en una tormenta de hielo, pero ella le derretía con el calor de su cuerpo, todo el calor que el no tenía ella se lo daba en cada movimiento, sus cuerpos eran uno, matador y matador, presa y presa unidos en un sólo ser.
Aunque deseara evitarlo el momento culmine estaba cerca, ese momento en el que su humanidad volvería a el aunque fuera por sólo unos instantes, era irónico una amante no humana le devolvía su humanidad como ninguna mortal en esos cuatro siglos lo había hecho, pero quizás era eso...el dulce sabor de la muerte era lo que hacia su humanidad volver.
El miedo a morir en cualquier momento era la verdadera humanidad y en ese momento estaba sintiendo ese miedo a la muerte que era tan dulce como doloro, era perfecto, era terrible y hermoso a la vez.
Una bella forma de morir....
Robert Noback- Mensajes : 411
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