Un merecido descanzo [Vladimir]

Desde que había perdido el reino vampirico se había dedicado mas a viajar que a otra cosa, no solo por el simple hecho que los Vulturi lo buscaban para matarlo, simplemente necesitaba unas vacaciones, unas merecidas vacaciones. Seguía sin entender como iba su relación con la niña Bathory, solo mensajeaban y tenían meses sin verse, eso a veces no podría considerarse una relación.
La noche empezaba a caer y lo fresco de la noche empezaba a provocar que las calles quedaran vacías, era evidente que las personas de Suiza estaban acostumbradas a ese tipo de noches pero la delincuencia había incrementado las ultimas semanas y ya todos temían. A paso lento se dedicaba a caminar, sin llamar mucho la atención o eso esperaba, era evidente que con su belleza sobre humana llamara la atención pero ahora se esforzaba por pasar desapercibido, había comprado ropa de esta época y algo discreto como un simple pantalón de mezclilla unos zapatos y una playera negra ajustada, no tenia frió el no sentía la temperatura.
Sus pensamientos seguían sacándolo del mundo, tanto así que había llegado a un riachuelo sin prestar mucha atención. Se acerco lentamente y dejo su mirada perdida entre algunos arbustos ¿Acaso se estaba volviendo loco? Se agacho lentamente quedando así de cuclillas, introdujo su mano al agua deshaciendo así su reflejo, después de vivir mas de dos mil años hacia que las cosas carecieran de interés para el, todo era aburrido. Aspiro aire como si en verdad lo necesitara y pudo percibir el aroma de alguien mas, cerca. Siguió el aroma a velocidad vampirica y vio al joven ¿Que haría ahí?. Camino a paso humano acercándose hasta el. -Hay demasiado peligro como para andar solo a estas horas.-

¿Que hacia un vampiro de mas de dos mil años en un lugar como Suiza? Eso era algo que el mismo averiguaría o eso esperaba. Escucho con detenimiento las palabras del chico y parecía interesarle, pero hasta cierto punto el joven tenia razón, los ladrones preferían lugares turísticos, lugares donde hubiera mas gente con sus bolsillos llenos de dinero o con joyas valiosas y no un riachuelo alejado de todo, eso si, pero había algo que a lo mejor no contemplaba, había seres que le podrían arrancar la cabeza en dos segundos. Sonrió un poco y asintió al escuchar sus ultimas palabras -Tal vez tengas vida y eso a muchos les interesa-
No solo se refería a los seres sobrenaturales que pudieran querer cenarse al joven, también se refería a personas enfermas que disfrutaban con asesinar a alguien mas, solo por placer. Metió sus manos a los bolsillos palpando su celular, no lo hacia para usarlo simplemente eran algunos reflejos, lentamente saco sus manos y las cruzo sobre su fuerte pecho. -Y dime, ¿Cual es tu nombre?- El humano parecía interesante algo que había despertado la atención del viejo vampiro.

En esos momentos mil cosas podrían estar pasando por la cabeza de aquel joven pero era algo que el vampiro no podría averiguar, escucho atentamente el nombre *Anton Lindberg* repitió mentalmente pues no quería olvidar ese nombre, tal vez luego le serviría para algo. Estaba a punto de hablar cuando escucho aquellas palabras, no se podría decir que lo dejo frió porque ya lo estaba, no le sorprendió demasiado, su olor era de humano y para que supiera de el había dos maneras. 1.- Era aficionado de lo sobrenatural y alguna vez había visto una pintura de el o 2.-Era un brujo. Entrecerró los ojos lo mas mínimo, apenas perceptible para el ojo humano. -Brujo- dijo firme y en tono casi imponente -Vaya... es difícil verlos en este tiempo, creí que estaban en peligro de extinción- ¿Acaso eso era posible?
La idea de estar frente a un bruj@ le parecía interesante por el simple hecho que no había visto uno ya hacia mas de cuarenta y cinco años. Recordaba aquel día cuando el brujo le había dado la noticia de que no podía traer a su hermana a la vida, un día de los mas dolorosos para aquel vampiro o a decir verdad el único día en el que había sufrido realmente.

