Siempre serás mi principa [Thea]

Anthea ya no molestaba, yo me sentía libre como golondrina, me sentía especial y diferente. Me sentía atractiva, radiante, hermosa, sensual... sobretodo me sentía sensual. Desfilé frente al espejo con aquel nuevo conjunto de ropa cuando sonó mi teléfono, un samsung galaxy blanco. Me alegré mucho de saber que se trataba de mi pequeñín, no tarde nada en salir de casa dejando a Shana con los pequeños, llevando una gran bolsa de playa conmigo donde tenía guardado un bañador para el pequeño ya que le la otra vez le había prometido a mi príncipe el llevarlo a una playa: mi playa; y llevaba también mi reproductor con todos los cables pertinentes, ya que me había quedado con el modelo que le quité a Damian en Suiza, del cuál compré un cargador y un cable usb por internet. Por suerte ya me habían llegado, ahora podía deshacerme de mi viejo mp3 -el cual me había regalado un imbécil- para quedarme con el del apuesto y radiante Damian. Bajé al aparcamiento con prisa, monté en el auto que me había había regalado mi padre Steven y conduje hasta el hotel donde me había dicho que estaría el pequeño Luke. Ahora que lo pensaba, el pequeñín era ya como parte de mi pequeña familia, le quería mucho realmente.
-Mi amooor- exclamé emocionada mientras me arodillaba para quedar a su altura-. ¡Que precioso estás!
Le abracé cariñosamente y le estreché fuertecito contra mis pechos, hermosos y redonditos como los habían descrito. Reí sonoramente mientras me ponía en píe y salía con él de la habitación, dejando una nota para Takeshi, firmada como "Dalaras, la prometida de Drake". Llegamos a la planta baja y le hice un gesto a Luke para que hiciera silencio porque si me veían sacándolo de allí sin consentimiento de su padre seguramente me metería en problemas. Pasé con él, caminando a paso rápido como si tuviera prisa, cubriéndole con mi cuerpo de la recepcionista que parecía muy encantada leyendo una revista. Fue fácil salir de allí y cuando estuvimos afuera comencé a reír, abriendo los seguros del auto con el mando y entrando con el pequeño, sentándolo en mis piernas para que manejara.
-He traído unas cosas para llevarte a la playa, como prometí la otra vez- dije mientras conducía a Playa-Althea.

Cuando mi principa llegó me lancé a sus brazos para abrazarla fuerte, thea sempre olia rico y sus abrazos eran muy suavecitos . Me cargó y pronto salimos del hotel sin que nadie se diera cuenta, solo mi papi por que mi principa le habia dejado una notita. Entramos al auto y me sentó en sus piernas para que yo pudiera manejar y no dudé ni un segundo en tomar el volante. -Plincipa, pelo si vamos en un cado a una paya no podlemos D: por que pala il a una paya tenemos que il en un balco D: - le dije mientras la miraba aterrorizado pensando como iba a meter un auto en el agua D:.

Busqué en mi pantaloncito y saqué dos dulces y mi celular -no te pleocupes plincipa yo llamalé pala que vengan pol un balco y lo tengan pala nosotos en la paya- le dije mientras marcaba los numeros en mi celular. Me lo llevé a la oreja para poder hablar por telefono con la vocesita que venia grabada en el cel -Shi quiedo un balco en la paya de mi pincipa, shi, shi, aliós- colgué y me giré para verla con una sonrisota en el rostro -listo- le dije emocionado.

Reí encantada con las cositas que mi príncipe decía, a veces ellos tenían cosas muy interesantes que decir por más erradas que parecieran y eran mucho más perceptivos de lo que podrían llegar a pensar incluso. En realidad lo que decía no tenía tan poca lógica como parecía, después de todo para llegar a un puerto era necesario pasar el mar en un barco y quizás él nunca hubiera ido a una playa con eso de la sobre población en japón era difícil no perderse en una. Cuando llegamos a zona costera estacioné frente a un local, bajé allí con la bolsa y entré con el niño al probador de mujeres con la excusa de que debíamos ir al baño. Le cambié sobre la tabla para infantes, poniéndole un bonito bañador color rojo, y luego entré al cubículo para ponerme un bikini turquesa que realzaba las diminutas pecas en mi rostro y el brillante dorado de mis ojos. Ambos salimos del local llevándonos las miradas porque el clima estaba nuboso pero no me detuve a dar explicaciones y continuamos hasta que la seguridad de Playa-Althea nos dio la bienvenida.
-Éste pequeño puede venir aquí con su familia siempre que quiera- le dije al guardia mientras pasaba y caminábamos por la arena-. ¿Qué te parece Luke?

