Últimos temas
Online
¿Quién está en línea?
En total hay 13 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 13 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 130 durante el Dom Sep 22, 2024 10:37 am
Sans toi je ne peux pas vivre {Fic: Sin ti no puedo vivir} (Cap 6 fecha de la última actualización: 24/nov)
+7
Alexandra Dupont Baker
Alysson E. Jointer
Shana Nanther
Britney Dupont
Helene Harada
Caely E. Montesco
Alexander Dupont
11 participantes
Twilight Moon :: Off Rol :: Galeria :: Fan Fiction
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Sans toi je ne peux pas vivre {Fic: Sin ti no puedo vivir} (Cap 6 fecha de la última actualización: 24/nov)
Recuerdo del primer mensaje :
Esta es la historia de joven con sueños e ilusiones desgarradas, con un corazón herido que hallaba el amor necesario en los senos fraternales de la inconsciencia y en delirios de grandeza. Un joven que desde la más tierna infancia tenía todo cuanto pedía, dormía en sábanas de seda y lino, recibía la mejor educación de la época junto a su pequeña hermana, nunca la faltó nada o eso quería creer; sin embargo siempre hubo algo en él que defraudaba a sus mayores, a su padre, a su madre, a sus tíos. Quizás era su espíritu rebelde, su miedo por los espacios cerrados o su encanto magnético lo que le volvía potencialmente peligroso para la fama de Mickael, su padre. En su infancia siempre procuraba perfeccionar sus técnicas en todos los aspectos, siempre buscando la aceptación, siempre buscando el cariño que creía merecer; es su búsqueda aprendió a tocar el piano, la equitación, el esgrima, la literatura, el latín, el griego, el arte de manipular y la caza. No obstante todos sus intentos resultaron fallidos desde el momento en que, por defender a su hermana, desautorizó a su padre, y fue aquello lo que en principio le costó muchas torturas. Siempre había sido mujeriego, egoísta con su felicidad y arrogante con ciertos personajes... pero jamás había deseado el mal a nadie hasta ese momento... jamás había querido que aquello sucediera de tal modo. Y ahora que todo había acabado, que ni siquiera pretendía volver a recordar su vida como humano, no era capaz de recordar el más mínimo atisbo de humanidad: solamente era capaz de sentir por ella y por sí mismo pero en el proceso, también la había olvidado a ella, cegado por el deseo de sangre.
Era un cálido verano, el joven De Pointe tendría unos 16 o 17 años cuando su padre decidió llevar sus negocios a un nivel más alto, comerciando con Asia sobre algunas especias. Aquella tarde el primogénito volvía a caballo con algunos de sus amigos, traían varios faisanes atados de cabeza a largas varas de madera que sostenían sobre sus hombros en cada una de las puntas. Llegando ya al gran jardín de entrada atisbó a su bella hermana platicando fluidamente con un hombre de origen asiático, ambos sentados sobre los mueble encuerados del corredor principal. Bajó del caballo sin apartarles la vista, dejando la rienda en manos de un criado de piel oscura y se aproximó allí casi con enojo. Mae le presento al asiático, un tal Fujiwara, comerciante Japones natural Kyoto. Aquel mes, Fujiwara, sería invitado de honor en la mansión De Pointe, del cual Alexander se sintió encantado no solamente por su forma de actuar y sino por su magníficas habilidades con la espada.
Las semanas corrieron rápidamente, uno de tantos días Alexander quedó con Fujiwara para beber algo de alcohol y divertirse con las chicas del la ciudad -cosa que Mickael De Point le tenía prohibido, al ser un joven de alcurnia no debía dejarse ver ebrio o coqueteando con jóvenes solteras- sin embargo le tendieron una trampa y fue encontrado por su padre con las manos en la masa. Aquella tarde, lo último que vio fue a Fujiwara, sonriendo tras las espaldas de su padre, sonriendo como un grandísimo hijo de puta; como si disfrutara de ver cómo los criados se llevaban a Alexander a rastras al interior de una carroza que le transportaría a la mansión y, tras esto, al calabozo de la misma. El moreno se arrellanó entre los cojines de seda, sabiendo que aún si lograba escapar tendría que volver o lo que es peor, le buscarían, el castigo sería mucho peor pero en aquel momento nada importaba. Él odiaba a Fujiwara, odiaba a los asiáticos y siempre los odiaría en adelante.