El sol había terminado de ocultare, todo era oscuridad excepto por el reflejo de la luna sobre el riachuelo, pero a pesar de carecer de luz el vampiro no tenia ninguna dificultad con la vista, eran seres de la noche, estaba en su medio, en su habitat.
Entre mas tiempo pasaba con el brujo mas quería averiguar de el y no solo por que fuera chismoso o algo por el estilo, mas bien era curiosidad, le parecía fascinante conocer a un ser mágico mas allá de los lobos y los vampiros. Ladeo la cabeza, el brujo tenia razón, no le había dicho su nombre ¿Le convenía hacerlo? se encogió de hombros solo mentalmente ya que físicamente permanecía inmóvil y así estaba bien, o por ahora. -Vladimir- dijo solo agregando eso, dio un paso hacia el brujo y busco encontrarse de nuevo con sus ojos -¿Que edad tienes?- Por la edad Vladimir planeaba averiguar que tan experto era el brujo, que era capaz de hacer y que tan letal podría llegar a ser.
¿Quien se había encargado de extinguir a los brujos? ¿Lo harían por temor? Recordaba a la perfección la época en la que los mismos humanos al descubrir a un brujo se le llevaba a la hoguera. Río interiormente al recordar como es que habían matado a la bruja de la que el se había enamorado en aquellos tiempos y como es que el no había podido hacer nada, recordaba aquellas llamaradas hasta lo alto, como ella gritaba algo que para muchos seria escalofriante, el vampiro ya había tenido tiempo de asimilarlo y aprender a vivir con ello.
Volvió sus pensamientos a donde estaba, estaba con un ser mágico aun mas impresionante que los vampiros después de todo los brujos habían sido los primeros seres en pisar la tierra según se sabia y ahora tenia que averiguar a donde lo llevaría este encuentro.

Un ligero aire llego para chocar sus mejillas, era algo insignificante, ya ni podia recordar lo que era sentir ese mismo aire siendo humano, sabia sin duda que era diferente pero no lograba recordarlo ¿Acaso su mente lo habia bloqueado? Pero la verdad es que el tenia dos mil años o mas, tenia que agradecer si es que recordaba lo que habia pasado ya hacia quinientos años.
Noto como el joven bajaba de la verja para quedar centimetros bajo el, no era muy alto, pero eso tenia sin cuidado al vampiro, nunca tomaba atención a la estatura en realidad no importaba para nada. Alzo una ceja al ver cuando prendía el cigarro *Que molestia* Pensó de inmediato, a pesar de haber estado cuando se inventaba semejante vicio nunca había encontrado el gusto por darle caladas, lo veía como una perdida de tiempo, solo eran pequeñas maquinas ferroviales humanas. Era muy joven, demasiado poco practicando magia pero aun así no dejaba de ser un brujo y eso le interesaba al vampiro cada vez mas, no necesitaba uno por ahora pero no se sabría mas adelante, según se decía era mala suerte tener a un brujo de enemigo.
-Rumanía- hizo una pequeña pausa para aspirar nuevamente el aroma del joven ahora combinado con el aroma del tabaco. -¿Que mas quieres saber?- Camino lentamente alrededor de el sin dejar de mirarle ni un solo segundo, sabia que el chico tenia muchas preguntas y estaba dispuesto a contestarle lo que fuera necesario o al menos lo que le convenía que el supiera.

El vampiro dejo de caminar a su alrededor quedando justo a su costado derecho, dejo de mirarle para observar detenidamente aquel riachuelo, el agua corría y el sonido era tranquilizador realmente, ladeo la cabeza un poco al ver una lata que era arrastrada por la corriente ¿Como es que podía defenderse de aquello? No había a nada que pudiera aferrarse o donde quedar estancada, eso pasaba muy seguido en la vida de muchos y al vampiro le recordaba cada caso que había visto. Un minuto de silencio domino el momento hasta que el joven humano rompió aquel estado. ¿Flojera? ¿Acaso no sabia las interesantes historias que pudiera contar un vampiro? Después de todo vivir varios siglos ayudaba a pasar por diversas circunstancias que a muchos les gustaría pasar y no tenían la fortuna o des fortuna. El licor no era mala idea, no disfrutaba su sabor y no causaba ningún efecto en el, pero al menos intentaría entretenerse con algo al menos hasta que terminara la noche. La vida de un vampiro podía llegar a ser doblemente aburrida ya que no dormían vivían el día y la noche. -Adelante.- extendió su brazo para ceder el paso y así poder seguirlo hasta el lugar al que el se refería. Metió sus manos a los bolsillos de su pantalón unos segundos antes de introducir una de sus manos a su cabello para despeinarlo un poco -¿Y a que te dedicas?- En realidad no le interesaba mucho simplemente preguntaba para tener algo de que hablar.