Sola en la oscuridad? -Alexandra-

Noche eterna de Londres, bruma constante y frio sin par. Todas las noches una leve capa de niebla cubria las calles, ocultando los peligros que rondaban en la oscuridad. Las tenues luces que iluminaban la ciudad, no bastaban para descubrir todo lo que se movia en las sombras. La poca gente que aun transcitaba a esas horas buscaban llegar pronto a sus hogares, evitando ser victimas de alguno de los monstruos que decian, rodaban esas calles.

Un leve espectro oscuro surco la niebla de repente. Era imposible ver su forma debido a la velocidad con la que se movia. Lentamente recorrio las calles hasta la unica zona transcitada a esas horas. Para su deleite era solo mujeres y dos de ellas eran virgenes. Deslizo su lengua por sus labios, dejando ver dos colmillos sobre salir de su boca. Una vez mas se convirtio en sombra, llevando consigo a las 4 chicas que caminaban en grupo.

-Cena....-musito gelido, perforando el cuello de una virgen, delitandose con su sangre mientras las demas permanecian dormidas en el suelo. Terminando con la chica, creo una especia de compactador de metal. Lanzo el cuerpo seco, siguiendolo los 3 restantes cuando termino con ellas. Con destreza cerro el metal, comprimiendolo hasta el punto que solo quedo un cubo de color piel. Tomo ese cubo y lo lanzo al lago, viendo a los peces devorarlo.

Mostro una sonrisa macabra unos momentos y luego salio del parque, caminando a paso humano en busca de algo mas para entretenerse.

“Querido diario, ya han pasado seis meses desde que me entere que mi familia adoptiva no es lo que me hicieron creer, todos son vampiros… todos son esos seres que desearían mi sangre en cualquier momento. Les temí… sentí temor en cuanto lo supe, creí que era mejor no saberlo y vivir en la ignorancia siempre, pero eso no paso. Y ahora tengo que volver con esa familia que tanto temo.”

Los rayos solares no entraron por su ventana, la noche anterior había trabajado en turno de tercera en la morgue así que ahora había aprovechado para descansar todo el día. Al abrir los ojos lo primero que hizo fue revisar el reloj –Genial… Dormí todo el día- Un poco de música la acompaño mientras tomaba una ducha y se arreglaba un poco, era su día de descanso o más bien su noche de descanso y sabría como divertirse, tal vez podría vivir una noche intensa con un poco de adrenalina. Aun cuando su padre le había ofrecido ir a elegir un auto ella seguía negándose, prefería que la llevara el chofer de la familia o tomar un taxi. Ya era muy tarde y en las calles solo transitaban jóvenes adultos que buscaban un poco de diversión en algún antro, restaurante, table dance o cualquier local que aun estuviera abierto. La rubia decidió que caminaría un poco antes de elegir qué cosa arriesgada haría esa noche. El clima era perfecto pues el aire circulaba de un lado a otro y la cabellera de la rubia a menudo azotaba en sus mejillas, ni frio, ni caliente, existía un equilibro.

Estaba tan perdida en sus pensamientos que poco interés mostraba a lo que estaba alrededor, omitía toda presencia cercana e incluso los ruidos, se detuvo un momento al darse cuenta que se alejaba de donde estaba más habitado y entraba a la zona donde no se veía ninguna alma… o no humana. –Rayos.- Se quedo de pie sin hacer un movimiento más, pues tal vez esa podría ser la oportunidad de la noche para hacer algo arriesgado. 

Esa ciudad tenia un encanto que siempre le habia atraido. En las noches era muy silenciosa, no existian almas curiosas que interrumpieran los momentos en que cenaba y las pcosas que alguna vez lo habian echo, ahora formaban parte de la naturaleza, como ceniza o alimento de algun animal callejero. Tambien le facilitaba escoger a quien matar sin el trabajo de alejarla de un grupo, solo debia acosarla en las sombras, crear un miedo que la llevara a huir por las calles donde terminaria perdida y luego muerta. Claro que luego de haber tenido su merecido alimento, no tenia mucho que hacer aunque siempre podia pasar un par de horas destruyendo los edificios abandonados, aprovechando para mejor de paso el control de sus dones.

-Bueno en fin..no hay humanos, ni autos ni nada -escudriño la calle despacio.- Supongo que ire a la zona abandonada para demoler algo.

Preso de una gran pereza, magnetizo las plantas de sus pies, pegandose a la pared de un edificio para subir de forma vertical. En el techo volvio a mirar la ciudad antes de empezar a saltar entre las terrazas, abarcando la distancia entre el parque y su destino muy rapidamente. Luego de media hora saltando de borde a borde, se detuvo en la corniza de un edificio departamental. Desde ahi podia ver un viejo centro comercial listo para la demolicion.

-No creo que les moleste un poco de ayuda -con elegancia salto hacia la calle, frenando a unos pocos centimetros para luego aterrizar perfectamente de pie.- Espera....-olfateo de nuevo la calle, captando un aroma nuevo.- Aun hay gente fuera..? -se cuestiono buscando a la chica estaba por ahi cerca.

Al parecer despues de todo, su noche no seria tan aburrida como habia pensado.