¿Practicas deporte? {Alexander Dupont}

Biberones, pañales, leche, dulces, comida nutritiva, lindos vestidos con múltiples listones y bordados… todo esto había terminado, Alexandra había dejado de ser una niña para convertirse en una adolescente, una la cual empezaba a interesarse por muchachos de su edad, cantantes y a veces le quedaba tiempo para preocuparse por su futuro fuera corto o largo ella ya había elegido su carrera. Al ser hemofílica los planes a futuro no cabían, aunque sus padres tenían mucho dinero y desde pequeña había sido tratado por los mejores médicos las conclusiones no eran favorecedoras, en cualquier momento o en cualquier lugar podía ocurrir algo lo cual le quitara la vida.
Las cobijas cayeron al suelo y un esplendor de luz entro directo a sus ojos lo que provoco que hiciera un gesto de molestia al mismo tiempo que se tapaba la cara con la almohada –Es sábado…- Susurro a su nana que se dedicaba cada mañana a levantarla para que asistiera al colegio, no era como si fuera complicado levantarse, pero aun así lo necesitaba. –Lex, tienes entrenamiento de tenis- Alexandra estaba en cualquier actividad o deporte existente, le encantaba pasar el tiempo ocupada y no había nada más interesante como desarrollarse en cualquier ámbito.
La rubia no tardo ni una hora en tener su uniforme característico de este deporte, su minifalda blanca con tablones, su blusa del mismo color y su par de tenis. El clima en Londres era característico por estar frió la mayor parte del tiempo aunque para ella eso no era nada, le gustaba el frió y difícilmente lo sentía. Decidió que prefería caminar al club deportivo en lugar de que el chófer la llevara. Sus pensamientos la trasladaban generalmente a un mundo existente en su cabeza, donde todo era más interesante que la vida real, seguía dándole vueltas a lo que había averiguado seguía pensando que era aberrante la existencia de seres fuera de los normales o si alguien podía vivir más de cien años, para ella era horrible, no podía concebir que las personas vieran a sus seres queridos morir sin poder hacer algo por ellos, o solo vieran destrucción sin hacer algo para cambiarlo, su pensamiento salió de aquello en cuanto se resbalo y cayó al suelo –Auch!- se quejo un poco pero luego no pudo evitar reír –Torpe, torpe- se levanto después de cinco minutos y sacudió su faldita.

La rubia sacudía aun su pequeña falda, cuando escucho una voz familiar y en pocos segundos ya la estaba ayudando, sonrió de lado a lado porque sin duda le gustaba pasar tiempo con esa persona, aquella persona que desde pequeña la había adoptado ¿o era al revés?. -Papi!!!- lanzo un pequeño grito antes de estar fuertemente abrazada de el, para ella sus padres eran la perfección andando, desde como vestían, su forma de hablar, su simple olor, todo giraba en torno a la perfección, algo que podía llegar a ser escalofriante ¿Desde cuando alguien podía llegar a ser perfecto? era imposible. -Te extrañe tanto- susurro sin soltarle, como si temiera que en cualquier momento se fuera. Entendía que sus padres fueran personas importantes y que la mayoría del tiempo tenían que estar trabajando así que aprovechaba los momentos en los que podían estar juntos a su máximo. Se alejo lentamente de el y le dedico de aquellas sonrisas de niña encantadora y mimada por sus padres. -¿Juegas tennis?- sonrió de nuevo pero esta vez de una forma retadora -No te preocupes, puedo darte ventaja.- camino un poco de espaldas hacia el deportivo, intentando verse ruda, solo esperaba que el piso no estuviera tan resbaloso como para caer de nuevo, porque pasaría de ser una chica ruda a una chica torpe.

Sonrió por la forma en la que su padre se desenvolvía en aquellas canchas, era como pez en el agua pero ella no dudaba en que practicara seguido el tennis. Antes de que la rubia pudiera decir algo su padre anuncio el primer set, ella agito con más fuerza la raqueta hasta el punto en el que hacia contacto con el aire provocando un ruido.  Camino lentamente hasta su lugar en la cancha sin antes dedicar una mirada fulminante a las chicas que no paraban de murmurar cosas acerca de su padre. –Es gay.- Susurro lo suficiente fuerte para que una de las chicas la escuchar, estaba un 80% segura que su padre estaba ocupado con el hombre que le daba un cooler para escuchar lo que ella había dicho. Las chicas rieron y podía notar cómo es que no se lo podían creer, era un hombre muy atractivo, incluso escucho como se lamentaban por eso. La rubia sonrió de lado como si hubiera cumplido su objetivo. Su padre boto la pelota un par de veces y después golpeo con la raqueta con la suficiente fuerza para hacer un saque excelente. La chica corrió un poco y pudo hacer contacto su raqueta con la bola conectando un Reves que había practicado tantas veces con su entrenador.