Antes de darse cuenta ya le obligaban a bajar de la carroza -¡Suéltame, negro inmundo!- exclamó, apartándose bruscamente-. Puedo ir solo. Unas grandes puertas de madera con relieves de acerco se abrieron ante él, le condujeron por los amplios pasillos de aquella mansión y cuando finalmente llegó, las escaleras le parecieron demasiado cortas. En el piso inferior se encontraba el Negro Kahir, llamado así por obvias razones, esperando para que el señorito De Pointe fuera llevado allí. Alexander tembló, tembló de miedo, de cólera, de rabia y de odio, les odiaba a todos, menos a Mae y a su señora madre. Pero a Mae la amaba y a su madre no, porque no podía amar a un ser que amase incondicionalmente a un hombre que maltrataba a sus hijos y que, además, les humillaba. Entonces le empujaron hasta llegar a una especie de sala de tortura, una mazmorra donde le desnudaban el torso y le ataban de manos y pies, guindándolo a una viga para que El Negro Kahir le azotara con el látigo.
El amor es el símbolo de la eternidad, elimina todo sentido del tiempo, destruye todo recuerdo del principio y anula todo el temor de un final.L'amour est le symbole de l'éternité, élimine tout sens du temps, détruit toute mémoire du principe et annule toute la crainte d'une fin.
Esta es la historia de joven con sueños e ilusiones desgarradas, con un corazón herido que hallaba el amor necesario en los senos fraternales de la inconsciencia y en delirios de grandeza. Un joven que desde la más tierna infancia tenía todo cuanto pedía, dormía en sábanas de seda y lino, recibía la mejor educación de la época junto a su pequeña hermana, nunca la faltó nada o eso quería creer; sin embargo siempre hubo algo en él que defraudaba a sus mayores, a su padre, a su madre, a sus tíos. Quizás era su espíritu rebelde, su miedo por los espacios cerrados o su encanto magnético lo que le volvía potencialmente peligroso para la fama de Mickael, su padre. En su infancia siempre procuraba perfeccionar sus técnicas en todos los aspectos, siempre buscando la aceptación, siempre buscando el cariño que creía merecer; es su búsqueda aprendió a tocar el piano, la equitación, el esgrima, la literatura, el latín, el griego, el arte de manipular y la caza. No obstante todos sus intentos resultaron fallidos desde el momento en que, por defender a su hermana, desautorizó a su padre, y fue aquello lo que en principio le costó muchas torturas. Siempre había sido mujeriego, egoísta con su felicidad y arrogante con ciertos personajes... pero jamás había deseado el mal a nadie hasta ese momento... jamás había querido que aquello sucediera de tal modo. Y ahora que todo había acabado, que ni siquiera pretendía volver a recordar su vida como humano, no era capaz de recordar el más mínimo atisbo de humanidad: solamente era capaz de sentir por ella y por sí mismo pero en el proceso, también la había olvidado a ella, cegado por el deseo de sangre.
Dime con quién andas y te diré quién eres.Dis moi qui tu hantes, je te dirai qui tu es.
Las semanas corrieron rápidamente, uno de tantos días Alexander quedó con Fujiwara para beber algo de alcohol y divertirse con las chicas del la ciudad -cosa que Mickael De Point le tenía prohibido, al ser un joven de alcurnia no debía dejarse ver ebrio o coqueteando con jóvenes solteras- sin embargo le tendieron una trampa y fue encontrado por su padre con las manos en la masa. Aquella tarde, lo último que vio fue a Fujiwara, sonriendo tras las espaldas de su padre, sonriendo como un grandísimo hijo de puta; como si disfrutara de ver cómo los criados se llevaban a Alexander a rastras al interior de una carroza que le transportaría a la mansión y, tras esto, al calabozo de la misma. El moreno se arrellanó entre los cojines de seda, sabiendo que aún si lograba escapar tendría que volver o lo que es peor, le buscarían, el castigo sería mucho peor pero en aquel momento nada importaba. Él odiaba a Fujiwara, odiaba a los asiáticos y siempre los odiaría en adelante.
