Miles away [Victoria]

Y ahí me encontraba, en el frío y lejano Alaska, a kilómetros de distancia de New Jersey, mi ciudad natal. Estaba sola y perdida, alejada de la civilización, sentada en la rama de un enorme árbol cubierto de nieve en una de las montañas de Juneau.
Todo lo que podía ver a mi alrededor era esa inmensa e interminable capa blanca por todos lados; en el suelo, en los arboles, en las rocas y seguramente en mi cabello también.
No odiaba en lo que me había convertido, pero tampoco lo disfrutaba, no me gustaba la soledad y mucho menos ese odioso ardor en la garganta que no se detenía en ningún momento, así bebiera de 10 humanos diariamente, mi garganta seguía doliendo y pidiéndome mas.

Me asustaba matar gente de ese modo, sentía que esa no era yo, jamás en toda mi vida me había pasado por la cabeza hacerle daño a mis semejantes... pero de cierto modo ellos ya no eran mis semejantes, yo había dejado de ser humana y algo mas fuerte que yo, seguramente la naturaleza del vampiro, me orillaba a cometer esos actos tan... rudimentarios.

Si tan solo pudiera dormir y olvidarme de todas esas cosas por un tiempo... pero eso no sucedía, jamás estaba cansada, jamás volvía a sentir esa pesadez del sueño, jamás podía sentir algo diferente a la sed, además, mi torpeza era tal que podía acabar con un enorme árbol al solo recargarme en él.
Intentaba resignarme a que esta era mi realidad ahora, pero no lo lograba del todo, extrañaba mi humanidad, extrañaba mi casa, a mis padres y a mi molesto hermano, extrañaba cantar, extrañaba ser normal.

Me puse alerta cuando un aroma que no conocía llegó hasta donde me encontraba ¿Quién era?
Comencé a sentirme nerviosa, no sabía que hacer, no sabía si estaba en peligro y debía comenzar a correr, o quedarme justo en donde me encontraba.
Aquél aroma era bastante extraño y a pesar de tener poco tiempo como vampiresa, sabía distinguir a la perfección que aquel aroma no era el de un humano.

Decidí quedarme justo en donde me encontraba y buscar con la mirada al poseedor de aquel extraño aroma.

Luego de no mas de un par de minutos, pude percatarme de que el aroma que tanto me inquietaba provenía de una bella chica que parecía bastante tranquila y confiada, mientras yo moría de miedo.
Se acercó como si nada pasara hasta donde yo me encontraba, miró hacia arriba del árbol y enfocó su mirada justo en la rama en la que yo me encontraba sentada, mirándome con tranquilidad y hablándome de manera respetuosa, pero de todas maneras, yo no podía confiar tan fácilmente en ella, no debía hacerlo.

- shhh - llevé mi dedo indice a mis labios, indicándole que guardara silencio - su aspecto era totalmente humano, pero su olor me indicaba que no lo era, pues no notaba sangre corriendo por sus venas, la garganta no me pedía a gritos alimentarme de ella - ¿Qué eres? - le pregunté sin darle muchas vueltas al asunto y en voz tan baja que seguramente los humanos ni si quiera se percatarían de mi susurro, pero ella podía escucharme fácilmente .

La miré unos cuantos segundos, no podía confiarme del todo, pero parecía ser que ella no iba a hacerme daño.
Bajé del árbol con un salto y caí de pie justo a su lado, entonces la miré a los ojos, esperé que se asustara por el color rojo sangre que tenía mi mirada, pero al parecer aquello no la inmutó, así que supuse que si no era un vampiro como yo, al menos era algo parecido y estaba enterada de nuestra existencia.

- Soy Jenna - respondí a su primer pregunta - y no te preocupes, desde hace unos meses que casi nada puede hacerme daño o lastimarme - me le quedé mirando, su presencia ahí me intrigaba mucho ¿Qué clase de ser era ella?, tenía la apariencia de un humano, pero no el olor de uno, además, su aroma se parecía mucho mas al mio que al de cualquier otro ser, pero de todas formas este tenía un toque diferente el cual no podía reconocer.

- Me escondo de todo ser que pueda meterme en problemas... aun no sé muy bien como son las cosas... - le comenté sin ser demasiado especifica pero esperaba que comprendiera a lo que me refería.

La miré fijamente, observándola analíticamente, razonando cada cosa que ella decía, siendo cuidadosa en cada uno de mis movimientos. Sabía que ella estaba mintiendo, era claro.
La mujer frente a mi era muy bonita, demasiado para ser una simple humana, no había humanos tan perfectos como ella y eso yo lo sabía bien, pues cuando había pasado a ser un vampiro, mi belleza se había perfeccionado en muchos sentidos.
Su aroma era bastante similar al mio, pero de todas formas tenía algo distinto, algo bastante significativo para hacerme dudar si de verdad era alguien como yo o se trataba de una raza diferente.
Estaba completamente segura de que no era una humana, eso era obvio, pero no podía asegurar que clase de ser tenía frente a mi.

- ok - murmuré mirándola fijo y analizando sus facciones - sé que me estás mintiendo, soy nueva pero no tonta - argumenté - ¿Qué clase de ser eres, Victoria? - pregunté directamente - Tu aroma no es para nada similar al de un humano, se asemeja un poco al mio pero no es idéntico, además, eres bastante atractiva, mucho mas que cualquier simple humana. - esperé su respuesta, esperando dejara de mentir y que no se molestara por mi atrevimiento.