Cronicas de una muerte anunciada {Sanja y Steven}

Día 1

Bonnie comenzaba a notarlo. Desde hacía varias semanas había estado teniendo recurrentes lagunas psíquicas. No de esas en las que no recuerdas lo que has hecho, más bien de esas en las que todo parece un deja vú como si la energía circundante hubiera dejado una huella mágica cerca de ciertos lugares. Lugares por lo que sabía que no había pasado. Comenzaba a sentirse extrañada y de mal humor.  Robert se había ido de nuevo, no sabía a dónde o si estaba bien pero esperaba que estuviera vivo.  Siempre volvía y estaba segura de que esta no sería la excepción.

Aquella mañana había pasado frente al buzón de correos pero no recordaba haberlo hecho, tan sólo podía sentir esa huella mágica que todos los brujos dejan cuando usan su magia. Esa misma noche las cosas tampoco fueron muy bien, se había encontrado a nadie menos y nadie más que a Johann Herzig. Ése maldito cazador, Bonnie podía jurar que la próxima vez que lo viese no se contendría de escupirle la cara, era lo que merecía.  Pero no, prefería mantenerse con vida. Aunque no estaría de más escupirle a un ojo a ése vampiro cretino, el amiguito de Victoria. A ése sí que podía matarle de un segundo…. Pero…. ¿Qué demonios?

-Bonnie, controlate…- murmuró para sí misma, a sabiendas de que su magia negra comenzaba a calar en profundidad con sus sentimientos.  Además, las anfetaminas no estaban ayudando mucho con su autocontrol. Estaba comenzando a tener alucinaciones nuevamente.