Antes de darse cuenta ya le obligaban a bajar de la carroza -¡Suéltame, negro inmundo!- exclamó, apartándose bruscamente-. Puedo ir solo. Unas grandes puertas de madera con relieves de acerco se abrieron ante él, le condujeron por los amplios pasillos de aquella mansión y cuando finalmente llegó, las escaleras le parecieron demasiado cortas. En el piso inferior se encontraba el Negro Kahir, llamado así por obvias razones, esperando para que el señorito De Pointe fuera llevado allí. Alexander tembló, tembló de miedo, de cólera, de rabia y de odio, les odiaba a todos, menos a Mae y a su señora madre. Pero a Mae la amaba y a su madre no, porque no podía amar a un ser que amase incondicionalmente a un hombre que maltrataba a sus hijos y que, además, les humillaba. Entonces le empujaron hasta llegar a una especie de sala de tortura, una mazmorra donde le desnudaban el torso y le ataban de manos y pies, guindándolo a una viga para que El Negro Kahir le azotara con el látigo.
Última edición por Alexander Dupont el Dom Nov 24, 2013 8:34 pm, editado 5 veces
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
- Mensajes : 803
Re: Sans toi je ne peux pas vivre {Fic: Sin ti no puedo vivir} (Cap 6 fecha de la última actualización: 24/nov)
Si no amamos demasiado, no lo hacemos lo suficienteSi on n'aime pas trop, on n'aime pas assez
20 de Diciembre de 1716.
Sentía el calor corriendo a través de sus venas vulnerables, estaba oscuro y el llanto se arremolinaba en el fondo de su garganta. El Negro Kahir vino a él y levantó el látigo en el aire. Lo blandió contra su pecho sin misericordia pero no sintió nada, en cambio despertó de su amargo sueño. Los ojos se abrieron justo a tiempo para ver el sol subiendo la montaña ante un nuevo y espléndido amanecer, hacía ya un año desde la muerte de Kahir pero aún tenía pesadillas al respecto. Tragó con fuerza y se refregó la frente, aquella mañana no seguiría durmiendo aún cuando era temprano y se levantó para ir a los establos, sabiendo que allí encontraría a Berenice. Vaya sorpresa se llevó cuando fue Salomé la que quien apareció peinando a los caballos frente a sus ojos, saludó educadamente a su prima y ella le recibió con un cálido abrazo.
-¿Cómo te encuentras primo querido?
-Bien, muy bien, Salomé. ¡Qué extraño verte por aquí! ¿Sucede algo a Berenice hoy?
-No, no. Puedes estar tranquilo Alexander. Se ha recuperado muy bien y ha sido gracias a ti por traer en tantas ocasiones al hombre de las medicinas. Lo que sucede hoy es que tu padre y Claude se la han llevado para recibir a Ferdinand y Julian Gilbert.
-¿Mi tío al sur de Burdeos?- preguntó Alexander, con creciente sorpresa-. ¿Para qué habrán venido ellos?
-Supongo que no te habrán dicho nada.
Alexander negó con la cabeza, sintiéndose pesado de un momento a otro.
-Es la razón por la que estamos aquí. Las haciendas Gilbert comenzaron a tener problemas antes de nuestra venida, están siendo frecuentemente atacadas por animales salvajes sin mencionar que hasta ahora han muerto quince peones. Decidieron que los Harley teníamos la culpa pero con los últimos meses que hemos estado fuera, se están retractando.
-¿Han venido personalmente a disculparse por sus falsas acusaciones?
-No pero tu padre ha convencido a Claude de que la mejor ofrenda para la paz sería una boda.
-¿Una boda? Pero….
Berenice Garnier era joven, bella y soltera, podía casarse en cualquier momento con cualquier hombre que la cortejara. El moreno se cubrió la boca sintiendo cómo la bilis se agitaba en su interior. Él no tenía derecho de réplica si ella deseaba casarse con alguien más pero no podía admitir que su padre empujara a Claude a las manos de un asqueroso e inútil imberbe como Julian Gilbert. Alexander se disculpó con su tía y salió corriendo a través del campo durante varios kilómetros. Corrió y siguió corriendo hasta que sus pulmones quemaron, sus músculos temblaron y su mirada se desvaneció en oscuros surcos con estrellas. Maldito Claude, maldito Mickael, malditos todos…
Alexander sabía que el hecho de haber pasado las últimas dos semanas sin ser castigado por cosas que no cometió, ni por las que sí cometió, no podía ser nada bueno. Sin duda el había mostrado debilidad por Berenice y ahora su padre se aprovechaba de ello pero ¿por qué condenar a Berenice por algo que él había hecho? De hecho sabía bien que sólo podía significar un castigo de mayor tamaño para el final del mes pero nunca creyó que su padre fuera capaz de tal crueldad. Obligar con sus artimañas a una joven tan fresca, educada y hermosa como ella se jurara en matrimonio a su primo Julian. ¡Y tenía que ser Julian! Ése maldito rubio cabeza de pacotilla que se creía la gran cosa solamente porque su madre era la hermana mayor de la mía.
