Long Time Ago

por **Johnny Báthory** Sáb Abr 26, 2014 5:35 pm

El viejo perro que se había conseguido le había hecho compañía la mayor parte de la mañana, sentado en la mecedora detrás del mostrador y distrayendo a sus clientes, se había conseguido un pequeño puesto de vendedor de antigüedades en la vieja París, nada estrafalario solo mucho tiempo después de que decidió volver a vivir con mas tranquilidad. El seguía siendo tan duro como una suela de zapato, pero tenía muchos más años de lo que aparentaba. Lo habían conocido toda su vida como un ser fuerte, y siempre ya con esa juventud eterna, con pocos cambios, tan permanente como el río o las montañas. Pero sabía muy bien lo incierta que es la vida y atesoraba las mañanas que su pequeño amigo perro pasaba con él.

Y seguro que el can también las disfrutaba; ya no salía a ir a correr por allí, pero desde su lugar se sentía aún cerca de su dueño, podía ladrar aun a los desconocidos y pedir con ojos de cachorro un poco de comida. Sonreí de lado mientras le ofrecía una mirada y tomaba un libro de mi estante, me puse a leer, sentado en un taburete, miraba de vez en cuando por las ventanas para ver si se acercaba alguien a la tienda, sin dejar de prestar atención a su libro. Escucho el sonido de la puerta abrirse de repente.

por **Michelle Báthory** Dom Abr 27, 2014 7:37 pm

Indiferencia Ese era el estado permanente en el cuál un ser podía estar gran parte de su vida; no había consecuencia en los actos y menos explicaciones que dar, el mundo era de aquellos que se atrevían a reclamarlo y sostenerlo sobre sus hombros evitando que colapsara, incluso si con ello se sacrificara lo mejor de su vida, sus mejores años y sus mas grandes amores aunque ni ellos mismos lo entendieran, todo lo que se hizo y que está en proceso es una visión a futuro, por el bien propio y el de todo aquel ser que estará en sus manos. En las de Michelle.
Lo veía ocasionalmente caminando en una rutina cansada, no parecían haber pasado los años con él a pesar de que su deceso fue hace muchos años atrás, muchos mas de lo que podía recordar, pues cada día que había pasado desde aquella fecha, cada hora y cada minuto se sentía tal cual a enterrarse una espina en el pecho, uno se acostumbra al dolor... incluso aveces puede llegar a ser placentero, si lo ves de un modo desesperado.
Éste dia era como muchos otros, con escasos rayos de sol luchando para filtrarse entre la densa niebla, un clima refrescante, pero no era eso lo que hacia mi piel erizarse. Era el solo pensar en encararlo y escuchar su voz nuevamente, ambos serian un espectro, el uno para el otro. La tienda estaba vacía y eso no era novedad. Abrí la puerta sigilosamente, casi a punto de dar un paso atrás pero no, jamas me permitiría regresar, por mas ganas o miedo que tuviera.
Había un perro viejo, un buen amigo, pero quien realmente importaba el joven a su lado, Los años definitivamente no pasaban por su rostro, por su cuerpo, pero sí por su mirada. Tenia tanto que decirle y pesar no tener nada que decir al mismo tiempo.

- John - Lo llamé por su nombre de pila.

- E... estoy aquí-

por **Johnny Báthory** Miér Mayo 07, 2014 4:38 pm

Continué con la mirada perdida en una novela antigua que se trataba de princesas y caballeros de la edad media, no tenía mucha vuelta que darle, pero le había parecido un buen libro como lo adquirió un poco de ficción para alejarse de la realidad actual. Su vida era tranquila y relajante, no había muchas cosas por hacer y nada en realidad por preocuparse, solo se dejaba llevar por la corriente, no pensando en el mañana o lo que podría suceder luego, sino en el hoy.

Sonrió de lado mientras cerraba el libro y miraba a su nueva recién llegada, la miro al principio un poco confuso, no había muchos clientes que fueran a su tienda, y de los pocos que iban, menos aun sabían su verdadero nombre, utilizaba otro nombre ahora que estaba allí. No por querer ocultar algo, sino porque su verdadero nombre era todo lo que recordaba desde que tiene memoria, intento reconocer el rostro femenino al otro lado de la puerta, se le hacía conocido sin duda, y una familiaridad le llego de lleno, sonrió un poco más levantándose de su sitio y dejando el libro sobre su lugar.

- buenos días -saludo en un susurro y mientras se acercaba a ella, y todavía un poco dubitativo miro alrededor- sí, estas aquí... -le dijo sin saber realmente que decir a continuación- generalmente lo están todos al llegar -intento bromear mientras le hacía un gesto para que pasase- sabes mi nombre, lo cual es raro, no muchas personas lo saben.. y me reconoces, pero y el tuyo... cual es...? -pregunto con un gesto de mano refiriéndose a ella mientras eliminaba la poca distancia- no lo se, pero siento que ya te he visto antes -dijo observando detalladamente cada aspecto del rostro femenino-

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