BeLIEve [Althea n Set]

No podía asegurar que las cosas iban bien o iban mal, a cada segundo que pasaba mi cabeza se llenaba en mil paranoias, agradecía no tener que dormir o de lo contrario las pesadillas me hubiesen aturdido hasta el cansancio. Hasta que mi mente no pudiera soportarlo y sufriera alguna clase de demencia que me guiara justo a la perdición. Aún así, podía controlarlas lo suficiente como para... para no tener que derrumbarme frente a todos a cada momento, podía sonreír abiertamente aún cuando lo que más deseaba era simplemente desvanecerme como los suspiros. A día de hoy el dolor me había vencido, sentía pena por aquella chica, Britney, ella se veía tan enamorada... pero no tenía idea de como era él a pesar de mi advertencia.

Aparté toda clase de pensamiento de mi mente mientras miraba las paredes del camerino con cierto deslumbre, me parecía interesante la cantidad de fotos que había en las paredes, todas haciendo cualquier cantidad de trucos locos. Incluso uno donde se sacaba una moneda de ... agité la cabeza durante segundos y luego sentí su aliento sobre mi piel, me estremecí ligeramente. Sentí un nudo formarse en mi garganta y voltee levemente sobre mi hombro para poder verle a los ojos.
-Qué sucede, Set?- en alguna forma, sus palabras me hicieron sentir ansiedad y sentí un nudo formarse en mi garganta.

En cuanto le vi tomar asiento supe que se venía algo importante o quizás demasiado malo para decirlo de pie, sus manos acariciaban las mías y casi podía sentirse con normalidad. Como si ambos fuéramos humanos... pero no era otra cosa que dos cuerpos que parecían acoplarse en equilibrio con el ambiente. Cerré los ojos con fuerza y deseé poder llorar como si no hubiera un mañana, mi cuerpo completo se estremecía y justo cuando creí que podía controlar los temblores el puso su dedo demasiado cerca y mis pezones reaccionaron al instante. Al instante me sentí absolutamente maravillada, viendo como aparecía de la nada una rosa y mis ojos se iluminaban casi al instante. Una risita sosegada y casi infantil salió de mis labios y no pude evitar sonreír, una sonrisa más bien amarga y cargada de un dolor incomprensible.
Sin dudarlo, corté la distancia que me separaba de él y lo abracé, un abrazo bastante raro considerando que justo el estaba sentado y mis pechos quedaban justo encima de su cabeza. Su rostro contra mi abdomen y mis manos acariciando sus cabellos, enredándolos juguetonamente y volviéndolos a peinar.
-Tú también me gustas Set... pero tengo miedo. Siempre lo tengo y ya no sé en quién confiar, me gustaría poder hacerlo contigo. Y sin embargo llevaría tiempo... aún así, si buscas otras cosas de mí dímelas de una vez. Porque no me gusta que jueguen conmigo.

No pude reprimirlo más y de mis labios se escaparon unos cuantos suspiros. Mis dedos seguían jugando en los cabellos de Set mientras me dedicaba a morder mi labio inferior, los dientes resultaban desgarradores aún cuando mi piel era mucho más resistente, se sentía como cuñas de titanio recién afilados. El nudo que se había formado en mi garganta me vi obligada a tragarlo y las mariposas en mi estomago habían evolucionado en murciélagos con todas las cosas hermosas que decía. Quería creerlas, de verdad quería pero...
-Set, ve con calma, por favor. Necesito estar segura- dije, apenas conteniendo por temblores de mi cuerpo menudo, justo después de que sus labios se acercasen demasiado a los míos.
Set era indudablemente atractivo pero... Me alejé unos dos pasitos, desconfiada y me abracé a mi misma, buscando un calor que sabía bien no encontraría, porque mi cuerpo estaba helado, incluso para mi. Le miré suplicante mientras mis ojos reflejaban una tristeza profunda.

Sonreí con sus palabras, era bueno saber que podía confiar en él y que me daría tiempo, tiempo suficiente para saber que haría conmigo misma y con los demás. Le di un beso en la mejilla y reí dulcemente por lo bajo pero al volver mi rostro me encontré con que un hombre irrumpía para decirle que ya era hora de hacer su show. Sonreí dándole ánimos y tomé sus manos apretándolas con fuerza para que sintiera seguridad.
-Adelante, te estaré viendo desde el público- se muerde el labio-. Espero que todo salga bien.
Le solté y salí de allí conducida por el hombre. Cuando salí por la puerta principal llegué a la fila que se amontonaba ya esperando que él saliera, algunas mujeres histéricas me vieron mal, como si les estuviera quitando algo de mucho valor para ellas. ¿Ese era el precio de la verdadera fama? A veces me gustaba no ser una modelo tan conocida, me hubiera sentido muy acosada si todos vieran así a mis allegados, sobretodo a los masculinos. Tras el show, no pude resistir más la presión que dos desconocidas hacían sobre mi cuerpo -aunque más se estaban dañando ellas que yo, para mi las intensiones valían y aquella me hacía sentir mal-, me vi en necesidad de huir. Tenía que pensar en muchas cosas.

Off: La saqué para no tener ninguna tema pendiente cuando la vaya a matar.