En realidad Julian no era nadie y no significaba nada dentro de su familia. Siendo el hijo menor, el menos diestro y agraciado sólo podía ser un banco de semen para generaciones futuras su valor según el mismo Mickael era inferior al de su hijo. Si esto era así, significaba que estaban abandonando a la hermosa Berenice a las manos de un hombre incapaz de cuidar de ella como esposa. Alexander desesperó en su soledad, tiró de sus cabellos con fuerza como si el escozor en su cuero cabelludo menguara el dolor de su corazón al ver en su mente a su amada siendo desposada.
¡Cuánto se había enamorado de ella en los últimos meses! El año había avanzado rápidamente desde la muerte de Kahir pero ahora, oh, ahora todo sería una lenta agonía hasta el día en que su amada fuera llevada a Burdeos nuevamente con su nuevo esposo. No había tiempo que perder, debía rápidamente destronar a su padre del ducado para que este le perteneciera y así poder casarse con su amada antes de que Julian tuviera la oportunidad para pedir su mano.
De vuelta en su alcoba escribió una carta al rey de Francia y Navarra. Su familia tenía conexiones directas con el lord por parientes lejanos de la casa de Bourbon. Aunque no era muy de su interés lo que su padre hiciera o no a espaldas del rey, lo cierto era que sólo había una forma de asegurarse la corona y era justamente traicionando a su padre. La recopilación de las pruebas sería difícil pero si había una oportunidad, por mínima que fuera, Alexander la tomaría sin remordimientos. La entregó a su criado de confianza
Al cabo de dos semanas la solicitud fue atendida y enviaron al capitán de la guardia al palacio del Duque de modo que pudieran vigilar sus movimientos desde cerca. El capitán Jean-Pierre Dubois pidió a Alexander una prueba de que él realmente era infiel a su padre y este sin perder tiempo le cantó la historia de su vida de cabo a rabo, mostrando además sus marcas aunque su orgullo le pesara. Entonces Jean-Pierre entendió el odio personal del joven duque hacia su padre y juntos pusieron las manos a la obra durante las próximas semanas.
14 de febrero de 1717.
Alexander entró en la casa de campo, Berenice estaba sola durante aquella tarde ya que todos habían decidido festejar en el festival anual de la Rosa, una fiesta auspiciada por Marcela Dupont. Los miserables habían dejado sola a la enferma Berenice, cuya condición había desmejorado súbitamente desde hacía unos días y cada día se encontraba un poco más enferma. Quizás sólo fuera un resfriado pero Alexander comenzaba a extrañar las flores en su habitación y no podía evitar el sentirse preocupado pues desde la llegada de Jean-Pierre había descuidado un poco a sus queridas mujeres. Pero cuando él entró en la casa notó que las cosas no iban bien, la cocina estaba encendida pero Berenice no estaba en ningún lugar. Apagó el fuego del agua hirviendo y se encaminó por el pasillo a la habitación.
El recinto estaba oscuro pero no le impidió ver a Berenice, hecha un ovillo en la cama con la mirada perdida en el horizonte, el cuerpo tiritante envuelto en las sábanas. El quiso decir algo pero su garganta estaba seca, caminó hacia ella -que parecía brillar al rojo vivo- con toda prisa. Sintió la angustia correr como un caudal a través de su ser mientras se precipitaba para llenar una bañera de agua. Sus piernas temblaron dolorosamente mientras gritaba a través de la ventana del baño, uno de los esclavos se dirigió corriendo hacia él y recibió la orden de buscar un médico inmediatamente.
Alexander preparó a Berenice y la sumergió en el agua tibia pero su cuerpo hirviente no parecía reaccionar siquiera y antes de saber que más hacer Berenice empeoró. Ella gimoteaba, envuelta en una alucinación ¿qué era lo que estaba viendo? Su cuerpo ardía en fiebre mientras Alex desesperado le buscaba agua para humedecer esos labios resecos, la hizo beber del ella y ella dio la sensación de estarse recuperando. Los minutos corrieron pero nada parecía cambiar demasiado. El moreno sudaba, necesitaba hacer algo, necesitaba a Salomé o a Claude…. O quien fuera. Sacó a Berenice de la ducha pensando que así estaría mejor más no la arropó, tomó el vaso llenándolo de una jarra de agua en el extremo de la peinadora y lo colocó en la mesa de noche. Luego comenzó a andar en busca de los adultos, había llegado ya a la puerta pero se detuvo cuando una suave voz jadeante le perforó el alma. Berenice estaba pidiéndole que se quedara.