Conducimos en el coche por toda la ciudad y digo conducimos por que yo manejé con mi principa a toda velocidad y se me volaban los pelitos de la frente, a lo cual ella se reia y su risa me hacia reir a mi tambien. Nos estacionamos afuera de una tienda y entramos al baño de las niñas O.O me tapé rapido los ojso cuando vi a todas las señoras ahi y a unas niñas bonitas, pero lo peor fue cuando me quitó mi ropa enfrente de ellas D: me puse rojo rojo y me tapé los ojos para que no me viera nadie y esconderme atrás de mis manitas pero thea iba a ver mi boxercito de spiderman D: me puse mas rojo y me quedé calladito meintras me cambiaba.

Despues entramos a un cubiculo de baño y thea se cambio enfrente de mi y yo vi esas bolitas que mi mami tambien tenia que eran muy suavecitas y ricas, me rei y le abracé la pierna a mi theita cuando ella termino de cambiarse. Me cargó en brazos y salimos del baño, y yo agarrado de ella era la envidia de muchos señores que la miraban, yo les saqué la lengua y la abracé más -E mia ¬¬ - les advertí a todos y luego vi mucha arena y un lago enorme y como el agua se venia casia la arena. Saludé a los señores guardias y luego me bajó para caminar a su lado agarrados de la mano como en las peliculas de mujeres que mi mami y mi hermana miraban. -Sii me gusta :3 - le dije meocionado y como no habia nadie mas y no me podia perder, me solté de su mano y salí corriendo a tumbarme en la arena blanca que habia bajo mis pies.

Me sentía libre, joven, hermosa y atractiva, definitivamente sabía que lo era, aunque solamente por ser una vampiresa. No lograba recordar del todo mi apariencia humana, si no fuera por las fotos que mantenía guardadas, aunque sin duda sabía que no era demasiado cercana a la actual, de hecho me sorprendía que mi madre me hubiera reconocido. Y ahora que lo pensaba, que me reconocieran mis antiguos compañeros de clase no era una posibilidad; aquella chica menuda, rellena e inocente no resultaba más que una versión maltrecha de ésta perfección, sin embargo mi cuerpo tenía algunas cicatrices imperceptibles para los humanos pero que cualquier vampiro hubiera podido percibir con facilidad. Una de ellas debajo de mi seno derecho y otra cicatriz en el mismo seno, una media luna aunque no tenía idea de cómo había ocurrido. Suspiré sin querer entrar en detalles escabrosos con mi memoria y me eché a correr siguiendo al niño para luego dejar par de toallas extendidas sobre la arena para nosotros. Aunque era un niño, no se tendería a tomar el sol aunque lo hubiera. Me senté con él en la arena.
-¡Vamos a hacer un castillo!
Y no hube terminado de decir aquellas palabras cuando ya me había puesto en ello, aunque lento para seguirle el paso.

off. Recuerda que Kirsten tiene un tatuaje en la espalda.

Spoiler:

-Siiiiiiiiiiiiiii!- grité feliz ante la idea de hacer un castillo en la arena. Tomé los juguetes y utencilios que habiamos traido para hacer el castillo y en una cubeta fui a traer agua del lago enrome para mojar la arena y asi poder moldearla. Corrí con la cubeta verde hasta donde el agua me llegaba a las rodillas por que si me metia más iba a venir un tiburó a comerme D: Junté el agua necesaria y corrí de nuevo hacia donde estaba mi principa y comencé a cantar mientras mojaba la arena -Tles pecesito se jueron a nadal y el más pequeñito se jué al fondo lel mal y un tibulón le lijo men aca, no no no no pol que me pega mi mamá, no no no pol qu eme pega mi mamá- cantaba mientras hacia señas de los pecesitos con mis manitas y mis deditos llenos de arena. Cuando terminé de cantar miré a mi principa y le sonrei enorme -te busta mi canción?- pregunté emocionado mientras seguia haciendo el castillito de arena.

Reí divertida mientras escuchaba la cancióncilla del pequeño híbrido, ¡cómo me encantaban los niños! Eran tan vivaces y alegres, casi uno podía olvidarse del mundo cuando estaba con ellos. Cuando me sonrió, preguntando por si me gustaba mi canción no tardé en responderle y posteriormente darle un beso tronado en los labios... una costumbre que había tomado de mis padres, acostumbrada a toda la cuestión maternal de los anticuerpos...
-Claro que sí mi niño- reí nuevamente por su reacción. Siempre me había fascinado el como algo tan aparentemente inocente como un beso podía desarrollar un sistema inmune tan naturalmente resistente. Desde hacía un tiempo había estado buscando formas adecuadas para quedar en cinta, sin embargo ahora resultaba del todo. Finalmente, olvidé el tema mientras construía la base y la moldeaba con agua. Entonces me puse a cantar también mientras maniobraba con la arena-. Tres pececitos se fueron a nadar y el más pequeñito se fue al fondo del mar y un tiburón le dijo ven acá, no no no no porque me pega mi mamá, no no no porque me pega mi mamá.
Y así fue como pasamos un gran día.
#Partida terminada por inactividad.