The Time of Our lives -Boda Hel&Souta- [Invitados]

Recuerdo del primer mensaje :

Siete de junio. En el calendario que tenía pegado en la pared había ido tachando los días con un rotulador. Pero hoy estaba marcado de una forma diferente. Un círculo de distinto color, subrayado varias veces, destacaba en todo el mes de junio. Por debajo de las rayas se podía ver otro círculo de otro color, del que salía una flecha donde marcaba el cumpleaños de mi prometido. No se me iba a olvidar, pero lo tenía marcado simplemente porque sí.
El círculo más reciente, el subrayado varias veces, marcaba otra flecha hacia el margen del calendario y bien grande ponía las palabras "nuestra boda" en japonés.
Volví a mirar el calendario y luego la hora de mi reloj. Era pronto aún, estaba amaneciendo y mi amiga dormía un poco más. Ella se había quedado conmigo esa noche para prepararme al día siguiente, y por la tradición de que los novios no se pueden ver antes de la boda. Esa tradición no me gustaba, pero tenía que hacerla porque mi amiga me tenía secuestrada y obligada a llevar varios peinados y vestidos.

Busqué en el armario la ropa interior y me bañé para estar lista cuando mi bff se despertara. Una vez me hube duchado y todo me puse una bata y esperé. En la habitación aún estaba el traje que me habían hecho llevar las chicas en mi despedida de soltera. ¡Y yo que tenía la idea de invitarlas a cenar! Así todo en plan tranquilo... Al final no pudo ser. Las chicas organizaron en casa una despedida de soltera con disfraces sexys. Algunas trajeron regalos, como Mae, que hizo unos bastante acertados para la fiesta marcapáginas y unos recuerdos en forma de pene que llevábamos enganchados en los trajes, muy sexys, por supuesto. Todas iban vestidas así, sensuales, enseñando... ¡Y ni yo me libré! Mi sobrina tenía mi traje puesto en mi cuarto para que en cuanto llegara a casa me lo pusiera. Era de novia, pero muy corto y provocativo.
Después de una desfasada fiesta con alcohol, todo tipo de adornos con forma de pene, los condones flotando por el aire como si de globos se tratasen, vibradores y hasta un stripper, todas nos fuimos a dormir. Pero yo no pude pegar ojo y me levanté al amanecer.
Estaba nerviosa. Nunca pensé que alguien como yo pudiera casarse, y tampoco pensé que tendría ganas de hacerlo. Hasta que encontré a Souta y mi vida cambió, llegando a aceptar, emocionada, el matrimonio con él, algo a lo que siempre me había opuesto. Ahora mismo me planteaba lo que supondría casarme y simplemente me emocionaba más, me sentía feliz de compartir todo con Souta.

Sin hacer ruido me fui al vestidor a buscar mi vestido que estaba colgado en una percha. Una caja estaba descansando en el suelo: los zapatos. Sin poder esperar mucho más me quité la bata y desenganché el vestido de la percha. Me lo puse y me quedé mirándome al espejo. Ahora no estaba maquillada ni peinada, pero sin embargo me veía bien con el traje que se ajustaba a mi cuerpo hasta formar la cola. Me veía extraña, pero feliz por lo que significaba el vestido.
Sólo tenía que esperar a que mi bff me arreglase.




Horas después ya estaba de camino al lugar donde se oficiaría la ceremonia. Era un lugar abierto, una especie de jardín enorme donde se celebraban banquetes, bodas, cenas de negocios... El sitio lo merecía, la verdad. Estaba rodeado de árboles y flores, pero sobretodo, lleno de un muy bien cuidado césped. Las sillas, muy numerosas, estaban ordenadas perfectamente, y un sobre con el nombre de quienes se sentaban ahí descansaba en ellas. En algunos sitios había sombrillas estilo japonesas, grandes, para proporcionar sombra a quienes se sentaban ahí, por éso estaban colocadas en sitios específicos, para evitar que algunos brillasen o se hiciesen daño al sol.

Yo aún no salía, tenía que esperar un poco. Luke, Midori, Nathalie y Ginny venían conmigo, me acompañarían al altar junto con mi hermano. El niño llevaría los anillos cuando fuera el momento, y las tres niñas, flores. Ahora ya sólo quedaba esperar el momento en que tuviera que salir y encontrarme con el hombre que había conseguido que lo amara tanto hasta el punto de casarme.