Él no tuvo corazón para dejarla esperando a medio pasillo, la tomó en brazos evitando que se esforzara y volvió pronto a su lado en la cama. Alexander cerró los ojos, acurrucándose a prudente distancia de ella, que cerraba sus ojos suavemente. Los segundos transcurrieron, ambos en silencio hasta que escuchó un cristal partirse. Cuando levantó los ojos ella estaba comenzando a temblar nuevamente, violentos espasmos que recorrían su cuerpo, su piel ardiendo nuevamente cuando había intentado levantar el vaso.
-Berenice, mi hermosa Berenice no te esfuerces…- murmuró él regresándola a la cama.
Cuando terminó de limpiar los cristales y volvió con otro vaso ella estaba llorando silenciosamente, con la mirada desorbitada mientras susurraba algo que no llegó a entender. Alexander se sentó a su lado nuevamente e intentó hacerla reaccionar.
-Voy a morir- decía ella-.…. Voy a morir… Alexander yo...
Comenzó a hiperventilar, Alexander se empeñó en silenciarla para evitarle el gasto de energía pero sus convulsiones se murieron más violentas, ella se ciñó con fuerza a su abrigo.
-Te quiero- jadeó finalmente y llevó sus labios a los ajenos en un casto beso que no duró lo suficiente.
Alexander miró incrédulo al cuerpo inerte de su amada, su pulso había cesado por completo y él no pudo menos que enterrar su rostro en el cabello de Berenice, abandonándose a la amargura.
Alexander Dupont- †Sweet Bastard†
- Mensajes : 803
Re: Sans toi je ne peux pas vivre {Fic: Sin ti no puedo vivir} (Cap 6 fecha de la última actualización: 24/nov)
pues como user dejame decirte que me encanto *-* siempre escribes genial!! sigue asi en verdad.
Y como Mae he de decir que disfrute cada segundo de sufrimiento que tuvo que pasar la amada de mi hermanito, Berenice. Incluso podría leerlo y volverlo a leer para disfrutar nuevamente.
Y como Mae he de decir que disfrute cada segundo de sufrimiento que tuvo que pasar la amada de mi hermanito, Berenice. Incluso podría leerlo y volverlo a leer para disfrutar nuevamente.
Alexandra Dupont Baker- Mensajes : 234
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» La última noche
» puedo???
» ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida Muerte! (Alexander)
» puedo???
» ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida Muerte! (Alexander)
Twilight Moon :: Off Rol :: Galeria :: Fan Fiction
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Jun 21, 2024 11:34 pm por Robert Noback
» JUST BLOOD -Harada & Shiraoka-
Dom Dic 12, 2021 2:58 am por Shiraoka Takeshi
» Diario D.Crox.
Lun Oct 04, 2021 11:39 am por Dione Croxneir
» Búsqueda de rol.
Sáb Ago 28, 2021 2:35 pm por Dione Croxneir
» 永遠の命のブログ
Mar Ago 24, 2021 2:34 am por Arashikage Kenta
» Personajes Cannon
Miér Nov 23, 2016 7:47 am por Tia Nasser
» Cimson War (Invitación Abierta)
Vie Ago 21, 2015 3:04 pm por Invitado
» ~~ Avatar de Sawi Sch.
Vie Feb 13, 2015 8:01 am por Alexander Dupont
» le yo pidiendo niveles
Dom Nov 30, 2014 9:37 am por Bonnie A. de Eiren
» A shade of gray (Bonnie)
Dom Nov 30, 2014 9:34 am por Bonnie A. de Eiren
» Nivel para mi ~
Vie Oct 24, 2014 6:53 pm por Alice K. Denisova
» Mi nuevo nivel niveloso
Mar Oct 21, 2014 7:36 pm por Mae Dupont
» Nivel Nivel Nivel Nivel
Mar Oct 21, 2014 7:30 pm por Caely E. Montesco
» Durante la noche en la Costa Azul Francesa (Jake)
Miér Oct 08, 2014 11:42 am por Jake Straudivarius
» Despues del funeral
Miér Oct 08, 2014 9:49 am por Dimitri Van Selt